Corre el año 1967. Caracas celebra su Cuatricentenario sin rascacielos y con una democracia que apenas tiene 8 años de edad. ¿Cómo era la capital entonces?
25 de julio de 2017
Es cuestión de horas para que Caracas celebre el Cuatricentenario y la gran sensación en la ciudad es la moda del parche en el ojo. Todo empezó cuando se hizo muy popular uno de los héroes israelíes en la reciente Guerra de los Seis Días contra los países árabes: Moshe Dayan .
Fotos Últimas Noticias julio 1967 (colección Hemeroteca Nacional)
Por supuesto, el hecho de que te pongas el parche en el ojo no quiere decir que estés en contra de la causa palestina. Son cosas de muchachos y ya. Nadie va a sacrificar su visión binocular por una moda pasajera. Se supone que el parche está reservado para el minúsculo porcentaje de personas que han sufrido alguna desgracia real. Está totalmente descartado que en un futuro, por ejemplo, veamos a alguien conduciendo un programa en la televisión venezolana con semejante adminículo.
Para variar, la capital de Venezuela llega a sus 400 años con las garantías suspendidas, lo que ha sido más la regla que la excepción en esta naciente democracia que todavía nadie se toma demasiado en serio. La excusa es que andan sueltos guerrilleros tan peligrosos como Teodoro Petkoff, Pompeyo Márquez y Américo Martín, todos en la mira de la Digepol, la policía política a la que algunos le tenemos más miedo que a los subversivos.
Como uno de los regalos por las celebraciones de Caracas, junto con un indulto a más de 150 presos políticos, el presidente Raúl Leoni acaba de restituir el derecho a las manifestaciones públicas. Pero los que van a seguir fregados son los melenudos. Se considera que dan mal aspecto a la ciudad cuatricentenaria.
Además, si la falta de tijera se acompaña con pantalones ajustados, cinturones anchos y camisas de flores, los pavos son sospechosos de formar parte de patotas o pandillas juveniles.
Fotos Últimas Noticias julio 1967 (colección Hemeroteca Nacional)
El sexo atómico
Si a mí me preguntan cómo está llegando Caracas a su Cuatricentenario, yo como hombre miedoso les voy a contestar: están pasando cosas con las mujeres. Estos cambios, sólo en apariencia, son cosméticos: por ejemplo, los triunfos de las reinas que salen de los concursos de belleza que aquí se multiplican casi en cada barrio.
Sin ir más lejos, Mariela Pérez Branger casi acaba de ganar nuestro primer Miss Universo, por no hablar de la flamante Reina Cuatricentenaria, Elsy Manzano.
Una auténtica bomba atómica ha caído en Caracas con dos inventos revolucionarios, como si uno estuviera relacionado directamente con el otro: la minifalda y la píldora de control de la natalidad.
De la primera todo el mundo habla, hace una rochela o te la meten por los ojos hasta para vender caña, como si no fuera ya una prenda suficientemente perturbadora. La segunda es un tema todavía casi tabú que ha agarrado fuera de base a la iglesia católica venezolana y a destacados profesores universitarios.
Aunque suene totalmente contradictorio con lo expuesto antes, es más probable que dejen pasar a la Plaza Bolívar una minifalda antes que a una mujer con pantalones:
Foto Archivo El Nacional, julio 1967
Las actividades del Cuatricentenario han incluido la creación de un inédito cuerpo femenino de policía en Caracas y, en el reciente festival aéreo en La Carlota, se lanzó una mujer en paracaídas.
Las movidas Yeyé y Gogó, palabrejas tan en boga del inframundo pachangoso que nunca he terminado de comprender del todo, también son predominantemente femeninas.
En fin, me parece que es el preludio de cambios que vendrán en las próximas décadas, aunque por supuesto nadie quiere ver a una dama masturbándose en la tarima de un concierto, peleando en un ring de boxeo o protagonizando una película con las morbosidades que se les ocurren a los dibujantes de suplementos, por ejemplo.
