Manuel Castells, ¿un clásico?

 Manuel Castells, ¿un clásico?

Magdalena Day 
Universidad Nacional de CuyoArgentina

Manuel Castells, ¿un clásico?

RevIISE - Revista de Ciencias Sociales y Humanas, vol. 10, núm. 10, pp. 11-17, 2017

Universidad Nacional de San Juan

Recepción: 30 Julio 2016

Aprobación: 23 Junio 2017

Resumen:En este artículo analizamos algunos de los debates existentes alrededor de la pregunta ¿Es Manuel Castells un clásico? Estos debates, que se dieron a partir de la publicación de la trilogía La Era de la Información, podrían indicar la existencia de una comunidad que lucha por la interpretación de un clásico, entendiéndolo como marco referencial para las ciencias sociales, ante la inexistencia de paradigmas. Para finalizar, proponemos algunas pautas para la lectura de este autor en función de esta caracterización de clásico.


Introducción

Manuel Castells es uno de los académicos más citados en ciencias sociales, según el Social Sciences Citation Index1. En su trabajo de mayor repercusión, la trilogía La Era de la Información (LEI en adelante), que apareció por primera vez en el año 1996 Castells despliega su tesis acerca de la emergencia de una nueva estructura social caracterizada por la interconexión en red, facilitada por Internet y las tecnologías de la información: la Sociedad Red (SR en adelante) (Castells: 2005).

Si bien Castells no es el único que teorizó acerca de la influencia del desarrollo tecnológico, y del de Internet en particular, en la economía y en la sociedad; sí ofreció una sistematización que fue ampliamente recibida, y discutida, por diferentes sectores de la comunidad académica internacional.

Los debates posteriores a la aparición de la trilogía LEI (Fuller 2004; Van Dijk 2001) que se dieron luego de que Anthony Giddens hiciera una comparación entre la obra de Castells y la de Max Weber, Economía y Sociedad2, podrían indicar no sólo la necesidad de la teoría social del momento por ver grandes desarrollos, sino la existencia de una comunidad que lucha por la interpretación de un clásico. Adscribimos a la caracterización según la cual

los clásicos son productos de la investigación a los que se les concede un rango privilegiado frente a las investigaciones contemporáneas del mismo campo (...) La atribución de semejante rango privilegiado implica, además, que en el trabajo cotidiano del científico medio esta distinción se concede sin demostración previa; se da por supuesto que, en calidad de clásica, tal obra establece criterios fundamentales en ese campo particular. (Alexander: 1987: 23)

Alexander se pregunta qué relación podría tener analizar a los clásicos, una actividad supuestamente histórica, con los intereses del conocimiento científico contemporáneo (p. 32). La respuesta que ofrecemos es la de la inexistencia de paradigmas en ciencias sociales3 (Follari, 2000:118), que lleva a que convivan al interior de una determinada comunidad científica posturas muchas veces irreconciliables4; lo que dificulta el acuerdo. Y dado que no hay paradigmas en ciencias sociales, hay clásicos. De aquí la importancia que reviste entender su rol para el desarrollo de nuestras disciplinas.

En la próximas páginas trabajaremos la idea de Manuel Castells como clásico de las ciencias sociales. Luego analizaremos algunos de los debates identificados sobre el tema, para finalizar sugiriendo pautas para la lectura de nuestro autor.

Paradigmas y clásicos en ciencias sociales

Haciendo una analogía con la definición “final” de paradigma que dio Kuhn5 en su Posdata (1969), sostenemos que existe cierta circularidad en la caracterización del clásico: es aquel autor u obra que sirve como marco para habilitar el debate de ciertos temas en una comunidad cien-tífica, y a la inversa, una comunidad científica define a quienes problematizan alrededor de un clásico. Nos detenemos aquí un momento.

Incluimos el “problematizan” porque compartimos junto a Alexander que la actividad científica se aplica a lo que quienes se dedican a la ciencia consideran científicamente problemático (1987:32). De esta manera, qué es un problema científico sería aquello que concentra los esfuerzos de investigadores ya que lo consideran crucial para el avance del conocimiento acerca de su temática o campo disciplinar específico.

