Muerte a Crédito, L. Ferdinand Céline 2 libros gratis

 


Si cierro los ojos y pienso en la mejor novela que he leído sigue emergiendo Muerte a Crédito de Louis Ferdinand Céline, tras tantos y tantos años. La literatura francesa le debe mucho a la obra Ferdinand Céline y el resto del mundo también. Muy pocos escritores tan grandes, tan magníficos han sido borrados, hasta vilipendiados, como Céline. Ya lo mencioné en un artículo sobre la figura de este escritor francés, (Céline, el hombre) más centrada en el hombre que en la obra. Céline fu un monstruo, verdad. Hoy quisiera decir algo sobre esta Muerte a Crédito (1936), la novela total, mejor a mi juicio que el libro que le dio fama, Viaje al fin de la noche (1932). Una de las pocas ventajas de la era electrónica es la inmediatez. 

Si en Viaje al fin de la noche Céline destapa lo absurdo de la guerra y la crisis de sistema en Francia, entre mil cosas más, en Muerte a Crédito el autor viaja, en una especie de pseudobiografía a la infancia y la adolescencia, pero con tremendos saltos temporales que pasan por la edad madura. Toda una vida pues, y además, el escritor francés inventa (no bromeo) una nueva manera de escribir novelas. En mi opinión, que vale tanto como un vaso de leche, más libre, más auténtica, más divertida, más de verdad. Extrañará mi comentario a los que conozcan la obra del genio. Muerte a Crédito es un canto al estar vivo, a la vida, si se quiere. Un canto atroz, burlón, sádico, bestial. Pero oda al fin y al cabo.



La impresión que deja el libro es la siguiente: entras en un bar, en el fondo hay un borracho sentado frente a una mesa pequeña y redonda. Hay una silla vacía ahí. Es para ti, que eres el lector. No, eres el oyente. Te sientas. El tipo da un trago a una bebida indefinible y empieza a hablar. Tú escuchas. Simplemente. Parece que divaga, parece un moribundo que quiere que alguien oiga su historia por última vez. No, no es eso. Es literatura de altos vuelos: prosa, ironía, sarcasmo, poesía, humor truculento (cómo llegué a reír...), historia viva, reflexiones, almas errantes. Con un perfecto desorden coherente. Para darle más verosimilitud, el tipo este, Céline, usó la jerga a base de bien para terror de insensatos y atrevidos traductores.


No tengo dudas, en ningún otro libro he sentido tan cerca la vida, esto que es pasar los días. El pálpito entre las manos. Hasta se puede oler. Se produce en la prosa de Louis Ferdinand Céline una paradoja tremenda, cósmica. Céline fue un escritor terriblemente libre y el adjetivo no es baladí. En cambio, abrazó el totalitarismo, en su caso, el nazismo. Por suerte, queda su obra. De ella Vargas Llosa escribió recientemente:

“muchos se resisten a reconocer el talento de Louis-Ferdinand Céline (1894-1961). Pero lo tuvo, y escribió dos obras maestras, Viaje al final de la noche (1932) y Muerte a crédito (1936), que significaron una verdadera revolución en la narrativa de su tiempo. Luego de estas dos novelas su obra posterior se desmoronó y nunca más despegó de esa pequeñez y mediocridad en que viven, medio asfixiados y al borde de la apoplejía histérica, todos sus personajes.”


Me temo que Vargas Llosa tiene razón. De algún modo Céline se adelantó a su tiempo. Luego vendrían otros, como Henry Miller y sus Trópicos. Dijo Céline en Muerte a Crédito: “contaré cierto tipo de historias para que ellos vuelvan, expresamente, a matarme; volverán desde los cuatro rincones del mundo. Entonces todo habrá terminado y estaré contento”. 


No olviden la máxima de Pessoa: el poeta es un fingidor. Y Céline fue un gran poeta. 




Caricatura de Louis Ferdinand Céline

https://epicavamurta.blogspot.com/2013/02/muerte-credito-l-ferdinand-celine.html


Viaje al fin de la noche

Viaje al fin de la noche
 
   
Generos:    
 
Viaje al fin de la noche narra la epopeya de Ferdinand Baradamu, herido en la Primera Guerra Mundial, en la que participa como voluntario, enamorado de una prostituta sin futuro, sobreviviendo en las colonias francesas en África gracias a un trabajo alienante, persiguiendo su particular sueño americano, de regreso en Francia trabajando como médico rural... Pero más allá del argumento, la fuerza y el interés de la novela residen en la prosa amarga y quebradiza de Céline, en su característico ritmo acelerado, en el lirismo salvaje y descarnado con que construyó a sus personajes o la altiva mueca con que contempló la existencia y que han provocado siempre las más encontradas reacciones; pero que sin duda le convierten en uno de los autores de mayor vigencia y, a través sobre todo de la generación beat, tal vez en el que mayor influencia ha ejercido en las nuevas promociones de narradores. Una gran novela que contiene muchas claves para comprender la literatura europea y latinoamericana actual.

Muerte a crédito

Muerte a crédito
 
   
Generos:       
 
Muerte a crédito, segunda de las grandes novelas de Céline tras Viaje al fin de la noche, evoca los años de formación del protagonista en un ambiente familiar asfixiante. Sobre el fondo de un mundo disparatado, hecho de miseria y fealdad, el prodigioso genio idiomático de Céline revela asimismo el atónito descubrimiento del amor y de la carne, en un desatado torrente verbal que anticipa la obra de Jean-Paul Sartre y Henry Miller.

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