Stalker (en ruso, Стáлкер; conocida en algunos países de habla hispana como La Zona), es una película soviética de ciencia ficción de 1979 dirigida por Andréi Tarkovski. Está basada - en términos generales - en el libro Picnic extraterrestre de los hermanos Arkadi y Borís Strugatski.
Stalker significa «El Acechador». El uso del vocablo inglés proviene de su empleo frecuente en el libro original de los hermanos Strugatski, que sitúa la acción en Canadá.
La película describe el viaje de tres hombres a través de un lugar postapocalíptico conocido como «la Zona», donde buscan una habitación que tiene la capacidad de cumplir los más recónditos deseos de una persona.3 Está protagonizada por Aleksandr Kaidanovski en el papel de Stalker, quien guía a los otros dos hombres: el Escritor, interpretado por Anatoli Solonitsyn, y el Profesor, interpretado por Nikolái Grinkó. Alisa Freindlich interpreta el papel de la esposa de Stalker.
El Profesor, el Escritor y el Stalker, de izq a der |
Este film nos muestra la estética de Tarkovski con tomas largas, intensamente elaboradas, intercaladas con diálogos y poemas filosóficos.
Stalker ha sido llamada una de las mejores películas dramáticas de la segunda mitad del siglo XX y ocupa el puesto 29 en la encuesta "Las 50 mejores películas de todos los tiempos" del British Film Institute.
- Título original
- Stalker
- Año
- 1979
- Duración
- 161 min.
- País
- Unión Soviética (URSS)
- Dirección
- Andrei Tarkovsky
- Guion
- Arkadiy Strugatskiy, Boris Strugatskiy, Andrei Tarkovsky
- Música
- Eduard Artemyev
- Fotografía
- Aleksandr Knyazhinsky, Georgi Rerberg
- Reparto
- Aleksandr Kaidanovsky, Anatoly Solonitsyn, Nikolai Grinko, Natalya Abramova,Alisa Freyndlikh, Faime Jurno, Raymo Rendi
- Productora
- Mosfilm Studios
- Género
- Ciencia ficción. Drama. Intriga | Distopía. Película de culto
- Sinopsis
- En un lugar de Rusia llamado "La Zona", hace algunos años se estrelló un meteorito. A pesar de que el acceso a este lugar está prohibido, los "stalkers" se dedican a guiar a quienes se atreven a aventurarse en este inquietante paraje. (FILMAFFINITY)
- Premios
STALKER (1979), DE ANDREI TARKOVSKY – CRÍTICA
Dirigida por el genio ruso Andrei Tarkovsky, ‘Stalker‘ constituye una de las magnas obras de la cinematografía mundial. Lo primero que llama la atención de este film es el modo en que está narrado, pues se sirve de sólo tres personajes que se mueven entre dos espacios, la derruida ciudad en que se hallan los protagonistas y la naturaleza que rodea a “La Zona”.
Esto se debe a que Tarkovsky quiso prescindir de cualquier elaboración que pudiese distraer al espectador de la historia central de la película, la cual narra el viaje post-apocalíptico de tres hombres a través de “La Zona”, un lugar que, gracias a un fenómeno paranormal de origen extraterrestre, permite (en teoría) a todos los que entren en él cumplir los deseos más recónditos que subyacen en los confines de la consciencia humana.
Durante las casi tres horas que dura el film, seguimos en la pantalla al “Stalker”, suerte de guía espiritual cuya tarea es conducir a los desesperanzados a “La Zona” y guiarlos a través de los peligros que ese misterioso lugar entraña. Durante su travesía es acompañado por un escritor y un científico que anhelan encontrar un sentido para sus vidas, en la eterna búsqueda de la felicidad humana.
Esta narrativa minimalista le permite al director centrarse en el universo interior de sus personajes, haciendo uso del color a través de filtros para sugerir estados afectivos en el espectador. Primero utiliza un sepia marcado por un fuerte contraste y nos presenta al “Stalker” y a su esposa e hija, la cámara se mueve constantemente a través del espacio como testigo objetivo del devenir del tiempo, enmarcando a los personajes de forma completa en casi todos los planos y permitiendo al espectador contemplar lo que ocurre como un acontecimiento que es observado a cierta distancia, como lo haría un espíritu contemplativo.
La derruida vivienda está compuesta por pocos objetos, pero plena de agua y de texturas que suscitan emociones difícilmente traducibles al lenguaje ordinario, pues pertenecen al universo poético del autor que busca expresar lo que ocurre dentro del espíritu humano, más que contar una historia en el sentido clásico. Luego la imagen se va transmutando a un blanco y negro bien marcado que es utilizado durante el viaje de los personajes a través de los puestos de control del ejército ruso que mantienen cercada “La Zona”. Los viajeros sortean los peligros y suben a un tren de servicios que sirve de puente entre su destino y su lugar de origen. Durante esta etapa los personajes viajan en tiempo real sobre las vías del tren, obligando al espectador a realizar con ellos el recorrido completo, como si fuera el cuarto personaje de la historia. A partir de allí la imagen se concentra en primeros planos que evidencian la desesperanza y la soledad que embargan las almas de los viajeros que son incapaces de creer en la humanidad y en ellos mismos. Todo es acompañado por el repetitivo y casi hipnótico sonido producido por los raíles del tren que evoca la mecanicidad de la vida moderna que ha conducido al ser humano a un laberinto del que parece no haber salida, cosificándolo y alienándolo. Este blanco y negro contrasta notablemente con el color que sigue a las secuencias de “La Zona”, un lugar en el que la naturaleza parece haber recobrado terreno, al menos eso es lo que le transmite el “Stalker” a sus compañeros de viaje.
Aunque este film se circunscribe en el género de ciencia ficción llama poderosamente la atención que durante todo el viaje de los desesperanzados no ocurren hechos fantásticos o, al menos estos no son visibles. Todo queda en una atmósfera de penumbra que es creada por el “Stalker”, bien podría decirse, y así lo sugieren los diálogos de las secuencias finales. Así, la introducción del film, donde se nos anuncia lo ocurrido en la zona, no es más que una excusa de Tarkovsky para colocar a los personajes en una situación límite y a partir de allí dar rienda suelta a los temas y tópicos que realmente le interesa tratar a través del diálogo y la metáfora visual. En este sentido muchos críticos afirman que el asunto de la ciencia ficción es solamente un detonante para el resto de la película, restándole importancia al hecho de que “La Zona” sea de origen alienígena. Si hubiesen leído el libro de Tarkovsky (‘Esculpir en el tiempo‘) con detenimiento estoy convencido de que pensarían diferente. Para el maestro una obra de arte tiene que ser orgánica en todas sus partes, apuntar por entero a una intencionalidad creativa derivada de los sentimientos y emociones del autor. En consecuencia, el tema de la ciencia ficción y el origen alienígena de la misteriosa Zona tienen que conformar con el resto del discurso un universo orgánico y sinérgico. Para comprender mejor esta obra se debe tomar en cuenta que el autor era un místico, ignorar ese detalle sería como intentar comprender la obra de Armando Reverón sin tener presente que fue, entre otras cosas, un hombre que buscó la trascendencia a través del arte.
Una vez en “La Zona”, los viajeros quedan paralizados, siendo incapaces de entrar al cuarto que cumple los deseos más recónditos del alma, haciendo patente la doble cara del ser humano que siempre se halla en una contradicción y en una lucha consigo mismo, como bien expresa uno de los personajes en uno de los diálogos más lúcidos del film: “mi consciencia desea la victoria del vegetarianismo en todo el mundo. Mi subconsciencia anhela un pedazo de carne fresca.”.
