Fotos de la ciudad que amo PIcasso ‘El París de Brassaï.

 El eterno París de entreguerras revive en Málaga con el ojo de Brassaï

EXPOSICIÓN

El Museo Picasso de la ciudad andaluza reúne 200 obras del ‘ojo de París’ y repasa sus décadas de relación con el pintor malagueño

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'Escaleras de Montmartre con perro blanco' (1932), una imagen de la muestra 'El París de Brassaï' en el Museo Picasso Málaga 

 REDACCIÓN / Terceros

'Claude La Gorfa y su novia en le Monocle' (1932), en la muestra 'El París de Brassaï' en el Museo Picasso Málaga

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Un París al que desde los años treinta con sus fotografías ayudaría a conformar la imagen que tiene hoy, la de la ciudad de las luces, la de la noche libre y canalla, la de la bohemia, la romántica, la eterna. Y ahora el Museo Picasso de Málaga revisa su obra hasta el 3 de abril en una formidable muestra con 200 obras, ‘El París de Brassaï. Fotos de la ciudad que amó Picasso’, en la que se aborda también la relación de cuatro décadas con el pintor malagueño.

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'Au cochon Limousin, rue Lecourbe' (1935), fotografía de la muestra 'El París de Brassaï' en el Museo Picasso Málaga

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El París pobre y el rico. El intelectual y el prohibido. Tenderos rodeados de montañas de salchichas y señoras con abrigo de piel paseando al fox terrier. Soldados haciendo ejercicios militares en trincheras en los Campos Elíseos con máscaras de gas en pleno 1939 y elegantes bañistas con sandalias blancas y cocktail en la mano. Un hombre dormido en el metro junto a una bella máquina de chocolates Menier y una mujer dudando frente al carromato de la astróloga Misthouka, que promete tratar todo tipo de casos.

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Autorretrato de Brassaï a principios de los años treinta en el bulevar Saint-Jacques 

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La ciudad con sus eternos adoquines bajo la lluvia y la nieve y, una y otra vez, repleta de una bruma que multiplica las luces. Aún más cuando en la imagen está uno de los numerosos puentes de París con el Sena debajo. Parejas caminando hacia la Torre Eiffel y parejas en bares repletos de espejos que multiplican sus perfiles, a veces sus enfados.

Y niños felices con brillantes globos o haciendo inscripciones en las paredes, de esas que Brassaï perseguirá por toda la ciudad y que se convertirán en algunas de sus mejores fotos: el graffiti antes de que el género existiera. Y cabarets, y prostíbulos, y Claude la Gorda vestida con traje y corbata masculinos junto a su novia en Le Monocle.

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'Estanque de los jardines de Luxemburgo' (1930), de la muestra 'El París de Brassaï' en el Museo Picasso Málaga

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Y la Niña de las Joyas, una mujer prostituta en años ya muy lejanos y que ahora repleta de perlas, anillos y ojos sobremaquillados mira directa a la cámara con las manos cruzadas sentada en un bar. Se convertiría para siempre en un enigma para Brassaï: cuando quiso saber de ella desapareció y años más tarde al colgar la foto en una muestra un hombre se acercó a decirle al fotógrafo que él había sido su amante y conocía su historia, pero estaba aún en pleno montaje y le pidió hablar el día siguiente. Cuando fue a verle, había fallecido.

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Una imagen de Samuel Beckett por Brassaï en la muestra del Picasso málaga 

 Jorge Zapata / EFE

Y por supuesto, por las paredes del museo de Málaga desfilan todos los creadores de París, sean Jean Genet, Sartre, Simone de Beavoir, Margot Fonteyn en su camerino, Giacometti, Henri Michaux, Olivier Messiaen, Jacques Prevert con su gato, Henry Miller, Anaïs Nin como una maja española, Matisse, Jean Cocteau, Picasso y una Dora Maar muy simbólica, junto a una jaula con pájaros. Y un jovencísimo Dalí, y Gala, y Joan Miró en una impresionante foto junto a grandes poleas y ganchos del Museo Marítimo colgadas en la pared. Y por supuesto están las fotos surrealistas del propio Brassaï, como cuando una patata repleta de brotes que parecen ramas se convierte con su ojo en la cabeza de un venado o una mujer se abandona al sueño, imagen que Dalí usará para un collage de la revista Minotaure… en la que Brassaï conocerá a Picasso.

