Proyección y análisis de la película "Las Hijas del Sol" Junto con Cinemex, realizamos la proyección, análisis y debate de "Las hijas del sol". Una película francesa que trata sobre el ejército de mujeres civiles que hizo frente a la amenaza de Daesh.
Las hijas del sol es una pelicula protagonizada por la actriz irani Golshifteh Farahani, y dirigida por la directora francesa Eva Husson, representa a aquellas mujeres que decidieron enfrentar al Estado Islámico que pretendió exterminarlas.
Junto con CINEMEX realizamos la proyección de la película para público en general. Al finalizar la Mtra. en Estudios de Asia y África por el Colegio de México, Alejandra Guerrero, nos compartió su análisis sobre la proyección y respondió las preguntas de las y los asistentes.
En este blog te compartimos su análisis escrito.
Las hijas del sol o cómo las mujeres tomaron la iniciativa
El primer filme que habla sobre un tema urgente: el ejército de mujeres civiles que hizo frente a la amenaza de Daesh. Las hijas del sol, protagonizado por la siempre maravillosa Golshifteh Farahani y dirigido por Eva Husson, representa a aquellas mujeres que decidieron enfrentar al Estado Islámico que pretendió exterminarlas.
Para entender mejor el filme es importante conocer algunos detalles del contexto que una película no puede abordar, a pesar de los grandes esfuerzos de la directora por explicar muchos pequeños detalles:
El filme se desarrolla en el Kurdistán, una nación sin estado que, según Juan Carlos Castillo Quiñones, “los kurdos representan la minoría nacional más grande del mundo carente de un Estado propio” (Castillo, 2017-142), pues después del Tratado de Lausana se decidió que este territorio se dividiría en Siria, Turquía, Iraq e Irán. Casi 100 años después, las dinámicas kurdas en cada país son muy distintas y obedecen no sólo al devenir de esta nación, sino al del Estado donde se le adscribió.
Esta división y adscripción a otros países ha llevado a los kurdos a estar sumamente organizados y en intermitente (a veces permanente) lucha armada por la defensa de su derecho a exisistir y mantener su identidad. Por esta razón, con el levantamiento de Daesh (Daulat al-islamia fi al-Iraq wa al-Sham, Estado Islámico en Iraq y el Levante), las milicias kurdas eran las únicamente organizadas para combatirlos.
La población kurda no es homogénea, ejemplo de ello es la población yazidí (asentada principalmente en la provincia de Nínive en Iraq) es una minoría religiosa preislámica sincrética que ha adoptado ciertos usos y costumbres de las religiones abrahámicas y regionales (como el zoroastrismo) que había vivido en armonía con los distintos gobiernos y comunidades vecinas, hasta agosto de 2014, cuando Daesh atacó a la población yazidí, asesinó a miles de hombres y secuestro a miles de mujeres, la mayoría se convirtió en esclavas sexuales del grupo terrorista.
La mencionada armonía ocurría por la figura de dhimmi en el Islam. Los dhimmies son creyentes de otras religiones a quienes los musulmanes respetan y dejan vivir según sus reglas, sólo deben pagar un impuesto conocido como yiziah. Daesh no dio esta opción a los yazidíes, los desconoció como otro con posibilidad de existir, los deshumanizó.
La deshumanización de las otredades es un paso fundamental en el proceso de confrontación, ataque o posible eliminación de un grupo humano reconocido como otredad. Se deshumaniza a aquel que, como grupo, se pretende eliminar, se convence de que no tiene derecho a exisistir y la persona se otorga permiso de eliminar a aquellos que no considera iguales, dignos o con derecho a existir. Esto obviamente revela mucho más el fanatismo de quién lo decide que del grupo víctima, aunque la deshumanización o diluir la individualidad del otro es común a toda la humanidad. La representación de los miembros de Daesh en el filme es ejemplo perfecto, pues no son individuos, pocos tienen rostro (o un rostro de más de 3 segundos en pantalla), sus voz es casi inexistente, no tienen personalidad, son sólo una masa de personas interpretada por un grupo de actores que están como parte fundamental de la representación, pero no tienen importancia como individuos.
