Estuve en el entierro de Palmiro Togliatti agosto de 1964 en Roma; había más de un millón de personas. Le compre un refresco a María Teresa esposa del poeta andaluz Rafael Alberti. Miles acompañaban a un respetado líder comunista. Miles con los rostros esculpidos por la tristeza. También era soledad; sentíamos que Palmiro Togliatti pensaba, actuaba; nos hacia fáciles las cosas.
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Roma, 25 agosto 1964: via delle Botteghe Oscure i funerali di Togliatti.
1 Comentarios
Me he emocionado hasta las lágrimas. Yo también estuve allí aquel día colgado en una de esas torres para de la Tele. Recuerdo aquellos momentos después de 50 años como uno de las impresones mas importantes de mi vida. Ente otras cosas no puedo dejar de recordar la imagen de un padre que llevaba en hombros a su pequeño hijo mientras le sostenía su paquelo puño izquierdo en alto de donde colgaba una medalla con un cristo crucificado.
ResponderEliminarCuano regeré a cas le pregunté a mi madre como un comunista podía colocar un cristo en la muñeca a su hijo. Ella que no era peronista no supo contestarme. Solo muchos años depués pude entender.