Por lo tanto, que una disciplina posea clásicos para Alexander no depende de su empirismo sino del consenso que exista dentro de esa disciplina acerca de cuestiones empíricas. Sobre el consenso, también Habermas señala que es aquello que diferencia a la actividad “científica” de la “no científica” (Habermas, 1972: 91)6.

Es en esa necesidad por parte de las ciencias sociales de encontrar algún aspecto en común en donde Alexander encuentra el rol central de los clásicos; y que según Follari, aportaría a la configuración de un territorio conceptual de encuentro, que impida la incomunicación ante la falta de referencia al paradigma propiamente dicho (Follari: 120).

Alexander da también una razón funcional a la existencia de clásicos en ciencias sociales, según la cual, éstos integran el campo del discurso teórico, y otorgan un marco común de entendimiento para el debate

Por integración no entiendo cooperación y equilibrio, sino el mantener una delimitación [...] El hecho de que las diversas partes reconozcan un clásico supone fijar un punto de referencia común a todas ellas. Un clásico reduce la complejidad (Luhman: 1979) Es un símbolo que condensa -“representa”- diversas tradiciones generales. (p. 42)

Además, este autor señala una razón intelectual para la existencia de clásicos en ciencias sociales, según la cual a ciertas obras se les concede el rango de clásicas porque hacen una contribución singular y permanente a la ciencia de la sociedad (p. 42).

Creemos Manuel Castells ha realizado tal contribución y que es posible pensar su obra como marco referencial para nuestras disciplinas, ante las dificultades que la falta de paradigma, tal como lo definiera Kuhn (2012: 175), genera. Además, identificamos a su alrededor un sector de la comunidad científica que problematiza alrededor de sus trabajos, y de la interpretación de los mismos

Algunos debates en torno a la cuestión de clásico-no clásico.

Los pronunciamientos a favor y en contra de considerar a Manuel Castells como un clásico comenzaron cuando Anthony Giddens hizo una reseña sobre el primer volumen de LEI, en la que señalaba que no sería descabellado comparar su trabajo con el de Weber en “Economía y Sociedad”, escrito casi un siglo antes (1996). En esa reseña, Giddens marcó la importancia de la aparición de la obra de Castells LEI para dar cuenta de las transformaciones económicas y sociales del momento.

Entre los que criticaron esta comparación se encuentra Jan Van Dijk (2001), en su ensayo crítico The One Dimensional Network of Manuel Castells, en el que sostiene que dar una idea de las interrelaciones entre tendencias actuales no es lo mismo que reivindicar una teoría como general de toda una época7. Y aunque Van Dijk -quien utilizó el término Sociedad Red antes de que lo hiciera Castells- rechace tal comparación, reconoce que la obra maestra de Castells es un logro brillante y que no conoce otro trabajo capaz de ofrecer una mejor visión acerca de las interrelaciones a gran escala en los asuntos actuales alrededor del mundo (nuestro subrayado).

Por otro lado, Steve Fuller (2004), calificó la comparación en cuestión como presuntuosa, ya que según él, tanto Weber como Marx murieron antes de que sus trabajos adquirieran el status de clásico. Pero a pesar de rechazar tal comparación de Castells con Weber, agrega que se pueden observar

cambios en las condiciones materiales que permiten a alguien como Castells emerger como un potencial sucesor de Marx y Weber en la apuesta de la “gran teoría” del fin de milenio [...] Como podrían decir los economistas, los “costos de entrada” para grandes teorizaciones se han convertido en tan altos que la mayoría de la gente queda excluida de tal posibilidad. (Fuller, 1998)

Allison Cavanagh destaca, en un tono crítico, que el trabajo de Castells es el más famoso entre los que perpetúan el posicionamiento del -según la autora, confuso- término de Sociedad Red (Cavanagh, 2007: 38). Christian Fuchs (2008) también se encuentra entre los que critican el planteo que hace Castells acerca de la emergencia de una “nueva estructura social” en LEI, aunque lo incluye como uno de los principales teóricos de la Sociedad de la Información.

Si bien Claudio Katz (1998) realizó uno de las primeras críticas en español, y desde Argentina, sobre Castells; sostiene que autores como Giddens y Touraine comparan a LEI con el trabajo de clásicos como Marx y Weber porque el principal aporte del libro es su intento de análisis totalizador [...] y la selección temática muy adecuada de los problemas que debe abordar la investigación de la sociedad contemporánea en él incluida (Katz, 1998: 123).