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'Picasso en el estudio de la Rue de la Boétie frente al retrato de Yadwigha de Henri Rousseau', fotografía de Brassaï en 1932 

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“Brassaï fue uno de los más reconocidos fotógrafos europeos de la primera mitad del siglo XX y con su trabajo forjó la imagen de ese París eterno que quien no ha estado nunca espera encontrar en el siglo XXI”, recuerda José Lebrero, director del Museo Picasso Málaga. Un París, dice de personaje únicos, romántico, duro, nocturno a las riberas del Sena en los años treinta y cuarenta fotógrafos como Brassaï, escritores como Henry Miller y pintores como Pablo Picasso construyeron.

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Una visitante contempla unos bañistas fotografiados por Brassaï en la muestra del Picasso Málaga 

 Jorge Zapata / EFE

Y recuerda que “Brassaï era un niño cuando llegó a París por primera vez con sus padres, y ahí empieza a coleccionar fotos de la ciudad de principios de siglo”. Empieza como periodista y acaba convirtiéndose en fotógrafo, pintor y escritor, “construyendo un rosario de imágenes del París de la noche, las arquitecturas, las luminarias, los cabarets, la gente de mala vida y la que se podía permitir una buena vida, los trabajadores… Y el París de día, los Jardines de Luxemburgo, Notre Dame, los boulevards, Montmartre.

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'Serie Grafiti. El rey Sol (19030-50), de BrassaÏ 

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Formó parte del ambiente intelectual, de las reuniones de artistas en los cafés, y también, dice Lebrero, "de ese París de muros que convirtió en uno de los centros de su obra fotográfica, recorriendo las calles con su cámara y pequeños cuadernos donde anotaba dónde había visto un grafiti, esa inscripción anónima, ese rascado en las paredes”. Y además, recuerda, “en su trabajo experimental tomaba la fotografía como mármol, materia, y la rascaba, esculpía y lograba una serie estupenda como Transmutaciones”.

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'Mujer con follaje', escultura de Picasso de 1934v

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Detalle de la escultura en yeso 'Mujer con follaje' realizado por BrassaÏ en 1943 

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A Picasso lo conocerá en 1932 cuando le invitan a fotografiar sus esculturas para la revista Minotaure. Sería el inicio de una larga amistad en la que Brassaï anotaba todo lo que veía y decían y que daría lugar en 1964 al libro Conversaciones con Picasso, en el que se comprueba su común afición por los objetos encontrados, los grafitis, el circo -vieron juntos el circo Medrano-, su búsqueda de la verdad a través del parecido con la realidad y su negativa a limitarse a una única disciplina artística.

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'Île de la cité-Vista de Notre Dame de París' (1945), cuadro de Picasso en la muestra 'El París de Brassaï'

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De Picasso se reúnen en la muestra 16 obras que fueron fotografiadas por Brassaï entre las que se encuentra la escultura de una gata sentada y sobre todo destaca entre ellas una cubista vista de Notre Dame en 1945, un género no muy frecuente en el malagueño, el paisaje metropolitano, gracias a un préstamo proveniente del Museo Ludwig de Colonia. También se reúnen en el museo experimentos pictóricos y fotográficos que Picasso realizó con Dora Maar. Y en vez de un catálogo al uso se ha creado un fotolibro en el que hablan las imágenes: Brassaï (París & Picasso).

Un documental de 1960 para la televisión francesa cierra la muestra, Brassaï con los ojos de un hombre, que muestra, concluye Lebrero, “a un hombre que no sólo fue un fotógrafo sino que vivió la vida y le gustaba hacer de cada motivo sólo una foto, buscaba la foto del lugar que había visto”.

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