En oposición al simbolismo predominante en la poesía rusa de principios del siglo XX, Anna Ajmátova y otros poetas dieron paso al acmeísmo, movimiento que buscaba liberar a la palabra en busca de sus significantes primigenios.. A continuación reproduzco La canción de la última cita, de Anna Ajmátova.
La canción de la última cita, de Anna Ajmátova
Se enfriaba, desvalido, mi pecho,
pero eran ligeros mis pasos.
Me puse en la mano derecha
el guante de la mano izquierda.
pero eran ligeros mis pasos.
Me puse en la mano derecha
el guante de la mano izquierda.
¡Me pareció que había muchos peldaños
aunque sabía que eran sólo tres!
Un murmullo otoñal entre los arces
me pidió: “¡Muere conmigo!
aunque sabía que eran sólo tres!
Un murmullo otoñal entre los arces
me pidió: “¡Muere conmigo!
¡Oye: una suerte penosa,
inconstante y mala me engañó!”
Le contesté: “¡Querido mío:
a mí también. Contigo moriré!”
inconstante y mala me engañó!”
Le contesté: “¡Querido mío:
a mí también. Contigo moriré!”
Esta es la canción de la última cita.
Eché una mirada a la casa sombría.
Tan sólo en la alcoba ardían las velas
con una llama indiferente y mustia.
Eché una mirada a la casa sombría.
Tan sólo en la alcoba ardían las velas
con una llama indiferente y mustia.
Traducción de Jorge Bustamante García.
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