Sun Valley, el ultraprivado “campamento de verano” para multimillonarios en el que se reúnen algunas de las personas más influyentes de EE.UU.

 

Jeff Bezos y Lauren Sanchez en Sun Valley.

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Pie de foto,Jeff Bezos y Lauren Sanchez en Sun Valley, Idaho.
  • Author,Redacción
  • Role,BBC News Mundo

Es uno de los encuentros más exclusivos del mundo.

En el “campamento de verano de los multimillonarios”, como lo bautizó la prensa, están reunidos esta semana algunos de los más influyentes líderes empresariales y magnates estadounidenses, para discutir -a puerta cerrada- sobre asuntos de negocios, pero también sobre el destino político y económico del país.

Cuando solo faltan cuatro meses para las elecciones presidenciales en Estados Unidos, se cree que el intenso debate sobre la candidatura del presidente Joe Biden -después de su cuestionado desempeño con el último debate con Donald Trump- es uno de los temas que aparecerá en gran parte de las conversaciones entre los asistentes al evento que se extenderá hasta el sábado.

La conferencia, organizada por el banco de inversión Allen & Company en Sun Valley, una ciudad turística en Idaho, se ha convertido en una reunión privada a la que solo asiste la élite de la élite desde su creación hace cuatro décadas.

Este año llegaron en sus jets privados figuras como el fundador de Amazon, Jeff Bezos; el director ejecutivo de OpenAI, Sam Altman; el director ejecutivo de Apple, Tim Cook; el director ejecutivo de Disney, Bob Iger; el director ejecutivo de Warner Bros, David Zaslav, el cofundador de Microsoft, Bill Gates; la empresaria de medios de comunicación, Shari Redstone; además de algunas celebridades como Oprah Winfrey.

El director ejecutivo de OpenAI, Sam Altman, es otro de los asistentes al "campamento de verano" en Ohio, Estados Unidos.

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Pie de foto,Sam Altman, director ejecutivo de OpenAI.

A pocos meses de la elección presidencial

La conferencia anual, cuya primera edición se llevó a cabo en 1983, ha sido el lugar de nacimiento de grandes acuerdos comerciales y el lugar en el que los líderes de grandes conglomerados discuten el futuro de sus negocios, así como el rumbo de Estados Unidos.

Dominada por la presencia de titanes de los medios de comunicación y el entretenimiento, junto a los magnates tecnológicos, es probable que formen parte de la agenda temas como el impacto de la inteligencia artificial en la industria y el futuro del streaming, así como el millonario negocio de las transmisiones deportivas.

En paralelo, las elecciones presidenciales estadounidenses -y sus efectos en la economía y los negocios- estarán en el centro de las conversaciones.

Bob Iger, director ejecutivo Walt Disney Company.

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Pie de foto,Bob Iger, director ejecutivo Walt Disney Company.

Este año, la conferencia llega idías después después del debate presidencial del 27 de junio en el que el desempeño del presidente Joe Biden fue duramente cuestionado, provocando llamados de algunos legisladores demócratas, donantes y miembros del partido, para que dé un paso al costado en favor de un candidato más joven.

Las dudas sobre la capacidad del presidente Biden para gobernar el país durante los próximos cuatro años han hecho que el tema domine la agenda política estadounidense.

Bill Gates, cofundador de Microsoft.

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Pie de foto,Bill Gates, cofundador de Microsoft.

En medio de ese debate, es poco probable, dice la prensa nacional, que los magnates del sector tecnológico y de los medios de comunicación y el entretenimiento, no conversen sobre los posibles reemplazos de Biden en la carrera a la Casa Blanca y cómo esto puede afectar el resultado de las elecciones.

El presidente, sin embargo, ha dicho en reiteradas ocasiones que no tiene planes de abandonar su candidatura a la reelección.

Uno de los puntos clave que podría influir en un giro en la campaña demócrata es el peso de la opinión de los donantes, algunos de los cuales forman parte -directa o indirectamente- del exclusivo círculo reunido en Sun Valley.

Tim Cook, director ejecutivo de Apple, llegando a la conferencia.

