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En cierta ocasión un periodista preguntó a un millonario mientras éste disfrutaba de una vida placentera en su yate, cuál era el sentido de la existencia. No dudó ni un momento en su respuesta: “ninguno, la vida no tiene ningún sentido en absoluto“.
No deja de sorprender que alguien con una vida tan cómoda diera una respuesta como esa. Desde luego poca duda había de que él mismo tenía como único propósito en la vida disfrutar de sus privilegiadas circunstancias.
Pero hay que decir que no ha sido siempre así en el caso de otras personas con un estatus parecido. Eran conscientes de que pertenecían a buenas familias, pero no se conformaban con el simple disfrute de la vida. Lo que más deseaban era poder saber más sobre el vivir humano, sobre cómo mejorarlo, sobre esta existencia, pero sobre todo entender el sentido de ella.
Hasta cierto grado ese fue el caso de Aldous Huxley (1894-1963), novelista, ensayista, crítico y poeta inglés. Se le considera uno de los principales representantes del pensamiento moderno. Perteneció a una familia británica en la que varios de sus miembros destacaron en campos como la ciencia, la medicina, el arte y la literatura. Algunos miembros de su familia también ocuparon puestos de relevancia en el servicio público británico.
Huxley fue en autor muy prolífico y de una gran inquietud intelectual. Con su pensamiento quiso sobre todo aportar al mundo aspectos que le fueran de beneficio. Escribió novelas, ensayos, relatos cortos, poesías, libros de viaje y guiones. Pero también escribió varios libros relacionados con temas espirituales, en los que estuvo muy interesado durante toda su vida. Tenía la intención de estudiar medicina, pero debido a su deficiente visión en uno de los ojos, se graduó en Oxford en literatura inglesa (1915).
Desarrolló una gran fuerza de voluntad debido a que desde muy joven ya conoció la adversidad en forma de enfermedad y la pérdida de familia muy cercana a él. Pero la escritura fue siempre su gran recurso. Publicó poesía, cuentos, novelas, críticas dramáticas y ensayos. A lo largo de su vida y debido a una constante curiosidad intelectual por casi todo, llegó a escribir sobre infinidad de temas y campos como el arte, la música, la literatura, la historia, la psicología, la pedagogía, la política, la ciencia y un largo etcétera. Bertrand Russell decía que cuando se hablaba con él se sabía muy bien qué tomo de la Encyclopedia Británnica se había leído, fuera el tema que fuera.
Huxley fue también un viajero incansable, lo que hizo que llegara a escribir numerosos libros de viajes. Tanto él como su esposa viajaron por infinidad de lugares a lo largo de los años como Italia, España, Túnez, Egipto, Grecia, India, Singapur, Malasia, Filipinas, Japón, Estados Unidos, Brasil, México, América Central, etc.
En 1932 Aldous escribe en cuatro meses la obra que lo haría famoso: Un mundo feliz (Brave New World), novela que ofrece una visión pesimista del futuro del mundo. La importancia del libro en la vida de Huxley lo lleva a escribir más adelante un libro de ensayos y consideraciones parecidas, Nueva visita a un mundo feliz (Return to Brave New World), donde aborda las cuestiones que le llevaron a escribir su primera novela futurista.
Interés por lo espiritual
Aunque sus escritos de los años veinte muestran a un Huxley mordaz y escéptico frente a la religión (incluso se burlaba abiertamente), a lo largo de los años siguientes su actitud empezó a remitir y el germen místico fue madurando. Aldous comienza a sentir una gran inquietud por lo espiritual, una necesidad que le impulsa a escribir en 1936 una de sus obras más íntimas y personales, Ciego en Gaza (Eyeless in Gaza). Con esta obra concluye su época de escepticismo y surge un interés creciente por el misticismo, algo que lo acompañará el resto de su vida.
Con respecto a los conflictos bélicos, Huxley mantuvo una posición pacifista. También llegó a interesarse por la literatura mística de la India y le encantaba pasear por lugares desiertos para poder meditar. Quizá por eso suele decirse que los mejores escritos reflexivos surgen desde la más profunda soledad. Por eso escribió también la novela, El tiempo debe detenerse (Time Must Have a Stop, 1944), inspirada en una de sus lecturas preferidas, el Libro tibetano de los muertos, y una antología comentada de textos místicos de todos los tiempos, obra básica e imprescindible para poder entender el misticismo existente en todas las religiones y lo más sagrado del ser humano, La filosofía perenne (The Perennial Philosophy, 1945). Su interés por lo místico no cesa.
El 12 de febero de 1955 muere su esposa Marie de un cáncer de hígado. Aldous permanece a su lado hasta el último momento. Los dos meses posteriores serán para él de una enorme tristeza y los pasa en completa soledad. Por si fuera poco, un incendio el 12 de mayo de 1961 destruye completamente su casa en Hollywood, y pierde todas sus pertenencias y recuerdos, así como el manuscrito de su última novela, (La isla, 1962), en la que llevaba trabajando cinco años.
