Simplificación del lenguaje, pérdida del pensamiento complejo y la caída del coeficiente intelectual mundial


 


El autor de Los caminos de la estrategia (Les voies de la strategie), Christophe Clavé, residente en Lausana, Suiza, escribió tiempo atrás un artículo que tituló: El déficit del coeficiente intelectual de la población (CI).

En él, se ahonda en cómo el uso simple del lenguaje produce una irremediable pérdida del pensamiento complejo y por ende una reducción del coeficiente intelectual de las personas.

Clavé es Licenciado en Ciencias en la Universidad de París y es no solo un profesor destacado de Gestión y Estrategia sino que lidera una consultora que asesora a grandes empresas europeas. Su libro “Les voies de la stratégie” de la Editorial ESKA, lamentablemente no traducido aún al español, es material de consulta para poder entender esta sociedad híper conectada pero que aparentemente nos conduce a una gran pobreza intelectual colectiva.



El déficit del coeficiente intelectual de la población


«El coeficiente intelectual medio de la población mundial, que desde la posguerra hasta finales de los años 90 siempre había aumentado, en los últimos veinte años está disminuyendo…

Es la vuelta del efecto Flynn. Parece que el nivel de inteligencia medida por las pruebas disminuye en los países más desarrollados.

Muchas pueden ser las causas de este fenómeno. Una de ellas podría ser el empobrecimiento del lenguaje. En efecto, varios estudios demuestran la disminución del conocimiento léxico y el empobrecimiento de la lengua: no solo se trata de la reducción del vocabulario utilizado, sino también de las sutilezas linguísticas que permiten elaborar y formular un pensamiento complejo.

La desaparición gradual de los tiempos (subjuntivo, imperfecto, formas compuestas del futuro, participio pasado) da lugar a un pensamiento casi siempre al presente, limitado en el momento: incapaz de proyecciones en el tiempo.

La simplificación de los tutoriales, la desaparición de mayúsculas y la puntuación son ejemplos de «golpes mortales» a la precisión y variedad de la expresión. Solo un ejemplo: eliminar la palabra «señorita» (ahora obsoleta) no solo significa renunciar a la estética de una palabra sino también fomentar involuntariamente la idea de que entre una niña y una mujer no hay fases intermedias.

Menos palabras y menos verbos conjugados implican menos capacidad para expresar las emociones y menos posibilidades de elaborar un pensamiento.

Los estudios han demostrado que parte de la violencia en la esfera pública y privada proviene directamente de la incapacidad de describir sus emociones a través de las palabras. Sin palabras para construir un razonamiento, el pensamiento complejo se hace imposible. Cuanto más pobre es el lenguaje, más desaparece el pensamiento.

La historia es rica en ejemplos y muchos libros (Georges Orwell-1984; Ray Bradury-Fahrenheit 451) han contado cómo todos los regímenes totalitarios han obstaculizado siempre el pensamiento, mediante una reducción del número y el sentido de las palabras.

Si no existen pensamientos, no existen pensamientos críticos. Y no hay pensamiento sin palabras. ¿Cómo se puede construir un pensamiento hipotético-deductivo sin condicional?¿Cómo se puede considerar el futuro sin una conjugación en el futuro. ¿Cómo es posible capturar una tormenta, una sucesión de elementos en el tiempo, ya sean pasados o futuros, y su duración relativa, sin una lengua que distingue entre lo que podría haber sido, lo que fue, lo que es, lo que podría ser, y lo que será después de lo que podría haber sucedido, realmente sucedió?

Queridos padres y maestros: demos a hablar, leer y escribir a nuestros hijos, a nuestros estudiantes. Enseñar y practicar el idioma en sus formas más diferentes.

Especialmente si es complicado. Porque en ese esfuerzo está la libertad. Quienes afirman la necesidad de simplificar la ortografía, descontar el idioma de sus «fallas», abolir los géneros, los tiempos, los matices, todo lo que crea complejidad, son los verdaderos artífices del empobrecimiento de la mente humana.

No hay libertad sin necesidad. No hay belleza sin el pensamiento de la belleza».


Christophe Clavé


Christophe Clavé. La simplificación del lenguaje y el desvanecimiento del pensamiento complejo

17 octubre, 2021

Recogemos aquí unas cuantas ideas, un tanto deslavazadas, que invitan a una honda reflexión sobre las trágicas consecuencias del descuido del cultivo del lenguaje.

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La desaparición progresiva de algunos tiempos y modos verbales (subjuntivo, pasado simple, imperfecto, pluscuamperfecto…) da lugar a un pensamiento limitado al presente, al momento que se vive, incapaz de proyecciones en el tiempo.

Menos palabras y menos verbos conjugados equivalen a menor capacidad para expresar emociones y seria limitación para elaborar un pensamiento.

Los estudios han demostrado que parte de la violencia en la esfera pública y privada proviene directamente de la incapacidad de poner palabras sobre las emociones.

Sin palabras para construir un razonamiento, el pensamiento complejo de Edgar Morin queda obstaculizado, hecho imposible. Por eso, cuanto más pobre es el lenguaje, menos pensamiento existe.

La historia abunda en ejemplos y escritos de muchas mentes lúcidas (Georges Orwell, 1984 o Ray Bradbury, Fahrenheit 451, por aducir sólo un par de ejemplos), que muestran cómo las dictaduras de todos los colores obedecen a la intencionalidad de empobrecer el pensamiento, reduciendo y retorciendo el número y el sentido de las palabras.

No hay pensamiento crítico sin pensamiento. Y no hay pensamiento sin palabras.

Los que se atreven a pontificar que hay que simplificar la ortografía, purgar la lengua de sus ‘defectos’, abolir géneros, tiempos, matices… todo lo que crea complejidad, en pocas palabras, son los sepultureros de la mente humana.

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