Agente de Putin infiltrada en La Base


  • Inna Afinogenova en La Base
    Inna Afinogenova en La Base.

    Llevo en este programa trabajando desde finales de junio y todos los días intento sacar mi mejor sección. Todos los días aprendo algo e intento transmitir ese conocimiento a los que nos siguen, de la manera más amena, comprensible y honesta.

    Todas las semanas, desde hace meses, recibo ataques personales de todo tipo: en la prensa y en las redes sociales. Antes, a lo largo de años, era solo un sector: los luchadores contra la propaganda rusa de toda la vida. Estos tuvieron su día más feliz el 24 de febrero cuando comenzó la invasión rusa a Ucrania porque tuvieron carta blanca para lavar el suelo conmigo. Bien hecho, me lo merecí, estaba convencida de que esa invasión no sucedería y así lo decía públicamente, me parecía una absoluta locura y se demostró que lo es, y no fui capaz de creer que el gobierno de mi país fuera a atreverse a iniciar ese proceso de autodestrucción que está transitando.

    Renuncié a mi trabajo, para poder decir lo que pienso sobre esta guerra y sobre todo lo que la rodea, no ponerle eufemismos, ni tener que justificarla, ni tener que evitar hablar de ella, ni tener que hablar de 'reincorporaciones de territorios' cuando se trata de anexiones, ni tener que enumerar las maldades de EEUU para justificar la maldad de Rusia

    Por todo ello me gané un odio visceral de cierto sector de izquierda que me tilda de otanista vendida. Una izquierda que se autodenomina antiimperialista que odia a Pablo Iglesias y apoya a la ultraderecha ultraconservadora de mi país, dicho sea de paso. 

    Renuncié a mi trabajo, a un sueldo, me fui de mi país sin demasiadas certezas sobre qué haría aquí, dejé mi casa, mi familia, y es muy probable que siempre que en este programa abordamos temas de la guerra me esté jugando la posibilidad de volver allí, con cada intervención que hago, por una serie de leyes que impiden hablar a ciudadanos rusos con libertad sobre lo que pasa. ¿Creéis que me dejaron de pegar los luchadores contra la supuesta propaganda rusa? No, ahora lo hacen con igual o más intensidad: ahora que pueden zumbarle, además, a La Base, lo aprovechan aún más. 

    Antes existía una razón evidente para darme: trabajaba en un canal ruso, absolutamente demonizado aquí y bastante seguido en Latinoamérica, por cierto. Ahora, como he renunciado, por la única razón de no querer contribuir a una línea editorial que en términos generales justifica esta guerra, pues de alguna forma hay que seguir sacando mi nombre, mi apellido y mi rostro en sus escritos sobre la propaganda, no sea que el lector se confunda y piense que soy una periodista más y que La Base es un proyecto periodístico antihegemónico que merece ser considerado, como mínimo. No. 

    Siempre entre condicionales y supuestos, siempre dejando caer y "diciendo sin decir", siempre con insinuaciones y tirando de "expertos", en muchos casos anónimos, para llegar a la misma conclusión. 

    En junio, El Confidencial, apodándome la "ruleta rusa de Pablo Iglesias" publicaba una sarta de mentiras atribuyéndolas a un experto que no se atrevió el pobrecito a revelar su nombre por temor a represalias. No sé si por temor a represalias o más bien por temor a una posible denuncia, pero en términos generales el artículo está escrito para llamar la atención de no sé muy bien quién sobre que estoy en España, estoy trabajando en La Base y ojo, ojito, miren que es rusa, imposible que saliera de Rusia sin más, lo más probable es que todo ha sido una maniobra del Kremlin y sigue trabajando de manera encubierta para Rusia.

    Es decir, me acusan de mentir y me acusan de ser agente de inteligencia.
    En medio de todo esto se les escapa una frase que ya me dirán ustedes cómo me la tengo que tomar. Dice el experto: "No tengo claro que se atreva con el Gobierno español. Por ahora es una persona que pasa bajo el radar de la política nacional, pero si empieza a hacer ruido, en Moncloa se preguntarán quién es esta persona... quien, por cierto, ha obtenido el permiso de trabajo a una velocidad sorprendente". Sobre mi permiso de trabajo, decirle al experto que consulte en Extranjería los trámites para familiares de ciudadanos de la Unión y deje de sorprenderse por cosas que son fácilmente verificables, que queda a la altura del betún.