Entre quienes consideran la obra de Castells como marco referencial para las ciencias socia-les actuales incluimos a Frank Webster, en su análisis sobre las teorías de la Sociedad de la Información, y a Felix Stalder.

La publicación de La Era de Ia Información llevó a algunos comentadores a poner a Castells junto a Karl Marx, Max Weber y Émile Durkheim. Comparto esta estimación, convencido de que el trabajo de Castells es la descripción más iluminadora, imaginativa y rigurosa intelectualmente sobre las principales características y dinámicas del mundo actual. Cualquiera intentando examinar el rol y carácter de la información “algo que necesariamente involucra esforzarse por entender los resortes de la vida social- y cómo ésta está implicada con el cambio y la aceleración del mismo”, debe familiarizarse con el trabajo de Manuel Castells. (Webster, 2006: 107)8

Para Stalder (2008), la teoría de la Sociedad Red

ofrece el marco más completo a partir del cual [Castells] conecta, en un análisis integrado, fenómenos muy diversos [...]señalando el retorno de la macroteoría sociológica luego de años de pesimismo posmoderno sobre la posibilidad de tal proyecto. (Stalder1)

Desde una postura crítica hacia la teoría de Castells, y en particular hacia el concepto de flujos vinculado con la SR, Esteban Torres suscribe a la necesidad que menciona Alexander de tomar grandes ideas del pensamiento social, para la investigación de los problemas de nuestro tiempo (Torres, 2012: 722). De aquí que lo ubiquemos entre quienes consideran a la obra de Castells como la de un clásico, aunque sea en forma indirecta y revisionista.

Aspectos principales de LEI y pautas para leer a Castells.

En primer lugar, proponemos leer a Manuel Castells, y en particular a la trilogía LEI, como el marco referencial a partir del cual problematizar9 desde las ciencias sociales acerca de las nuevas configuraciones sociales, económicas y políticas, que Internet y las nuevas tecnologías facilitan.

En segundo lugar, sugerimos leerlo entendiendo que concibe a la tecnología como una capa de la estructura social (Castells, 2005), como un actante u objeto (Castells y otros, 2011) a través de la cual transcurren los principales intercambios y relaciones, entre individuos y organizaciones. Es en este contexto que el planteo de la SR remite no sólo a una nueva estructura social, sino a una nueva forma de asociación (Latour, 2008:19), y organización, habilitada -pero no determinada- por las redes tecnológicas e Internet.

En tercer lugar, la teoría para Castells es una herramienta para la investigación. Esto lo explicita en trabajos como Materiales para una teoría explicativa de la Sociedad Red (2000: 6), en donde habla de teoría descartable. Su propósito con la SR es el de elaborar un modelo teórico que sirva para entender la realidad, de aquí que su aplicación de dicho modelo al análisis pueda percibirse como flexible y cambiante en algunos casos (Stalder, 2006: 170).

En cuarto lugar, para leer a Castells creemos necesario entender su evolución e influencias. Al respecto seremos muy breves, y acotaremos dicha evolución en función de la trilogía LEI como obra principal, que puede entenderse como un momento de síntesis de teorizaciones que se remontan a sus primeras épocas como investigador. Para esto hay que pasar por algunas de sus obras anteriores, que van desde Problemas de Investigación en Sociología Urbana (1971)10 hasta La ciudad Informacional (1991), en las que se ve su interés en la ciudad como espacio de producción, de conflicto y también de encuentro, entre los distintos grupos sociales.

En esta época Castells se refiere a la lucha de clases en los procesos productivos, tema del que se aparta en las obras más cercanas a la trilogía (Stalder, 2008:19), entendido en el contexto de fines de los años 80, cuando las corrientes teóricas como el marxismo althusseriano se dejaron prácticamente de lado. Durante ese trabajo empírico realizado en los trabajos sobre sociología y problemas vinculados al urbanismo, Castells registra de cerca los procesos de desterritorialización de las actividades de empresas e instituciones luego de la aparición de las telecomunicaciones, entre otros factores, que aceleraron el proceso de globalización mundial.

Ese trabajo tendría una fuerte resonancia en LEI, que consta de tres volúmenes en los que Castells expone su análisis luego de investigar las variaciones de las transformaciones mencionadas anteriormente, en diferentes países, utilizando el modelo teórico de la SR.