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Pie de foto,Tim Cook, director ejecutivo de Apple.

Hablemos de negocios

La prensa estadounidense especula que las conversaciones de este año incluirán temas como el plan de sucesión de Bob Iger en Disney y las vertiginosas negociaciones que llevaron a la fusión de Paramount Global y Skydance Media.

Oprah Winfrey, directora ejecutiva de Oprah Winfrey Network y Van Jones, cofundador y presidente de Dream Corps.

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Pie de foto,Oprah Winfrey, directora ejecutiva de Oprah Winfrey Network, y Van Jones, cofundador y presidente de Dream Corps.

El futuro de Warner Bros. y Comcast también sería otro asunto relevante, mientras Disney analiza planes para comprar una parte de Comcast.

En los últimos tiempos, las empresas de medios están apostando por asociar sus operaciones de streaming con las de sus competidores, para reducir costos y mejorar la rentabilidad del negocio, señalan expertos del sector.

Disney y Warner Bros., por ejemplo, están agrupando Disney+, Hulu y Max, mientras que Comcast tiene un paquete que agrupa a Netflix, Apple TV+ y su propio servicio Peacock, según informó Bloomberg.

David Zaslav, presidente y director ejecutivo de Warner Bros Discovery.

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Pie de foto,David Zaslav, presidente y director ejecutivo de Warner Bros Discovery.

Los derechos de transmisión son otro de los grandes negocios que suelen estar presentes en Sun Valley.

Por ejemplo, la Asociación Nacional de Baloncesto, está negociando un posible acuerdo de US$76.000 millones por 11 años con Disney, Comcast y Amazon.

Con esos y otros temas sobre la mesa, lo que se discuta en Sun Valley tendrá un gran impacto comercial.

Y las conversaciones tras las bambalinas sobre el futuro político del país, también podrían dar señales sobre el ánimo en el sector empresarial de cara a las elecciones de noviembre.

El empresario y político Michael Bloomberg, junto a Sheryl Sandberg, Sandberg exdirectora de operaciones de Meta Platforms y Facebook.

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Pie de foto,El empresario y político Michael Bloomberg, junto a Sheryl Sandberg, exdirectora de operaciones de Meta Platforms y Facebook.

“El misterio mayor es cómo un sustrato neurobiológico puede desembocar en pensamiento”

 AMELIA GAMONEDA / POETA E INVESTIGADORA




¿Es la inspiración el resultado de un vagabundeo secreto de la mente que se nos muestra como fruto de azar? ¿Qué diferencias existen entre el eureka científico y la idea de iluminación artística? ¿Existen las casualidades? ¿Tienen las Musas explicación científica? De estas y otras cuestiones igualmente fascinantes nos habla la poeta e investigadora Amelia Gamoneda, coordinadora del libro Idea súbita. Ensayos sobre epifanía creativa (Abada). La catedrática de Literatura Francesa en la Universidad de Salamanca e hija del poeta Antonio Gamoneda, explora en este volumen las etapas intermedias entre el planteamiento de un problema y la llegada abrupta de su solución.

El hecho de abordar “la idea súbita” desde postulados incluso científicos, ¿no le resta fascinación o encanto?

Idea súbita es el nombre bajo el que presentamos esos fenómenos conocidos como eureka, epifanía, serendipia o incluso iluminación. Todos ellos tienen en sí capacidad de fascinación, sobre todo para quien lo experimenta en su propia mente. Ello sucede porque la idea súbita suele llegar –tanto en arte como en ciencia– sin aparente esfuerzo, sin que el sujeto tenga sensación de trabajo de reflexión que desemboque en resultados. Lo que sucede es que no hay trabajo consciente, aunque sí inconsciente. Pero al ser inconsciente, no es un trabajo de orden racional, y la idea súbita se presenta como surgida de la nada si consideramos que una idea ha de ser siempre resultado de un trabajo consciente racional. Sin embargo, lo específico de la idea súbita es precisamente ocultar a la conciencia el trayecto de su advenimiento. Desde este punto de vista, señalar que hay un trabajo inconsciente previo puede considerarse un desencantamiento, si se quiere, pero no es mayor que el que trata de desentrañar neurológicamente cualquier otra producción mental. De todos modos, estamos muy lejos todavía de sufrir ese tipo de desencantamientos. Porque el misterio mayor es cómo un sustrato neurobiológico puede desembocar en pensamiento –de cualquier clase que este sea, tanto el más genial como el más banal–. El paso de lo sensible a lo inteligible es la pregunta que, desde siempre, fascina tanto a científicos como a artistas. Las incipientes respuestas que ofrece hoy la neurobiología no desencantan, sino que reencantan. Pero quizá moviendo el encantamiento de lugar: ya no se trata de creer en espíritus iluminadores o en prodigios de revelación, sino en experimentar el asombro frente a la complejidad desconocida de nuestra propia mente. 

