"El capitalismo digital ha convertido la realidad en información: lo sólido ya no es hierro o acero, sino datos y algoritmos." — Análisis inspirado en Byung-Chul Han
Por: José Daniel Figuera
En su famoso ensayo All That Is Solid Melts Into Information, publicado en Noema Magazine, el filósofo Byung-Chul Han describe cómo el capitalismo digital ha transformado la materia en datos. Inspirado en la frase de Marx —"todo lo sólido se desvanece en el aire"—, Han argumenta que hoy "lo sólido se desvanece en información". La realidad física, dice, ha sido reemplazada por un flujo constante de bits, donde incluso los cuerpos y las emociones son mercantilizados.
La desmaterialización del mundo
Han señala que el capitalismo industrial se basaba en objetos tangibles —fábricas, mercancías, dinero—, pero el capitalismo digital ha eliminado esa materialidad: "Ya no acumulamos cosas, sino información". Plataformas como Facebook, Google o Amazon no producen bienes físicos, sino datos. "El nuevo capital no es el acero, sino el algoritmo", escribe. Esta transición, advierte, tiene consecuencias profundas: vivimos en un mundo donde lo real y lo virtual se confunden.
El ser humano como producto de datos
Según Han, incluso nuestra identidad se ha convertido en información. "Nos hemos vuelto 'prosumidores': producimos datos al consumir contenidos". Las redes sociales, los wearables y el big data nos reducen a conjuntos de preferencias y comportamientos cuantificables. "Ya no somos ciudadanos, sino usuarios; no tenemos derechos, sino métricas de engagement", critica. Esta lógica, dice, nos despoja de autonomía: "El capitalismo digital no explota nuestra fuerza laboral, sino nuestra comunicación".
El filósofo coreano-alemán va más allá: la información no solo reemplaza a la materia, sino que la destruye. "Lo digital es inherentemente anti-material. Disuelve fronteras, cuerpos y hasta el tiempo". Ejemplifica esto con el teletrabajo: "La oficina ya no es un lugar, sino un flujo de correos y videollamadas". Para Han, esto explica por qué la sociedad actual sufre una "crisis de lo real": al perder contacto con lo físico, perdemos también la capacidad de resistencia.
Han contrasta esta era con la modernidad sólida de Marx. "El capitalismo industrial producía alienación, pero al menos existía un mundo objetivo. Hoy, ni siquiera eso: todo es maleable, editable, como un archivo de Word". Critica especialmente las criptomonedas y los NFT: "Son la culminación de esta fantasía: dinero que no existe, arte que no se puede tocar". En su visión, el capitalismo digital es un "idealismo llevado al extremo".
¿Hay alternativa a la dictadura de los datos?
Frente a este panorama, Han propone recuperar lo "irreductiblemente real": el silencio, el tacto, la presencia física. "Necesitamos espacios libres de información: museos, bibliotecas, naturaleza". También aboga por limitar la tecnología: "El smartphone es el nuevo opio del pueblo". Sin embargo, reconoce que la resistencia es difícil: "El capitalismo digital es totalitario. No hay afuera".
El ensayo concluye con una paradoja: "La información prometía libertad, pero nos ha encerrado en una prisión inmaterial". Han no ofrece soluciones fáciles, pero insiste en que el primer paso es "dejar de creer que lo digital es inevitable". Su llamado es claro: en un mundo que derrite lo sólido, defender la materia —y con ella, la humanidad— es un acto revolucionario.
Fuente
Byung-Chul Han, All That Is Solid Melts Into Information, Noema Magazine (2023).
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