    Sobre lo otro: si me atrevo con el gobierno español en Moncloa se preguntarán quién soy y qué es lo que me va a pasar exactamente. Pregunto, ¿porque El Confidencial no lo aclara? ¿Cuál es el riesgo de que un periodista con documento de identidad de extranjero critique al gobierno de un país, donde según esos periodistas, a diferencia de Rusia, sí existe la libertad de expresión?

    Dejemos El Confidencial. Hace unas semanas: El Mundo. Me escribe una corresponsal de ese periódico un correo que dice, literalmente, "me gustaría charlar contigo para un tema que vamos a sacar este sábado en papel". Yo, como ya sé que todo lo que quieren decir de mí lo tienen clarísimo desde antes de ponerse a investigar, paso de responder y, efectivamente, descubro días después un artículo, más o menos, del mismo estilo que el de El Confidencial, con muchísimos más errores de datos, pero con algo menos de maldad, todo hay que decirlo. 

    La semana pasada, una columna de El Mundo, me mete con calzador en un artículo sobre la televisión rusa en ruso, insultándome con el apelativo de "ex inquisidora de RT, reinsertada con éxito en esa decadente realidad democrática española que ha cobrado atractivo a la hora de salvar el pellejo". No sé ni a qué reinserción se refiere, ni qué poder "inquisitorial" he ostentado nunca, ni cuándo he dicho nada de que esta sociedad sea más o menos "decadente". 

    Ayer, otra vez diario El Mundo, sacando un reportaje titulado "El Batallón Pro Putin de los Moscú Bizum". No lo he podido leer completo puesto que no está aún subido en la web, y no pienso pagar por su versión en papel. 

    Pero por lo que he podido ver, mete en el mismo saco a actuales trabajadores de RT, algunos tuiteros, algunos analistas militares que no se alinean al 100% con la OTAN, otros que sí transmiten el argumentario del Ministerio de Defensa Ruso, y los acusa, por supuesto sin pruebas y mediante condicionales, de cobrar de Moscú. Mi cara, acompañando esa infamia. Que me reconozcan en la calle, que sepan quien soy, que tengan claro que no, no he dejado aquello porque la guerra de Rusia contra Ucrania me parece una tragedia y un error, sino porque me pagan y lo que busco es salvar el pellejo. 

    Yo no sé si a otros analistas a los que enumera ahí les pagan o no, en ese artículo desde luego que no hay prueba alguna de ello. Yo lo que sé es que en lo que a mí respecta, mienten. Mienten sobre mi pasado y mienten sobre mi presente. Es muy burdo, pero vamos con ello.

    Y qué es lo que pienso sobre todo esto: que soy el ejemplo perfecto de que da igual lo que digas o lo que pienses, da igual que cambies de opinión sobre ciertos asuntos, que reconozcas que te equivocaste en tus predicciones, que por esos asuntos desmontes tu vida y tengas que reconstruirla en otro sitio. Da igual que renuncies a la posibilidad de ver a tu familia todos los días y de vivir en tu casa. Te van a pegar siempre.

    Y ese es un aviso a todos aquellos que siguen contribuyendo con su trabajo a la visión -del Ministerio de Defensa ruso- de que la guerra en Ucrania ha sido justa e inevitable. Es un aviso para ellos. Cualquiera pensaría: ¿para qué salir de aquí si me van a machacar igual? Ahora al menos me machaca solo ese sector, luego se le va a sumar otro más, mientras que los de siempre, no me otorguen un mínimo de credibilidad, y se empeñen, con más ganas, más esfuerzo y más coordinación, en intentar hundirme.

    Al final, eso sí, vale la pena. Esta gente al fin y al cabo no va a dejar de trabajar con esa falta de ética y de profesionalidad que les caracteriza, contentos por seguir el relato de los vencedores, por estar siempre del lado de los mismos: los dueños del mundo. Pero yo creo que podré dormir más tranquila, pese a las molestias que me causa estar leyendo patrañas sobre mí cada cuatro días. Al menos si, como dice alguno de ellos, no me acaban matando.


    https://www.publico.es/politica/agente-putin-infiltrada-base.html#md=modulo-portada-bloque:2col-t4;mm=mobile-medium

    “Tienen miedo, los zurdos tienen miedo”: el grito de guerra de los “libertarios” argentinos

     Elecciones en Argentina


    Las elecciones legislativas ponen a prueba la capacidad del peronismo y la oposición liberal para neutralizar candidatos como Javier Milei, inspirados en Trump o Bolsonaro