¿Qué predisposición de ánimo se requiere para recibir la epifanía?

Parece ser que una atención flotante al entorno la favorece. Hablamos de epifanía cuando nos referimos al ámbito del arte, de la filosofía o la religión. En estos territorios no hay forzosamente planteamiento previo de un problema que tengamos que resolver, como sí ocurre en el eureka, que es el término que corresponde a la idea súbita en ciencia. Es decir, lo habitual es que, antes del eureka, el sujeto haya reflexionado largamente sobre algún problema y le haya buscado inútilmente solución. Abandonada esta reflexión, sobrevendría el eureka. Por su parte, la epifanía no tiene forzosamente ese perfil de problema no resuelto. Sin embargo, en ambos, la idea súbita aparece precedida de una bajada de atención dirigida conscientemente hacia objetivos precisos. Como si la mente se encontrara en un momento de relax y vagabundeo: es el momento de solaz en la bañera para Arquímedes o de ver una manzana cayendo del árbol para Newton. Entonces sobreviene otro momento en el que el cerebro se cierra a la percepción de ese entorno y sucede la toma de conciencia de una idea. Hay que pensar que, en la fase de vagabundeo de la mente, de modo inconsciente estarían sucediendo operaciones mentales analógicas no censuradas por la razón y quizá hasta disparatadas. Puede ser que alguna tenga fortuna y sea captada como viable en términos de solución racional, estética o de otro tipo por nuestro cerebro, quien entonces reacciona volviendo hacia ella la atención consciente, para lo cual despliega una actividad dominante del hemisferio derecho, mientras que la información se difunde globalmente en el córtex, haciéndose así consciente. Pero, antes de todo ello, se diría que el ánimo es relativamente relajado y distraído. Solo después se revela que había una idea en estado larvario. 

¿Todo existe previamente y la cuestión es encontrarlo?

No, las ideas se generan, no preexisten ni en la realidad ni en nuestro cerebro. Solo podemos decir que las encontramos en el sentido en el que los trovadores utilizaban en verbo “trovar”, que ha dado el francés “trouver”: en un sentido creativo. En todo caso, el sujeto no encuentra algo preexistente, lo que sucede es un “encuentro” entre el sujeto y ese algo, el sujeto es parte activa. No se trata de que el sujeto acuda a ningún hipotético reservorio de ideas, sino de que él mismo produzca un tipo de acercamientos y combinatorias no censurados previamente por la razón (de esto sabían mucho los surrealistas cuando creaban imágenes). Y algo importante: la atención flotante al entorno puede recoger modos de percepción y de sensibilidad respecto al mismo que forman parte de esos acercamientos de tipo analógico que desembocan en la idea súbita. Esta idea no preexiste ni es un resultado, es una emergencia: algo nuevo.

Poincaré aseguraba (la frase se repite en un par de ocasiones en el ensayo) que “las combinaciones útiles son precisamente las más bellas”. ¿La belleza no se sustenta precisamente en su opuesto, en lo inútil, en lo que carece de valor de cambio?

