Los diarios eróticos de Anaïs Nin


28/06/2017 - 
VALÈNCIA. Hubo un diario que escandalizó a todos aquellos que osaron leerlo. Estaba escrito por una mujer que empleaba su cuerpo y su inteligencia como una arma de construcción masiva. Fue una de las primeras mujeres en firmar con su propio nombre los relatos eróticos que protagonizaba. Con ellos hacía vibrar a las mentes más excelsas de un país, incluso era capaz de conseguir que un matrimonio le deseara a ella, al mismo tiempo, con las mismas ganas. Esa mujer se llamaba Anaïs Nin y la diéresis que se aloja en su nombre no es lo único exótico que poseía. Sus Diarios amorosos –compuestos por Incesto (1932-1934) y Fuego (1934-1937)- están publicados en la editorial Siruela. Tal y como escribe Rupert Pole –albacea del legado de Nin- en la introducción al libro, “el diario fue su confidente último y lo escribió ininterrumpidamente entre 1914 y 1977”. Esto se traduce en decenas de miles de páginas que esta mujer apasionada y explosiva escribió a lo largo de más de seis décadas. 
23 de octubre, 1932
June, sin seguridad interior, solo puede mostrar su grandeza mediante su poder destructivo. Henry, hasta que me conoció, solo podía afirmar su grandeza en sus ataques a June. Se devoraban mutuamente: él la caricaturizaba; ella lo debilitaba al protegerlo. Y cuando han logrado destruirse, matarse, Henry llora la muerte de June y June llora porque Henry ya no es un dios y necesita un dios para quien vivir.
Anaïs Nin fue la protagonista de uno de los triángulos amorosos más famosos de la historia de la literatura. Henry Miller, famoso escritor norteamericano, dejó a su primera esposa e hijos tras conocer a la bailarina June Mansfield (o Miller). Al poco tiempo de conocerse, en 1924, se casan. La relación era tormentosa y en un arrebato provocado por la pasión pero también por la imposibilidad de escribir, Miller decide irse sólo a Europa. En la década de los 30 llega a París para hacerse sitio entre los famosos escritores e intelectuales del momento. Durante aquel tiempo, Henry apenas se comunica con June. En diciembre de 1931, Mansfield visita a su marido. Éste aprovecha la ocasión para presentarle a su nueva amiga, una joven escritora llamada Anaïs que con sólo 19 años había contraído matrimonio con el banquero Hugh Guiler. El primer encuentro entre Miller y Nin se produce en ese año 1931 cuando el primero tiene 40 años y la segunda apenas 28. Los diarios recogen las sensaciones de Nin tras esa primera conversación en la que salen a relucir temas relacionados con la literatura, por supuesto, pero también con la filosofía o la literatura. Pronto se convertirán en amantes. Un año después, en 1932, June vuelve a París y es entonces cuando comienza la relación entre June y Anaïs. ¿Cómo comenzó tal atracción fatal?
Tambaleante mi poder como artista, ¿qué otro poder me queda? Mi estímulo natural, mi vitalidad, mi verdadera imaginación, mi salud, mi vida creativa. ¿Y qué hará June con ellas? Drogarlas. June me ofrece muerte y destrucción. June me hechiza –habla con su rostro, sus caricias, me seduce, usa el amor que siento por ella para la destrucción–
Para Anaïs, June se convirtió en una obsesión, casi una extensión de su otra pasión, Henry. Para el matrimonio, por su parte, Nin era algo exótico que oxigenaba su relación. Los celos entre los tres, naturalmente, se despliegan en todas la páginas del diario, de manera que las combinaciones entre los tres se vuelven delirantes. 
Ha venido Henry y, al principio, hemos estado tensos. Luego ha querido besarme y no se lo he permitido. No, no podía soportarlo. No, no debía tocarme, me habría herido. Le sorprendió. Me resistí. Me dijo que me deseaba más que nunca, que June se había convertido en una extraña, que las dos primeras noches con ella no había sentido ninguna pasión. Que, desde entonces, era como estar con una puta.
Quizás la más notable de estas relaciones es la que se refiere a la condición de artistas de sus tres miembros: Henry, June y Anaïs. 
Yo he magnificado a Henry. Puedo hacer de él un Dostoyevski. Le infundo fortaleza. Soy consciente de mi poder, pero mi poder es femenino; exige combatir pero no vencer. Mi poder es también el del artista, de modo que no necesito la obra de Henry para magnificarme. No necesito que me alabe y, como soy artista antes que nada, puedo conservar mi yo –mi yo de mujer– en segundo término. No bloquea su trabajo. Doy sostén al artista que hay en él. June no quiere solo un artista, quiere también un amante y un esclavo.
La primera parte de estos diarios, bajo el título de Incesto, relatan la relación de Nin con su padre. Un vínculo que, de nuevo, se vuelve estrictamente erótico. Anaïs Nin es el nombre que tomó Ángela Anaïs Juana Antolina Rosa Edelmira Nin Culmell, hija del pianista cubano-español Joaquín Nin y de una cantante de ópera cubano-danesa. Cuando la pequeña Anaïs tenía 11 años, su padre las abandonó. Veinte años después se encontraron y la relación se convirtió perturbadora e incestuosa. Así lo relata Nin en sus diarios:
En el momento de amar, la cara se exalta, se transforma completamente, femeninda, jubilosa (aunque nunca se distorsiona) por el erotismo, una alegría luminosa, un éxtasis, la boda abierta.
Cuando vuelvo a mi cuarto para coger una foto, Padre me sigue y permanecemos pegados el uno al otro, sin atrevernos a besarnos, sólo cuerpo con cuerpo. 
Nin jamás dejó a su esposo banquero que le permitía todo tipo de escarceos, no sólo con el matrimonio de June y Henry, también con otros hombres que aparecen en el diario como Allendy. No en vano, Nin estaba convencida de que el mayor gozo era la intimidad, la totalidad, la pasión absoluta. Ella misma se cuestionaba a menudo para saber en qué consistía su propio misterio:
¿Cuántas intimidades hay en el mundo para una mujer como yo? ¿Soy una unidad? ¿Un monstruo? ¿Soy una mujer? ¿Qué me lleva a Allendy? La pasión por la abstracción, la sabiduría, el equilibrio, la fuerza. ¿A Henry? La pasión, la vida ardiente y desmedida, el desequilibrio del artista, la fusión y la fluidez de los creadores. Siempre dos hombres: el que es y el que ha de ser, siempre el momento alcanzado y el momento siguiente, adivinado demasiado pronto. Demasiada lucidez.
Poco a poco, la escritora de diarios se convierte en escritora en mayúsculas que no sabe de qué modo vivir su propia vida:
Soy una escritora de páginas fantásticas, pero no sé cómo vivirlas.