    Federico Rivas Molina
    Buenos Aires -

    Javier Milei (Buenos Aires, 50 años) lleva el pelo negro ensortijado. Dice que para secarlo después de la ducha diaria solo abre la ventanilla de su coche y deja que lo peine “la mano invisible”. La misma mano invisible es la que defiende con fervor cuando habla del mercado y el liberalismo. Milei considera al Estado “un enemigo” y al socialismo el responsable de “haber matado a 150 millones de personas”. Es economista, pero también un provocador que calienta los programas políticos de televisión. Dice que Donald Trump “iba por el buen camino”, asegura que participó del plan económico de Jair Bolsonaro en Brasil y se proclama “libertario”. Grita, insulta y clava sus ojos sin pestañear en aquel que le haga una pregunta incómoda. Considerado un personaje divertido, es ahora fuente de preocupación de los políticos. Milei quiere ser diputado nacional en las elecciones de noviembre, y todo indica que lo logrará.


    “Tienen miedo, los zurdos tienen miedo”, gritan sus seguidores durante una caminata del candidato por Belgrano, un barrio de clase media y media alta en el norte de la ciudad de Buenos Aires. La mayoría no pasa de los 20 años. Sucede que Milei arrasa entre los más jóvenes, a los que convoca por las redes sociales. “Hoy la revolución es liberal”, dice en cada entrevista, que son muchas, para explicar el perfil de sus votantes. “Antes, ser rebelde era ser de izquierda y ahora el statu quo es de izquierda. Por eso los más jóvenes, que son rebeldes, abrazan lo contrario de las ideas de izquierda. Además, llevan menos tiempo siendo adoctrinados en el sistema educativo, que en Argentina forma esclavos de la religión del Estado”. Su candidata a concejal en la capital argentina tiene solo 18 años y aún no ha terminado la escuela secundaria.

    Los sondeos dan a Milei entre 5% y 12% de intención de voto, suficiente para que su candidatura supere el piso de 1,5% exigido para sobrevivir en las elecciones primarias, abiertas y obligatorias (PASO) que se celebrarán el 12 de septiembre. Luego vendrá la carrera final el 14 de noviembre, cuando seguramente obtenga una banca. “El voto de Milei es un voto de protesta, de gente descontenta con la economía”, dice Victoria Murillo, directora del Instituto de Estudios Latinoamericanos de la Universidad de Columbia, EE UU. “Si bien siempre existió [una alternativa de extrema derecha en Argentina ], la característica de Milei es la estridencia y que se presenta como antisistema. Resulta que hoy la rebeldía es el liberalismo”, dice.

    Milei dispara sus ideas como dardos, en frases cortas. Dice que “los tres derechos básicos son la vida, la libertad y la propiedad” y que “los impuestos son una rémora de la esclavitud”. Se declara contrario al aborto, a favor de las uniones entre parejas del mismo sexo “porque el matrimonio es un contrato”, defensor de la portación de armas “porque quita al Estado el monopolio de la violencia” y dispuesto a liberar el consumo de drogas: “Si vos te querés suicidar, no tengo ningún problema”. En sus mítines de campaña promete “terminar con la casta política”, de la que se siente ajeno. El peronismo, y mucho más en su corriente kirchnerista (de izquierda), es todo lo que Milei detesta. Y cuando habla de la oposición de derecha, reunida alrededor de la figura de Mauricio Macri, la llama “kirchnerismo de buenos modales”, “populismo cool” o “socialismo amarillo”, en referencia a los colores de la coalición.

    Mientras tanto, Milei llama a una guerra moral. “No podemos seguir abrazando los valores morales del socialismo, que son la envida y el resentimiento, el trato desigual ante la ley y el robo y hasta el asesinato. Cuando Argentina abrazó la idea de la libertad, con la Constitución de 1853, en 35 años nos convertimos en el país más rico del mundo”, dijo en el canal de televisión del diario La Nación.

    El sistema político argentino está hoy estructurado en dos grandes coaliciones, a contramano de la mayor parte de la región. Mientras los candidatos independientes han acaparado la Asamblea Constitucional en Chile o un ignoto maestro de escuela rural llamado Pedro Castillo es presidente de Perú, el Frente de Todos (peronista) y Juntos por el Cambio (centro-derecha liberal), dominan la política del país sudamericano.

    Sendas coaliciones han servido de cortafuegos a las irrupciones antisistema y han logrado mantener la paz social, pero “podemos estar ahora ante el principio de algo complicado, porque es posible que su eficacia no siga indefinidamente”, advierte el politólogo Eduardo Fidanza, director de Poliarquía. “Que Argentina, con la pobreza y la inflación que tiene, no haya generado protestas tiene que ver con el peronismo, los sindicatos, la Iglesia y los movimientos sociales. Pero estos anticuerpos pueden no ser absolutos”, agrega.

