El Estado Bob Jessop El más completo repaso a la teoría del Estado




El Estado

(Introducción de Juan Carlos Monedero)

El más completo repaso a la teoría del Estado en los últimos treinta años


Una carrera de más de treinta años en la ciencia política y su amplio conocimiento de autores como Gramsci, Poulantzas o el propio Marx hacen de Bob Jessop el politólogo marxista más reputado en lo referente a la teoría del Estado, y de este libro la obra más completa sobre esta materia. Entendiéndolo como realidad y como concepto, analiza las trayectorias sociopolíticas que ha seguido el Estado y los principales enfoques provenientes de la teoría estatal. Jessop, que percibe el Estado como una relación social y no como una "cosa" ni como un sujeto, rechaza por tanto explicaciones esencialistas y opta en cambio por desarrollar herramientas metodológicas con las que estudiar sus formas cambiantes, sus funciones y sus efectos. Esto, en la situación actual, se traduce en el estudio de una realidad en crisis. Las diferentes dimensiones del Estado afrontan actualmente tensiones y amenazas que provienen de diferentes ámbitos (la política, la economía, el desarrollo tecnológico, los movimientos sociales...) y le hacen propenso al fracaso. Por ello, muchas de las principales aportaciones de este libro tienen que ver con la identificación de estas amenazas, así como de los recursos de los que dispone el Estado para hacerles frente. En este sentido, aborda problemas tan acuciantes como la emergencia del autoritarismo en las democracias de los sistemas capitalistas o la normalización de las políticas de austeridad y de los estados de excepción. Asimismo, se ocupa del estudio de otros conceptos clave como el de hegemonía o el de gobernanza, y ayuda a clarificar a qué nos referimos cuando hablamos de “estados fallidos” o de “estados canallas”.


Reseña del libro "The State: Past, Present, Future" (Polity, Londres, 2016), de Robert Jessop
¿Qué es el Estado?
07/01/2017 | Pablo Muyo Bussac

Leviatánico, behemóthico, liberal, totalitario, socialista, neutral, bonapartista u opresor, el Estado sigue siendo una incógnita teórica, un campo de batalla y el centro de gravedad de la esfera de lo político. Situado en la frontera siempre cambiante de lo público lo privado, el Estado juega un papel fundamental en la definición de nuestras vidas cotidianas. No obstante, ¿acaso sabemos qué es el Estado? Robert Jessop trata de responder a dicha pregunta en su última obra, The State: Past, Presente, Future (Polity 2016). Síntesis de treinta años de estudio y análisis del Estado, las tesis desarrolladas en la obra pretenden ofrecer una solución que permita superar el estudio del Estado como un ente hipostasiado a sujeto o sustancia, a través de una aproximación "estratégico-relacional" – strategic-relational approach (SRA)- al problema del Estado .

Autonomía relativa y equilibrio de fuerzas: la herencia de Poulantzas

A diferencia de las perspectivas analíticas que ven el Estado como un ente absolutamente autónomo, o, al contrario, como un instrumento absolutamente determinado por la causa de ordenación social (piénsese por ejemplo en las relaciones de producción), y en deuda directa con el estudio del Estado que cuarenta años atrás realizó el sociólogo marxista Nicos Poulantzas, el estudio estratégico-relacional del Estado pretende reinscribir al Estado en el "Todo social" pero resaltando su autonomía relativa con respecto a ésteDe este modo, más allá de si el Estado es visto como un ensamblaje institucional o un repositorio de capacidades y recursos políticos, el Estado será abordado como algo que, lejos de ser un instrumento pasivo o un actor neutral, es más bien una relación de fuerzas, una condensación de relaciones entre agentes sociales, o como dice Jessop: "una expresión contingente de un equilibrio cambiante de fuerzas que buscan avanzar sus respectivos intereses dentro, a través, y en oposición al Estado [state system]. Jessop trata también de ampliar el marco de referencia haciéndose cargo de las aportaciones feministas y de lo movimientos migrantes y antirracistas, de manera que las clases sociales, a diferencia de lo que sucede en la obra de Poulantzas, no son necesariamente el agente social o la fuerza privilegiada. Una aproximación a través del SRA se interesa principalmente, recogiendo a su vez el momento institucional del Estado, en el ejercicio y los efectos del "poder del Estado" [state power]: el Estado tiene una esfera propia de acción, que produce sus efectos propios sobre la facticidad social, pero que responde a intereses que envuelven y trascienden el propio Estado, aun cuando éste no siempre sea funcional ni simétrico a dichos intereses.
Se resalta de este modo la dialéctica entre la estructura y los agentes, en la que se identifican dependencias e inercias, pero también la capacidad de generar nuevos diseños y senderos por parte de los últimos: las estructuras se desvelan como meros -aunque no por ello son menos importantes- límites objetivos a la selección de estrategias, decidiendo los campos en los que los intereses en pugna van a luchar por lograr sus fines y propósitos.