El reclamo de la naturaleza
La Caracas cuatricentenaria es una ciudad en constante expansión no sólo horizontal sino vertical. Por ejemplo Macaracuay, ubicada en lo que administrativamente es el Distrito Sucre del estado Miranda y que abarca todo aquello a lo que genéricamente se le llama “El Este”, es considerada la urbanización más moderna de la capital: una quinta allí puede costar hasta 150.000 bolívares. Sin embargo, el crecimiento urbano sin planificación a veces trae consecuencias insospechadas:
Fotos Últimas Noticias julio 1967 (colección Hemeroteca Nacional)
Los caraqueños no terminan de acostumbrarse a que la antigua ciudad de los techos rojos ahora es una metrópolis de más de 1,5 millones de habitantes con 200 mil vehículos en circulación y un marcado contraste entre los modernos edificios y un desagradable cinturón de miseria en los alrededores.
“Las autopistas subordinan el hombre al vehículo: en la ciudad ya no se vive, se circula”, lamenta Aquiles Nazoa, cuya obra Caracas física y espiritual es uno de los homenajes de la celebración.
“Es posible que en ese día del Cuatricentenario mueran o desaparezcan 400 niños, o se lancen a la desesperación 400 madres de familia, o se produzcan 400 nuevos desempleos. La vagancia, la prostitución y la delincuencia dominan en los sectores de mayor concentración de población”, denuncia en estos días un articulista de opinión del diario Últimas Noticias, Pedro Azuaje.
“No importa lugar de la Caracas real; no importa clase social; no importa edad de la persona; no importa nada. El hampa está en todas partes, es omnipotente y omnipresente. El hampa es el terror de la ciudadanía y la vergüenza del gobierno”, se queja otro articulista del diario El Nacional, Rodolfo José Cardenas.
El gobierno del presidente Leoni ha sido acusado de pichirrear con el Cuatricentenario y no acometer los grandes problemas de la ciudad.
“El gobierno llega a los 400 años de Caracas con las manos vacías y en las peores condiciones de de transporte y de suciedad”, critica un parlamentario copeyano llamado Luis Herrera Campins. “El Cuatricentenario es un fracaso. Una retaliación a Caracas por no dar votos a Acción Democrática”, le secunda el también congresista opositor Jorge Olavarría.
Las obras de urbanismo con las que se festeja el Cuatricentenario son relativamente pocas: las reinauguraciones de la Catedral, del Teatro Municipal y de las plazas de Parque Carabobo y San Jacinto (algunos defensores de Guzmán Blanco insisten tercamente en que se debe llamar “El Venezolano”), donde estaba funcionando un feo estacionamiento en todas las narices de la casa donde nació el Libertador.
A mí, dentro de todo, me parece positivo que a nadie se le haya ocurrido ninguna idea estrafalaria. Por ejemplo, ahora que estamos en plena carrera espacial y que los soviéticos quizás manden un hombre a la Luna primero que los gringos, a algún iluminado se le pudo haber ocurrido poner un cohete espacial en pleno casco histórico.
Para la reapertura del Teatro Municipal se estrenó una versión en ópera de Doña Bárbara en la que el joven cineasta y dramaturgo Román Chalbaud hizo de director artístico, y que ha sido considerada un rotundo fracaso por los que saben del tema.
Espectáculo pornográfico
Una de las medidas más discutidas del Cuatricentenario ha sido el Plan Anti-Ruido, una ordenanza que está castigando con multas de hasta 50 bolívares a los ciudadanos que toquen la corneta de los carros o que circulen en motos con el tubo de escape abierto (poca gente anda con tanto dinero en la cartera), o hasta con 300 bolívares a los bares con rocolas y tiendas de discos que pongan música a un volumen excesivo.
Archivo diario El Nacional julio de 1967
Por cierto, hay todo un debate prendido con otra de las medidas recientes que ha tomado el gobierno de Leoni: a partir de los próximos días, sólo podrán ser transmitidos después de las 9:00 de la noche los programas más controversiales de la TV: las telenovelas.