    Argentina no cedió a figuras como Milei ni siquiera en la crisis del corralito de 2001 y 2002. Y cuando en 2015 el modelo kirchnerista se agotó, el sistema alternó con el macrismo. El fracaso económico eyectó a Macri del poder tras solo un mandato y los argentinos se abrazaron otra vez al peronismo kirchnerista. Victoria Murillo dice que “estas nuevas coaliciones [surgidas con el nuevo siglo] se han organizado más ideológicamente de lo que era tradición en el sistema argentino”, que históricamente albergó en un mismo partido, el peronismo, todos los extremos posibles. Como “el kirchnerismo ha movido el centro gravitacional del peronismo a la izquierda” han quedado resquicios para que figuras como las de Milei “tengan una oportunidad”.

    Sucede que décadas de crisis económica han minado el poder convocante del peronismo tradicional, basado en los sindicatos. El desempleo y la informalidad le han quitado poder a esas organizaciones verticalistas. “Argentina, Uruguay y Bolivia están organizados en dos polos”, dice Murillo, “pero no quiere decir que con cambios en la estructura social el sistema no estalle”. Entonces, ¿hay espacio en Argentina para un candidato antisistema, al estilo Bolsonaro? “Por ahora”, dice Eduardo Fidanza, “hay impugnaciones sistémicas y discusiones sobre la naturaleza de la democracia, pero reglas básicas como la transparencia de los comicios o la alternancia se mantienen”. Murillo coincide en que estas elecciones legislativas y las presidenciales de 2023 no encumbrarán a un antisistema, pero advierte: “No sé si podré decir lo mismo en 2027”.

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    Sobre la firma

    Federico Rivas Molina
    Federico Rivas MolinaEs corresponsal de EL PAÍS en Argentina desde 2016. Fue editor de la edición América. Es licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad de Buenos Aires y máster en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona.


    https://elpais.com/internacional/2021-08-23/tienen-miedo-los-zurdos-tienen-miedo-el-grito-de-guerra-de-los-libertarios-argentinos.html




    ¿Qué es Telegram y por qué lo están cambiando por WhatsApp?

     por Jonathan Hernández



    Si usas Telegram, es probable que te hayas dado cuenta que muchos se están uniendo a la aplicación, por eso, aquí te explicamos qué es Telegram y por qué los usuarios lo están cambiando por WhatsApp.

    Y es que a inicios del año fueron los nuevos términos y condiciones de WhatsApp que preocuparon mucho a los usuarios, lo que hizo que se interesaran por otras aplicaciones, como Telegram y Signal, que recientemente recomendó Elon Musk.

    Sin embargo, ahora la caída simultánea de Facebook, Instagram y Telegram ha llevado a muchos usuarios a querer usar otra forma de comunicación y Telegram es una de las opciones favoritas. (...)

    A diferencia de WhatsApp, por ejemplo, Telegram permite crear canales de comunicación, por lo que es constantemente utilizado por políticos, cuentas de gobierno y medios de comunicación para difundir información.

    Además, Telegram permite enviar archivos como fotos y videos en alta calidadsin la necesidad de descargar los archivos, tanto en su aplicación de teléfono, como en su aplicación para la computadora.

    ¿Telegram es mejor que WhatsApp y qué ventajas ofrece?

    Telegram funciona como una red social. Para utilizarlo, lo único necesario es crear un arroba, como se hace en Twiiter o Instagram, por lo que una de sus principales ventajas es que no es necesario compartir el número de teléfono para usarlo.

    Tú escoges con quién quieres compartir tu información, si es que así decides hacerlo.

    Asimismo, a diferencia de WhatsApp, los chats de Telegram no tienen un límite de usuarios, mientras que en la otra aplicación el máximo es de 256.

    Si eres de los que tienen dedazos o se equivocan de chat, esto te interesa, porque Telegram te permite editar y borrar mensajes, incluso te deja eliminar los chats y esto, si lo eliges, se verá reflejado también para el otro usuario.

    Ya te habrás dado cuenta que, en general, una de las principales ventajas de Telegram es la privacidad, aunque esto también ha sido criticado, pues se señala que hay canales en los que se comparten imágenes e información poca ética.

    Como parte de sus funciones, Telegram permite tener chats secretos, en los cuales los mensajes se van destruyendo dependiendo del tiempo elegido por los usuarios, que puede ser desde 1 segundo, hasta 1 minuto, una hora o una semana y los mensajes se irán eliminando para ambos usuarios automáticamente, borrando la evidencia de las conversaciones.