Diciembre de 1934

Nuevos amantes. Con toda Nueva York apuntando hacia arriba, a clímax, a lo más intenso.Nueva York, el gigantesco y luminoso juguete de bisagras bien engrasadas. En nuestras manos, en sus manos nerviosa y rápìdas. Tengo una idea y, con nuevo y repentino ritmo, empezamos a nadar: réplicas, respuestas, contestaciones, interacción ... mi mundo compartido.
Conocía la identidad del sentimiento, pero no la identidad del pensamiento. El amor de lo entretejido, de la complejidad, por el amor del desenredo.
Me lee Huckleberry Finn. La liberación del negro, subrayando el espíritu aventurero.Lo absurdo en la literatura. Las adiciones, las complicaciones, lo tortuoso. Encontramos allí nuestro" escudo de armas", el espíritu del juego, las creaciones, las invenciones.
Una de las primeras cosas que me llevó a ver fue la "puerta mágica" [en la estación de Pennsylvania]. Toda de metal, se abre cuando tu sombra la toca. Le gustó ver como me deslizaba a través de ella.

No he conocido nunca una alegría parecida. Vivo continuamente en la fantasía, aunque también en la realidad humana, Mis instintos se han apaciguado. No hay control, rebelión, disgusto ni conflicto. Y mi imaginación es libre. Soy yo misma. Su fe me da alas.
En un día claro y soleado me llevó a Empire State Building.
Para que fuera consciente de Nueva York, porque es nuestra ciudad y encaja con nuestro talante, y también para que la poseyera completamente. Sin intimidar, insolentemente amistosa, la complicidad de Nueva York propicia nuestros placeres y alegrías. Su acústica es buena para la risa.
El Teatro. Era deficiente y empezamos a reelaborarlo de muchas maneras. Yo dije "escríbelo". Reescribimos las obras. Nos inventamos la obra. Y mencioné mi admiración por Ferdinand Bruckner.Coincidencia. Alguien ha escrito en un periódico de Viena que creía que Bruckner era el seudónimo de Rank. ^Por eso puse a Rank el apodo "el dramaturgo".
Nos sentamos impacientes ante el telón que se levantaba.sólo ahora el mundo mágico no está detrás del telón.Se ha extendido en una vasta sinfonía:nuestras charlas, nuestras ideas, nuestro amor, su trabajo, en todos los niveles a la vez, como siempre he deseado vivir.Vivir en cada célula. Desplegando miles de identidades nuevas.
Broadway.Baño de electricidad.Sinfonía de celofán.Luminosa transparencia sobre todos los objetos.Textura irreal.
Desayuno en el lúgubre restaurante del hotel.Le digo lo más importante de las noticias del día.Es decir, yuxtaposiciones humorísticas en frases cortadas y dispuestas de un modo inesperado, con un efecto hilarante.Lo escribo en un papel y lo paso por debajo de la puerta mientras analizaba a un paciente.Tan pronto como éste se va, lo lee. Viene riendo a mi habitación.

