¿Para quién vivimos? Max Aub













Escritor Max Aub en el prólogo a La gallina ciega: "Sólo vivimos para con quienes convivimos". ¿Comprobación real de nuestros límites o justificación de nuestra caprichosa voluntad? Parece inclinarse el autor por lo primero: "Los demás, la inmensa mayoría, están fuera de nuestro radio de acción. Sabemos que existen, nos enteramos  -mal-  del quehacer de los más destacados, pero nos son ajenos. Sólo nos tocan, influyen, los que de una manera u otra  -hay muchas-  amamos, aun odiándolos o, si llegamos a tanto, despreciamos". Son palabras de 1969, en la introducción al libro que subtitula diario español. Y es que aún la herida de la guerra y sobre todo la de su exilio está presente. ¿Habla de una sociedad puntual, aún dolorosa y dolida, o sirve para cualquier tiempo? Propongo la reflexión sobre ello. Su conclusión particular, no obstante nuestros tiempos presentes de numerosas y complejas redes sociales, facilidad de contacto e intercambio aparentes y relativa disposición de ánimo a la comunicación, me deja helado y pensativo. "No se influye en quien no tiene afinidad con nosotros y menos sobre quien detenta un concepto distinto de la vida". ¿Se trata de influir o de aceptar y convocar a un juego participativo más abierto? ¿Buscamos la aproximación al otro, al diferente e incluso opuesto a nuestros criterios, o huimos de él para refugiarnos entre nuestro particular bando de ideas y conductas? Viejo tema; preguntas firmes y pensamientos vacilantes. Sin clara respuesta.

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