Utilidad y belleza son dos fuentes de creación de valor en este mundo. Son muy diferentes, claro está, pero ambas han conseguido generar rendimiento en términos sociales y económicos. La utilidad proporciona satisfacción a las necesidades. La belleza genera satisfacciones no necesarias. La ciencia sirve a la primera, el arte a la segunda. Ambos se duelen de no saber proporcionar las satisfacciones que sí proporciona el otro. Frente a esa decepción, el arte prefiere displicentemente declararse inútil. Y la ciencia reclama vanidosamente para sus útiles producciones una idea de belleza simplificada y cognitivamente depauperada en ornato. Esta grosera psicología de ambos ámbitos de conocimiento del mundo me parece estar en la base de algunas actitudes mucho más sofisticadas, como es el caso de la admisión de la metáfora o del propio eureka por parte de la ciencia en los prolegómenos del pensamiento científico. La filosofía de la ciencia admite con presteza que pueda haber una fase de descubrimiento vinculada con un pensamiento no científico, pero que ha de ser superada con la misma celeridad. Este tipo de posiciones ha alimentado el gran debate sobre modelo y metáfora. Y el eureka también ha sido rentable a la hora de discutir la posibilidad de diversos tipos de mente científica y creadora (matemáticos que piensan con fórmulas o que lo hacen con imágenes; creadores tipo Beethoven o Mozart). 

El hallazgo, ¿siempre se comprende a posteriori?

Esta cuestión es importante. En el caso del eureka –que se produce como solución a un problema científico– el productor de la idea puede tener la intuición de su acierto, pero necesitará después comprobarlo aplicando toda su racionalidad y su conocimiento de la disciplina en cuestión; y, seguramente, también deberá corregir la formulación de la idea y demostrarla para convertirla en una verdad científica. Esta fase de verificación es imprescindible para certificar a posteriori un eureka, pues en otro caso podría tratarse de una idea fallida. Sin embargo, en el caso del arte y su epifanía no se produce esa fase posterior, porque el arte no se funda sobre verdades verificables. Su pregunta se refiere a la comprensión que podría darse tras la idea súbita y, en el caso de la epifanía del arte, la comprensión en términos cognitivos exigiría que el arte fuera en sí mismo inteligible. Pero la inteligibilidad –ya lo decía Jorge Wagensberg– no es característica del arte.

Más que comprender el hallazgo, lo que el arte ha buscado a lo largo de la historia es legitimarlo por otras vías

Más que comprender el hallazgo, lo que el arte ha buscado a lo largo de la historia es legitimarlo por otras vías. Por ello, la epifanía se ha atribuido a la influencia de alguna entidad superior y poco inteligible (espíritus, musas, deidades) cuya garantía se producía en el mismo surgimiento súbito de la idea y no después. Otra gran legitimación ha sido y es la estética. Pero los tiempos modernos –y en particular las vanguardias– rompieron con esas legitimaciones, incluso con la del sufragio del gusto general. Desde entonces, el arte no busca e incluso no admite legitimación –hoy en día es poesía lo que actualmente declara el poeta y así nombra en la portada de su libro–. De donde se sigue que la epifanía artística se aleja cada vez más del eureka y se acerca cada vez más a la serendipia, esa otra idea súbita. 

¿Qué diferencia a la idea súbita que ha sido largamente perseguida de la que brota sin causa primera, como el fulgor de un verso?

La expresión “idea súbita largamente perseguida” es casi un oxímoron, pues el problema pendiente de resolución puede haber sido largamente planteado y pensado, pero la idea súbita no ha podido ser elaborada larga y conscientemente, solo el trabajo de incubación inconsciente puede ser largo. Por otra parte, el verso es, a mi entender, un caso específico de epifanía; es, por así decir, el surgimiento de una fórmula lingüística que viene a nombrar una experiencia del sujeto que no tenía nombre. En ese sentido, es un hallazgo: tiene la novedad de la palabra que existe por vez primera (y quizá última: un hápax), y naturalmente por ello no pertenece al lenguaje común, no es comunicativa en el sentido en que lo es un término del diccionario. Y por no ser comunicativa no es tampoco inteligible. Es un lenguaje que se ensaya, sin aval y sin demostraciones posteriores. Excepto quizá la de la lectura poética, esto es: el hecho de que un lector pueda reconocer el verso como fórmula lingüística conforme a la expresión de su propia experiencia. 

¿Hasta qué punto se puede racionalizar el azar?

