La globalización del 'Bella Ciao': de la melancolía de la resistencia italiana a símbolo mundial de rebelión política

Desde Buenos Aires hasta Barcelona, pasando por Nápoles, la célebre pieza popular de la resistencia italiana está mutando respecto a su significado original.

Imagen promocional de la serie 'La Casa de Papel'.
Desde Buenos Aires hasta Barcelona, pasándo por Nápoles, hay una célebre canción que está cambiando su significado. De ser un himno melancólico a la libertad debido a una batalla que se podía perder, en la contemporaneidad se está convirtiendo en un símbolo de rebelión política. Los transalpinos conocen, de toda la vida, el Bella Ciao, la canción de la resistencia italiana durante Segunda Guerra Mundial, pero en la actualidad está teniendo usos muy diversos debido a su popularidad tras su presencia en la serie de televisión La Casa de Papel.
Es simple, profunda, pegadiza, fácil de recordar. El Bella Ciao se ha extendido rápidamente por todo el mundo como ejemplo vivo de cómo algo histórico puede convertirse en un fenómeno global. Cuando los personaje de El Profesor y Berlín cantan el Bella Ciao en la primera temporada de la conocida producción televisiva, nadie podía imaginar qué dimensión habría cobrado dicha canción popular alrededor del mundo.
Lo contradictorio acerca de la nueva vida del Bella Ciao tiene que ver con la metamorfosis de su significado. Piénsese, de hecho, el uso que hace de ella La Casa de Papel: se asocia la idea –sólo superficialmente, claro está– de que unos atracadores que imprimen billetes en la Casa de la Moneda son equiparables a los partisanos que luchaban contra los nazis en los Alpes italianos durante la Segunda Guerra Mundial. A lo largo de la serie, de hecho, el Bella Ciao es usado en más ocasiones: cuando los atracadores están en la cámara acorazada o cuando Berlín se enfrenta a un tiroteo contra las fuerzas policiales.
A raíz del empleo del Bella Ciao como banda sonora de la exitosa La Casa de Papel todo a empezado a cambiar. En Argentina se ha usado para protestar contra el expresidente del país, Mauricio Macri. En Nápoles, hace algo más de un mes, los obreros de una conocida multinacional de electrodomésticos la emplearon para protestar contra sus despidos masivos. En Italia, en muchas ocasiones el Bella Ciao ha sido el fondo musical para las manifestaciones contra el cambio climático.
Hace unas semanas, por ejemplo, tras conocerse la sentencia del procés, centenares de personas en favor de la independencia de Catalunya se concentraron en la terminal de llegadas del aeropuerto de Barcelona cantando la célebre canción. A menudo, acercándose a sus mítines que tienen lugar por toda Italia, los detractores de Matteo Salvini, líder de la soberanista Liga y exministro del Interior, cantan el Bella Ciao como símbolo de rechazo a su política nacionalista. Este verano, los migrantes del Open Arms desembarcaron en el puerto siciliano de Lampedusa tras 20 días a la deriva cantando la conocida canción de la resistencia italiana.
Hay muchas versiones del Bella Ciao –y en muchos idiomas– que han tenido lugar hasta hoy, más allá de la original: la del artista italiano Giorgio Gaber, la del conocido intérprete Manu Chao o la del cantautor español Ismael Serrano, que recientemente interpretó su versión en el plató de Late Motiv, el programa nocturno de Andreu Buenafuente.
Los orígenes de esta canción no están del todo claros. Entre otras cosas porque el Bella Ciao no era muy cantado por los partisanos, al contrario de lo que muchos podrían pensar. De hecho, su nacimiento es bastante desconocido. Según diferentes expertos italianos en la materia, Bella Ciao es una "canción ovillo" en la que muchos géneros han ido entrando en su misteriosa historia. La gran mayoría de estudiosos acerca del origen de la conocida pieza popular coinciden en que Bella Ciao tiene importantes influencias del klezmer, la música tradicional de los askenazis, los judíos de Europa del Este.
Pero, ¿cómo llegará su consolidación como símbolo de los partisanos en la Segunda Guerra Mundial? Todo ocurrirá a finales de los años 50, cuando se necesitó, sin etiquetas, unificar las distintas almas de la resistencia italiana: la comunista, la socialista la católica, la liberal y la monáquica. Por esta razón, aunque en Italia haya sido utilizada sobre todo por los movimientos políticos de izquierda, el Bella Ciao será siempre un símbolo común de resistencia, antifascismo y libertad para Italia. Y, en la era global, para el resto del mundo.
Questa mattina mi sono alzato, o bella ciao bella ciao, bella ciao ciao ciao, questa mattina mi sono alzato, ed ho trovato l’invasor. O partigiano portami via, o bella ciao bella ciao, bella ciao ciao ciao, bel partigiano portami via, che mi sento di morir. E se io muoio da partigiano, o bella ciao bella ciao, bella ciao ciao ciao, e se o muoio da partigiano, tu mi devi seppellir. E seppellire lassù in montagna, o bella ciao bella ciao, bella ciao ciao ciao, e seppellire lassù in montagna, sotto l’ombra di un bel fior. E le genti che passeranno, o bella ciao bella ciao, bella ciao ciao ciao, e le genti che passeranno, mi diranno o che bel fior. E questo è il fiore del partigiano, o bella ciao bella ciao, bella ciao ciao ciao, e questo è il fiore del partigiano, morto per la libertà.
"Esta mañana, me he despertado. ¡Adiós, guapa! Esta mañana, me he despertado, y me he encontrado el invasor. Oh partisano, llévame contigo. ¡Adiós, guapa! Oh partisano, llévame contigo, que me siento morir. Y si muriera, como un partisano, tú me tienes que enterrar. Enterrarme, allí arriba en la montaña, bajo la sombra de una bonita flor. Y las gentes, que pasarán, me dirán ¡qué bonita flor! ¡Adiós, guapa! Ésta es la flor del partisano, muerto por la libertad".


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