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Jason W. Moore. / YouTube (IDRA)

Jason W. Moore / Historiador y geógrafo

“La historia del capitalismo es una historia de genocidios recurrentes”

Adrià Rodríguez (IDRA) 30/06/2025

Hablar con Jason W. Moore (Oregón, 1971) es hablar de capitaloceno, concepto que propuso para “ridiculizar el pensamiento autoritario que se remonta a Malthus a finales del siglo XVIII”, donde la superpoblación era la fuente de la desigualdad. Para el historiador, geógrafo y profesor de Sociología, el cambio climático es responsabilidad de la clase capitalista y de esas 150 empresas transnacionales responsables de más del 70% de las emisiones mundiales de carbono y gases de efecto invernadero desde 1850. La crisis climática, concluye, es una cuestión laboral, una guerra de clases.

Entrevista a Pierre Bourdieu Parte 1 (1/4)






Entrevista a Pierre Bourdieu Parte 4 (4/4)


Entrevista a Pierre Bourdieu Parte 4 (4/4)

Asdrúbal Baptista El relevo del capitalismo rentístico. Hacia un nuevo balance de poder



Asdrúbal Baptista

El relevo del capitalismo rentístico. Hacia un nuevo balance de poder


Caracas: Fundación Empresas Polar ISBN: 980-379-081-1364 páginas
libro










Comprender el devenir de la economía venezolana durante las últimas décadas es tarea imprescindible a la hora de intentar una aproximación a las transformaciones sufridas a lo largo de ese mismo período, así como para afrontar el futuro de la nación. De allí la importancia de este libro riguroso y esclarecedor, obra de uno de nuestros más destacados economistas. Esta serie de trabajos escritos entre 1978 y 2003 ofrecen una visión crítica del país a partir de una de sus características más determinantes: el petróleo como generador de un capitalismo rentístico que ha afectado todos los ámbitos de la sociedad venezolana. Pero más allá de ello, su énfasis en lo acontecido a partir de 1977-78, años que “marcan un hito en la vida contemporánea de Venezuela”, tal como el autor señala en su introducción, explica la urgente necesidad de un relevo de ese sistema rentista.


Archivos descargables: 


Teoría económica del capitalismo rentístico / Asdrúbal Baptista


 Teoría económica del capitalismo rentístico / Asdrúbal Baptista

El capitalismo rentístico tiene tres rasgos distintivos. En primer lugar, es una forma de desarrollo capitalista. En segundo lugar, es una forma de capitalismo nacional, favorecido, significativa y sostenidamente, por una renta internacional de la tierra. Tercero, esta renta correspondencia, en una primera instancia, al Estado propietario. 




Teoría económica del capitalismo rentístico / Asdrúbal Baptista; ... Colección Clásicos del Pensamiento Económico Contemporáneo de Venezuela. –.
308 páginas

¿Qué es un intelectual orgánico?

  

La conocida expresión de Antonio Gramsci se ha discutido mucho en semanas recientes. Ese y otros desplazamientos  del lenguaje político de la Cuarta Transformación dicen mucho del cambio ideológico que vive la izquierda  mexicana en el siglo XXI.


Por Rafael Rojas  12 abril 2019


Desde que el presidente Andrés Manuel López Obrador, en la conferencia mañanera del 18 de marzo de este año, llamó a “que el Estado ya no proteja a escritores, que no haya intelectuales orgánicos”, la conocida expresión de Antonio Gramsci se ha afincado en los medios de comunicación y las redes sociales. Es importante observar ese y otros desplazamientos del lenguaje político de la Cuarta Transformación porque dicen mucho del cambio ideológico que vive la izquierda mexicana en el siglo XXI.


La fórmula “intelectual orgánico” se ha vuelto peyorativa en el habla de la izquierda hegemónica mexicana. La razón es simple: intelectual orgánico funciona, en ese uso de la nueva lengua política, como sinónimo de intelectual oficial del antiguo régimen. No del intelectual oficial del largo periodo del partido casi único y el presidencialismo desbordado sino del así llamado “periodo neoliberal”, esto es, de 1982 o 1988 –el sexenio de Miguel de la Madrid está y no está en esa periodización– a 2018.


En su ensayo La formación de los intelectuales (1921), el marxista italiano proponía entender a los intelectuales como un grupo social más amplio que el sector específicamente cultural. Según Gramsci eran intelectuales todos los que intervenían en el diseño y organización de las políticas públicas del Estado. Los expertos y los funcionarios también eran intelectuales porque, a su juicio, participaban en la legitimación del grupo dominante ante la sociedad civil.


