Tumbas de los hermanos Van Gogh |
Las cartas de Vincent a Theo, escritas con asiduidad a lo largo de veinte años, constituyen simultáneamente una autobiografia y una confesión de estética.
Vincent Van Gogh (Cartas a Theo)
BRUSELAS (15 DE OCTUBRE DE 1880 - 12 DE ABRIL DE 1881)
Bruselas, 1.° de noviembre. 72, boulevard du Midi.
He dibujado estos últimos días una cosa que me ha costado mucho trabajo, pero estoy contento de haberla hecho; he dibujado especialmente un esqueleto a la pluma y de una dimensión grande, en 5 hojas de papel Ingres.
1 hoja: la cabeza, esqueleto y músculos.
1 hoja: tronco, esqueleto.
1 hoja: palma de la mano, esqueleto y músculos.
1 hoja: dorso de la mano, esqueleto y músculos.
1 hoja: pelvis y piernas, esqueleto.
He hecho este trabajo tomándolo de un manual de John: Esbozos anatómicos para uso de los artistas. Hay en esta obra una gran cantidad de dibujos de la mano, del pie, etcétera. que me parecen muy eficaces y claros.
Y ahora voy a acabar completamente el dibujo de los músculos, especialmente del tronco y de las piernas, que formarán con los dibujos ya ejecutados un cuerpo humano completo; seguirá de inmediato el cuerpo visto de espalda y de costado.
Ves, pues, que prosigo con cierta energía; pero estas cosas no son tan fáciles y exigen tiempo y sobre todo mucha paciencia.
Voy a intentar, en la escuela veterinaria, meterme con las reproducciones anatómicas, por ejemplo del caballo, de la vaca y del carnero, y dibujarlas lo mismo que la anatomía del hombre. Hay leyes de proporciones, de luz y sombra y de perspectiva que se deben conocer para poder dibujar; si no se posee este conocimiento, resulta siempre «una lucha estéril y no se logra jamás «parir». Es por esto que creo haber procedido bien cuando he concebido el asunto de esta manera y quiero esforzarme en constituirme aquí este invierno un cierto capital de anatomía; no se puede esperar por más tiempo, y a fin de cuentas costaría todavía más caro, porque sería una pérdida de tiempo. Yo creo que tu opinión coincidirá con la mía. El dibujo es una lucha ruda y ardua. [..]
AMBERES (NOVIEMBRE DE 1885 - FEBRERO DE 1886)
Comienzo por contarte lo que he visto en el comedor de Leys, tú sabes: El Paseo por las murallas, los Patinadores, la Recepción, la Mesa, y sobre un tablero entre las ventanas, San Lucas. Para mi asombro, la composición, por lo menos me lo imagino, era bastante diferente de las composiciones definitivas, aunque yo no haya tenido la ocasión de compararlas a las fotos de los cuadros.
Está pintada al fresco, es decir, sobre el yeso de las paredes. Un fresco, a decir verdad, puede y debe durar siglos; pero éstos están ya sensiblemente descoloridos, y sobre todo el de arriba de la chimenea (fragmento de la Recepción) y hasta resquebrajado. Además el hijo del barón Leys -que es astuto- ha transformado la sala agrandando una puerta, de manera que en los Patinadores las piernas de los hombres que se encuentran sobre el puente y miran por arriba de la balaustrada, están inclinadas, lo que produce un efecto desfavorable.
Además, la luz es horriblemente mala; pero pienso que la sala estaba pintada originalmente para ser vista a la luz artificial. Entonces como yo la verdad es que no podía ver nada, hice encender la araña por la sirvienta, a quien le di una propina y así pude ver mejor.
Después de tantas cosas que me habían decepcionado en parte (en primer lugar el color al fresco y, sospecho, un mal procedimiento de fresco, sin que Leys acierte a convencernos), después de tantas cosas que me habían decepcionado, es sin embargo soberbio.
