Eloísa Otero
Este verano, del 7 de julio al 2 de agosto de 2020, una pequeña muestra de obras de César Bobis (León, 1943 – Madrid, 1996) recordará al pintor y diseñador gráfico leonés en el Museo de Salamanca. La exposición es un proyecto de Celia Hinchado, alumna en prácticas del Máster en Evaluación y Gestión del Patrimonio Cultural (USAL), con Rosario Pérez Martín (conservadora del Museo de Salamanca) como tutora.
Por ELOÍSA OTERO
César Bobis nació en 1943 en León, y comenzó a pintar a la edad de seis años. A los trece inició su formación artística en el estudio de Modesto Llamas Gil y Petra Hernández. Tras finalizar sus estudios en la Universidad de Madrid, se estableció en Salamanca para realizar estudios en Filología Románica.
Con veinte años expuso en el Ateneo de Salamanca, y un poco más tarde colgó sus obras en Madrid, Milán y Nueva York. Sin embargo, a los treinta años, desencantado de los circuitos de arte, llegó un momento en el que Bobis —que también fue catedrático de literatura en enseñanzas medias, y cofundador de la Sociedad Española de Lingüística— decidió participar tan solo en muestras colectivas con el objetivo de recaudar fondos para la lucha antifranquista. A partir de ahí, mantuvo absolutamente oculta su producción durante 23 años, hasta su temprano fallecimiento en Madrid, el 8 de junio de 1996, a los 53 años.
Como diseñador gráfico trabajó para editoriales y revistas como Alianza o Ciencia Nueva, además de ilustrar libros (para las editoriales Akal y Ayuso), discos y carteles de teatro. Asimismo, fue ilustrador de revistas (Minerva, del Círculo de Bellas Artes de Madrid, Ábaco, El Viejo Topo, Ciudadano y otras).
Poco antes de su fallecimiento César Bobis escribió de sí mismo:
… Su biografía no le importa a nadie. Exponer le trae al fresco. El desierto de las galerías o le estremece o le da risa. Su historia son, simplemente, sus obras. Y pintar así, con los pocos, como los pocos felices, es lo único que le mantiene vivo y unido a los dioses y lo que le permite el placer de comprobar, al día siguiente, deslumbrado, la obra realizada, la obra bien hecha. Con eso basta.
Obra inclasificable
La peculiar obra de César Bobis bebe, entre otras fuentes, de su pasión por la literatura. Manuel Santonja diría de él:
Practica una pintura culta detrás de la cual existe mucha información, con mensajes estéticos con ideas, cargados de referencia e interpretaciones de la realidad.
Y estas son palabras de Guillermo Rendueles sobre sus pinturas:
Las obras de César Bobis nos desvelan el viejo significado de la palabra sabiduría, perspectivas de la realidad que a veces parecen borrosas en nuestras existencias prosaicas. Estas pinturas descubren deseos y realidades que nuestra vida de todos los días encubre en las opacidades de unas existencias banales dominadas por el consenso y la adaptación a lo real.
Bobis abordó múltiples técnicas, entre las que destacan la pintura, el dibujo, el collage y la cerámica. Sus temas predilectos son la figura humana, las naturalezas muertas y el paisaje urbano.
Su obra en conjunto, de difícil clasificación, encierra rasgos de estilos pretéritos como el Barroco o el Expresionismo. Apoyándose en la abstracción y en el estilo figurativo idiosincrásico de Bacon consiguió crear una obra plástica de gran intención y sensibilidad poética, que resalta sobre todo en sus ‘Acuarelas blancas’, en las que la economía de elementos y la belleza plástica se unen para ofrecer obras llenas de sugerencias.
:: Testamento y ‘Obra inédita, 1980-1996’
César Bobis dejó un testamento en forma de libro, un espléndido volumen escrito en sus últimos días, en el que trató de dejar plasmada su trayectoria como pintor. Con ese catálogo como guía, su viuda, Francisca Aranzuelo, planteó la primera exposición póstuma del artista en el Círculo de Bellas Artes de Madrid (octubre y noviembre de 2001), con el título de ‘Obra inédita, 1980-1996’. Esta muestra significó una auténtica sorpresa y, debido al éxito que obtuvo entre crítica y público, itineró después por las ciudades que jugaron un papel importante en la vida de César Bobis: Salamanca, León (donde se pudo ver en 2003, en las salas de exposiciones del Auditorio) y San Sebastián.
Las más de sesenta obras expuestas eran representativas de la última etapa creativa del artista en pinturas, dibujos, cerámicas, y acuarelas. En ellas se plasma la relación del hombre y la naturaleza, el paisaje urbano y los bodegones.