En quinto lugar, la red se constituye en categoría central de análisis en los tres volúmenes de LEI. En el primero, La Sociedad Red (publicado originalmente en 1996), Castells explica sus conceptos clave: el capitalismo informacional, el espacio de los flujos, la virtualidad real, y la SR, a la que presenta como ”morfología social”11 que prevalece sobre la acción de individuos. En el segundo volumen, El poder de la Identidad (publicado originalmente en 1997), el autor caracteriza las nuevas formas de construcción de subjetividad y de significado en la SR, que dan nacimiento a los movimientos sociales en torno a la identidad, como los fundamentalismos, el feminismo, el movimiento ecologista, entre otros; a los que considera como formas de resistencia al poder global de la red. También allí explica las nuevas configuraciones de los estados (“estados-red” según Castells), y los límites que encuentran frente al poder global y el capital trasnacional. Para finalizar con la trilogía, en Fin de Milenio (publicado originalmente en 1998), Castells explicita temas como el surgimiento del narcotráfico, y de las economías informales permitidas por los flujos de información y del capital; como así también la desigualdad y la exclusión que produce la nueva economía global.

La red sigue siendo central en obras del autor como Comunicación y Poder (publicado originalmente en 2009) pasando por trabajos en los que analiza las culturas e instituciones en la raíz de la crisis del capitalismo global12; hasta la aparición de Redes de Indignación y Esperanza (publicado originalmente en 2013). En este último trabajo, Castells profundiza el tema de la crisis y las formas de resistencia al poder global caracterizando a los “movimientos sociales en red”, como Occupy Wall Street en Estados Unidos, los movimientos estudiantiles en Chile e Indignados en España, entre otros. Pero a diferencia de los movimientos sociales definidos en el volumen II de LEI, estos movimientos más recientes no se forman en torno a las identidades, sino a partir de reclamos concretos de participación ciudadana y transparencia frente a la corrupción (p.2).

A modo de conclusión

El rol de los clásicos en ciencias sociales nos remite al debate acerca de la inexistencia de paradigmas en las mismas, en tanto lo que las define es el desacuerdo constante en la producción de conocimiento. Este desacuerdo sería problemático en la medida en que se busque la rigurosidad y la generalización que ofrecen las denominadas “ciencias duras”.

Sin embargo, el desafío de nuestras disciplinas es el de lograr el consenso entre distintas líneas teóricas, ante la falta de paradigma. Según Alexander, los clásicos permiten encontrar ese lugar de encuentro para tradiciones y puntos de vista en principio opuestos. Y aunque este autor no detalle si el clásico, o la obra considerada clásica, puede ser tal con su autor vivo, o cuántos investigadores deben citarlo para declararlo como clásico; entendemos que tal caracterización se da por supuesta en la medida en que, al momento, es el trabajo sistematizado que mejor funciona para analizar y explicitar ciertos fenómenos. Esto es, ofrece una síntesis de los conocimientos de su disciplina sobre los temas que aborda, y es por esto que otros autores interesados en iniciarse en una determinada temática deben pronunciarse a favor o en contra de sus postulados.

Castells reduce esa complejidad inherente a las ciencias sociales que menciona Alexander, al ubicar en el centro de la teoría social a la red como categoría de análisis, ofreciendo con la SR una periodización13 que condensó las propuestas existentes en su momento (Sociedad de la Información, Sociedad Postindustrial, Sociedad Pos-moderna, etc.) al mismo tiempo que dio un modelo para entender la dinámica social, política y económica de la vida contemporánea.

Desde nuestra perspectiva, Castells ha realizado un importante aporte para el entendimiento de las nuevas subjetividades, mediadas e influenciadas por Internet; de las dinámicas de la economía y el poder global, del rol de la información en el capitalismo actual, y de la red como forma de sociabilidad (Castells, 2004: 48), y participación política de nuestros tiempos.

Y si bien resulta difícil afirmar que Castells es un clásico de la misma manera que se afirma que Durkheim, Marx y Weber lo son, lo consideramos como tal ya que ayudó a identificar y entender profundas transformaciones económicas y sociales mientras ocurrían.