La sirvienta, la mujer junto a la panadería, la enamorada y las otras figuras en el Paseo por las murallas, la vista sobre la ciudad a vuelo de pájaro, la silueta de las torres y de los techos sobre el cielo, el bullir de los patinadores sobre los fosos helados, es de una construcción soberbia.
París, verano de 1987
Me parece terriblemente exacto, pero, en contra de esto, el amor verdadero hace perder el gusto por el arte.
Y me sucede sentirme ya viejo y fracasado y, sin embargo, lo bastante enamorado todavía para no estar entusiasmado por la pintura. Para triunfar se necesita ambición, y la ambición me parece absurda. Yo no sé qué resultará; quisiera sobre todo ser menos una carga -y esto no es imposible de ahora en adelante- porque espero hacer progresos de manera que puedas mostrar osadamente lo que hago sin comprometerte.
Y después me retiraré a cualquier parte en el Sur, para no ver tantos pintores que me asquean como hombres ...
Ayer vi a T., y ha puesto en el escaparate una tela que yo acababa de hacer; he hecho cuatro desde tu partida y tengo una grande en marcha.
Yo sé muy bien que estas telas grandes y largas son de venta difícil; pero más tarde se verá que tienen pleno carácter y buen humor. Ahora, el conjunto hará una decoración de comedor o de casa de campo (462).
Mi querido Théo:
Estoy en un arrebato de trabajo, ya que los árboles están en flor y quisiera hacer un vergel de Provenza de una alegría monstruosa. Escribirte con la mente reposada presenta serias dificultades: ayer te escribí cartas que en seguida destruí.
... He encontrado una cosa graciosa como no la haría con seguridad todos los días.
Es el puente levadizo con un pequeño coche amarillo y un grupo de lavanderas; un estudio donde los terrenos son anaranjado vivo, la hierba muy verde, el cielo y el agua azules.
Le falta tan sólo un marco calculado expresamente en azul real y oro, ese modelo con la bandeja azul y la varilla exterior oro; aunque en caso de necesidad el marco podría ser en felpa azul; pero vale más pintarlo. Creo poder asegurarte que lo que estoy haciendo aquí es superior a lo de la campiña de Asnières en la última primavera (473).
Estoy de nuevo en pleno trabajo, siempre vergeles en flor. El aire de aquí me sienta decididamente bien; desearía que lo respiraras a pleno pulmón; uno de sus efectos es bastante gracioso: aquí, un solo vasito de cognac me marea; así pues al no poder recurrir a estimulantes para hacer circular mi sangre, por lo menos la constitución no se gastará tanto.
Solamente que desde que estoy acá tengo el estómago terriblemente débil; en fin, esto es un asunto de mucha paciencia probablemente. Este año espero hacer reales progresos, de lo cual, por otra parte, tengo una gran necesidad.
Tengo un nuevo vergel que está tan bien como los melocotoneros rosas y que tiene albaricoqueros de un rosa muy pálido.
Actualmente trabajo en unos ciruelos de un blanco amarillo con mil ramas negras.
Gasto enormemente telas y colores, pero asimismo espero no perder el dinero.
Además ayer vi una corrida de toros, donde 5 hombres atormentaban al buey con banderillas y escarapelas; un toreador se aplastó un testículo saltando la barrera. Era un hombre rubio con ojos grises, que tenía mucha sangre fría; decían que tendría para mucho tiempo. Estaba vestido de azul celeste y oro, exactamente como el caballerete de nuestro MonticeIli, el que tiene 3 figuras en un bosque. Las arenas son muy bellas cuando hay sol y muchedumbre.
El mes será duro para ti y para mí, solamente sin embargo sería en ventaja nuestra, si la cosa te resulta, hacer todos los vergeles en flor que se puedan. Ahora estoy muy bien para trabajar, y me parece que me hacen falta unos 10 sobre el mismo motivo.
Ya sabes que soy muy inconstante en mi trabajo, y que esta furia de pintar vergeles no durará siempre. Después de todo, vendrán posiblemente las arenas. Además, tengo que dibujar enormemente, porque quisiera hacer dibujos en el género de los crespones japoneses. No puedo hacer otra cosa que batir el hierro mientras está caliente.