Nos referimos a las producciones melodramáticas hechas en casa pero con inspiración en formatos mexicanos y cubanos, que ahora se graban con anticipación y se pasan en capítulos de media hora a partir de las 6:30 de la tarde, como El Derecho de Nacer (Radio Caracas Televisión), Lucecita (Venevisión), Rebelde (en la nueva estación privada de propietarios cubanos que ocupa el canal 8, Cadena Venezolana de Televisión) y la más polémica de todas, La rival (Venevisión), en la que una muchacha se enamora del mismo pretendiente de su madre.
La verdad es que, si uno revisa los periódicos, todo el mundo se mete con las telenovelas: “un atentado contra el talento en vivo”; “virus nocivo de descomposición social”; “despertadores precoces de las pasiones sexuales”; “cada capítulo es un espectáculo pornográfico”. Pero la verdad es que nadie se las pela.
Como tampoco nadie deja de ver los capítulos nuevos de Batman los lunes a las 7:30 de la noche por Venevisión.
Cabilleros adecos
Acaban de nombrar a las nuevas autoridades del Consejo Supremo Electoral, entre ellas su vicepresidente, el doctor Raúl García Arocha, que tiene una hija muy seriecita de 14 años llamada Cecilia y que no anda pendiente ni del gogó ni del yeyé. Les tocará organizar la que prometen ser las elecciones más complicadas desde la caída de Pérez Jiménez: las de 1968.
En la interminable lista de precandidatos que suenan desde ya para la presidencia, figuran dos adecos que parecen más peleados entre ellos que con los otros partidos y hasta han empañado los actos del Cuatricentenario, Gonzalo Barrios y Luis Beltrán Prieto Figueroa, además del eterno Rafael Caldera, Jóvito Villalba, Arturo Uslar Pietri, el exitoso empresario Mendoza (Eugenio) y hasta el mismísimo Pérez Jiménez, que paga condena en prisión.
Metropol con aire acondicionado
Digan lo que digan, la verdad es que uno en Caracas no se aburre. Aunque ya han desaparecido unas cuantos, están funcionando más de 80 cines, repartidos así:
Casco histórico (13): Ávila, Ayacucho, Boyacá, Capitol, Continental, Hollywood, Junín, Metropolitano, Montecarlo, Palace, Principal, Rialto, Urdaneta.
Noroeste de Caracas (15): San José, San Bernardino, Simón Rodríguez, Granada (La Pastora), Apolo, Imperial, Rex (La Candelaria), Alcázar, Plaza, Roma (alrededores del Panteón), Pérez Bonalde, Bolívar, Catia, España, Venezuela (Catia y avenida Sucre).
Sur (15): Actualidades (Puente Hierro), América, Dorado, Alameda (San Agustín), Paraíso (Santa Rosalía), Colón, Diana, Royal, Ritz (San Juan y San Martín), Reforma, Riviera (El Cementerio), Lincoln, Arauca, Rosales (Los Rosales y Prado de María) y Pinar (El Paraíso).
Los autocines (8): Chaguaramos, Los Ruices, Autoteatros Paraíso y Valle Arriba, Cineautos del Este y Andrés Bello, Cinemóvil Tamanaco, Cinecar.
Del parque Los Caobos para allá (22): el Metropol de Sabana Grande (tiene aire acondicionado), Acacias, Broadway, Colinas, Florida, Palmas, Teatro del Este, Pequeño Teatro del Este, Radio City, París, Río, Altamira, California, Canaima, Caribe, Lido, Castellana, Carlota, Lux, Olimpo, Carlota, Virginia.
Circuito culturoso (4): Cinearte El Colegio, Cinemateca, Ateneo y San Pedro
Las parroquias en las afueras de Caracas, o sea, monte y culebra (7): cines Valle y Jardines (El Valle), La Vega, Baruta, Encanto (Petare), Astor (Antímano) y Rody (El Hatillo).