    También permite programar mensajes, así, si debes enviar algo del trabajo, pero no quieres estar conectado, puedes dejar programado el contenido para que no se te olviden tus pendientes.

    Otra cosa interesante es que Telegram tiene una sección de "mensajes guardados" que, básicamente es un chat contigo mismo, por lo que ya no necesitarás hacer grupos y eliminar gente ni aprovechar a los contactos que te bloquean para tener un espacio en el cual anotar tus pendientes.

    ¿Cómo descargar Telegram?

    Es muy fácil utilizar esta apicación de mensajería, solo debes buscarla en la tienda de iOsAndroid o Windows Phone, incluso puedes descargar la aplicación para la computadora aquí o usarla directamente en Internet en su sitio web, como lo harías con WhatsApp.

    Ahora que sabes qué es Telegram y algunas de sus ventajas sobre otras plataformas de mensajería como Whatsapp, dinos cuál prefieres.



    LA GATA PARDA CARLOS RAÚL HERNÁNDEZ

     Hasta su entrada en la UE, Italia era más rica que casi toda Europa pese a su proverbial inestabilidad política desde el final de la segunda guerra (73 gobiernos en 77 años)

    23/10/2022 

    "Cambiar para que todo siga igual”, es la ajada cita-lugar común que sustituye leer Il Gattopardo de Lampedusa, aunque la obra no hace justicia al paso de Sicilia desde la monarquía borbónica a la modernidad constitucional de la casa de Saboya a finales del siglo XIX, ni a que nada siguió igual; y el más grande de los directores italianos, Luchino Visconti, la lleva al cine y transubstancia a Burt Lancaster, un vaquero y aporreador de Hollywood, en el Príncipe Fabrizio, viejo aristócrata que simboliza la decadencia de su clase ante la burguesía arrolladora. Cuentan que Lancaster se sorprendió porque había muchas camisas de seda en el armario durante el rodaje de una secuencia: “quería que te sintieras de verdad príncipe”, le dijo Visconti. La monarquía constitucional apenas duró 50 años y en ella nace un partido socialista que se desgajó en comunistas y fascistas, los segundos un invento de Mussolini para fundir patria y socialismo. ¿Será que la flamante political sex symbol, Giorgia Meloni cambiará para que todo siga igual?


    Hasta su entrada en la UE, Italia era más rica que casi toda Europa pese a su proverbial inestabilidad política desde el final de la segunda guerra (73 gobiernos en 77 años); y potencia cult-pop con Raffaella Carra, Laura Pausini, Claudia Cardinale, ristretto, cappuccino, Sofía Loren, Gianni Morandi, Marcelo Mastroniani, Eros Ramazzotti, el Festival de San Remo. Superó los efectos patológicos de la ndhangreta calabresa, la camorra napolitana, la mafia siciliana y el terror de las Brigadas Rojas, el asesinato de Aldo Moro y de su tesis del “compromiso histórico”. Pero el euro la arruinó y, como Grecia, hoy es pobre y en depauperación. Su éxito radicaba en ser, al igual que China del siglo XXI, proveedora global de objetos y servicios low cost, porque podía devaluar la lira y mantener su competitividad, lo que aseguraba capitales extranjeros y turismo masivo. EEUU y el resto de Europa ofrecían carísimos diseños originales de Saint Laurent, Givenchy, Balenciaga, Mary Quant, Chanel (“una mujer solo necesita un vestido negro y un hombre que la ame”).

    Pero Italia se encargaba de las imitaciones. Rolex, Cartier, carteras de firma, trajes, que vendían los manteros en el Vaticano. A las superproducciones del oeste con John Wayne, Yul Brynner, Kirk Douglas o Gary Cooper, respondía con baratos, atractivos y exagerados western espaghetti y si los gringos lanzaban a la sugerente Donna Sommer, los italianos replicaron con la explícita Sabrina, y el país feliz crecía a 18%, hasta que el euro liquida la posibilidad de devaluar y China inunda con manufacturas baratas hechas con bajos salarios. Desde el fin de la segunda guerra casi siempre gobierna el democristiano Julio Andreotti, quien sorteo exitosamente la inestabilidad política, promovió el crecimiento y con base en la abundancia, el Estado empleó más de tres millones de burócratas bien pagados. Hoy Italia está en el paso previo al colapso y de llevarse al hoyo también a la U.E. Suma 20 años sin crecer, por ende con poca recaudación, pero hay que pagar a los tres millones funcionarios que siguen ahí.