El azar no es un ingrediente esencial de la idea súbita. Incluso en el caso de la serendipia, la sorpresa cuenta más que el azar, pues lo importante es el proceso que se desencadena en el sujeto y que está cercano a la abducción, no tanto la idea de las contingencias exteriores al sujeto. La intervención del azar en la idea súbita se asemeja a la idea del azar objetivo de los surrealistas: es el poeta el que encuentra el parentesco entre los sucesos del mundo; otra cosa es que el relato se pueda hacer de manera reversible y que sea posible prestar carácter azaroso o teleológico a lo que, en el fondo, ha sido seleccionado por la percepción de un sujeto. 

El hallazgo súbito tiende a subrayar la presencia del sujeto en el proceso de pensamiento

¿Qué carga emocional implica el hallazgo?

El hallazgo súbito tiende a subrayar la presencia del sujeto en el proceso de pensamiento, pues de pronto este siente su propia implicación en el surgimiento de la idea –implicación que un momento antes no sentía–. La siente porque la idea se presenta por sorpresa, y con ello el sujeto torna repentinamente a una conciencia. El sujeto se sorprende tanto del contenido como del propio hecho de su ocurrencia. Pero sucede también que en el eureka y la epifanía, algo de la experiencia personal y no consciente del sujeto pasa a la idea, le da forma o contenido, y el sujeto se siente entonces así reflejado de algún modo en su propia idea. La reconoce como suya después de verla surgir aparentemente de modo independiente y sin su contribución, se posesiona de ella. Así pues: sorpresa y reconocimiento (ambos en grado matizado, naturalmente). Lo subitáneo ejerce una fascinación sobre ese sujeto: lo que no existía para uno de repente existe en uno mismo. Hay también experiencia de magia, de un ilusionismo que retiene nuestra atención desde la infancia –recuérdese el fort-da freudiano–. Finalmente, puede haber una elaboración de la sorpresa y la fascinación en el sentido de atribuirlas a alguna instancia inspiradora, lo que refuerza el sentimiento de excepcionalidad del sujeto: elegido o genio. Y a partir de este grado entramos ya en zonas esotéricas.  

La inteligencia artificial, ¿también incurre en ideas súbitas o es una facultad humana?

Si el eureka se describe como idea súbita que pasa del inconsciente a la consciencia, no parece que esta noción pueda aplicarse a la inteligencia artificial. Conciencia e inconsciente son hasta ahora nociones que dependen de la existencia de un sustrato biológico por definición, y una máquina no es un ser vivo. Otra cosa es que ampliemos la noción de consciencia y pensemos que el nivel de complejidad y la capacidad (hipotética aún) de suscitar cierto nivel de emergencias dentro de un sistema pone a la máquina en condiciones de cumplir los requisitos de una conciencia. En ese sentido (no creo que la máquina esté muy interesada en ello), podría considerarse que el trabajo no explícito de la máquina tiene analogía con el trabajo inconsciente. El problema es que el trabajo inconsciente se ancla en la condición corpórea del sujeto. En fin, la idea súbita es un registro de la corporeización de nuestro pensamiento: una especificidad humana que supone una frontera muy básica pero inexpugnable para la inteligencia artificial. Lo más rudimentario es lo más difícil. 

Eureka y epifanía requieren de confianza en uno mismo

Las condiciones externas (nivel social, económico, etc.), ¿de qué modo condicionan la aparición del eureka?

Una idea –tanto trabajada conscientemente como súbita– surge de una necesidad o problema, del tiempo necesario para pensar en resolver dicha necesidad, de los conocimientos básicos para enfrentar el problema y del ingenio suficiente para hallar la solución. Todo el mundo tiene problemas, pero no todos tenemos las mismas posibilidades y facilidades para gestionar el resto de los ingredientes de la producción de una idea. Sucede que, a mejores condiciones de vida, mayores facilidades. La idea súbita no es una excepción. Pero además se diría que la atención flotante que la precede rima con cierta idea de ocio indolente. Y el ocio es caro. Sin embargo, creo sobre todo que el mejor curso de la idea súbita tiene que ver con la disposición del ánimo hacia uno mismo: ofrecerse psíquicamente el tiempo necesario, atajar en sí mismo el impulso productivo consciente, dar credibilidad a la propia intuición. Eureka y epifanía requieren de confianza en uno mismo. Genios, inventores y artistas no suelen carecer de ella. 