En 1963 es recibido por Juan XXIII. Muere finalmente el 22 de noviembre de 1963 a los sesenta y nueve años, casualidad de casualidades, el mismo día del asesinato de John F. Kennedy y del fallecimiento de C. S. Lewis. Por expreso deseo suyo, poco antes de morir, se le lee al oído el Libro Tibetano de los Muertos, obra que había sido para él siempre fuente de consuelo espiritual.
La inquietud por saber, por conocer y por comprender el sentido de esta existencia es propio del ser humano. Las circunstancias de una persona a otra podrán ser diferentes, en algunos casos muy difíciles. Pero la curiosidad por saber, por entender, de un modo u otro la tenemos todos. Con su trayectoria de vida y todo el conocimiento enciclopédico que acumuló, Aldous Huxley quiso ayudar para que el mundo fuera un lugar mejor donde vivir. Si la verdad se encontraba en el fondo de un pozo lleno de barro, él estaba dispuesto a descender por él. Pero además siempre mantuvo abierta la puerta a lo trascendente como respuesta total al anhelo vital de su corazón.
Algo de su pensamiento
“Mi preocupación por el asunto del misticismo -un interés en parte negativo y en parte positivo- data de los tiempos de mi juventud… el interés negativo se tornó positivo, no a resultas de un solo suceso, sino más bien porque todo lo demás -el arte, la ciencia, la literatura, los placeres del pensamiento y de las sensaciones- terminaron por parecer, tal como terminó por parecerle el patriotismo a la enfermera Cavell, ‘insuficiente’. Uno llega a un punto en el que se dice, incluso al pensar en Beethoven, al pensar en Shakespeare: ¿Eso es todo?” – Sobre la divinidad, Kairós 1999.
“El amor ahuyenta el miedo y, recíprocamente el miedo ahuyenta al amor. Y no sólo al amor el miedo expulsa; también a la inteligencia, la bondad, todo pensamiento de belleza y verdad, y sólo queda la desesperación muda; y al final, el miedo llega a expulsar del hombre la humanidad misma”.
“Nuestra sociedad occidental contemporánea, a pesar de su progreso material, intelectual y político, ayuda cada vez menos a la salud mental y tiende a socavar la seguridad interior, la felicidad, la razón y la capacidad para el amor del individuo; tiende a convertirlo en un autómata que paga su frustración como ser humano con trastornos mentales crecientes y una desesperación que se oculta bajo un frenético afán de trabajo y supuestos placeres.” – Aldous Huxley, 1894-1963, “Nueva visita a un mundo feliz”, 1958.
“El secreto de la genialidad es el de conservar el espíritu del niño hasta la vejez, lo cual quiere decir nunca perder el entusiasmo“.
“Una verdad sin interés puede ser eclipsada por una falsedad emocionante“.
“La verdadera virilidad significa una voluntad fuerte guiada por una conciencia delicada”.
“La eficacia de una propaganda política y religiosa depende esencialmente de los métodos empleados y no de la doctrina en sí. Las doctrinas pueden ser verdaderas o falsas, pueden ser sanas o perniciosas, eso no importa. Si el adoctrinamiento está bien conducido, prácticamente todo el mundo puede ser convertido a lo que sea”.
“Las doctrinas del nazi fascismo, el comunismo, el nacionalismo, etc., son manifestaciones idiotas; mas quienes creen en ellas logran caldear enormemente sus corazones a través de estas creencias; y esta excitación inmediata les hace olvidar los desastres a largo plazo que son la consecuencia inevitable de semejantes creencias”. – Escrito de 1940.
“Por muy lentamente que os parezca que pasan las horas, os parecerán cortas si pensáis que nunca más han de volver a pasar”.
“Después del silencio, lo que más se acerca a expresar lo inexpresable es la música”.
“La indiferencia es una forma de pereza, y la pereza es uno de los síntomas del desamor. Nadie es haragán con lo que ama”.
“Quizá la única lección que nos enseña la historia es que los seres humanos no aprendemos nada de las lecciones de la historia”.
“Si uno mismo no es sabio ni santo, lo mejor que puede hacer, en el campo de la metafísica, es estudiar las obras de los que lo fueron y que, por haber modificado su modo de ser meramente humano, fueron capaces de una clase y una cuantía de conocimientos más que meramente humanos.” -La filosofía perenne (The Perennial Philosophy, 1945).
Programa de la UNED en televisión española sobre Aldous Huxley:
Entrevista de Mike Wallace a Aldous Huxley, escritor del libro “Un mundo feliz”, en el que describe su visión de un mundo en el que viviríamos bajo una desafiante dictadura en la que todos nuestros actos y pensamientos son controlados. En la entrevista, Aldous Huxley afirma que ese mundo descrito en su libro estaría a la vuelta de la esquina…
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