    Por eso ahora es el cuarto país más endeudado del mundo con dos billones de dólares, un escandaloso 145% del PIBel doble del PIB anual de México. 40% de los jóvenes están desempleados, los llamados ni-ni que ni estudian ni trabajan ni tienen futuro y el país va la debacle. La votación de Meloni reacciona a esto y a la revolución identitaria de la minoría izquierdista que le ladra a la mayoría como perro bravo, que quiere “transvalorar” los valores de la gente corriente, se les mete en la cama, las escuelas, la privacidad de los hogares, y el común se rebela, tal como en Chile. Con Meloni la gente llevará la normalidad de sus vidas libremente, se acostará con quien le de la gana, exentos de la barbaridad totalitaria en las “recomendaciones” de Irene Montero y su “ministerio” sobre como tener sexo sin límites etarios. Para la jauría pareciera que en vez de ella hubiera triunfado Hitler y mascullan que es de “ultraderecha”, “neofascista” y otras babosadas, pero no se preocupan “por la democracia” con los camaradas de Podemos, ni con Boric.

    Saben que Meloni se “integró al sistema” al afiliarse al instituto Aspen, “globalista” y financiado por la Carneige Corporation, la Fundación Bill y Melinda Gates, la Fundación Ford, los hermanos Rockefeller, y rechaza la invasión a Ucrania. Su sentido común y la tremebunda deuda italiana, que debe enjugar la U.E, no le permitirían hacer desplantes, aunque no sabemos qué pasará con Europa y el mundo. Aunque su programa económico tiene luxaciones, la asesoría de Mario Draghi contribuiría a un gobierno sensato y racional. En nuestra Latam para fundamentalistas de derecha en Brasil ganó la primera vuelta una especie de Mao Tse Tung, un tirano de paredones y expropiaciones masivas, y no el cuerdo y competente Lula quien gobernó democráticamente y al que el mismo tribunal que lo detuvo, dio el indulto. Lo mejor para el continente sería que se imponga en la segunda vuelta sobre Bolsonaro, un clon de Trump que amenazó con invasión y guerra a nuestro país. Lula sería un apoyo para fumigar chinches ideológicos en Venezuela, Colombia y Chile, e iniciar el cambio de verdad.


    @CarlosRaulHer


    https://www.eluniversal.com/el-universal/140571/la-gata-parda




    "Un país fuerte debe tener un ejército fuerte": 3 lecciones que sacó Xi Jinping del colapso de la URSS (y cómo marcan su gobierno en China)

    Redacción    BBC News Mundo              23 octubre 2022

    Xi Jinping
    Pie de foto,

    Xi Jinping sería elegido para un inédito tercer mandato al frente del Partido Comunista Chino (PCCh).

    Este domingo ocurrió un hecho histórico en China: el 20º Congreso del Partido Comunista (PCCh), que se reúne cada cinco años para decidir quién liderará al gigante asiático, le dió un inédito tercer mandato consecutivo al actual mandatario, Xi Jinping.

    Esta decisión, sumada a la reforma constitucional que abolió en 2018 el límite de dos mandatos que existía para ejercer la presidencia del país, reforzará aún más el control de Xi sobre China, convirtiéndolo, según muchos expertos, en el líder más poderoso desde el fundador de la República Popular China, Mao Zedong.

    Una de las primeras promesas que hizo Xi cuando fue electo sorpresivamente al cargo de secretario general hace diez años fue asegurar que el PCCh no sufrirá el mismo destino que el Partido Comunista de la Unión Soviética (URSS), que colapsó en 1991.

    La disolución de la URSS, que hasta su caída había sido considerada un ejemplo para China, le generó pesadillas a más de un líder chino, pero a pocos obsesionó tanto como a Xi.

    "Xi Jinping nació en 1953 y en esa época el eslogan de propaganda más usado en China era: 'La Unión Soviética de hoy es la China de mañana'", señala a BBC Mundo Joseph Torigian, profesor asistente de la Escuela de Servicio Internacional de la American University en Washington, Estados Unidos.

    Final de Recomendamos

    "Uno de los primeros y más importantes discursos que dio Xi al asumir fue sobre el colapso de la Unión Soviética", señaló el académico, experto en política rusa y china. Xi lo llamó "una historia con moraleja".

    En esta nota analizaremos tres de las principales lecciones que aprendió Xi del derrumbe soviético y cómo le han permitido mantenerse como el líder más longevo del PCCh desde Mao.

