Matilde Fernández (Madrid, 1950) ha sido psicóloga, sindicalista y política –de hecho, fue una de las primeras ministras de la democracia– y ahora es la presidenta del Observatorio Estatal de la Soledad no Deseada, que se encarga de hacer investigación y divulgación sobre el tema al tiempo que perfila potenciales soluciones.
En general, creemos saber de qué hablamos al hablar de soledad, pero cuando se entra en materia no lo tenemos tan claro. ¿Qué es exactamente la soledad no deseada?
Se habla mucho de ella, no digamos tras el covid-19 y el crecimiento de la soledad, dicho por personas de diferentes edades y circunstancias. La soledad es un sentimiento subjetivo de las personas que tienen la sensación de que sus relaciones familiares y sociales son menores que a las que aspiran. Pero las causas son muy objetivas. Es un sentimiento subjetivo que está vinculado a muchas pérdidas. Las primeras tienen que ver con tus relaciones familiares, con tus relaciones sociales y con tus relaciones vecinales, con el entorno en el que te sitúas. En las investigaciones, aparecen muchas más causas que producen soledad, como no llegar a fin de mes, tener menos educación o menos cultura o pertenecer a una minoría. Parecen déficits muy tangibles e, incluso, aparecen en fallos en el desarrollo de nuestros derechos y del estado de bienestar.
«Aparecen muchas más causas que producen soledad, como no llegar a fin de mes, tener menos educación o pertenecer a una minoría»
Al final la soledad no deseada es un poco como el canario en la mina: nos está dando una alerta de que algo está fallando en la estructura de nuestra sociedad.
También. Cuando se habla de soledad, casi todos los profesionales coincidimos en que tenemos que hacer nuestras políticas poniendo en el centro a la persona. Ante una persona que está diciendo «me pesa la soledad» tienes que actuar primero en ella y ver cómo la refuerzas. Hay una tarea de tipo personal y después un trabajo comunitario. Cuando les preguntas a las personas quiénes creen que deben jugar un papel importante en resolver estos problemas dicen que las administraciones y los poderes públicos. Dentro [está] la más cercana: los municipios. Luego hablan de los medios de comunicación. [Después] todo lo que es hacer comunidad. Yo a veces digo hacer democracia. Como tengo mis años de vida política, pues es hacer una mejor democracia, hacer barrio, distrito. Hacer pueblo poniendo todo a disposición de la gente. Luego hay un tercer nivel, que es el de revisar las políticas públicas: lo que se está haciendo en toda Europa, no solo en España, para ver qué está fallando y qué hay que mejorar. Ya te adelanto que hay que mejorar en más contratación de personas, pero también es una visión nueva de tener más equipamientos intergeneracionales y más comunitarios.
Es muy interesante que tengáis un grupo de trabajo de políticas públicas en el Observatorio en el que están los ayuntamientos. La verdad es que no había pensado en los municipios como solución a la soledad. ¿Olvidamos el papel fundamental que tienen nuestras ciudades y pueblos y cómo están diseñados para atajar estos problemas?
El primer estudio que hicimos, el de percepción, me ratificó cosas que estaban olvidadas. Primero, que la sociedad dice «oiga, creo que la soledad existe más de lo que se cuenta», que es más invisible de lo que realmente es. Con el paso del tiempo, será un problema mayor, por lo que tenemos que trabajarlo y lo tienen que atender los poderes públicos. Hay gente que dice de forma significativa que ir fuera de su barrio para ser voluntario o voluntaria luchando contra la soledad no le apetece tanto, pero en su entorno estaría encantado de ayudar y colaborar. Por lo tanto, la sabiduría de la ciudadanía sí se nota, dice «las cosas las tenemos que hacer aquí». El ayuntamiento es la administración cercana a los ciudadanos, la más próxima, y las políticas contra la soledad son políticas de proximidad. En tu entorno es donde tienes que fortalecer la comunidad y, a la vez, hacer una red, que todo el mundo sepa de qué disponen. [Es hora] de volver a lo que se hizo al principio de la democracia, la guía de lo que había. Tienes un centro de mayores en tal sitio, o un centro comunitario, o un teatro municipal. Todo eso está a disposición de las personas. Para que no se pierda.