Uno de los más impresionantes lugares que tiene Japón, es el monte Fuji, una montaña de 3776 metros, considerada sagrada desde la antigüedad, quizás la conocen o la oyeron mencionar por ser es el pico más alto de la isla de Honshu y de todo Japón, pero hay un lugar a sus pies que es mas visitado que la propia montaña.
Ya en el Japón feudal del siglo XIX, cuando tenía lugar una hambruna las familias más pobres se acercaban al bosque para abandonar y dejar morir a los niños y personas mayores que no podían alimentar. En el siglo pasado, el fallecido escritor Seichiro Matsumoto publicó una novela, posteriormente llevada a la televisión, titulada Kuroi Jukai (El negro mar de arboles), en la que uno de los personajes se adentraba en Aokigahara para morir.
Más recientemente, un libro de Tsurumi Wataru titulado Kanzen Jisatsu Manyuaru (El Completo Manual del Suicidio, 1993), que ha vendido 173 millones de ejemplares en aquel país, lo recomendó como el lugar perfecto para quitarse la vida. En el año 2004, el director Takimoto Tomoyuki rodó la película Ki no Umi, en la que contaba la historia de cuatro personas que decidían suicidarse en este bosque.
En 1971 comenzaron a organizarse batidas para buscar los restos mortales de los suicidas. Anualmente, un equipo de bomberos y policías que sobrepasa las 300 personas se adentra en Aokigahara para retirar los cadáveres que no han sido encontrados a lo largo del año por los visitantes y guardias forestales. Además, una furgoneta de la policía patrulla los alrededores del bosque diariamente en busca de posibles suicidas, y evitar que lo hagan.
En 1998 se supero por primera vez la cifra de los 30.000 suicidas en Japon. En el año 2007 se quitaron la vida 33.093 personas, habiéndose alcanzado en el año 2003 la cifra más alta: 34.427. Hay que decir, no obstante, que según los últimos datos de la OMS Japón ocupa el décimo puesto mundial en cuanto a tasa de suicidios por cada 100.000 habitantes, encabezando la clasificación, por este orden, Lituania, Bielorrusia y Rusia.
"Depósitos magnéticos de hierro que hay dentro del bosque, hacen que los compases y GPSs dejen de funcionar, es una rara anomalía que aumenta el terror de la zona."
También en los caminos se encuentran marcados con cinta plástica que son para la caza “anual de cuerpos”, donde voluntarios se adentran a buscar los cadáveres de los suicidas. La cinta nunca es removida por lo cual se van acumulando desperdicios que nadie junta.
http://japontotal.com/post/10365582262/aokigahara-el-bosque-de-los-suicidios-el
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