    1. Fortalecer al partido

    En el discurso que dio Xi ante los líderes del PCCh -que fue filtrado y es frecuentemente citado- atribuyó la caída de la URSS al colapso de la disciplina partidaria y a la falta de control ideológico.

    "¿Por qué se desintegró la Unión Soviética? ¿Por qué colapsó el Partido Comunista Soviético?", se reporta que preguntó retóricamente a sus colegas. "Una razón importante fue que sus ideales y convicciones vacilaron", razonó.

    Poster de la Unión Soviética.

    FUENTE DE LA IMAGEN,GETTY IMAGES

    Pie de foto,

    La Unión Soviética fue un modelo para el Partido Comunista Chino, hasta que se convirtió en su pesadilla.

    "Proporcionalmente, el Partido Comunista Soviético tenía más miembros que nosotros", señaló en referencia a los 20 millones de afiliados soviéticos.

    Sin embargo -dijo- cuando el entonces líder de la URSS Mijaíl Gorbachov decidió introducir reformas que llevarían al colapso del sistema soviético, nadie se opuso.

    "Finalmente todo lo que se necesitó fue una silenciosa palabra de Gorbachov para declarar la disolución del Partido Comunista Soviético y un gran partido dejó de existir", dijo Xi, según trascendió.

    "Al final nadie fue un hombre de verdad. Nadie salió a resistir", criticó.

    El 1 de julio de 2021, durante un discurso para celebrar los 100 años del PCCh, Xi -quien ha hablado poco en público durante su década en el poder- reiteró la importancia del partido.

    "El partido es la columna vertebral de China", dijo. "El éxito de China depende del partido".

    En una nota en el histórico periódico asiático Nikkei Asia, el periodista japonés Katsuji Nakazawa observó que "establecer el gobierno absoluto del partido -su receta para evitar que China siga el camino de la Unión Soviética- ha sido la única política a la que Xi se ha apegado ferozmente durante su mandato".

    Uno de los primeros pasos que tomó Xi al asumir fue establecer varios "pequeños grupos" dentro del Comité Central del partido, que se convertirían en los principales órganos de formulación de políticas del país.

    Xi y funcionarios leales
    Pie de foto,

    Xi fue tomando el control del Comité Central del partido.

    El propio Xi se convirtió en jefe de estos nuevos grupos. Así, concentró el poder en sus manos mientras debilitaba los poderes del Consejo de Estado, el gobierno nacional presidido por el primer ministro Li Keqiang, el rival político de Xi.

    Como resultado, incluso las políticas macroeconómicas que tradicionalmente estaban bajo la jurisdicción del primer ministro cayeron gradualmente bajo su control.

    Otra de las recetas que aplicó desde el comienzo con la intención expresa de fortalecer al partido y evitar que se desintegre, fue realizar masivas campañas anticorrupción.

    En su discurso de apertura del 20º Congreso del PCCh, el pasado domingo, aseguró que su gobierno había "eliminado serios peligros ocultos en el partido" gracias a esta política.


    Sin embargo, muchos observadores consideran que las campañas en realidad son purgas que le han permitido consolidar su poder, eliminando a posibles rivales.

    Cientos de miles de funcionarios comunistas han sido acusados de corrupción, lo que le ha permitido a Xi reformar el partido a la vez que afirma su supremacía sobre el PCCh.

    "Todos los esfuerzos de Xi -aumentar los controles ideológicos, reafirmar el dominio del partido en todo el Estado y la sociedad por igual y hacer que Pekín vuelva al gobierno de un solo hombre- tienen como objetivo alejar a China de un destino similar (al de la Unión Soviética)", le dijo recientemente al diario The New York Times Carl Minzner, autor de "Fin de una era: cómo el renacimiento autoritario de China está socavando su ascenso"

    Minzner, quien también es miembro del think tank estadounidense Consejo de Relaciones Exteriores, consideró que se trata de una paradoja, ya que, mientras que Xi criticó a los comunistas soviéticos por permitirle a Gorbachov decidir por sí solo la desintegración de la URSS, su concentración de poder y culto a la personalidad, que remite a la época de Mao, están yendo en igual dirección.

    "La triste ironía es que el curso que Xi ha elegido ahora corre el riesgo de llevar a China directamente de regreso a la inestabilidad de su propio pasado maoísta o al presente de Rusia, con políticas que giran bruscamente por el capricho de un único líder", opinó.

    Xi Jinping entre los miembros del partido

    FUENTE DE LA IMAGEN,REUTERS

    Pie de foto,

    Xi aseguró en su discurso de apertura del 20º Congreso del PCCh que había "eliminado serios peligros ocultos en el partido" con sus campañas anticorrupción.