El miedo a la muerte, la pérdida de la fe, Dios, la felicidad, los demonios internos del inconsciente, y nuestra propia naturaleza son interrogantes que se despliegan a través de una sinfonía de imágenes que nos conducen a preguntarnos seriamente: ¿quiénes somos? ¿Cuál es nuestro papel en la tierra? ¿Qué verdades funestas o sublimes esconden nuestros deseos reprimidos?
Una película demoledora en la que la angustia del “Stalker” y la falta de fe de los viajeros deja una sensación de desasosiego en el espectador. Finalmente, el “Stalker” retorna con su familia y surge un rayo de esperanza representado en su pequeña hija que (quizá producto de su fe y beatitud o debido al influjo de “La Zona”) mueve un vaso a distancia, en un sorprendente acto de telequinesis que rompe con todas las leyes de la lógica que rige a la razón materialista de la contemporaneidad.
La grandeza de esta obra emana no sólo de la belleza y cuidado con que fueron elaborados los planos y de la meticulosidad con que la música electrónica y el sonido acompañan las imágenes generando estados emocionales que danzan entre lo sublime y la desesperanza, sino también del exhaustivo análisis de nuestra especie; lo terrible que supone para el ser humano no conocerse a sí mismo, el no ser capaces de dar cuenta de nuestros límites y el estar condicionados por algo que no comprendemos pero que a su vez nos hace ser lo que somos: la consciencia. Una obra que sin lugar a dudas siempre vale la pena volver a ver.
STALKER (Andrej Tarkovsky, 1979) - PARTE II -: Sobre la naturaleza del camino y del deseo.
PARA VER PARTE I DE STALKER. PULSAR AQUÍ
I. EN CAMINO: SOBRE EL "VER"
I. EN CAMINO: SOBRE EL "VER"
La parte II de Stalker entra de lleno en el camino que siguen nuestros protagonistas en la zona para llegar a la habitación de los deseos, y es aquella parte que Joseph Campbell llama el camino de las pruebas y que es introducido por Tarkovsky con una imagen del reflejo del cielo en el fondo del agua de un pozo perturbado por el impacto de una piedra sobre ella... Con esa imagen de las ondas distorsionando el reflejo se oye la voz del Stalker diciendo las siguientes palabras:
Que se cumpla lo previsto, que ellos den crédito y se rían de sus pasiones. Lo que ellos llaman pasiones realmente no es una energía anímica sino un roce entre el alma y el mundo exterior. Lo principal es que crean en sí. Y esten desamparados como niños, porque la debilidad es grande y la fuerza sutil. Cuando el hombre nace su cuerpo es débill y ligero. Cuando muere es fornido y duro. Cuando un árbol crece es tierno y mimbreño, pero cuando su tronco está seco y rígido, se está muriendo. La dureza y la fuerza son satélites de la muerte. La flexibilidad y la debilidad expresan la lozanía de la existencia.. Por eso lo que se ha endurecido no vence.
Veamos una vez más esta mezcla de prédica tipo libro de las revelaciones (Que se cumpla lo previsto) y del taoísmo ( la dialéctica entre lo fuerte y lo débil). De hecho, las palabras de Stalker que empiezan con "Cuando el hombre nace su cuerpo es débil y ligero, etc." corresponden a Lao Tsé y esta anotada en los diarios de Tarkovsky el 28 de diciembre de 1977.
Sin embargo, hay en este texto una reflexión interesante sobre las pasiones cuando las define como "un roce del alma y el mundo exterior". En su documental The pervert's guide to the cinema, Zizek dice: "el deseo es una herida en la realidad". ¿Qué significa esto? Significa que nuestras pasiones y nuestros deseos se inscriben en la realidad distorsionándola.
Esta relación entre la realidad y el deseo es algo que la imaginería popular y literaria ha resgistrado y que ha inspirado distintos cuentos como la conocida historia de Aladino y la lámpara maravillosa, cuento de origen sirio registrado en Las Mil y una noches, o el famoso cuento de W. W. Jacobs La pata de mono, ambas llevadas al cine y la televisión en distintos formatos y variaciones y que nos vienen a decir simple y llanamente ojo con lo que deseas. O quizá mejor dicho ojo en qué deseas y cómo formulas el deseo. La distorsión entre deseo y realidad se observa especialmente en el cuento de La pata de mono cuando un padre y una madre le piden a ese objeto mágico 200 libras para saldar deudas. El deseo se satisface al cobrar dicha cantidad tras la muerte por accidente laboral de su hijo. Luego, desesperada, la madre le exige al padre que pida a la pata de mono que le devuelva vivo a su hijo... Presionado por la desesperación de la mujer el padre cede y pronto se oyen unos golpes en la puerta. El padre, aterrorizado por lo que aguarda tras la puerta (se entiende que el deseo se satisface devolviendo al hijo no exactamente vivo sino como un no-muerto), pide a la pata de mono que se lleve eso que se ha invocado... Cuando la mujer logra desatrancar la puerta tras ella no hay nadie salvo que "un viento helado entró en la escalera". En otras ocasiones, como en la leyenda de Aladino, el deseo de felicidad es asociado a logros, pertenencias o riquezas en las que el tiempo y la inmadurez del protagonista pronto le desengañan...
A lo que asistimos en esta fase en la zona es a la rigidez de carácter del Profesor y el Escritor. El primero, haciendo caso omiso de las advertencias de Stalker, los deja momentáneamente para ir a buscar una mochila que se ha dejado atrás. Mientras, Stalker y Escritor siguen por la zona atravesando ruinas invadidas por el agua y asistiendo a pequeños "misterios" que muestran la variabilidad espacio-temporal que se da en ella. Sorprendentemente, y tras atravesar la zona de ruinas y agua, encuentran a la salida del tunel que han atravesado al profesor...
El papel de las ruinas entre la naturaleza y las aguas es un impacto en la conciencia acerca de la transitoriedad, como dice Antonio Mengs:
La ruina visual dignifica la conciencia. El hombre está más desnudo entre la ruina, su palabra resuena con mayor intensidad. [1]
En un artículo inédito mío y sobre el trabajo con un sueño de un paciente sobre unas ruinas perdidas en el medio de la naturaleza escribía:
Las ramas no se han rajado,
las hojas no han ardido.
El día, como crisal, fue lavado,
pero eso poco ha sido.
"Pero eso poco ha sido". ¿No es acaso esto el problema del ser humano con el deseo y la realidad? Al ser humano parece que nunca le baste con lo que la vida le ofrece. Como ya dijimos, presa del deseo que se apega a la codicia y el anhelo, el ser humano vive la vida como si algo se le hubiera perdido. Nada nunca parece ser suficiente y una adicción a la instisfacción embarga su propia vida tras la búsqueda de ese "algo" perdido. Parece como si Stalker pusiera en todo este trayecto incidencia en la futilidad del deseo humano y la falacia de ese "algo" perdido... ¿Por qué dirigirse entonces hacia la habitación de los deseos? Antes de llegar a esta habitación y tras una escena donde siguen ocurriendo cosas extrañas como un teléfono que suena entre las ruinas o una bombilla de luz que emite un fuerte resplandor y luego se apaga, Tarkovsky nos ofrece una nueva imagen (dos cadáveres uno frente al otro de los que surge un tallo con sus hojas elevándose hacia arriba) que puede traducirse como "algo debe morir para que la vida continue" o en términos psíquicos "algo debe morir (del yo) para que el camino del ser continue".
