INVITACIÓN A LEER INCÓGNITO. LAS VIDAS SECRETAS DEL CEREBRO lIBRO DE David M. Eagleman



El polémico y brillante neurocientífico David M. Eagleman nació en Nuevo México en 1971, hijo de un médico y una bióloga. Dirige en la actualidad el Laboratorio para la Percepción y la Acción del Baylord College of Medicine en Houston, y el proyecto de Neurociencia y Derecho. Anteriormente se graduó en Literatura británica y americana en la Rice University y en la Universidad de Oxford. También es el miembro más joven de la Long Now Foundation, compuesto por grandes inventores y futuristas. Fue galardonado en 2012 con el Premio de Ciencias Educativas por la
Sociedad para la Neurociencia y cuenta con numerosas publicaciones.


El presente libro, escrito a lo largo de varios años,nos muestra la evolución del pensamiento del autor ynos atrapa ya desde su sugestivo título.Consta de 7 capítulos, seguidos de una inagotable
bibliografía. Con un lenguaje elocuente, repleto de experimentos
y ejemplificaciones, la lectura de cada uno de ellos, nos abre una ventana a la curiosidad:

1. Hay alguien en mi cabeza, pero no soy yo.
2. El testimonio de los sentidos: ¿cómo es “en realidad” la experiencia?
3. La mente: una brecha.
4. Lo que se puede pensar.
5. El cerebro es un equipo de rivales.
6. ¿Porqué la cuestión de la responsabilidad está mal planteada?
7. La vida después de la monarquía.

En contra de todo reduccionismo, desarrolla la idea de que si el cerebro fuera tan simple que lo pudiéramos entender, entonces no seríamos tan inteligentes para comprenderlo. Nos muestra un ser humano inteligente que apenas sabe de sí mismo, cuyo cerebro porta el material más complejo que se ha descubierto en el universo.
Esta computadora cerebral tiene entre manos la misión de descifrar su propio lenguaje de programación y controlar sus dispositivos periféricos, encontrando en cada página de este libro, numerosos detalles de esta apasionante aventura.

El tema de la consciencia parece de forma transversal a lo largo del todo el relato. Plantea el beneficio de la misma, pero sólo en ciertas proporciones. El primer conocimiento que nos muestra, es que casi todo lo que hacemos, pensamos o sentimos, escapa a nuestro control consciente, siendo la parte consciente, la más pequeña de lo que ocurre en nuestro cerebro. Gran parte de las elecciones que hacemos escapan a nuestra consciencia, al igual que muchas de nuestras acciones son eficaces, en la medida que son realizadas de forma automática; valga como ejemplos tocar instrumentos, conducir un coche, coordinar movimientos, realizar deporte,
esquivar un peligro, etc. También lo son gran parte de nuestras percepciones e intuiciones, estando totalmente presentes en nuestra toma de decisiones.
Nos muestra el interés histórico en el conocimiento del ser humano, su lugar en el cosmos y el funcionamiento de nuestro cerebro, repasando, entre otras las teorías de Galileo, Goethe, Santo Tomás de Aquino, Leibniz, Bell, Herbart, Weber, Müller, Cattell, Darwin, Freud.
El verso de Pink Floyd “Hay algo en mi cabeza, pero no soy yo”, que da nombre al primer capítulo nos habla de nuestro “desconocido” yo.
El interés por el pensamiento y los procesos mentales es otro gran eje que atraviesa el libro. El pensamiento se sustenta en algo físico y se puede modificar con sustancias químicas, es decir, el estado de la materia física determina el estado de los pensamientos. Éste puede seguir su curso normal, pero también pueden aparecer
pensamientos extravagantes en los sueños, o delirios, o volverse lúcido o confuso ante la presencia de determinadas drogas, o sufrir profundas alteraciones ante la presencia de un pequeño daño cerebral.
Plantea cuestiones polémicas de forma vehemente: ¿la atracción entre las personas está guiada por programas impresos en nuestros genes? ¿Hasta qué punto un crimen es fruto de la voluntad de un criminal o de la biología? ¿Se puede considerar la actividad delictiva una prueba de anormalidad cerebral? ¿Existe el libre albedrío? ¿Existen algunos más de los cinco sentidos?
Sin embargo deja clara su posición al considerar que el cerebro, en constante comunicación con los sistemas endocrino e inmunológico, no lo es todo en la determinación de quien es un individuo. El hombre forma parte de una gran red social que modifica la biología en cada interacción. Critica la corriente neurocientífica que postula un modelo reduccionista, en el que pudiera parecer que comprendiendo las diferentes piezas biológicas, se podría comprender el todo del comportamiento humano. Expone múltiples conclusiones de diferentes experimentos, que se pueden resumir en que ni el entorno ni la biología por sí solos determinan nuestra personalidad.
Aparece siempre el resquicio de la individualidad. Eagleman nos conduce por vericuetos ilustrativos de esta indisoluble relación. Aporta numerosas situaciones que nos permiten pensar sobre lo anterior: porqué si el fumar marihuana en la adolescencia aumenta la probabilidad de desarrollar psicosis en el adulto, esta solo debuta en algunas personas y en otras no; por qué si la posibilidad de que se dé un trastorno de la personalidad antisocial, requiere que se den determinadas anormalidades cerebrales, sólo aparece junto a un historial biográfico de experiencias adversas, sin las cuales, lo más
seguro es que no se produzca dicho trastorno; porqué algunos niños que han sufrido abusos son violentos de adultos y otros no, a pesar de tener una dotación genética similar o porqué la agresividad se calma cuando una cría es cuidada por su madre, en un entorno seguro. La lectura de este ameno libro, será de gran interés para todos los que se interesan por los procesos mentales en un sentido amplio y aportará múltiples detalles comprensibles sobre la sinergia entre neurociencia y entorno en el desarrollo humano.

VER:

https://santosgzapata.blogspot.com/2019/11/zettel-ludwig-wittgenstein-e-incognito.html

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