    2. Poder militar

    Otra vital lección que aprendió el presidente chino del colapso del Partido Comunista soviético fue la importancia de tener un brazo militar fuerte y leal.

    "Xi cree que es clave que el partido tenga el control de las fuerzas armadas", dice Torigian. "Para que, si hay una crisis, como la que hubo en 1989 con la rebelión en la plaza Tiananmen, se pueda resolver usando la violencia".

    Así como considera que fortalece al partido concentrando el poder en sus manos, ha aplicado la misma lógica con el poderoso Ejército Popular de Liberación (EPL), las fuerzas armadas de la República Popular China, dice el experto.

    "Si bien no tiene una autoridad natural sobre el EPL, como tenían Mao Zedong y Deng Xiaoping, que eran líderes famosos durante la revolución, por muchos años Xi Jinping se ha dedicado a desarrollar lazos con los militares, promoviendo a personas que le son cercanas, y también un aparato de propaganda que constantemente le recuerda al EPL que él es el líder central", afirma.

    Según Torigian "Xi se ve a sí mismo como el garante final de la estabilidad del régimen y necesita tener el control del EPL en caso de que haya amenazas contra el régimen, ya sea internas o externas".

    Es justamente su control sobre la "santísima trinidad comunista" -el Partido, el Estado y las Fuerzas Armadas- lo que hace que muchos analistas consideran a Xi el líder más poderoso desde Mao.

    Xi no solo ha reafirmado el poder sobre el EPL, también lo ha fortalecido, ampliando su presupuesto, creando regiones militares, aumentando la cantidad de ejercicios militares en preparación a una posible guerra y expandiendo el arsenal nuclear, algo que ha generado mucha preocupación en Occidente, señala Torigian.

    Todo esto va a en línea con otro de los principios rectores que aprendió del colapso soviético: "Un país fuerte debe tener un ejército fuerte, pues sólo así puede garantizar la seguridad de la nación", como dijo durante su discurso por los 100 años del PCCh.

    Dibujo de Xi con tropas
    Pie de foto,

    Además de secretario general del PCCh y jefe de Estado, Xi es el presidente de la Comisión Militar Central.

    El pasado domingo reiteró este mensaje, afirmando que el objetivo del partido es "construir un ejército fuerte en la nueva era".

    Según analistas de la BBC, Xi se refirió más de 70 veces a la "seguridad" durante su mensaje, que también incluyó advertencias a Taiwán, país que China reclama como propio.

    3. Suprimir la disidencia

    Xi no solo aprendió de la crisis soviética que tenía que mantener el control ideológico y político del partido y de las fuerzas armadas.

    Ver cómo lo que en ese momento era el país más grande del mundo se dividió, tras el colapso comunista, en un gran número de naciones nuevas, le enseñó que para garantizar la unidad china tenía que eliminar todo tipo de disidencia, tanto interna como externa, dicen los observadores.

    Por ello se ha mostrado inflexible, no solo con Taiwán -"La reunificación completa de nuestro país debe y será realizada", advirtió el domingo- o con Hong Kong, territorio que volvió a manos chinas en 1997 pero donde Pekín impuso una severa ley de seguridad nacional para acallar las manifestaciones prodemocráticas.

    También reprime internamente a la comunidad uigur, encerrando a miles de miembros de esta etnia musulmana en centros de detención en la provincia de Xinjiang, una persecución que según un informe de la Organización de Naciones Unidas (ONU) "p

      Incluso ha reforzado su control sobre el sector privado en los últimos años, apuntando a industrias como la tecnología y la educación privada.

      Según sus críticos, la pandemia de coronavirus y la política de "covid cero" le han dado a Xi y al PCCh una justificación para aislar a China del mundo, excluyendo no solo al virus sino también las influencias extranjeras que podrían socavar el mensaje comunista.

      Dibujo de personas mirando sus celulares donde aparece Xi

      En tanto, la creación de lo que se conoce como el "Gran Firewall Chino" -tecnología estatal que vigila el ciberespacio y bloquea el acceso a sitios occidentales, incluidos Facebook, Google, Twitter y Wikipedia- le ha permitido al líder chino controlar la diseminación de información, extendiendo la censura que ya existía en los medios tradicionales al mundo digital.

      Esto buscaría evitar que en China ocurra una glasnost, como se conoció a la política de apertura de Gorbachov que puso fin a décadas de censura soviética, llevando a muchos habitantes a cuestionar a las autoridades.