Quedaré derrengado después de los vergeles [..]
Yo podría, en rigor, alquilar a medias el nuevo taller. [..] En todo caso el taller está bastante a la vista para permitirme creer que esto pueda tentar a alguna buena mujer, y una crisis de enaguas difícilmente podría conducir a un concubinato. Por otra parte, las costumbres son, me parece, menos inhumanas y contra natura que en París. Pero con mi temperamento, divertirme y trabajar no son del todo compatibles y en las circunstancias actuales habrá que contentarse con hacer cuadros. Lo cual no es la felicidad ni la verdadera vida, pero, ¿qué quieres? Aun esta misma vida artística, que nosotros sabemos que no es la verdadera, me parece muy viviente, y sería ingratitud no contentarme con ella.
Me he quitado otra preocupación, ahora que he encontrado el tallercito blanco. He perdido el tiempo mirando un montón de pisos. Te parecerá gracioso que el retrete se encuentre en casa del vecino, en una casa bastante grande que pertenece al mismo propietario. En una ciudad del sur me parece que quejarse sería un error, ya que estas administraciones son extrañas y sucias, y que involunriamente uno se las representa como nidos de microbios. Además tengo agua.
Pondré algunas japonerías en la pared (480).
Arlés, 4 de mayo de 1888
Muy a menudo pienso aquí en Renoir y en su dibujo puro y limpio. Así se ven los objetos o los personajes aquí en la claridad.
Yo creo que se puede hacer algo aquí con el retrato. Si las gentes son de una ignorancia crasa en cuanto a la pintura en general, son mucho más artistas que en el norte para su propia figura y su propia vida. He visto aquí figuras ciertamente tan bellas como las de Goya y Velázquez. Te saben colocar una nota rosa en un vestido negro, o bien confeccionar un traje blanco, amarillo, rosa, o aun verde y rosa, o azul y amarillo, donde no hay nada que cambiar desde el punto de vista artístico. Seurat encontraría aquí figuras de hombres muy pintorescos, a pesar de sus vestidos modernos.
Ahora ya estoy seguro de que la gente de aquí caería en la trampa del retrato.
Mira, está claro que nuestra neurosis, etc ... , procede también de nuestra manera de vivir un poco demasiado artística, pero que además es una herencia fatal, puesto que en la civilización uno se va debilitando de generación en generación. Si nosotros queremos encarar de frente el verdadero estado de nuestro temperamento, tenemos que alinearnos en las filas de aquéllos que sufren de una neurosis que viene ya de lejos. Yo creo que Gruby está en lo cierto en estos casos -comer bien, bien, vivir bien, ver pocas mujeres, en una palabra, vivir por anticipado como si uno tuviera ya una enfermedad cerebral y una enfermedad de la médula, sin contar la neurosis, que existe realmente. Cierto que esto es tomar al toro por los cuernos, lo cual no es una mala política.
Y Degas obra así y triunfa.
Igualmente, ¿no estás de acuerdo conmigo en que es terriblemente duro? Es que, en suma, resulta perjudicial escuchar los sabios consejos de Rivet y de Pangloss, estos excelentes optimistas de la verdadera y jovial raza gala, que te conceden un amor propio.
Sin embargo, si queremos vivir y trabajar, es necesario ser muy prudentes y cuidarnos. Agua fría, aire, alimentación simple y buena, andar bien vestido, tener cómodo lecho y no tener contrariedades (481).
Monticelli, colorista lógico, capaz de proseguir los cálculos más ramificados y subdivididos, relativos a las gamas de los tonos que él equilibraba, seguramente sobrecargó su cerebro con este trabajo, lo mismo que Delacroix y Ricardo Wagner.
Pero si él bebía fue quizás porque siendo -Jongkind también- más fuerte en el físico que Delacroix y físicamente más atormentado (Delacroix era más rico) hubiese pasado -me siento muy inclinado a creerlo- que si ellos no lo hubieran hecho, sus nervios alborotados les hubieran hecho algunas malas jugadas. Así Jules y Edmond de Goncourt dicen esto al pie de la letra:Tomamos tabaco y muy fuerte, para embrutecemos en el horno de la concepción.