III. EN LA ANTESALA DE LA HABITACIÓN DE LOS DESEOS: Sobre la naturaleza del deseo.
Tras la habitación de la arena llegamos finalmente a la antesala de la habitación de los deseos:
Se muy bien que se van a enojar... pero debo decirles que nosotros... nos encontramos en el umbral. Este es el momento más importante de nuestra vida. Ustedes deben saber que aquí se cumple su deseo más recóndito. ¡El más sincero! ¡El más sufrido! No hay que decir nada. Concentrarse y tratar de recordar toda su vida. Cuando el hombre piensa en el pasado él se hace benévolo. Lo principal... lo principal... ¡es creer! Ahora entren...
Estas palabras son muy interesantes... y en ellas reside la auténtica clave de la habitación de los deseos. Ella no es más que un espejo de la "naturaleza" de esos deseos. "Aquí se cumple su deseo más recóndito. ¡El más sincero! ¡El más sufrido!" ¿Qué significa esto acerca de qué deseo es el que se cumple en esa habitación? Otra frase interesante es: Concentrarse y tratar de recordar toda su vida. Cuando el hombre piensa en el pasado él se hace benévolo. ¿Por qué es necesaria la benevolencia para entrar en ella?
¿Cúal es nuestro deseo más recóndito? ¿Cuál es nuestro deseo más sincero? ¿Cual el más sufrido? ¿Por qué recordar la vida para ponerse benévolo? Recordemos que se dice benévolo (bene: bueno; volo: voluntad)del hombre de buena voluntad, de aquel que desarrolla la comprensión y la simpatía hacia las otras personas. También benévolo se aplica al ser humano que se entrega sin esperar nada a cambio, que hace o actua por su voluntad, y no obligación, con un fin u objetivo bueno. ¿Por qué Stalker parece indicar que la benevolencia es importante al entrar en la habitación de los deseos?
Quizá para ello es necesario recorrer un poco el final de la película. Escritor y Profesor renuncian finalmente a la posibilidad de entrar en esa habitación. Ambos, presa de la desconfianza y el miedo, el primero menospreciando y denigrando a Stalker, temiendo ese aspecto recóndito del deseo que puede cumplirse; el Profesor a través de la lectura que hace del lugar queriendo destruirlo con una mini bomba atómica (que llevaba oculta en la mochila) bajo pensamientos del tipo: ¿Imaginan a Hitler en esa habitación? El miedo que Escritor manifiesta, así como el de Profesor, a pesar de sus diferencias, coinciden en un punto: que se manifieste el deseo como codicia o como anhelo. La habitación de los deseos pone de relieve nuestra verdad psíquica, aquello que nuestros deseos más recónditos también dice que somos, o como dice Escritor:
Aquí se cumple lo que corresponde a tu ente, a tu esencia, de la que no tienes ni siquiere una idea. ¡Más ella está dentro de tí, controlando toda tu vida! [...] Mientras que la conciencia y los tormentos del alma no existen.
En su documental Zizek dice:
El contraste entre Solaris y Stalker es claro. En Solaris , tenemos la máquina del ello, un objeto que realiza nustras pesadillas, deseos, miedos, aun antes que uno pida por ellos. En Stalker es lo opuesto, una zona donde sus deseos más profundos son realizados, pero con la condición de que uno esta apto para formularlos. Es claro que nunca se está apto para formularlos.
Y es aquí, en este momento, cuando las palabras de Stalker adquieren sentido, cuando la benevolencia que él reclama es la pista... En la visión de Tarkovsky este enfrentamiento con la habitación de los deseos, éste reclamo de benevolencia para entar en ella, quizá tiene que ver con la capacidad para sostener y "ver" nuestra realidad psíquica que va mucho más allá de aquello que creemos que somos. ¿No es acaso esto lo que hacen en muchas ocasiones los sueños, mostrarnos aquello que también somos, pero que nuestro yo se niega a aceptar o simplemente lo ignora? ¿No es por eso que la consciencia ordinaria mantiene habitualmente tanta resistencia hacia ellos: a recordarlos primero, a mantenerlos en la consciencia luego, a intentar "ver" lo que su metáfora dice de nosotros? La benevolencia es posible cuando la acompaña la compasión. Cuando nuestra mirada puede enfrentarse a nuestros deseos más recónditos sin asustarse. Cuando estos responden a nuestra esencia más narcisista: codicia y anhelo. Pero la cuestión final es: ¿son estos de verdad nuestros deseos más recónditos?
IV. EN EL CAMINO: ESPERANZA, AMOR Y DESEO.
Simplificaré desafortunadamente mucho el final de Stalker y los múltiples detalles dignos de atención. Después de la escena de la lluvia, en la que los tres viajeros acaban sentados juntos contemplando la lluvia, la escena se traslada ya fuera de la zona, en la misma taberna de la que partieron... La mujer de Stalker y Monita, su hija, viene a recogerlo y Profesor y Escritor lo observan. En su expresión se nota que algo ha cambiado, que algo de ellos ya ha vuelto distinto del viaje.
Stalker, que ha traido el perro de la zona, parte con ellos... Cada vez que la cámara enfoca a Monita el color vuelve a la pantalla... Tras acostar a un entristecido Stalker, quien se queja de la dificultad del hombre para creer, asistimos a un monólogo de la mujer de Stalker que parece dirigirse al espectador:
Seguro que ustedes ya comprendieron que él es un simplón. Todos los vecinos se reían de él. Era un lelo, daba lástima. Mi mamá decía: "¡Él es un Stalker, un suicida, siempre está preso! ¡Piensa en como son los hijos de los stalkeros". Y yo, ni siquiera discutía. Yo sabía que eso era así, que es un suicida, siempre está encarcelado y el problema de los niños. Pero ¿qué podía hacer yo? Estaba segura de que lo pasaría bien con él. Aunque sabía que también tendría muchas desgracias. Pero mejor es una felicidad amarga que una vida gris y aburrida. Quizás yo inventé esto después. Entonces el se me acercó y dijo: "Ven conmigo". Fui con él y nunca lo lamenté después. Nunca. Pasé mucha amargura, mucho horror y verguenza, pero nunca me lamenté ni tuve envidia de nadie.Simplemente, así es el destino, la vidas; así somos nosotros.Y si en nuestra vida no hubiera habido pesares, mejor no hubiera sido. Sería peor. Porque entonces, tampococo habría habido felicidad. Ni esperanza.
¿Cuál es el deseo más recóndito? ¿Cuál el más sincero? ¿Cúal el más sufrido? ¿Cuál el deseo al que finalmente por el miedo renuncian ambos viajeros? Kierkegaard decía que mirar hacia al pasado es necesario para andar hacia el futuro... Escritor, Profesor, renuncian a mirar a su pasado, renuncian a hallar la benevolencia, la mirada compasiva hacia ese pasado sin el que es imposible encaminarse al futuro, si bien su alma ya ha quedado tocada, la expresión de sus rostros, la mirada hacia la familia de Stalker así parece mostrárnoslo. Vaya así mi hipótesis... La habitación de los deseos refleja el miedo y la indignidad del ser humano hacia sí mismo disfrazados de soberbia egoica. La libertad intelectual o la libertad política que predican Escritor y Profesor no es más que la fachada que encubre sus miedos y el final rechazo que sienten por sí mismos... por eso no se consideran dignos de entrar en esa habitación, porque sólo consideran que ella les devolvera ese deseo codicioso o anhelante que se oculta en ellos... La mujer de Stalker, sin embargo, nos da el tesoro que es a le vez el más recóndito, el más sincero, el más sufrido: EL DESEO DE SER DIGNO DE AMOR.El amor que ella le da a Stalker que a su vez manifiesta un deseo que aun quizá sea más profundo: EL DESEO DE PODER AMAR. Y es así que el amor matiza el deseo y lo hace menos codicioso y menos anhelante, lo armoniza más con la vida y la hace suficiente. La mujer de Stalker, la más sencilla entre todos es la que sencillamente nos ofrece el tesoro, la esperanza del ser humano: el amor, del que finalmente Zizek, en unas bellas palabras con las que finalizaré la entrada, nos dice:
… lo esencial de la afirmación de que incluso si llegara a tener todo el conocimiento, sin amor no sería nada, no es meramente que con amor, sea algo. Con amor, también soy nada, si así puede decirse, una nada humildemente consciente de sí, una nada que se enriquece por paradoja por el conocimiento mismo de su carencia. Sólo un ser menesteroso, vulnerable es capaz de amor: el misterio final del amor es así que la falta de completitud es en cierto sentido más alta que la completitud. Por un lado, sólo un ser imperfecto, menesteroso, ama: amamos porque no sabemos todo. [9]
La escena final de la película nos muestra a Monita leyendo y a su voz en off recitando un poema de Fiodor Tiutchev que no hace más que dar vueltas a todo este temática:
Amo tus ojos mi adorada,
con sus fascinantes centelleos,
cuando los alzas de forma inesperada,
y como un relámpago celestial
lanzas alrededor tu mirada.