Con él he descubierto la zona del humor, nacido de la conmoción del viaje. Un viaje es como lanzar los dados.Los días son aquí claros y soleados. Una siente que cada día es nuevo. la poesía del movimiento suave, no todos tus deseos se cumplen, no todas sus necesidades se adivinan y satisfacen.
No me atrevo a mirar a las personas demasiado de cerca. Parecen un poco deficientes.También son de celofán, una especie de perpetua mañana navideña.No lo sé.Estoy realmente enamorada de Él y de los edificios, granito, electricidad, 6.400 ventanas, survoltajepresión, calles y multitudes. No escucho a los americanos. Juego con Él en la ciudad del mañana.! Una buena acústica para la risa.
Mi barco batió la marca de velocidad en la travesía a Nueva York. Era de noche y no de mañana cuando llegué-cosa muy adecuada, porque ahora la noche es para mí el comienzo y la raíz de todos los días-. Tocaba una banda y los rascacielos parpadeaban con un millón de ojos aparentemente suspendidos en el aire oscuro. Y un hombre susurraba "Escucha, dulzura, eres maravillosa, te quiero,escúchame, dulzura, te quiero. Dulzura, eres maravillosa. ? No es grande, dulzura, llegar a Nueva York, mientras hago el amor contigo? ¿ verdad que no me engañarás, que no me olvidarás, dulzura?Me gusta tu pelo, dulzura. Escúchame".
-La música suena demasiado fuerte-dije-.Sólo puedo oír la música.
Pero buscaba a Otto Rank, al otro; miraba las luces, la ciudad babilónica, los muelles, la gente, no la palabra "dulzura", sino la palabra "querida", unos ojos brillantes como el charol, con un amor más alto que los rascacielos, un amor incrustado de un millón de ojos, de ventanas y lenguas.
Sus ojos.
-!Oh, querida!.
Pero era un sueño.Estábamos envueltos en algodón, en hilos de seda, en telas de araña, en musgo, en niebla, en el mar, el sabor de una distancia que ha de aniquilarse.
Mi habitación.Que, dice él, ha sido su sala de espera. Las risas empiezan a florecer y a tintinear como una hucha llena de monedas. Las hemos ido ahorrando, céntimo a céntimo, para gastarlas hoy.Es lo que iba a ser la textura, el perfume y el color de nuestra alianza: el humor y una risa largo tiempo ahorrada.
Muy lentamente, con manos, lenguas y bocas, nos desenvolvemos y nos desanudamos, como regalos abiertos para ser vistos. Volvimos a darnos nacimiento el uno al otro, como cuerpos separados que gozan con la colisión. Ya no éramos los amantes de París, cuyas caricias no podían prolongarse indefinidamente en el espacio, sino la vida de todos los días, los movimientos y los actos de todos los días.
He encontrado a la persona con quien puedo representar mi papel, hacer realmente mi papel de mujer;representarlo todo con mi cabeza o mi cuerpo al ritmo de la sangre. No la representación de las ideas, donde el instinto se rebela contra la comprensión. Dice : "tengo una idea". E inventa, crea-fantástica y mágicamente-la vida. Cada detalle de la vida.
No estoy sola haciendo retoques. Él salta, dirige, comprende. Es más hábil en la comprensión, más diestro en los detalles; puede ser criminal o puede ser detective. Huckleberry Finny Tom Sawyer, Don Quijote, June y Louise, o el Dr.Rank analizando en su extraña manera, la cual genera su propia entidad, nacida en nuestro amor.