No creas, pues, que vaya a mantener artificialmente un estado febril; pero has de saber que estoy en pleno cálculco complicado, de donde resultan en seguida una tras otra, telas hechas muy ligero; pero calculadas de antemano largo tiempo. Por eso, cuando digan que esto ha sido hecho muy rápido, tú podrás responderles que ellos también las han visto demasiado rápido. Por otra parte, ahora estoy preparándome a repasar un poco todas las telas, antes de enviártelas. Pero durante la cosecha, mi trabajo no ha sido más cómodo que el de los aldeanos, que lo que hacen ellos mismos en esta cosecha. Lejos de quejarme, es justamente entonces que con la vida artística, aun cuando no sea ni con mucho la verdadera, me siento casi tan feliz como lo podría ser con el ideal de la vida verdadera (507).
Ayer, a la puesta del sol, en un bosque pedregoso donde crecen unas encinas muy pequeñas y retorcidas; en el fondo, una ruina sobre la colina, y en el valle el trigo. Era romántico, no lo podría ser más, a lo Monticelli; el sol arrojaba rayos muy amarillos sobre los matorrales y el terreno, una verdadera lluvia de oro. Y todas las líneas eran muy bellas y el conjunto de una nobleza encantadora. Uno no se hubiera sorprendido en lo más mínimo al ver surgir repentinamente caballeros y damas regresando de una cacerÍa con halcón, o al oír la voz de un viejo trovador provenzal.
No hay un camino mejor ni más corto para mejorar el trabajo que hacer figuras. Además, me siento siempre con más confianza haciendo retratos, sabiendo que este trabajo es mucho más serio -ésta tal vez no sea la palabra, pero supongo que me permite cultivar lo que tengo de mejor y de más serio (517)
15 de agosto de 1888
Ahora he guardado el gran retrato del cartero, y su cabeza, que te adjunto, es una sola sesión, y bien, éste es mi fuerte: hacer un buen hombre toscamente en una sesión. Si fuera capaz, mi querido hermano, lo haría siempre así, bebería con el primero que llegara y le pintaría; pero no a la acuarela, sino al óleo, durante una sesión, como Daumier.
Si hiciera cien como éstos, en conjunto saldrían algunos buenos. Y yo sería más francés y más yo, y más bebedor. Esto me tienta mucho; no la bebida, sino la pintura de pillos. ¿ O es que obrando así, lo que ganara como artista lo perdería como hombre? Si yo tuviera la seguridad de esto, sería un trastornado famoso; pero de momento no soy nada famoso; pero, ya lo ves, no tengo la suficiente ambición de esta gloria como para prender fuego a la pólvora. Prefiero esperar la generación que ha de venir, la que hará en el retrato lo que Claude Monet hace en el paisaje, el paisaje rico y atrevido a lo Guy de Maupassant.
Entonces yo sé que no soy -de esa gente, pero, ¿los Flaubert y los Balzac no han hecho a los Zola y a los Maupassant? Viva pues, no nosotros, sino la generación venidera. Tú eres bastante juez en pintura para ver y apreciar lo que yo puedo tener de originalidad, y lo eres igualmente bastante para ver la inutilidad de presentar lo que hago a un público de ahora, porque los otros me superan en la pincelada más neta. Esto concierne más al viento y a las circunstancias que a lo que yo podría sin el mistral y sin estas circunstancias fatales de juventud evaporada, de pobreza relativa (525)
¿No es triste que los Monticelli no hayan sido jamás hasta ahora reproducidos por medio de hermosas litografías o vibrantes aguafuertes? Yo quisiera ver lo que dirían los artistas si un grabador como aquel que ha grabado los Velázquez hiciera un hermoso aguafuerte. Es igual; creo que es todavía más nuestro deber tratar de admirar y conocer a las cosas por nosotros que enseñarlas a los demás. Ya que las dos pueden ir juntas.
