Debo prepararme para el día en que mi vida desheredada tendrá que exhibir su desnudez, despojándose de sus máscaras una a una. Esta inesperada pobreza se ha instalado en un corazón en el que parecía reinar la abundancía. Las sumas que le he pagado a la falsa ilusión durante nueve años de mi juventud, ahora tendré que devolverlas a la Verdad, con intereses, durante el resto de mi vida
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bindranath Tagore, La Casa y el Mundo
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