26 de Enero de 1935

Henry llega en el barco varado por la niebla, con retraso, avanzando lentamente. Un hombre cambiado, un hombre tembloroso, pero entero, resuelto,despierto. ha escrito : "Miedo, miedo, he sido presa del miedo.El gran miedo de perderte.El miedo de no haber vivido según la imagen que tienes de mí.Casi me ha destruido.He estado tan cerca de perderme que temí volverme loco".
Tan pronto como lo beso, sé que lo amo con un instinto ciego que sobrepasa la razón, aún con todos sus defectos. A pesar de todo, parece nuevo, fuerte, diferente. Sí. Y Rank, el analista, interpreta : "Cambió porque te perdió, sólo cambió por eso, pero nada puede cambiar en vuestra relación.Es demasiado tarde".

Demasiado tarde para cambios, demasiado tarde quizá para explicaciones y tejidos ideológicos, pero el amor continúa, ciego a las leyes y sordo a las advertencias, e incluso a la prudencia y a los temores. Y sea lo que sea ese amor, quizá la ilusión de un nuevo amor, lo necesito, no lo puedo resistir, todo mi ser se funden en un sólo beso, mi conocimiento se funde, mis miedos se funden, mi sangre baila y mis piernas se abren. Henry. Su boca. Sus manos. Todo él, su conciencia.Está lleno de mí ahora, lleno de mí, consciente.Lo llevo ala pequeña habitación que Rank y yo elegimos y quisimos emplear para bailar.La radio estaba puesta. Había flores, pequeños regalos, libros, revistas. Era pequeña, cálida, encendida. Henry estaba aturdido, aturdido, pero enteramente vivo, vivo de dolor y de celos, haciendo preguntas, besándome. Nos metimos en la cama. Todo como antes, pero nuevo. Cómo entra en mi ser por todos los poros y células, con su voz, sus ojos azules, su piel, con todo.
Una invasión.Leí la carta que me escribió en el barco. habló desordenadamente de que no quería que yo trabajara más, de querer protegerme, casarse conmigo, alejarme definitivamente de todo el mundo. Lloramos de alegría. "Oh AnisAnisAnis, te necesito más de lo que nunca he necesitado un ser humano. Te necesito como a la vida misma".
Yo estaba llorando, negando una traición, llorando por una vida que no entendía, porque después de haber herido a Henry, de haberlo dejado,de torturarlo, me amaba mucho más, me amaba locamente, y yo recibía mucho más que June -su cuerpo, su alma, su creación -. Ahora odiaba lo que había escrito, los sacrificios que hizo para escribir, odiaba haber dejado que yo hiciera de puta para él, tal como lo hizo con June.
A pesar de todo esto, tuve el valor de irme, de decirle que estaba con la familia de Hugh para calmar sus dudas y evitar que viniera. Me fui a medianochepreguntándome temerosa cómo me sentiría con Huck y si volvería a sentirme dividida y destrozada como antes.

