"Ahora que amanece" (Ora che sale il giorno), de Salvatore Quasimodo




           AHORA QUE AMANECE


Finita es la noche y la luna
Se deshace lenta en el sereno,
Se pone en los canales.

Así de vivo es septiembre en esta tierra
De llanura, los prados son verdes
Como en los valles del sur la primavera.
He dejado la compañía
Y recuesto el corazón entre los viejos muros
Para estar solo recordándote.

¡Cómo te sé más lejana que la luna,
Ahora que amanece
Y sobre las piedras bate el casco de los caballos!


          Traducción del italiano, Mario Bojórquez


        ORA CHE SALE IL GIORNO

Finita è la notte e la luna
si scioglie lenta nel sereno,
tramonta nei canali.

E’ così vivo settembre in questa terra
di pianura, i prati sono verdi
come nelle valli del sud a primavera.
Ho lasciato i compagni,
ho nascosto il cuore dentro le vecchie mura,
per restare solo a ricordarti.

Come sei più lontana della luna,
ora che sale il giorno
e sulle pietre batte il piede dei cavalli!

        En Círculo de poesía. Revista electrónica de poesía






Hijo de un ferroviario, el poeta, ensayista y traductor italiano Salvatore Quasimodo nació en Modica, Sicilia,  en 1901. Después de realizar estudios técnicos en Messina, se trasladó a Roma para cursar ingeniería, carrera que abandonó pronto atraído por la literatura y por el estudio  del griego y del latín. En 1929 marchó a Florencia donde su cuñado, el escritor Elio Vittorini,  lo introdujo en los círculos literarios. Allí empezó a colaborar en la revista 'Solaria' y a publicar sus primeros libros de poesía. Más tarde, en Milán, ayudó en labores editoriales al escritor y guionista cinematográfico Cesare Zavattini y se incorporó a la redacción de  'Il Tempo', donde fue crítico teatral. En 1938 había publicado ya cinco poemarios, y en 1939 fue nombrado profesor de literatura italiana del conservatorio de Milán. En 1959 obtuvo el Premio Nobel de Literatura por expresar "la trágica experiencia de nuestra época". Falleció en Nápoles en 1968.  
   Su primera colección de poemas fue Aguas y tierras (1930). Con Oboe sumergido (1932) y Erato y Apollión (1936)  se convirtió en uno de los principales representantes de la escuela hermética, grupo de poetas italianos que, ante la imposibilidad de criticar abiertamente al fascismo, optan por un lenguaje extremadamente oscuro y complejo. La evocación nostálgica de su tierra natal, Sicilia, está presente en obras como  Nuevas poesías (1936-1942) o Y de repente la noche (1942). Las vivencias de la guerra y de la ocupación alemana marcaron un giro en su poesía, que se alejó paulatinamente del hermetismo y se hizo más comprometida -expresando su oposición al fascismo, los horrores de la guerra y  el sentimiento de culpa del pueblo italiano (Con el pie extranjero sobre el corazón, 1946, y Día tras día, 1947)-  y vitalista (La vida no es sueño, 1949; La tierra incomparable, 1958, y Dar y tener, 1966).
  Quasimodo fue, además, un excelente traductor de autores clásicos griegos y romanos, como Homero, Virgilio, Catulo, Sófocles o Esquilo, así como de Shakespeare, Molière, Neruda, P. Eluard y  otros poetas modernos, fundamentalmente británicos y norteamericanos. Su labor como traductor resultó determinante en la formación de su estilo.

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