Aunque Gramsci no atribuía, como piensan muchos, el término intelectual orgánico únicamente a aquel que hace causa común con la clase obrera –también hablaba de intelectuales orgánicos burgueses– su idea del “intelectual tradicional” sí estaba específicamente ligada al orden moderno o capitalista. La modernidad, sobre todo en el siglo XIX, había producido una autonomía de la esfera cultural, a través de la cual los letrados cimentaban simbólicamente el viejo régimen.


Según Gramsci, el intelectual tradicional se caracterizaba por reclamar constantemente su autonomía y su singularidad. Un gesto que es perfectamente reconocible en la tradición del intelectual público mexicano de la era del partido-Estado, antes y después del 68: Daniel Cosío Villegas, Octavio Paz, Gabriel Zaid, Fernando Benítez, Carlos Fuentes, Carlos Monsiváis, Elena Poniatowska, Enrique Krauze, Héctor Aguilar Camín… Lo característico de ese tipo de intelectual era que desde una mayor o menor dependencia del poder, cumplía un rol, no de legitimación, sino de crítica al autoritarismo del sistema político mexicano.


Se atribuye a Carlos Monsiváis la tesis de que aquel México era el único país cuyo gobierno pagaba a sus intelectuales para que lo criticaran. Hoy, por lo visto, esa práctica es mal vista, pero entonces, especialmente cuando en la América Latina de la Guerra Fría predominaban dictaduras anticomunistas y regímenes militares, fue esa la razón por la que este país se convirtió en refugio de tantos intelectuales socialistas exiliados.


El papel activo del Estado en la política cultural y educativa, en el desarrollo de las ciencias sociales y en la dilatación de la esfera pública por medio de revistas y periódicos es una herencia positiva de la Revolución mexicana que, por fortuna, sobrevivió al desarrollo estabilizador y a las políticas económicas de signo contrario, que se implementaron a partir de los 80. No solo por aquel giro de la política económica, también por el proceso mismo de la transición democrática de 1996 para acá, la relación del intelectual con el poder cambió.


Algo intrigante en el uso del concepto de “intelectual orgánico” por la 4T es que invierte los términos. Dado que el nuevo gobierno se asume como un proyecto de izquierda, sería más lógico que identificara a sus críticos como “intelectuales tradicionales” y llamara a sus partidarios en el sector cultural, académico y mediático “intelectuales orgánicos”. Estos últimos serían, en resumidas cuentas, los que dicen formar parte orgánica, no autónoma, del pueblo cuyos intereses aspira a representar el nuevo gobierno.


Esa ambivalencia del nuevo lenguaje del poder está relacionada con otra que ya señalamos aquí: el hecho de que la ideología de la 4T se define como liberal, no como nacionalista revolucionaria o socialista. Si el nuevo régimen es liberal y el viejo era conservador o neoliberal, entonces no es tan extraño que a los intelectuales del antiguo régimen se les llame orgánicos. Pero al no llamar orgánicos a sus propios intelectuales de la 4T, el presidente parece remitirlos al viejo rango tradicional descrito por Gramsci.


En aquella mañanera del 18 de marzo, López Obrador dejó claro que, a su juicio, lo que define lo orgánico de la intelectualidad es su dependencia financiera del Estado. A tono con el ideal de la austeridad republicana, el presidente propuso que los intelectuales “conservadores” sean financiados por el “conservadurismo” y los “liberales” por el “liberalismo”, que ahora está en el poder. De esa declaración se infiere que la dependencia del Estado de la intelectualidad de la 4T será mayor que la del periodo neoliberal.

Una subordinación que, esta vez, podría prescindir no solo del protocolo de la autonomía sino de la crítica pública, que el propio Gramsci creía necesaria para los intelectuales orgánicos socialistas. Esa inhibición de la crítica actuaría también contra el llamado del presidente y sus partidarios a abandonar la neutralidad y el academicismo en la esfera pública y el campo intelectual. El nuevo intelectual orgánico sería, por tanto, un militante o algo muy parecido a lo que era el viejo ideólogo priista del periodo autoritario.https://letraslibres.com/politica/que-es-un-intelectual-organico/


Más allá de la izquierda y la derecha / Anthony Giddens

26 sept. 2020 — Giddens-Mas allá de la izquierda y la derecha - documento [*.pdf] E 1 ... Y LA DERECHA EL FUTURO DE LAS POLÍTICAS RADICALES Anthony Giddens ...


El radicalismo político ha sido normalmente asociado con una posición política de izquierdas, en oposición a la postura retrógrada del conservadurismo. Actualmente, sin embargo, la izquierda se ha vuelto defensiva mientras que la derecha se ha hecho radical en nombre de la libertad de mercado, sin importarle los obstáculos de la tradición y las costumbres que pueda encontrar en su camino. Para explicar esta curiosa perspectiva, Giddens desarrolla un nuevo marco en el que insertar el radicalismo político, recurriendo a lo que él llama un ¿conservadurismo político¿, pero aplicando este punto de vista al servicio de los valores que normalmente se han asociado con la izquierda.