Pero hay otro encanto aun más intenso:
cuando los ojos bajas pudorosa
en los minutos de un beso apasionado,
y a través de tus pestañas hermosas
sale el fuego de tu ardiente deseo.
Y así la naturaleza del camino de un ser humano es el largo camino hacia el amor y la libertad, un camino sin fin...
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[1] Mengs, Antonio. Stalker, de Andrei Tarkovsky. Libros de cine Rialp, pág. 91
Sin embargo, hay en este texto una reflexión interesante sobre las pasiones cuando las define como "un roce del alma y el mundo exterior". En su documental The pervert's guide to the cinema, Zizek dice: "el deseo es una herida en la realidad". ¿Qué significa esto? Significa que nuestras pasiones y nuestros deseos se inscriben en la realidad distorsionándola.
El reflejo perturbado en el agua: las pasiones... un roce entre el alma y el mundo exterior |
Esta relación entre la realidad y el deseo es algo que la imaginería popular y literaria ha resgistrado y que ha inspirado distintos cuentos como la conocida historia de Aladino y la lámpara maravillosa, cuento de origen sirio registrado en Las Mil y una noches, o el famoso cuento de W. W. Jacobs La pata de mono, ambas llevadas al cine y la televisión en distintos formatos y variaciones y que nos vienen a decir simple y llanamente ojo con lo que deseas. O quizá mejor dicho ojo en qué deseas y cómo formulas el deseo. La distorsión entre deseo y realidad se observa especialmente en el cuento de La pata de mono cuando un padre y una madre le piden a ese objeto mágico 200 libras para saldar deudas. El deseo se satisface al cobrar dicha cantidad tras la muerte por accidente laboral de su hijo. Luego, desesperada, la madre le exige al padre que pida a la pata de mono que le devuelva vivo a su hijo... Presionado por la desesperación de la mujer el padre cede y pronto se oyen unos golpes en la puerta. El padre, aterrorizado por lo que aguarda tras la puerta (se entiende que el deseo se satisface devolviendo al hijo no exactamente vivo sino como un no-muerto), pide a la pata de mono que se lleve eso que se ha invocado... Cuando la mujer logra desatrancar la puerta tras ella no hay nadie salvo que "un viento helado entró en la escalera". En otras ocasiones, como en la leyenda de Aladino, el deseo de felicidad es asociado a logros, pertenencias o riquezas en las que el tiempo y la inmadurez del protagonista pronto le desengañan...
Las ruinas y el agua |
La ruina visual dignifica la conciencia. El hombre está más desnudo entre la ruina, su palabra resuena con mayor intensidad. [1]
En un artículo inédito mío y sobre el trabajo con un sueño de un paciente sobre unas ruinas perdidas en el medio de la naturaleza escribía:
El soñante no le confería a ese estado de ruinas un valor negativo, sino que veía en él una restitución de lo humano a la naturaleza, percibía belleza en esa acción de lo natural sobre la construcción humana. Una vez más aparece aquí un claro mensaje de aquello de lo que trata el proceso del yo en lo que lo vincula con la consciencia: la consciencia surge por alejamiento de aquello a lo que luego ha de volver. [2]
,
Después de este episodio de pérdida y recuperación del Profesor, Stalker propone descansar un poco. Asistimos entonces a una discusión de egos entre el Profesor y el Escritor donde cada uno ridiculiza al otro, donde uno ridiculiza el cientifismo de uno, y el otro el supuesto humanisno y psicologia barata del otro. Retirados cada uno en su lugar y ya durmiéndose llega una de las escenas antológicas de la película: el sueño o la visión de Stalker.
- La visión de Stalker.
Esta escena, llamada la escena del apocalipsis, ha sido comentada en multitud de ocasiones y constituye una muestra del más puro Tarkovsky:
La secuencia del apocalipsis tiene lugar justo en la mitad de la película cuando una charca de poca profundidad con objetos dispersos entra en la narración. La aparición de la charca en si representa una dislocación espacio-temporal. Al espectador no se le da ni su ubicación física ni la temporal. El flujo narrativo uniforme se rompe tan pronto como los personajes deciden descansar después de salir del "túnel seco". Alternando blanco y negro y la fotografía en color se lanza una dislocación en el espacio y el tiempo. Mientras que el Profesor y el Escritor se pelean, el Stalker yace en el suelo, y su ubicación y posición se desplaza de una secuencia a otra. En un momento dado se encuentra situado entre las rocas de un torrente de montaña, y en otro sobre una pequeña "isla" en el área inundada junto a un pastor alemán negro. [3]
La escena se inicia con el perro acercándose donde Stalker está descansando y sentándose con cuidado a su lado. Este perro, que a partir de este instante estará presente en todo el recorrido, pero que ya ha dejado testimonio de su presencia en los aullidos que oyen nuestros viajeros tan sólo llegar es, como indica en su libro Nariman Skakov, el espíritu indomable de la zona. No olvidemos que, en términos simbólicos, uno de los aspectos del perro es el de psicopompo, es decir, guía del alma de los muertos hacia el Más allá. En todo caso el perro, como guía del Stalker, está relacionado con la visión o sueño que sigue después de otra imagen que nos sugiere la dimensión misteriosa de la zona: la extraña sensación de inestabilidad que produce un agitado torbellino que levanta el polvo en una zona pantanosa. Luego, cambiando en sepia el color de la imagen, sigue la visión de Stalker en la que oímos la voz de la mujer de Stalker recitando unos versículos del Apocalipsis mientras la cámara, lentamente, va enfocando distintos objetos sumergidos en el fondo del agua.
Jeringas, objetos metálicos, un acuario con peces, un fragmento del retablo de los "tres árboles" de Rembrant, un arma, un fragmento de Juan el bautista correspondiente al retablo de La adoración del cordero místico de Van Eyck, piezas oxidadas de un reloj... y finalmente la mano del Stalker en contacto con el agua de esa charca. Todas ellas cruzan por la pantalla bajo el fondo del agua de la charca... Imágenes que sumergidas en el agua, sobre el lodo parecen recordarnos los versos de Machado: "Todo pasa y todo queda, pero lo nuestro es pasar, pasar haciendo caminos, caminos sobre la mar". El tiempo todo lo lleva poniendo de relieve la futilidad de las ansias y deseos del ser humano... Glorias y ambiciones que pasan como las imágenes de Tarkovsky, una tras otra, sin finalmente llevarnos a aquello que tan vehementemente perseguimos: la felicidad. Dice Antonio Mengs:
La visión del Stalker es poesía de la matería, de su azar, ni paradigma de lo bello ni todo lo contrario: los distintos objetos que salen al encuentro a la cámara por accidente, naturalezas muertas de un mundo en ruinas (de ahí que toda la secuencia esta rodada en tonalidad sepia) conforman una "estética de la decrepitud"... [4]
La bilis de Cioran lo manifiesta de una manera bien distinta:
La abundancia de soluciones a los aspectos de la existencia solo es igualada por su futilidad. La historia: Manufactura de ideales..., mitología lunática..., frenesí de hordas y de solitarios, rechazo de aceptar la realidad tal cual es, sed mortal de ficciones.