7 de Enero de 1935

Henry en el mar.Viene con palabras de amor grande y eterno.Le envío un radiograma: " Has vuelto a subir al barco mágico".
Bailé para huckespontáneamente,vestida de española, y se emocionó porque dijo que yo era su creación, bailando, y también que era su baile dentro de mí.
Llamadas telefónias.flores.Rosas rojas, cortejo, halagos, adulación.Claveles.Henry sufre porque ahora es real. Nuestro amor se ha hecho real para él. Compro cigarrillos, revistas, pequeñas cosas, ropa, para su habitación, la 703 [en el Barbizon Plaza].Le preparo la habitación.La preparo para envolverlo. En su última carta me súplica: " sé tierna conmigo, sé amorosa, te necesito tanto. Me he entregado a ti". Este nuevo amor para mí, para el Mí que se aleja, que lo olvidó, que ha sido cruel: lo necesito. Me he convertido en June. Él emplea las mismas frases, pero suenan más sinceras. Sufrimiento. Sufrimiento auténtico. Lágrimas auténticas.
Hugh, también, corre tras el freu follettras una quimera.Obsesionado, solícito, insistente.
El núcleo de mi vida pasar por uan situación trágica y profunda que no puedo arrastrar. No puedo abandonar a Hugh. No puedo herir a Henry. No puedo herir a Huck. Pertenezco a todos ellos. Pienso en orquídeas. Envío a [mi hermano] Joaquín un telegrama porque esta noche da un concierto en La Habana. Escribo a Madre, que está en Mallorca.
Erskine telefoneó una hora después de ver a Joaquín y saber que estoy aquí.No le contesté. Dejé una nota diciendo que me iba. Me lo he quitado de encima.
El núcleo: Henry, mi Henry. Loco, como Knut Hamsun, falso, lleno de literatura y falto de comprensión. Henry.
HuckHuck, de sentimientos tan sinceros y profundos, tan profundo en sus pensamientos, riendo y llorando.
Nada de tragedias.No queremos una tragedia. Ojalá pudiera continuar con las mentiras, las ilusiones, oh, las mentiras a Hugh, que no todas son mentiras. Cuando recibí sus rosas rojas la noche de Año Nuevo, las odié, pero me sentí conmovida.
Conmovida.guardé una bajo la almohada. Lazos inalterables. Lazos indisolubles. Sólo puedo añadir, crecer. No puedo romper, disolver, alejar.
Orquídeas.Mi paciente, la señorita X, la bailarina. Burla de la neurosis. Como una partida de ajedrez. Huck viene a verme entre las visitas a sus pacientes, siempre corriendo. Nuestro día de tiendas. Ropa interior de tul negro y zapatillas de bailarina. Nuestras charlas. Nuestro cuento de hadas. Nuestras creaciones. Demasiado bellas, demasiado frágiles, dice él. Demasiado sutil. Almas gemelas. Impulsividad, emoción. Abandono, absolutismo. Damos, damos. Huck me devuelve todo lo que alguna vez di. Todo. Dado, envuelto, adorado. "Te adoro". Pero somos humanos, el uno para el otro. Él es Huck y yo soy Puck, no dioses.
Dice que soy tan sincera de sentimientos. Las mentiras están solamente en la cabeza. Los sentimientos están en el diario. En éste apenas me refiero a las mentiras. Sólo me importa el sentimiento. Allí nunca miento. Sólo miento a los demás.
Henry en el mar. Tengo que preparar la habitación. Tengo que atraerlo de nuevo a mis brazos. No sé por qué.
Cuando Huck y yo nos fuimos a New Haven, me puse enferma. Tan enferma como cuando abandoné a mi padre para encontrarme con Henry en Avignon.

3 de enero de 1935

Una sensibilidad y una intuición extraordinaria.No puedo ocultarle nada.Puede leer cada matiz de mis estados de ánimo.Llora con facilidad, ríe.Oh,estar vivo, estar vivo.Lloro y río.Es maravilloso.

La vida es una vorágine vertiginosa.Rank me conquista con su comprensión, con su imaginación, que es infinita.Con su mente intrincada y deslumbrante; con Huck, el Huck que hay escondido dentro de Rank-pecoso, hogareño, harapiento, payaso, tallado groseramente-.Luego, Henry, despertando lentamente a mis supercherías, reveladas en mis cartas equivocadas,y despertando a su pasión por mí, sufriendo,escribiendo demencialmente,telegrafiando, tratándome como trató a June.Me convierto en June y entonces su amor por mí es omo fue su amor por June:pasión.Y siguen llegando las cartas enloquecidas, y los telegramas.Y Huck empieza a sufrir exactamente igual que yo sufría cuando me enamoré por primera vez de Henry, cuando aún estaba lleno de June y yo trataba de evitarlo, de ahorrarle mis confidencias, pero él no me evitaba.Pero no puedo engañar a Rank.hablamos y hablamos.Sabe todo, excepto que mi amor por Henry no ha muerto del todo, no morirá.Sabe todo, salvo que las cartas de amor de Henry me conmueven.Una vida loca.
Se despierta pronto, a las seis.No puede dormir por el asombro que lo embarga, que a mí me hace más humana, más hambrienta, más dormilona,más natural.Se despierta a las seis y viene a mi habitación.Amo ese momento en que viene a mis brazos.Es entonces Huck, no el Dr.Rank, un Huck natural, espontáneo, impulsivo, con los ojos brillantes, que repite su eterno " Tengo una idea".La luminosidad, la conciencia despierta que yo tenía por Henry, que estaba dormido.Ahora me siento muerta de sueño.Río con las nuevas travesuras de Huck, con sus ideas, pero vuelvo a caer dormida.Es inalcansable y esta alerta.Toma un baño.Siente como yo sentía cuando esperaba el despertar de Henry.También ha definido el sueño: "hija de la naturaleza.Perteneces a la noche.He de hacer que renuncies a la noche". Un universo perpetuamente intensificado, embellecido.Creí de verdad que eran sus ronquidos los que me mantenían despierta y que para poder dormir tenía que alejarme y encontrar otra razón.Dije que estaba tan pendiente de él que no podía dormir. Temió que fuera su exceso de amor, su atención obsesiva, su adoración abrumadora.Pasamos una noche infame.Creía que yo lo esquivaba porque me amaba demasiado.Es cierto que había encontrado extraño y espantoso este no poder esta nunca sola, después de haberme quejado de mi soledad.Imposible la soledad con este conocimiento atento, agudo y sensible allí, todo tentáculos, todo adivinación.
Telegramas:"Amor eterno, Henry".Cartas:"Anáis, telegrafía inmediatamente que eres mi mujer, que no me traicionas, que vivirás conmigo, que estaremos juntos...Estoy desesperado.Dime algo que me tranquilice...".Telegrama a Henry:"Soy tu mujer siempre.Henry.Pronto estaremos juntos.Trabajo para nuestra libertad.Ten confianza en mí."
Huck y yo empezamos un borrador, desordenado y divertido.Huck me da una casita de madera.Imprimo en la puerta:Huck y Puck-No molesten.Le doy a Huck unas zapatillas nuevas y con lo que quería gastarse en una máquina de escribir nueva para mí, le compro una radiogramola.Nos regalamos sobre todo engaños.Engaños y contraengaños.Recortes de periódicos, del New Yorker, tarjetas postales del acuarium.Inventamos, exageramos, hacemos juegos de palabras y bromas.Sin fin.DE pronto nos volvemos agudos, profundamente serios.Entonces él está agradecido, tartamudeando su agradecimiento por la vida que le doy, la vida humana, el baile, la alegría, la materialización, la concreción, la sensualidad.De espectador y analista pasa a ser actor.Un actor por entero.

