martes, 14 de marzo de 2023

Arnoldo Foà - Lamento per Ignacio (Garcìa Lorca)

 


A las cinco de la tarde.

Eran las cinco en punto de la tarde.

Un niño trajo la blanca sábana

a las cinco de la tarde.


Una espuerta de cal ya prevenida

a las cinco de la tarde.

lo demás era muerte y sólo muerte

a las cinco de la tarde.


El viento se llevó los algodones

a las cinco de la tarde.

Y el óxido sembró cristal y níquel

a las cinco de la tarde.


Ya luchan la paloma y el leopardo

a las cinco de la tarde.

Y un muslo con un asta desolada

a las cinco de la tarde.


Comenzaron los sones del bordón

a las cinco de la tarde.

Las campanas de arsénico y el humo

a las cinco de la tarde.


En las esquinas grupos de silencio

a las cinco de la tarde.

¡Y el toro solo corazón arriba!

a las cinco de la tarde.


Cuando el sudor de nieve fue llegando

a las cinco de la tarde 

la muerte puso huevos en su herida

a las cinco de la tarde.


A las cinco de la tarde.

A las cinco en punto de la tarde.


Un ataúd con ruedas es su cama

a las cinco de la tarde.

Huesos y flautas suenan en su oído

a las cinco de la tarde.


El toro ya mugía por su frente

a las cinco de la tarde.

El cuarto se irisaba de agonía

a las cinco de la tarde.


A lo lejos ya viene la gangrena

a las cinco de la tarde.

Trompa de lirio por las verdes ingles

a las cinco de la tarde.


Las heridas quemaban como soles

a las cinco de la tarde,

y el gentío rompía las ventanas

a las cinco de la tarde.


A las cinco de la tarde

¡Ay qué terribles cinco de la tarde!

¡Eran las cinco en todos los relojes!

¡Eran las cinco en sombras de la tarde!


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