La fuente de nuestros actos reside en una propensión inconsciente a considerarnos el centro, la razón y el resultado del tiempo. Nuestros reflejos y nuestros orgullos transforman en planeta la parcela de carne y conciencia que somos. Si tuviéramos el justo sentido de nuestra posición en el mundo, si comparar fuera inseparable de vivir, la revelación de nuestra ínfima presencia nos aplastaría. Pero vivir es cegarse sobre sus propias dimensiones. [5]
Las imágenes que transcurren lentas, acompañadas por la voz de la mujer recitando los versículos del apocalipsis, hablan también de ello: " y los reyes de la tierra, los magnates, los tribunos, los ricos, los poderosos, y todos, esclavos o libres, se ocultaron en las cuevas y en las peñas de los montes". En Tarkovsky el tiempo transcurre dirigiendo esas futilidades a su inexorable destino: la inutilidad. Una vez más la lucidez biliosa de Cioran pone palabras a ello:
La realidad es una creación de nuestros excesos, de nuestras desmesuras y nuestros desarreglos. Un freno en nuestras palpitaciones: el curso del mundo se hace más lento; sin nuestros ardores, el espacio es de hielo. [6]
La diferencia entre Cioran y Tarkovsky es una palabra denostada por el primero y fuente de sostén del segundo: la esperanza. Siendo necesario precisar que la esperanza en la que se sostiene Tarkovsky es la que se deriva de la fuerza del amor tan expresada en él como sacrificio entendido más como entrega (no el sacrificio victimista) tal y como precise anteriormente (ver Parte I, nota 7). Tras este sueño-visión sigue el despertar de Stalker quien contemplando a los dos hombres cita unas palabras que tienen su origen en los versículos de la Biblia correspondientes al evangelio de Lucas (24, 13-18):
En un mismo día dos, dos de ellos se dirigían a un poblado qu estaba a 60 estadios... y se llamaba... Ellos hablaban entre sí, sobre aquellos acontecimientos. Cuando ellos dialogaba, discurriendo entre sí... El se acercó y avanzó hacia el lado de ellos. Pero los dos se miraban fijamente, así que no lo reconocieron. El les preguntó ¿Sobre que hablaban ustedes, discurriendo entre sí? ¿Por qué están tan tristes? Uno de ellos en nombre...
Mientras Stalker mira hacia un lugar indefinido y dice estas palabras la cámara enfoca el rostro de Escritor hasta que abre los ojos y luego, lentamente, se desplaza hacia el del Profesor... Son palabras que hablan de ellos y se trata, sin mucha duda, de la dificultad del ser humano para salirse de la estrechez de su yo y sus concepciones, para ver más allá de sus miopías. Las actitudes que muestran el Escritor y el Profesor son las de mundos encerrados y parapetados tras sus concepciones. Profesor y Escritor son yoes desesperados, y que precisamente por su desesperación estan cerca de que esa rigidez yoica pueda quizá ceder... Parapetados tras su yo no ven, no ven lo que está ante ellos como los dos caminantes de los versículos del evangelio de Lucas, que enfrascados en su discusión y sus razones no aprecian que quien anda con ellos a su lado es Jesús resucitado.
La zona recuerda el mundo de los sueños, un lugar donde nada es lo que parece y donde nada está sujeto a las leyes de la realidad sino a las bien distintas leyes de lo inconsciente. Un mundo en el que hay que querer ver... Y sólo viendo podemos lograr un progresivo esclarecimiento de la conciencia ordinaria, entendida esta como una consciencia restringida y distorsionada. La existencia de los sueños y el testimonio que dan de la dinámica inconsciente pone de relieve que, en un estado como el del sueño (La zona), accedemos a una consciencia que menos distorsionada, se da cuenta y se refleja más la totalidad de nuestro ser. Lo sorprendente es que los sueños dan testimonio de que esta consciencia ya está… De que el espejo que refleja nuestro ser ya es, tan sólo que en lo ordinario está perturbada por la distorsión que la neurosis impone.
II. EN EL MOLINO DE CARNE: CAMINO DE LA VULNERABILIDAD.
Tras el episodio de la visión de Stalker sigue el paso de una especie de túnel llamado "el molino de carne" (aparentemente por los muchos que murieron al atravesarlo). Escritor es el elegido para atravesarlo, aparentemente por un sorteo que Stalker manipula para que sea él quien lo atraviese... El molino de carne nos recuerda que hay momentos en la vida en los que nos hallamos solos ante ciertas circunstancias y situaciones, circunstancias y situaciones que sólo podemos atravesar nosotros mismos... En esta secuencia Escritor se nos muestra en su extrema soledad, esos momentos en la vida en que dependemos de nosotros mismos y que nos muestran el destino al que la soberbia de nuestro yo nos ha conducido. Al mismo tiempo que esto se experiencia como un gran abismo es una gran oportunidad de pasar de una vida entregada al falso yo a una vida regida en y por el sí mismo.
En la parte I de esta película ya comenté que Stalker es un buen representante del arquetipo del sí mismo y observamos en la película como su "función de acecho" es muy parecida a la función que en los sueños realiza esta figura arquetípica cuando se producen sus manifestaciones... Su función es muy parecida a la que Lao Tzé propone en su Tao te king acerca de la figura del maestro cuando dice:
Así gobierna el sabio,
vacía los corazones y llena los vientres,
debilita las ambiciones y fortalece los huesos,
procura que el pueblo no tenga ambiciones ni deseos,
y cuida que los instruidos no osen actuar.
Practica el No-hacer
y asi todo se arregla. [7]
Algunas traducciones (como es el caso de la versión de Stephen Mitchell) optan por adecuar el texto a la relación del maestro con el discípulo y traducen el texto como sigue:
El Maestro guía
vaciando la mente de las gentes
y llenando sus corazones;
debilitando sus ambiciones
y fortaleciendo su resolución.
Ayuda a las personas a desprenderse
de cuanto saben y cuanto desean
creando confusión
en aquellos que creen saber. [8]
En todo caso, ¿no es esto lo que hace Stalker con sus dos viajeros.? Provoca, trabaja constantemente sobre el Escritor intentando debilitar su ego para que pueda llegar a fortalecer su ser y cuida de que Profesor no ose actuar desde la soberbia de su saber. Stalker sabe algo que es lo que se halla en la profundidad de su sabiduría... A la habitación de los deseos sólo se puede llegar libre de deseos. Sobre todo del concepto de deseo como muy bien lo definió Freud en dos de sus acepciones, deseo como codicia (Wunsch) y deseo como anhelo (begierde). Stalker sabe que ante la habitación de los deseos sólo se puede llegar libre de codicia y de anhelo, libre de pasiones.
Stalker despoja a Escritor de toda defensa como ocurre antes de atrevesar la misteriosa puerta que se halla al final del túnel. Éste presa del miedo saca una pistola de su abrigo... y Stalker le conmina a dejarlo (¿A quién le va a disparar allí? - le grita -)... Un poco más tarde cuando pasa por el lugar donde el revólver esta en el suelo, Stalker lo hunde bajo el agua encharcada en el túnel...