Envidio a los japoneses, la extrema limpieza que tienen en ellos todas las cosas. Es algo que jamás aburre, ni parece nunca hecho a la ligera. Su trabajo es tan simple como respirar y hacen una figura con algunos trazos seguros, con la misma facilidad, como si fuera tan sencillo como abotonarse el chaleco.
¡Ah! ... es preciso que llegue a hacer una figura en pocos trazos. Esto me tendrá ocupado todo el invierno. Una vez que lo logre podré pintar paseos por las avenidas, la calle, una porción de motivos nuevos. Mientras te escribo esta carta he dibujado una docena. Le ando siguiendo la pista, pero es muy complicado, porque lo que busco es hacer en pocos trazos las figuras de hombre, de mujer, de chiquillo, de caballo, de perro, y que tengan cabeza, cuerpo, piernas, brazos que se ensamblen.
Hasta muy pronto y un buen apretón de manos. Todo tuyo,
VINCENT (542).
30 de abril de 1889.
Cuánta razón tenía Delacroix, que se alimentaba solamente de pan y de vino y que logró encontrar una manera de vivir en armonía con su profesión. Pero siempre queda la fatal cuestión del dinero. Delacroix tenía rentas. Corot también. Y Millet -era aldeano e hijo de aldeanos...
El agua de una inundación ha subido hasta pocos pasos de la casa: y era normal que la casa, que se había quedado sin fuego en mi ausencia, a mi regreso rezumase agua y salitre por las paredes.
Esto me produjo mal efecto: no solamente el taller sumergido, sino hasta los estudios, que hubieran sido el recuerdo, anegados: es algo ya definitivo: y mi impulso por fundar algo muy simple pero duradero, me había ilusiodo tanto. Ha sido luchar contra fuerzas mayores; o más bien ha sido debilidad de carácter por mi parte, porque me quedan remordimientos graves, difíciles de definir. Yo creo que esto ha sido la causa de que haya gritado tanto en las crisis: que yo quería defenderme y ya no podía más (588)
2 de mayo de 1889.
Me gustaría engancharme: pero me da miedo (como en la ciudad ya conocen todos el accidente) que aquí me rechacen: lo que temo entonces, o más bien lo que me vuelve tímido, es la posibilidad, la probabilidad aquí, de una negativa. Si yo tuviera alguna certidumbre de que podría alistarme por cinco años en la legión, iría.
Pero sucede que no quiero que esto sea considerado como un nuevo acto de locura de mi parte: y es por esto que te insisto, así como al señor Salles, para que cuando vayáis, actuéis con toda serenidad y reflexión ...
Quizá, me digo: en fin, sea lo que sea, si yo supiera que me iban a aceptar, iría a la legión. Es que me he vuelto tímido y vacilante desde que vivo como maquinalmente.
Entretanto, la salud marcha muy bien y trabajo un poco. Tengo en preparación una avenida de almendros con flores rosas, con un pequeño cerezo en flor y una planta de glicina y el sendero del parque manchado de sol y sombra.
25 de mayo de 1889
¿Qué te diría de nuevo?; no mucho. Tengo en preparación dos paisajes (telas de 30), de vistas tomadas en las colinas; una es la campiña que percibo desde la ventana de mi habitación. En primer plano, un campo de trigo asolado y tronchado, después de una tormenta. Una del otro lado, el gris verde de algunos olivos, y colinas. En fin, en lo alto de la tela, una gran nube blanca y gris sumergida en el azul.
Éste es un paisaje de una extremada simplicidad -también en cuanto al colorido. Esto haría juego con ese estudio de dormitorio, que está deteriorado. Cuando la cosa representada, en tanto que estilo, es una y está perfectamente de acuerdo con la manera de representarla, ¿ no reside en eso la permanencia de algo de arte?
Eso explica que un pan casero, en cuestión de pintura, sea sobre todo bueno cuando está pintado por Chardin.