Esta la cartelera cinematográfica para este Cuatricentenario, con Casino Royale (una joda sobre el agente James Bond en la que les recomiendo el trabajo de un joven cómico llamado Woody Allen) como principal estreno:
Rafles Dedos Magnéticos, Kamba el Salvaje, Quasimodo, Olimpic Salazar, Calvo Bielsa, El Zorro, El Romano, Ling Sung, Joe Buffalo, Fantasma, Tigre del Ring y Gólgota son algunas de las estrellas de los espectáculos de lucha libre (una payasada, pero divertida) que se celebran en el Nuevo Circo y el Palacio de los Deportes, por los lados de la avenida San Martín.
Todavía faltan unos meses para que empiece la temporada de beisbol con los gloriosos campeones Leones, Magallanes, Tiburones, Cardenales, Tigres e Industriales de Valencia, pero los aficionados de beisbol se mantienen entretenidos con las hazañas de sus grandeligas.
Venezuela tiene más representantes que nunca en las Ligas Mayores: cuatro. El jardinero Vitico Davalillo y el infielder Gustavo Gil con los Indios, Luisito Aparicio con los Orioles y César Tovar, que este año está respondiendo donde lo pongan en los Mellizos. Un día de estos lo vamos a ver de cátcher o de pitcher.
A ellos hay que agregar a los que se tomaron un café esta temporada pero ya no están en el equipo de arriba: José Concepción “Loco” Herrera (Astros), César Gutiérrez (Gigantes) y el pitcher Roberto Muñoz (Reales). Quien quita que en septiembre le den un chance al lanzador derecho magallanero Néstor “Látigo” Chávez, un prospecto de San Francisco que es el ídolo de muchos niños.
El mes que viene, en agosto, se va a jugar la Copa Cuatricentenario en el estadio Olímpico de fútbol de la Ciudad Universitaria, aunque la convocatoria este año es un poco chucuta: Atlético de Bilbao (la dictadura franquista no permite que se use su nombre original en inglés), Académica de Coimbra (Portugal) y Platense (Argentina).
Se había rumoreado que venía el Celtic de Glasgow pero todo quedó en pura bulla. No se puede comparar con el año 1963, cuando vino el Real Madrid y secuestraron a Di Stefano, o sin ir más lejos, con el pasado enero, cuando jugó aquí el Barcelona contra Peñarol y Botafogo.
El Sargento Pimienta es la gran novedad en las discotiendas por estos días, pero mucha gente ya no tiene ganas de perder tiempo o dinero en un vinilo que trae muchas canciones de relleno y por eso compran los discos chiquitos de 45 RPM, que sólo traen un hit por el lado “A” y otro por lado “B”. Entre los más representativos de estos monotemáticos días están los que traen “Doña Cuatricentenaria” de Los Naipes y “Orgullo Caraqueño” del conjunto gaitero Chucurruley.
El que tiene real no se puede quejar. La tienda por departamentos de moda es Sears, que queda en Bello Monte. Están las opciones tradicionales como el Club Táchira, donde en estos días toca la orquesta Billo’s.
Aunque yo no voy para esos sitios, entre los restaurantes y locales nocturnos de moda suenan El Sheikh, un sitio árabe de El Rosal en el que hay una auténtica bailarina del vientre egipcia, y las discotecas The Flower (La Castellana), La Lechuga (Los Caobos) y la pionera El Hipopótamo en Los Palos Grandes.
La verdad es que el Cuatricentenario ha estado rodeado de malos presagios. Hace unos días, el martes 11 de julio, le cayó encima un aviso que festejaba los 400 años de Caracas a un motorizado que pasaba cerca de las torres del Centro Simón Bolívar.
Y estos meses han abundado profecías sobre una inminente tragedia en la capital venezolana:
Yo prefiero no pensar en cosas tan feas, pero una extraña y absurda corazonada me dice que dentro de 50 años, cuando tengamos una Caracas 450 con la que sostendremos idéntica relación de amor-odio, también pocos días después del 25 de julio podrían estar ocurriendo en esta ciudad acontecimientos iguales o peores que una tragedia natural.
Portada Últimas Noticias
Domingo 30 de julio de 1967
Con información del diario Últimas Noticias (colección hemerográfica de la Biblioteca Nacional) y del Archivo del diario El Nacional.]]>
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