AUTORA >

Esther Peñas


https://ctxt.es/es/20240701/Culturas/46901/Esther-Penas-entrevista-Amelia-Gamoneda-poeta-investigadora-idea-subita-eureka-epifania.htm#md=modulo-portada-bloque:4col-t2;mm=mobile-medium

Una inteligencia artificial adivina el futuro mejor que los humanos

El sistema, basado en ChatGPT, pregunta a Google hasta seis veces y consulta 20 artículos para conseguir la información y prever posibles escenarios

Una mujer consulta el blog de presentación de ChatGPT.
ALEX ONCIU
NATALIA PONJOAN
07 JUL 2024 -


El resultado de combinar una comunidad de predicción como Metaculus y un modelo de lenguaje como ChatGPT 4 es el futuro. Y ve el futuro. Un nuevo sistema de inteligencia artificial (IA), desarrollado por investigadores de la Universidad de Berkeley, es capaz de predecir eventos futuros con mayor precisión que los humanos. Para poder hacerlo, la inteligencia artificial busca información en internet, selecciona los artículos periodísticos que considera relevantes, los resume y los introduce en un sistema de razonamiento. “La previsión requiere que un humano se siente y reúna un montón de fuentes, averiguando en cuáles confiar y cómo sopesarlas. Un modelo lingüístico puede hacerlo muy rápidamente”, explica Danny Halawi, uno de los autores del estudio, publicado en la revista New Scientist.

“¿Se detonará un arma nuclear en 2023?”. El sistema dijo que no. Para poder responder a preguntas así, Halawi y su equipo han entrenado a ChatGPT-4 a través de un proceso llamado “ajuste fino”: este método utiliza miles de pronósticos de mercados de predicción, como Metaculus o Polymarket, y junto a la recuperación de noticias, obtiene un mejor razonamiento. “Para que sea bueno en pronósticos, entrenamos al modelo con buenos ejemplos”, añade Halawi. Por cada predicción, el sistema repregunta a Google hasta seis veces —como si acudiera a seis personas distintas― y consulta hasta 20 artículos. Son seis preguntas y no más, porque cuesta mucho dinero a pesar de que lo ideal sería hacerlo “100 veces”, confiesa Halawi. Hacer una pregunta interna del sistema cuesta 1 dólar (0,93 euros), mientras que a OpenAI, por ejemplo, una pregunta a ChatGPT le cuesta “menos de 0,01 dólares (0,0093 euros)”, añade.

El pronosticador funciona como si alguien busca algo en internet: cuanto más concreta sea la pregunta, mejor. Pero ¿es fiable? Halawi confía en el sistema: “Si quieres predecir con precisión, la mejor estrategia consiste en ser imparcial, intentar obtener las fuentes más precisas de información y hacer una predicción razonable y sensata que se base puramente en la evidencia”, argumenta. La puntuación del sistema es de 0,179 frente a la multitud que es de 0,149 en la escala Brier, que mide las posibilidades de acierto en una escala de cero a uno. La diferencia no es muy grande, pero tampoco lo fue cuando el ordenador Deep Blue derrotó al campeón del mundo en ajedrez, Garri Kaspárov en 1997, ganando el encuentro a 6 partidas por 3½-2½. Y, sin embargo, este hito ha pasado a la historia.

Para Ángel Delgado, ingeniero de Inteligencia Artificial en Paradigma Digital, la clave del modelo predictivo es que al combinar “los modelos de forecasting tradicionales con los modelos de lenguaje” el sistema sea capaz de “procesar la información numérica y la textual”. De esa manera, “al tener en cuenta más información, pueden llegar a ser más precisos que los humanos”, explica.