Las armas son instrumentos nefastos,
odiados por todos los seres.
Quien posee un recto SENTIDO
no quiere saber nada de ellas.
[...]
Las armas son instrumentos nefastos
que no convienen al noble.
Sólo las usa cuando no queda más remedio.
Sobre todas las cosas aprecia la calma y la paz. [9]
Y seguidamente llegamos a la escena de la habitación de arena en la que Escritor que, nuevamente desafía las indicaciones de Stalker, sufre una especie de shock, tras el cual se da cuenta de la realidad de su "personaje" y del descalabro de su ser. Recordemos el monólogo del escritor que ya vimos en la parte I al tratar de su personaje.
Tras salir de ella Stalker tiene una de esas extrañas intervenciones que le van caracterizando a lo largo de la película. Les recita unos versos a sus viajeros (versos de Arseni Tarkovsky, el padre de Andrej):
El verano ya ha pasado
como si no hubiera habido.
Aun hay calor en lugares soleados
pero eso poco ha sido.
Todo aquello, que cumplirse ha podido,
como una hoja de arce
en mis manos ha caído,
pero eso poco ha sido.
El mal y el bien de la gente
en vano no han desaparecido,
todo ha ardido claramente,
pero eso poco ha sido.
La vida me ha protegido de la muerte,
me ha dado abrigo y me ha defendido,
en verdad que he tenido suerte,
pero eso poco ha sido.
- La visión de Stalker.
La secuencia del apocalipsis tiene lugar justo en la mitad de la película cuando una charca de poca profundidad con objetos dispersos entra en la narración. La aparición de la charca en si representa una dislocación espacio-temporal. Al espectador no se le da ni su ubicación física ni la temporal. El flujo narrativo uniforme se rompe tan pronto como los personajes deciden descansar después de salir del "túnel seco". Alternando blanco y negro y la fotografía en color se lanza una dislocación en el espacio y el tiempo. Mientras que el Profesor y el Escritor se pelean, el Stalker yace en el suelo, y su ubicación y posición se desplaza de una secuencia a otra. En un momento dado se encuentra situado entre las rocas de un torrente de montaña, y en otro sobre una pequeña "isla" en el área inundada junto a un pastor alemán negro. [3]
Stalker y el perro yaciendo a su lado. |
12 Y seguí viendo. Cuando abrió el sexto sello, se produjo un violento terremoto; y el sol se puso negro como un paño de crin, y la luna toda como sangre,
13 y las estrellas del cielo cayeron sobre la tierra, como la higuera suelta sus higos verdes al ser sacudida por un viento fuerte;
14 y el cielo fue retirado como un libro que se enrolla, y todos los montes y las islas furon removidas de sus asientos;
15 y los reyes de la tierra, los magnates, los tribunos, los ricos, los poderosos, y todos, esclavos o libres, se ocultaron en las cuevas y en las peñas de los montes.
16 Y dicen a los montes y las peñas: "caed sobre nosotros" y ocultadnos de la vista del que está sentado en el trono y de lo cólera del Cordero.
17 Porque ha llegado el Gran día de su cólera y ¿quién podrá sostenerse? (Apocalipsis, 6, 12-17)Jeringas, objetos metálicos, un acuario con peces, un fragmento del retablo de los "tres árboles" de Rembrant, un arma, un fragmento de Juan el bautista correspondiente al retablo de La adoración del cordero místico de Van Eyck, piezas oxidadas de un reloj... y finalmente la mano del Stalker en contacto con el agua de esa charca. Todas ellas cruzan por la pantalla bajo el fondo del agua de la charca... Imágenes que sumergidas en el agua, sobre el lodo parecen recordarnos los versos de Machado: "Todo pasa y todo queda, pero lo nuestro es pasar, pasar haciendo caminos, caminos sobre la mar". El tiempo todo lo lleva poniendo de relieve la futilidad de las ansias y deseos del ser humano... Glorias y ambiciones que pasan como las imágenes de Tarkovsky, una tras otra, sin finalmente llevarnos a aquello que tan vehementemente perseguimos: la felicidad. Dice Antonio Mengs:
La visión del Stalker es poesía de la matería, de su azar, ni paradigma de lo bello ni todo lo contrario: los distintos objetos que salen al encuentro a la cámara por accidente, naturalezas muertas de un mundo en ruinas (de ahí que toda la secuencia esta rodada en tonalidad sepia) conforman una "estética de la decrepitud"... [4]
La bilis de Cioran lo manifiesta de una manera bien distinta:
La abundancia de soluciones a los aspectos de la existencia solo es igualada por su futilidad. La historia: Manufactura de ideales..., mitología lunática..., frenesí de hordas y de solitarios, rechazo de aceptar la realidad tal cual es, sed mortal de ficciones.
La fuente de nuestros actos reside en una propensión inconsciente a considerarnos el centro, la razón y el resultado del tiempo. Nuestros reflejos y nuestros orgullos transforman en planeta la parcela de carne y conciencia que somos. Si tuviéramos el justo sentido de nuestra posición en el mundo, si comparar fuera inseparable de vivir, la revelación de nuestra ínfima presencia nos aplastaría. Pero vivir es cegarse sobre sus propias dimensiones. [5]
Las imágenes que transcurren lentas, acompañadas por la voz de la mujer recitando los versículos del apocalipsis, hablan también de ello: " y los reyes de la tierra, los magnates, los tribunos, los ricos, los poderosos, y todos, esclavos o libres, se ocultaron en las cuevas y en las peñas de los montes". En Tarkovsky el tiempo transcurre dirigiendo esas futilidades a su inexorable destino: la inutilidad. Una vez más la lucidez biliosa de Cioran pone palabras a ello:
La realidad es una creación de nuestros excesos, de nuestras desmesuras y nuestros desarreglos. Un freno en nuestras palpitaciones: el curso del mundo se hace más lento; sin nuestros ardores, el espacio es de hielo. [6]
La diferencia entre Cioran y Tarkovsky es una palabra denostada por el primero y fuente de sostén del segundo: la esperanza. Siendo necesario precisar que la esperanza en la que se sostiene Tarkovsky es la que se deriva de la fuerza del amor tan expresada en él como sacrificio entendido más como entrega (no el sacrificio victimista) tal y como precise anteriormente (ver Parte I, nota 7). Tras este sueño-visión sigue el despertar de Stalker quien contemplando a los dos hombres cita unas palabras que tienen su origen en los versículos de la Biblia correspondientes al evangelio de Lucas (24, 13-18):
En un mismo día dos, dos de ellos se dirigían a un poblado qu estaba a 60 estadios... y se llamaba... Ellos hablaban entre sí, sobre aquellos acontecimientos. Cuando ellos dialogaba, discurriendo entre sí... El se acercó y avanzó hacia el lado de ellos. Pero los dos se miraban fijamente, así que no lo reconocieron. El les preguntó ¿Sobre que hablaban ustedes, discurriendo entre sí? ¿Por qué están tan tristes? Uno de ellos en nombre...
Mientras Stalker mira hacia un lugar indefinido y dice estas palabras la cámara enfoca el rostro de Escritor hasta que abre los ojos y luego, lentamente, se desplaza hacia el del Profesor... Son palabras que hablan de ellos y se trata, sin mucha duda, de la dificultad del ser humano para salirse de la estrechez de su yo y sus concepciones, para ver más allá de sus miopías. Las actitudes que muestran el Escritor y el Profesor son las de mundos encerrados y parapetados tras sus concepciones. Profesor y Escritor son yoes desesperados, y que precisamente por su desesperación estan cerca de que esa rigidez yoica pueda quizá ceder... Parapetados tras su yo no ven, no ven lo que está ante ellos como los dos caminantes de los versículos del evangelio de Lucas, que enfrascados en su discusión y sus razones no aprecian que quien anda con ellos a su lado es Jesús resucitado.