10 días que estremecieron al mundo John Reed.


 Diez días que estremecieron el mundo es una obra publicada por John Reed en 1919 que narra los acontecimientos de la Revolución soviética de Octubre casi en clave de reportaje. Se citan las decisiones de los comisarios, los procederes de los miembros del ejército revolucionario, etc. en un estilo «panorámico», tratando de abarcar el mayor número posible de personajes de la Revolución Rusa.



Libro tomado de: http://www.biblioteca.org.ar/

Descargar Libro John Reed: Los Diez Años que estremecieron al Mundo


Después de haber leído, con inmenso interés e inalterable atención hasta el fin, el libro de John Ree, DIEZ DÍAS QUE ESTREMECIERON AL MUNDO, desde el fondo de mi corazón lo recomiendo a los obreros de todos los países. Quisiera que este libro fuese distribuido por millones de ejemplares y traducido a todas las lenguas, ya que ofrece un cuadro exacto y extraordinariamente útil de acontecimientos que tan grande importancia tienen para comprender lo que es la revolución proletaria, lo que es la dictadura del proletariado. Estas cuestiones son hoy objeto de discusión general; pero, antes de aceptar o rechazar las ideas que encarnan, es indispensable comprender toda la significación del partido que con relación a ellas se tome. El libro de John Reed, sin duda alguna, ayudará a esclarecer este fundamental problema del movimiento obrero universal.

V. I. LENIN

Finales de 1919

Maquiavelo frente a la gran pantalla - Pablo Iglesias PDF


Presentación del nuevo libro de Pablo Iglesias





MAQUIAVELO FRENTE. A LA GRAN PANTALLA. CINE Y POLÍTICA. Pablo Iglesias Turrión. 24. MAQUIA. VELO FRENTE A LA GRAN P. ANT. ALLA P ablo Iglesias T urrión.
160 páginas


 



John Reed. Diez días que estremecieron al mundo12 (de 254) tivas y campesinos conservadores. A pesar de llamarse socialistas, los trudoviques de-.
254 páginas

Leon Trotsky (1932): Historia de la Revolución Rusa

 


Hace noventa años, en el país más atrasado de Europa, en el baluarte de la reacción política, se producía el paso más audaz, el más inesperado: la destrucción del estado feudal-burgués y la construcción de una sociedad socialista. A los ojos de los grandes jefes de la Segunda Internacional, los constructores de la Rusia soviética eran poco más que un puñado de bárbaros voluntariosos de los que poco podía esperarse. […] Quienes nos ubicamos del mismo lado que esos “arribistas” de la gran política mundial, por el contrario, profesamos la más sincera de las admiraciones, en particular por el notable dúo dirigente conformado por Lenin y Trotsky. Lo que caracteriza a los bolcheviques es la eficiencia revolucionaria, una cualidad rara, sólo compartida por Mao y, probablemente, los vietnamitas y Fidel Castro. De hecho, la “vía rusa” y la “china” han sido, hasta ahora, las únicas estrategias exitosas para la toma del poder. Ese es el corazón del problema que todo revolucionario tiene por delante: ¿cómo es posible la victoria?

La revolución depende de muchos factores, uno sólo de los cuales es la estrategia. Sin embargo, en determinado momento del proceso histórico, cuando los demás elementos ya están presentes, la estrategia adecuada y sus creadores deben ocupar, más bien pronto que tarde, el centro de la escena. Es el remate de la receta el que asegura su sabor definitivo. Y si Mao descubrió la receta para la toma del poder en un país con las características de China, Lenin y Trotsky inventaron la correspondiente a uno como Rusia a comienzos del siglo XX. Quienes pretenden, a comienzos del nuevo siglo, repetir aquellas hazañas, deben reconocer la naturaleza específica del momento y el lugar y recuperar, del conjunto de conocimientos acumulados, la experiencia más cercana a nuestro presente argentino. De ahí la primacía necesaria de Octubre sobre la Larga Marcha en nuestra no menos necesaria reflexión sobre nuestra estrategia para nuestra revolución. En aquella eficacia pueden encontrarse las bases de ésta.



Escrito: Historia de la revolución rusa (Istoria ruscoi revolutsii) fue escrita en ruso en el destierro de Trotsky en la isla de Prinkipo, mar de Mármara




Escrito: Historia de la revolución rusa (Istoria ruscoi revolutsii) fue escrita en ruso en el destierro de Trotsky en la isla de Prinkipo, mar de Mármara, ...