La sabiduría de la multitud

Los investigadores han copiado la idea de la “sabiduría de la multitud” para su desarrollo, es decir, el efecto de que un conjunto de soluciones propuestas por un grupo funciona mejor que las soluciones particulares. El periodista de EL PAÍS Kiko Llaneras corrobora este efecto en su lista de pronósticos para 2023: al combinar todas las predicciones que hicieron los lectores y hacer una media, el acierto se elevó. Del mismo modo, el sistema recopila toda la información y llega a un promedio de las respuestas. “Las personas individuales tienen acceso limitado a información y tienen sus propios prejuicios. Si tomamos distintas predicciones y luego hacemos un promedio, se reúne indirectamente más información”, explica Halawi.

Pero, ¿qué efectos prácticos puede tener esta aplicación? Difícilmente preguntaremos a nuestro ordenador por la posibilidad de encontrar el amor o un nuevo trabajo. Las respuestas que nos puede dar esta bola de cristal tecnológica son mucho más prácticas. Para Richard Saldanha, profesor de aprendizaje automático en la Universidad Queen Mary de Londres, la predicción puede ser útil para la toma de decisiones de analistas económicos y políticos, aunque el mercado financiero “no se base necesariamente” en la sabiduría de la multitud: “El peso de la compra y la venta de valores suele dictar los precios negociados. A menudo existe una relación entre la sabiduría de las multitudes y la actividad real de los precios de los valores pertinentes, pero no debe confiarse ingenuamente en estas relaciones”, detalla. Delgado coincide en que es bueno para estimar el impacto de factores políticos y sociales en la economía y predice que, a largo plazo, el sistema cambiará cómo se entienden los mercados. “Uno de los factores que más afectan al mercado es la incertidumbre y según nos vayamos acostumbrando a este tipo de herramientas, se reducirá”, explica.

Más probable lo incierto

Una peculiariedad del desarrollo es que funciona mejor con preguntas “inciertas”, eso es que tengan mayor posibilidad de respuesta. Se debe a que el sistema utiliza ChatGPT-4 como una de sus fuentes y esta prefiere proteger sus respuestas por razones de seguridad: “ChatGPT está entrenado para no dar consejos a la gente que puedan dañar o afectar a sus vidas. Si te dice que hay un 0% de posibilidades de que pase algo y después sucede, va a causarte un daño”, explica Halawi. La probabilidad de que el mundo se acabe mañana, cerca de 0%, es un ejemplo de ello.

La incertidumbre también fomenta la minimización de los sesgos, según Luis Herrera, arquitecto de soluciones en Databricks España: “Aunque no están completamente libres de sesgos, los modelos de IA pueden diseñarse para minimizar sesgos comunes, como el exceso de confianza o la confirmación. Los modelos de IA tienden a ser imprecisos debido a su preferencia por respuestas conservadoras”. Además, coincide en que el modelo supera a los humanos por su modus operandi: “Pueden integrar nueva información y actualizar sus predicciones en tiempo real, esencial para situaciones que cambian rápidamente”.

El tipo de pronóstico del estudio se llama “previsión de juicio” y consiste en predecir algo con muy pocos datos, como por ejemplo, la detonación de un arma nuclear. “Por ocurrir una vez en la historia, hay muy poco en qué basarse. Tienes que ser mucho más creativo en la pregunta y llegar a una probabilidad”, revela Halawi. El sistema es diferente a otros modelos de predicción como GraphCast, la inteligencia artificial de Google DeepMind que predice el tiempo, que sí cuenta con muchos datos para obtener las previsiones: “El pronóstico que utilizan es el modelado de series temporales. Se suele hacer cuando hay muchos datos, por ejemplo, cuando estás prediciendo el tiempo y tienes el historial meteorológico del último mes o los datos sobre la humedad en el aire”, cuenta Halawi.

El sistema de Halawi y sus colegas basado en predicciones colectivas ha demostrado ser mejor que los humanos. Sin embargo, Herrera plantea la posibilidad de probarlo con los superpronosticadores, aquellas personas capaces de predecir eventos futuros con un nivel de precisión que supera al público general y a expertos. Utilizan también metodologías analíticas y estadísticas para eliminar sesgos y ajustan sus predicciones constantemente basándose en nueva información. ¿Superará también a ellos el nuevo sistema?

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