En un mismo día dos, dos de ellos se dirigían a un poblado. |
La zona recuerda el mundo de los sueños, un lugar donde nada es lo que parece y donde nada está sujeto a las leyes de la realidad sino a las bien distintas leyes de lo inconsciente. Un mundo en el que hay que querer ver... Y sólo viendo podemos lograr un progresivo esclarecimiento de la conciencia ordinaria, entendida esta como una consciencia restringida y distorsionada. La existencia de los sueños y el testimonio que dan de la dinámica inconsciente pone de relieve que, en un estado como el del sueño (La zona), accedemos a una consciencia que menos distorsionada, se da cuenta y se refleja más la totalidad de nuestro ser. Lo sorprendente es que los sueños dan testimonio de que esta consciencia ya está… De que el espejo que refleja nuestro ser ya es, tan sólo que en lo ordinario está perturbada por la distorsión que la neurosis impone.
II. EN EL MOLINO DE CARNE: CAMINO DE LA VULNERABILIDAD.
Tras el episodio de la visión de Stalker sigue el paso de una especie de túnel llamado "el molino de carne" (aparentemente por los muchos que murieron al atravesarlo). Escritor es el elegido para atravesarlo, aparentemente por un sorteo que Stalker manipula para que sea él quien lo atraviese... El molino de carne nos recuerda que hay momentos en la vida en los que nos hallamos solos ante ciertas circunstancias y situaciones, circunstancias y situaciones que sólo podemos atravesar nosotros mismos... En esta secuencia Escritor se nos muestra en su extrema soledad, esos momentos en la vida en que dependemos de nosotros mismos y que nos muestran el destino al que la soberbia de nuestro yo nos ha conducido. Al mismo tiempo que esto se experiencia como un gran abismo es una gran oportunidad de pasar de una vida entregada al falso yo a una vida regida en y por el sí mismo.
En el túnel: la soledad y el desamparo. |
En la parte I de esta película ya comenté que Stalker es un buen representante del arquetipo del sí mismo y observamos en la película como su "función de acecho" es muy parecida a la función que en los sueños realiza esta figura arquetípica cuando se producen sus manifestaciones... Su función es muy parecida a la que Lao Tzé propone en su Tao te king acerca de la figura del maestro cuando dice:
Así gobierna el sabio,
vacía los corazones y llena los vientres,
debilita las ambiciones y fortalece los huesos,
procura que el pueblo no tenga ambiciones ni deseos,
y cuida que los instruidos no osen actuar.
Practica el No-hacer
y asi todo se arregla. [7]
Algunas traducciones (como es el caso de la versión de Stephen Mitchell) optan por adecuar el texto a la relación del maestro con el discípulo y traducen el texto como sigue:
El Maestro guía
vaciando la mente de las gentes
y llenando sus corazones;
debilitando sus ambiciones
y fortaleciendo su resolución.
Ayuda a las personas a desprenderse
de cuanto saben y cuanto desean
creando confusión
en aquellos que creen saber. [8]
En todo caso, ¿no es esto lo que hace Stalker con sus dos viajeros.? Provoca, trabaja constantemente sobre el Escritor intentando debilitar su ego para que pueda llegar a fortalecer su ser y cuida de que Profesor no ose actuar desde la soberbia de su saber. Stalker sabe algo que es lo que se halla en la profundidad de su sabiduría... A la habitación de los deseos sólo se puede llegar libre de deseos. Sobre todo del concepto de deseo como muy bien lo definió Freud en dos de sus acepciones, deseo como codicia (Wunsch) y deseo como anhelo (begierde). Stalker sabe que ante la habitación de los deseos sólo se puede llegar libre de codicia y de anhelo, libre de pasiones.
Stalker despoja a Escritor de toda defensa como ocurre antes de atrevesar la misteriosa puerta que se halla al final del túnel. Éste presa del miedo saca una pistola de su abrigo... y Stalker le conmina a dejarlo (¿A quién le va a disparar allí? - le grita -)... Un poco más tarde cuando pasa por el lugar donde el revólver esta en el suelo, Stalker lo hunde bajo el agua encharcada en el túnel...
Las armas son instrumentos nefastos,
odiados por todos los seres.
Quien posee un recto SENTIDO
no quiere saber nada de ellas.
[...]
Las armas son instrumentos nefastos
que no convienen al noble.
Sólo las usa cuando no queda más remedio.
Sobre todas las cosas aprecia la calma y la paz. [9]
En la sala de arena |
El verano ya ha pasado
como si no hubiera habido.
Aun hay calor en lugares soleados
pero eso poco ha sido.
Todo aquello, que cumplirse ha podido,
como una hoja de arce
en mis manos ha caído,
pero eso poco ha sido.
El mal y el bien de la gente
en vano no han desaparecido,
todo ha ardido claramente,
pero eso poco ha sido.
La vida me ha protegido de la muerte,
me ha dado abrigo y me ha defendido,
en verdad que he tenido suerte,
pero eso poco ha sido.
Las ramas no se han rajado,
las hojas no han ardido.
El día, como crisal, fue lavado,
pero eso poco ha sido.
"Pero eso poco ha sido". ¿No es acaso esto el problema del ser humano con el deseo y la realidad? Al ser humano parece que nunca le baste con lo que la vida le ofrece. Como ya dijimos, presa del deseo que se apega a la codicia y el anhelo, el ser humano vive la vida como si algo se le hubiera perdido. Nada nunca parece ser suficiente y una adicción a la instisfacción embarga su propia vida tras la búsqueda de ese "algo" perdido. Parece como si Stalker pusiera en todo este trayecto incidencia en la futilidad del deseo humano y la falacia de ese "algo" perdido... ¿Por qué dirigirse entonces hacia la habitación de los deseos? Antes de llegar a esta habitación y tras una escena donde siguen ocurriendo cosas extrañas como un teléfono que suena entre las ruinas o una bombilla de luz que emite un fuerte resplandor y luego se apaga, Tarkovsky nos ofrece una nueva imagen (dos cadáveres uno frente al otro de los que surge un tallo con sus hojas elevándose hacia arriba) que puede traducirse como "algo debe morir para que la vida continue" o en términos psíquicos "algo debe morir (del yo) para que el camino del ser continue".
III. EN LA ANTESALA DE LA HABITACIÓN DE LOS DESEOS: Sobre la naturaleza del deseo.
Se muy bien que se van a enojar... pero debo decirles que nosotros... nos encontramos en el umbral. Este es el momento más importante de nuestra vida. Ustedes deben saber que aquí se cumple su deseo más recóndito. ¡El más sincero! ¡El más sufrido! No hay que decir nada. Concentrarse y tratar de recordar toda su vida. Cuando el hombre piensa en el pasado él se hace benévolo. Lo principal... lo principal... ¡es creer! Ahora entren...
En el umbral de la habitación de los deseos |
¿Cúal es nuestro deseo más recóndito? ¿Cuál es nuestro deseo más sincero? ¿Cual el más sufrido? ¿Por qué recordar la vida para ponerse benévolo? Recordemos que se dice benévolo (bene: bueno; volo: voluntad)del hombre de buena voluntad, de aquel que desarrolla la comprensión y la simpatía hacia las otras personas. También benévolo se aplica al ser humano que se entrega sin esperar nada a cambio, que hace o actua por su voluntad, y no obligación, con un fin u objetivo bueno. ¿Por qué Stalker parece indicar que la benevolencia es importante al entrar en la habitación de los deseos?