El catálogo reúne una selección de obras y citas con los que el artista quería mostrar su trayectoria artística. La obra aparece dividida en distintas series con títulos así de sugerentes: Paseos, Arae, Sacramentum, Mesopotamia, Biología, Flores, Palestra, Acuarelas blancas, Coda, Cerámicas. La selección de citas que abren cada capítulo, así como de los pintores a los que parece querer rendir homenaje, ayudan a entender lo que subyace en la obra de César Bobis.
Lo último que se incorporó a la edición del catálogo de esta muestra fue un texto del escritor Antonio Muñoz Molina, quien no conoció en vida al artista leonés. César Bobis había dejado el espacio para ello.
Donaciones y carpeta ‘ORA PRO BOBIS’
La viuda de César Bobis, Francisca Aranjuelo, tras la prematura muerte de su compañero decidió donar parte de la producción artística del pintor a varios centros culturales. Entre estos destacan museos de Madrid, León y Salamanca.
También la revista leonesa de poesía FAKE fue financiada parcialmente a través de la venta de algunas de las 22 obras de César Bobis donadas para tal fin por su viuda. La primera publicación de FAKE al margen de la revista, la carpeta ‘ORA PRO BOBIS’ (2016), fue un homenaje a la figura del artista dieciocho años después de su muerte.
“Esta primera edición de la colección ORA PRO BOBIS lleva por título BESTIARIO, 6 obras (2 óleos sobre lienzo y 4 acrílicos sobre cartón) con contenido que evoca animales o vísceras. Es una obra, en su conjunto, de gran expresividad y dureza. Algunos de ellos con simbología que evoca los tiempos oscuros en los que vivió el artista, la dictadura franquista, a la que se opuso activamente”, en palabras de Carlos Pérez-Alfaro, del equipo editor.
La carpeta se pensó para que fuera en sí misma un verdadero “objeto de arte”, con diseño y maquetación de Daniel Caballero Molina. En su interior se encuentra un libreto inspirado en un cuadro del pintor, con un poemario inédito de Víctor M. Díez, textos de los escritores leoneses Juan Carlos Pajares e Ildefonso Rodríguez y del psiquiatra asturiano Guillermo Rendueles; una lámina creada por el artista Miguel Escanciano (numerada y firmada al lápiz por el pintor) inspirándose en el cuadro de Bobis que focaliza la carpeta; y se acompaña con un juego de 6 postales, miniaturas de las obras que forman este catálogo fragmentado.
Tres obras en el Museo de Salamanca
En relación con la pequeña muestra que se podrá ver este verano de 2020 en el Museo de Salamanca, cabe recordar que fue en el año 2006 cuando su viuda donó a este centro tres pinturas: Zurbarán: Mariposa en cenizas desatada (1986), Navajas como lilios (1992) y Ares (1994). Estas obras se presentaron al público en septiembre de 2007, y en ellas se ha basado el proyecto de Celia Hinchado, alumna del Máster en Evaluación y Gestión del Patrimonio Cultural (USAL), para realizar esta pequeña exposición.
La figura contiene la posibilidad del estado de las cosas que representa.
Wittgenstein
La primera obra, Zurbarán: Mariposa en cenizas desatada (1986), pertenece a la serie ‘Paseos’, que reúne bodegones con influencias de los maestros barrocos Zurbarán y Blas de Ledesma. Son pinturas de fondos oscuros de los que emergen motivos volumétricos a través de la luz en tonos cálidos.
El título de esta pieza hace referencia a un verso de Las Soledades de Góngora. De herencia petrarquiana, habla sobre la fugacidad de la belleza. La mariposa se ve atraída por la bella luz del fuego y acaba convertida en cenizas.
Le don de vivre a passé dans les fleurs.
Paul Valéry
La obra Navajas como lilios (1992) pertenece a la serie ‘Flores’, en la que Bobis aborda motivos vegetales centrándose en la flor del lirio o lilio. En este cuadro en concreto, las hojas de los lirios son en realidad navajas que se expanden diagonales en la superficie pictórica. Los filos de cuchilla nos hablan sobre como las cosas bellas y delicadas pueden ser a la vez crueles y letales.
Los vibrantes azulados, verdosos y rojizos son dados por el temple que se introduce en el dibujo ejercido con el carboncillo. La paleta de colores oscurecidos contrasta con los blancos de las flores y cuchillas creando un efecto dramático.
El blanco será duro; y los robustos cuerpos muestran su desnudez en la agreste palestra.
Virgilio
La tercera pintura, Ares (1994), forma parte de la serie ‘Palestra’. Representa una escena de lucha en la que dos figuras masculinas desnudas forcejean. El personaje más voluminoso porta escudo y lanza, atributos del dios olímpico griego de la guerra Ares, personificación de la valentía y de la virilidad.
Bobis presenta a Ares haciendo gala de su fuerza incansable. Sobre el blanco papel trabaja con tinta impresa negra, gouache de tono negro y rojo y carboncillo. En la elección de la temática se aprecia su interés por la cultura clásica.
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