El filme también falla en la representación individualizada de las mujeres pertenecientes a la milicia peshmerga, pues sólo Bahar (Farahani) tiene una historia, voz, personalidad, el resto de las mujeres son un grupo con rostro, pero sin mayor participación que ser parte del grupo que baila, canta y combate al enemigo señalado.
Un acierto de Las hijas del sol es la representación naturalizada de las milicias de mujeres, en ningún momento hay señal alguna de que estos grupos son nuevos o incómodos (tal vez un poco incómodos por insistentes y por nunca asumir derrota), pues la cuestiónkurda ha impulsado la organización, defensa armada, apropiación de las causas y la igualdad en la lucha, por tanto, la inclusión de las mujeres en el frente. Las mujeres han sido parte de la defensa de la nación kurda desde hace mucho tiempo, la presencia de Daesh en su territorio sólo ha aumentado los números, pues antes de Daesh, había poco menos de 25% de mujeres, ahora son cerca del 40%.
A pesar de este acierto y la importancia de una mujer que cuenta la historia de otra mujer, la narración se percibe distante, Eva Hudson cuenta la historia de las yazidíes desde la distancia —me parece como si estuviera viendo aquello en una vitrina— a pesar de estar en el frente, hay distancia entre los hechos y las protagonistas, y la dirección y los espectadores. El filme informa, pero no transmite, mucho menos crea cierta identificación con las protagonistas, puede deberse a que sólo Bahar tiene historia o sólo a que la directora no logro apropiarse la historia.
La forma de contar la historia de Bahar tampoco parece del todo acertada, pues los flshbacks no están justificados y son sólo primer o primerísimos planos a Farahani, corte, recuerdo, corte, de nuevo primer plano y sigue la historia en el presente diegético. No se hilan con la historia presente, no hay ningún pretexto que detone la memoria, sólo pausas e interrupciones.
El filme, por otro lado, hace muchos pequeños guiños a la historia kurda, yazidi e incluso con Marie Colvin, periodista inglesa de guerra que murió en Homs, al hacer una clara referencia a ella en el personaje de Mathilde. La periodista de la historia también usa un parche en el ojo y asegura que lo perdió en los bombardeos de Homs.
Otra referencia a una mujer trascendente en los hechos contemporáneos es Amena Saeed que en la diégesis se representa como Dahila Saeed. En la ficción y fuera de ella, Saeed es una activista por los derechos humanos que ha llevado a cabo importantes esfuerzos por crear un registro de las cautivas y su localización, además de liberar a muchas de ellas.
Por último, Hudson coloca la historia en Corduene, aunque los hechos de agosto de 2014 ocurrieron principalmente en Sinyar, en la provincia de Nínive. Corduene era una región en el este de Turquía que algunos historiadores aseguran es el origen del Kurdistán.
A pesar de que Las hijas del sol no logra la total comprensión y empatía con el grupo de las yazidies peshmergas, sí es un importantísimo esfuerzo por comunicar estos hechos. En esto último ha sido un importante factor para poner en la agenda internacional, junto con el permanente activismo de muchas personas —incluida la premio Nobel de la paz Nadia Murad— que no permiten que estos eventos se olviden.
La tragedia de Sinyar (que se ha llamado a reconocerse como genocidio) es un ejemplo de las consecuencias del fanatismo y la guerra, señalarlo y castigarlo es sumamente importante en el combate contra la violencia. Hay que conocer estos hechos y reconocer a quienes los sufren, no sólo mencionarlos como algo que pasa “allá lejos” y mucho menos normalizarlos, la violencia implica siempre a una víctima que no puede quedar impune. La justicia y erradicación de la violencia debe ser nuestra principal meta como humanidad.
El conocimiento y reconcimiento es el primer paso.
Referencia
Castillo Quiñones, Juan Carlos, “Narrativas de las organizaciones políticas kurdas y su papel en el torbellino sirio” en Conde, Gilberto, coord. Siria en el torbellino. El Colegio de México, México, 2017.
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