Quizá para ello es necesario recorrer un poco el final de la película. Escritor y Profesor renuncian finalmente a la posibilidad de entrar en esa habitación. Ambos, presa de la desconfianza y el miedo, el primero menospreciando y denigrando a Stalker, temiendo ese aspecto recóndito del deseo que puede cumplirse; el Profesor a través de la lectura que hace del lugar queriendo destruirlo con una mini bomba atómica (que llevaba oculta en la mochila) bajo pensamientos del tipo: ¿Imaginan a Hitler en esa habitación? El miedo que Escritor manifiesta, así como el de Profesor, a pesar de sus diferencias, coinciden en un punto: que se manifieste el deseo como codicia o como anhelo. La habitación de los deseos pone de relieve nuestra verdad psíquica, aquello que nuestros deseos más recónditos también dice que somos, o como dice Escritor:
Aquí se cumple lo que corresponde a tu ente, a tu esencia, de la que no tienes ni siquiere una idea. ¡Más ella está dentro de tí, controlando toda tu vida! [...] Mientras que la conciencia y los tormentos del alma no existen.
En su documental Zizek dice:
El contraste entre Solaris y Stalker es claro. En Solaris , tenemos la máquina del ello, un objeto que realiza nustras pesadillas, deseos, miedos, aun antes que uno pida por ellos. En Stalker es lo opuesto, una zona donde sus deseos más profundos son realizados, pero con la condición de que uno esta apto para formularlos. Es claro que nunca se está apto para formularlos.
Y es aquí, en este momento, cuando las palabras de Stalker adquieren sentido, cuando la benevolencia que él reclama es la pista... En la visión de Tarkovsky este enfrentamiento con la habitación de los deseos, éste reclamo de benevolencia para entar en ella, quizá tiene que ver con la capacidad para sostener y "ver" nuestra realidad psíquica que va mucho más allá de aquello que creemos que somos. ¿No es acaso esto lo que hacen en muchas ocasiones los sueños, mostrarnos aquello que también somos, pero que nuestro yo se niega a aceptar o simplemente lo ignora? ¿No es por eso que la consciencia ordinaria mantiene habitualmente tanta resistencia hacia ellos: a recordarlos primero, a mantenerlos en la consciencia luego, a intentar "ver" lo que su metáfora dice de nosotros? La benevolencia es posible cuando la acompaña la compasión. Cuando nuestra mirada puede enfrentarse a nuestros deseos más recónditos sin asustarse. Cuando estos responden a nuestra esencia más narcisista: codicia y anhelo. Pero la cuestión final es: ¿son estos de verdad nuestros deseos más recónditos?
IV. EN EL CAMINO: ESPERANZA, AMOR Y DESEO.
Simplificaré desafortunadamente mucho el final de Stalker y los múltiples detalles dignos de atención. Después de la escena de la lluvia, en la que los tres viajeros acaban sentados juntos contemplando la lluvia, la escena se traslada ya fuera de la zona, en la misma taberna de la que partieron... La mujer de Stalker y Monita, su hija, viene a recogerlo y Profesor y Escritor lo observan. En su expresión se nota que algo ha cambiado, que algo de ellos ya ha vuelto distinto del viaje.
Tras volver del viaje |
¿Cuál es el deseo más recóndito? ¿Cuál el más sincero? ¿Cúal el más sufrido? ¿Cuál el deseo al que finalmente por el miedo renuncian ambos viajeros? Kierkegaard decía que mirar hacia al pasado es necesario para andar hacia el futuro... Escritor, Profesor, renuncian a mirar a su pasado, renuncian a hallar la benevolencia, la mirada compasiva hacia ese pasado sin el que es imposible encaminarse al futuro, si bien su alma ya ha quedado tocada, la expresión de sus rostros, la mirada hacia la familia de Stalker así parece mostrárnoslo. Vaya así mi hipótesis... La habitación de los deseos refleja el miedo y la indignidad del ser humano hacia sí mismo disfrazados de soberbia egoica. La libertad intelectual o la libertad política que predican Escritor y Profesor no es más que la fachada que encubre sus miedos y el final rechazo que sienten por sí mismos... por eso no se consideran dignos de entrar en esa habitación, porque sólo consideran que ella les devolvera ese deseo codicioso o anhelante que se oculta en ellos... La mujer de Stalker, sin embargo, nos da el tesoro que es a le vez el más recóndito, el más sincero, el más sufrido: EL DESEO DE SER DIGNO DE AMOR.El amor que ella le da a Stalker que a su vez manifiesta un deseo que aun quizá sea más profundo: EL DESEO DE PODER AMAR. Y es así que el amor matiza el deseo y lo hace menos codicioso y menos anhelante, lo armoniza más con la vida y la hace suficiente. La mujer de Stalker, la más sencilla entre todos es la que sencillamente nos ofrece el tesoro, la esperanza del ser humano: el amor, del que finalmente Zizek, en unas bellas palabras con las que finalizaré la entrada, nos dice:
… lo esencial de la afirmación de que incluso si llegara a tener todo el conocimiento, sin amor no sería nada, no es meramente que con amor, sea algo. Con amor, también soy nada, si así puede decirse, una nada humildemente consciente de sí, una nada que se enriquece por paradoja por el conocimiento mismo de su carencia. Sólo un ser menesteroso, vulnerable es capaz de amor: el misterio final del amor es así que la falta de completitud es en cierto sentido más alta que la completitud. Por un lado, sólo un ser imperfecto, menesteroso, ama: amamos porque no sabemos todo. [9]
La escena final de la película nos muestra a Monita leyendo y a su voz en off recitando un poema de Fiodor Tiutchev que no hace más que dar vueltas a todo este temática:
Amo tus ojos mi adorada,
con sus fascinantes centelleos,
cuando los alzas de forma inesperada,
y como un relámpago celestial
lanzas alrededor tu mirada.
Pero hay otro encanto aun más intenso:
cuando los ojos bajas pudorosa
en los minutos de un beso apasionado,
y a través de tus pestañas hermosas
sale el fuego de tu ardiente deseo.
Y así la naturaleza del camino de un ser humano es el largo camino hacia el amor y la libertad, un camino sin fin...
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[1] Mengs, Antonio. Stalker, de Andrei Tarkovsky. Libros de cine Rialp, pág. 91
[2] Cardona, Jaume. Sobre el poder de las imágenes del inconsciente.
[3] Skakov, Nariman. The cinema of Tarkovski. I. B. Tauris. London. pág. 147. La traducción es mía.
[4] Ver nota 1, pág. 90
[5] Cioran, E. M. Breviario de podredumbre. Punto de lectura, pág. 35
[6] Ídem anterior, pág. 49
[7] Tzé, Lao. Tao te King (Versión de Richard Wilhem). Editorial Sirio. Capítulo 3
[8] Tzé, Lao. Tao the King (versión de Stephen Mitchell). Gaia Ediciones.
[9] Slavoj Zizek. El frágil absoluto. Editorial Pre-textos, nro. 579, pág. 190 y 191
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[3] Skakov, Nariman. The cinema of Tarkovski. I. B. Tauris. London. pág. 147. La traducción es mía.
[4] Ver nota 1, pág. 90
[5] Cioran, E. M. Breviario de podredumbre. Punto de lectura, pág. 35
[6] Ídem anterior, pág. 49
[7] Tzé, Lao. Tao te King (Versión de Richard Wilhem). Editorial Sirio. Capítulo 3
[8] Tzé, Lao. Tao the King (versión de Stephen Mitchell). Gaia Ediciones.
[9] Slavoj Zizek. El frágil absoluto. Editorial Pre-textos, nro. 579, pág. 190 y 191
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