Por último, creemos que Castells quizás sea el exponente de grandes cambios en la forma de producción de conocimiento científico y de teorización en las ciencias sociales actuales14.

Referencias

Alexander, J. (1991) La centralidad de los clásicos. En Giddens, A. (Editor) y otros. La Teoría Social hoy, (pp. 22-80). Madrid: Alianza Editorial.

Anttiroiko, A. (2015) Networks in Manuel Castells’ theory of the network society. MPRA, No. 65617. Recuperado de: http://mpra.ub.uni-muenchen.de/65617/.

Castells, M. (1971) Problemas de Investigación en Sociología Urbana. México: Siglo XXI.

- - - - - - (1991) The Informational City. Information Technology, Economic Restructuring and the Urban-Regional Process. USA: Blackwell Publishers.

- - - - - - (2000) “Materials for an explanatory theory of the network society”, British Journal of Sociology Vol. No. 51 Issue No. 1, London School of Economics. Recuperado de: http://faculty.georgetown.edu/irvinem/theory/Castells- NetworkSociety.pdf.

- - - - - - (2005) La Era de la Información: economía, sociedad y cultura. Volumen 1, La Sociedad Red. México: Siglo XXI.

- - - - - - (2010a) The Information Age: economy, society, and culture. Volume 2, The power of identity. United Kingdom: Whiley-Blackwell.

- - - - - - (2010b) The Information Age: economy, society, and culture. Volume 3, End of Millennium. United Kingdom: Whiley-Blackwell.

- - - - - - (2012) Aftermath. The cultures of the economic crisis. United Kingdom: Oxford University Press.

- - - - - - (2013) Communication Power. United Kingdom: Oxford University Press.

- - - - - - (2015) Networks of outrage and hope. United Kingdom: Polity Press.

Castells, M y otros (2011) “Network Multidimen-sionality in the Digital Age”. International Journal of Communication 5, (pp. 788–793). Recuperado de: http://ijoc.org/index.php/ijoc/article/view/1103/554

Cavanagh, A. (2007) Sociology in the Age of the Internet. UK: McGraw-Hill. Recuperado de: https://books.google.com.ar/books?id=IrbL2Yxu8YoC&redir_esc=y

Follari, R. (2000) “Sobre la inexistencia de para-digmas en ciencias sociales”. En Epistemología y Sociedad. Acerca del debate contemporáneo, (pp. 111-122). Rosario: Homo Sapiens.

Fuchs, C. (2003) “Capitalism or information society? The fundamental question of the present structure of society”. European Journal of Social Theory. Recuperado de: http://fuchs.uti.at/wp-content/infosocejst.pdf.

Fuller, S. (2004) “Manuel Castells’ Trilogy The Information Age: Economy, Society and Cul-ture”. Book Review. CyRev: A journal of Cyber-netic Revolution, Sustainable Socialism and Radical Democracy. Recuperado de: http://www.net4dem.org/cyrev/archive/issue8/articles/CastellsReview/CastellsReview1.htm

Galloway, A. (2004) Protocol, or, How Control Exists after Decentralization. Recuperado de: https://monoskop.org/log/?p=81

Giddens, A. (Comp.) (1991) La teoría social hoy. Madrid: Alianza Editorial.

- - - - - - (1996) “Out of place. The Rise of the Network Society”. En The Times Higher Education. Recuperado de: https://www.timeshighereducation.com/books/out-of-place/161993.article

Katz, C. (1998) “Determinismo tecnológico y deter-minismo histórico-social”. REDES, Vol. V, No. 11, (pp. 37-52). Recuperado de: http://katz.lahaine.org/?p=143

Kuhn, T. (2012) The structure of scientific revolutions. Chicago: The University of Chicago Press.

Latour, B. (2008) Reensamblar lo social. Una intro-ducción a la teoría del actor-red, (pp. 13-35). Buenos Aires: Manantial.

Stalder, F. (2008) Manuel Castells: The Theory of the Network Society. USA: Polity Press.

Torres, E. (2012) La cuestión del poder en Manuel Castells, 1967-2009: Comunicación, Cultura y Sociedad. UNC-UNLP. Tesis de Doctorado. Recuperado de http://sedici.unlp.edu.ar/bitstream/handle/10915/22068/Documento_completo.pdf?sequence=1.