Propuesta de una definición conceptual y las paradojas del Estado

Bob Jessop toma como punto de partida para ofrecer una definición del Estado la "teoría de los tres elementos": el Estado es a) un aparato de ejercicio de gobierno y decisiones organizado a través de una multiplicidad de instituciones, b) que ejerce su funciones sobre un territorio delimitado, c) y sobre una población.
Esta definición, fundamental en derecho internacional público, si bien es un buen punto de partida analítico, debe ser superada y por ello Jessop añade un cuarto elemento: el discursivo-hegemónico. Es decir, todos esos discursos que se dan no sólo en el intercambio intelectual o universitario sino también en el terreno fangoso de la propaganda y del sentido común de la población, que no buscan tanto la descripción del ser del Estado, sino su deber-ser. Son imágenes normativas de lo que debería ser el Estado que tienen una influencia directa en, a través y durante la lucha por rearticular el aparato estatal en pro de una estrategia.
De este modo, Jessop da la siguiente definición -escueta e indiciaria, como él mismo advierte- del Estado: "el núcleo del aparato estatal comprende un conjunto relativamente unificado de instituciones y organizaciones, socialmente integradas, socialmente regularizadas y estratégicamente seleccionadas y selectivas, cuyas funciones socialmente aceptadas son definir y ejecutar decisiones colectivamente vinculantes en los miembros de una sociedad en un territorio dado en el nombre del interés general o voluntad general de una comunidad política imaginada con dicho territorio." Una definición crítica, que otorga una plataforma valiosa para desmistificar las ideologías imperantes en un contexto dado y que tiene el carácter de una variable suficientemente adaptable a cada situación concreta para evitar que la teoría fuerce los hechos.
En uno de los momentos más destacables de su libro, Jessop expone lo que llama las "paradojas del todo y la parte" del Estado con respecto al conjunto social, paradojas que sólo pueden salir a la luz una vez que se adopta una perspectiva como la suya. La primera dice así: si el Estado forma parte de unas relaciones sociales más amplias, pero a su vez el Estado clama ser un sujeto jurídico que representa los intereses de la sociedad, y no obstante, es la cristalización del conflicto de fuerza entre fuerzas sociales (aunque sea a su vez un agente importantísimo de dicho conflicto), entonces, el Estado siempre representa los intereses de la parte más fuerte y dirá representar el todo cuando representará a la parte. Otra paradoja relevante: aunque el Estado tenga su propia dinámica específica y sus capacidades estratégicas, de manera que es resistente al control directo ajeno, otras esferas de las sociedad tienen también sus propias lógicas y capacidades, de manera que son recalcitrantes al control estatal. La conclusión que se puede extraer de estas paradojas es que hay un ciclo constante de definición y redefinición en el que el Estado modela a la sociedad, y a su vez la sociedad y las fuerzas sociales modelan el Estado.

El mundo que nos espera

Ahora bien, el libro no se agota en cuestiones definitorias. Jessop se adentra en una serie de cuestiones temáticas para explorar y realizar un diagnóstico del presente del Estado, y ofrecer posibles desembocaduras de los conflictos que lo atraviesan actualmente. Así, trata de desarrollar una distinción entre la forma de Estado capitalista, como un Estado que se estructura para facilitar los intereses de acumulación del capital, y el Estado en sociedades capitalistas. Si bien el primero es de gran relevancia en los países de la OCDE, como forma estatal desarrollada y perfeccionada, el segundo exige otras aproximaciones metodológicas. No toda articulación política, ni toda elección estratégica tiene porque ser funcional. Es más, no sólo hay pugnas entre clases, sino también pugnas dentro de cada clase. Así, Jessop recuerda como el Estado neoliberal trata de adoptar la morfología adecuada para adaptarse a la aceleración temporal exigida por el mercado financiero pudiendo llegar a perjudicar los intereses inmediatos o a largo plazo de otros sectores del capital que no sean el capital financiero especulativo.
También ahonda en la cuestión del territorio diseñando un esquema analítico innovador que bautiza como TSPN (Territory, Scale, Place, Network), a través del cual busca mostrar la complejidad de las "espacio-temporalidades" sobre las que operan las intervenciones estatales, y cómo la conjugación entre ambas, su interrelación, su juego y su influencia recíproca, son también objeto de pugna, y de decisiones estratégicas. Por último, uno de los capítulos más interesantes trata acerca de la deriva autoritaria de las democracias liberales hacia un estado de excepción permanente, materializándose a través de una política de austeridad también permanente. El traspaso de fuerza del poder legislativo al poder ejecutivo -tendencia que pudimos observar por ejemplo durante la propuesta fallida de reforma constitucional de Renzi- , así como la necesidad de acelerar las temporalidades en las tomas de decisiones del Estado para hacer frente a las nuevas exigencias de los mercados financieros, necesitan adoptar la forma de un tipo de política autoritaria (tesis muy en la línea de ciertas predicciones realizadas por Poulantzas).
En conclusión, estamos ante un libro que busca traductor al castellano, pero que ofrece unas coordenadas metodológicas para el estudio de realidades políticas particulares realmente dinámico, desmistificador y que es consciente de que la realidad es pugna constante entre intereses opuestos. Sin reduccionismos, ni dogmas baratos, a pesar de un estilo arido y a veces demasiado académico del libro, debería ser lectura obligada para todos aquellos que no sólo estudian el Estado como un bello objeto de conocimiento, sino para los que están inmersos en estrategias políticas emancipadoras y necesitan cartografiar conyunturas precisas: análisis concreto de situaciones concretas.
Pablo Muyo Bussac es estudiante y miembro de la Asociación Universitaria La Caverna (Facultad de Filosofía de la Universidad Complutense de Madrid)

https://vientosur.info/spip.php?article12093

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