Ahora el arte egipcio, por ejemplo, lo que lo hace extraordinario ¿no es que esos serenos reyes calmos, sabios, dulces y buenos, parecen no poder ser otra cosa que lo que son eternamente: agricultores adoradores del sol? Así, artistas egipcios, que tenían una fe y trabajaban por sentmiento e instinto, expresan todas esas cosas inapresables, la bondad, la paciencia infinita, la sabiduría, la serenidad, por medio de algunas sabias curvas y proporciones maravillosas. Quiero decir una vez más todavía, que cuando la cosa representada y la manera de representarla concuerdan, el todo tiene estilo y permanencia.
Cuando veo un cuadro que me interesa mucho, me pregunto siempre involuntariamente ¿en qué casa, en qué cuarto, en casa de qué persona quedará bien, estará en su sitio?
Así los cuadros de Hals, de Rembrandt, de van der Meer, no están en su sitio más que en la antigua casa holandesa.
Y los impresionistas qué -siempre pasa que si un interior no está completo sin obra de arte, un cuadro no lo está tampoco si no hace juego con un ambiente original y que resulte de la época en la cual ha sido producido. Y yo no sé si los impresionistas valen más que su tiempo o más bien no valen tanto aún. En una palabra: ¿hay almas e interiores de casa más importantes que lo que ha sido expresado por la pintura? Me siento inclinado a creerlo ...
En el paisaje de aquí, muchas cosas hacen pensar a menudo en Ruysdael; pero la figura de los labradores falla.
Entre nosotros, por todas partes y en cualquier época del año se ven hombres, mujeres, niños, animales trabajando; y aquí ni -siquiera un tercio equivale al trabajador franco del norte. El de aquí parece que trabaje con mano torpe y descuidada, sin animación. Quizá sea ésta una idea equivocada que me hago; lo supongo al menos, no siendo del país. Pero esto deja las cosas más frías de lo que permite creer de Tartarín, que tal vez lleva ya muchos años expulsado con toda su familia ...
Por eso, me siento tentado de recomenzar con los colores más simples, los ocres por ejemplo.
¿Acaso un Van Goyen es feo porque esté pintado en pleno aceite con muy poco color neutro, o un Michel? (594).
Iglesia de Auvers-sur-Oise, 1890 |
"Le atormenta la idea de ser una carga para su hermano y temiendo un nuevo ataque, el 27 de julio de 1890 sale al campo y vuelve con un disparo en el cuerpo. Según testigos, Van Gogh declaró que había sido él mismo. Dos días más tarde, fallece el gran genio del post-impresionismo, el pintor incomprendido, el "loco del pelo rojo". Curiosamente, 6 meses después, Théo muere en una casa de salud de Utrecht. Ambos hermanos están enterrados en el cementerio de Auvers-sur-Oise."
Retrato del doctor Gachet |
SIGLO XXI: UN ARTISTA QUE VALE MILLONES
VAN GOGH ALCANZO LA GLORIA artística después de muerto. Y, ya en el siglo XX, su figura alcanzo la categoría de mito. Entonces, el valor de su obra empezó a multiplicarse.
En el mercado del arte, sus pinturas y dibujos alcanzaron precios astronómicos. En la década de los 90, se desato la pasión de muchos coleccionistas por el impresionismo.
Los multimillonarios japoneses empezaron a pujar fuerte en las subastas de cuadros impresionistas, y Van Gogh –un “impresionista tardío” también considerado como el primer expresionista- estaba en primera línea.
Se repetía hasta el cansancio que solo había vendido un cuadro en su vida y que lo poco que ganaba lo invertía en materiales para seguir pintando. Así se alimento artificialmente el valor del mito. Uno de sus siete jarrones con girasoles y sus lirios pasaron a estar entre las telas más caras.
En 1990, el japonés Ryoei Saito pago 82,5 millones de dólares por Retrato del doctor Gachet, que se convirtió en la obra más cara hasta el momento. Se trata de un cuadro heredado por el hermano del pintor, Theo, que lo legó a su viuda.
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