Van Dijk, J. (2001) The One Dimensional Network of Manuel Castells. Recuperado de: https://pdfs.semanticscholar.org/398d/d865d0a4c1c48697bd35a827cc10fbb1fea6.pdf

Webster, F. (2006) Theories of the Information Society. Third Edition. New York: Routledge.

Notas

1 El más citado en el período 2010-2015 en Comunicación y el cuarto más citado entre académicos de todo el mundo en ciencias sociales, según el Social Sciences Citation Index.
2 Giddens, A. (1996). Out of place. Higher Ed Times. Recuperado de https://www.timeshighereducation.com/books/out-of-place/161993.article En esta nota, Giddens menciona la importancia de la propuesta de Castells en tiempos de posmodernismo y vacío de la teoría social. (Error 1: El enlace externo https://www.timeshighereducation.com/books/out-of-place/161993.article debe ser una url) (Error 2: La url https://www.timeshighereducation.com/books/out-of-place/161993.article no esta bien escrita)
3 Roberto Follari caracteriza a las ciencias sociales como a-paradigmáticas ya que no estarían esperando llegar a un estadío de madurez, como señaló Kuhn al referirse a estas disciplinas como pre-paradigmáticas, comparándolas con las físico-naturales. Para el primero el desacuerdo constante y simultáneo entre tradiciones teóricas impide la existencia de paradigmas. En Follari, R. (2000) Sobre la inexistencia de paradigmas en ciencias sociales. Acerca del debate contemporáneo. Rosario: Homo Sapiens.
4 El análisis social (...) siempre conllevará discursos y debates acerca de los supuestos de las teorías y de la relevancia de los datos para contrastar esas teorías En Giddens, A. y otros (1984) La Teoría Social hoy, p. 15.
5 En su primera edición de La estructura de las revoluciones científicas de Thomas Kuhn se identifican 22 acepciones diferentes del término “paradigma”. Es por eso que en su Posdata (2012) el autor acota el entendimiento del término a “matriz disciplinar”: un paradigma es lo que una comunidad científica comparte, y, a la inversa, una comunidad científica consiste en hombres que comparten un paradigma. (p. 175)
6 El verdadero logro de la ciencia moderna no consiste, funda-mentalmente, en la producción de verdad, es decir, de proposiciones correctas y convincentes acerca de lo que llamamos realidad. La ciencia moderna se distingue de las categorías tradicionales de conocimiento por un método para llegar a un consenso espontáneo y permanente acerca de nuestros puntos de vista.
7 Tanto Marx y Weber hicieron marcos conceptuales cuidadosa y completamente elaborados de una teoría del capitalismo y de la sociedad industrial a principios del “Capital”, y de “Economía y Sociedad”. Comparado con ellos los desarrollos de Castells son mucho más esquemáticos de las características de la era de la información, y las conexiones causales que hace no alcanzan los niveles de abstracción y generalización que conocemos de Marx y Weber. En Van Dijk, J. (2001) The One Dimensional Network of Manuel Castells.
8 Traducción propia.
9 Recordamos la cita de Alexander incluida en la Introducción al respecto: la actividad científica se aplica a lo que quienes se dedican a la ciencia consideran científicamente problemático (1987: 32).
10 Incluimos entre paréntesis las primeras fechas de publi-cación de cada obra mencionada, que no agota la producción total de Manuel Castells. Las incluidas se consideran como representativas de temas que trata nuestro autor a los fines del artículo.
11 En La Era de la Información, Vol. I La Sociedad Red, p. 549.
12 Nos referimos a Aftermath (2012), en la que Castells escribió junto a otros autores como Rosalind Williams y Gustavo Cardoso, entre otros.
13 Alexander Galloway se refiere a las teorías de la sociedad de la información como “periodizaciones”, pero no de la Red sino del “Protocolo”. En Galloway, A. (2004) Protocol, or, How Control Exists after Decentralization. Recuperado de https://monoskop.org/log/?p=81
14 Como señalamos anteriormente, Steve Fuller es quien, a pesar de no coincidir con la comparación hecha por Giddens, destaca nuevas condiciones en la producción de teoría social que posibilitan la relevancia de la obra de Castells, y su llegada a distintos puntos del planeta.

https://www.redalyc.org/journal/5535/553559586002/html/

Publicar un comentario

0 Comentarios