Diciembre de 1934

La noche en que vi la actuación del American Ballet:otra claudicación, otra abdicación. No puedo subir a un escenario, siempre a causa de un hombre.! Actuaciones individuales, no colectivas!.Contemplé la danza con deleite, y con inquietud y desespero.Todo el arte, toda la danza, toda la imaginación entregada al amor, todo para amar, amar. Se volvía, giraba como un disco, y en el centro del escenario, como si no pudiera detenerse.La tocó otra mujer, la abrazó, y siguió girando. Rueda y tierra, estrellas y ciclos, girando, reloj y ruedas girando. Un hombre la abrazó y ella se detuvo. En ese momento me disolví en una tristeza inexplicable que Rank advirtió sin mirarme.
Al día siguiente le pregunté sobre su infancia. Y, de pronto, empezó a contarme historias interminables.Luego se interrumpió llorando: "Nadie me lo había preguntado antes.Todo el tiempo tengo que escuchar a los demás....". Habló del muchacho travieso y soñador.Hucklebery Finn.Su esposa sólo ha sido capaz de cuidar del chico enfermo, del mismo modo que Hugh cuidó de la niña enferma que hay en mí.Pero estábamos solos.No teníamos a nadie con quien jugar.El niño alegre, el niño con inventiva, el niño animoso y salvaje, estaba solo.
Aquella noche, en la habitación del hotel Hartford, descubrí definitivamente nuestra común identidad.Dice que pienso como él.Adivino lo que va a decir.Capto tan rápidamente los sentimientos, las emociones y, del mismo modo, el sentido del éxtasis, la extravagancia, la reacción rápida, la visión penetrante, la actitud ante el amor, la selectividad, lo imaginado,los papeles creados.
Cuanto más fantásticamente jugamos, más real se hace el amor. Y él toca todas las cosas con la magia del significado.Encontrar el significado no lo marchita como a otros. Y así conecta cuando nos sucede con su análisis, sintetizando, creando, intercambiando, dando. Escribe sus conferencias en el tren.En la habitación del hotel escribió notas sobre "Vida y representación".Nos disfrazamos para eso, él con mi quimono de terciopelo, yo con su sombrero y el cigarro puro (el sombreo lo vimos una noche en Broadway, un sombrero de Huckleberry Finn, y en seguida lo compramos), para que él pudiera penetrar en los sentimientos y la psicología femenina. Me senté a la máquina a escribir y anoté mis propias ideas en la cinta roja.
Los días anteriores los pasamos en nuestro mundo maravilloso.Revistas musicales de Gilbert y Sullivan, el American Ballet, un día en el hotel Hartford. Sus cartas, por la mañana temprano (sólo duermo en su cama los días de fiesta), se desliza bajo la puerta con una rana pequeñita.
Cartas llenas del entendimiento espantoso de mi persona. Las guardo bajo llave en una especie de nicho de mi mesa, que tiene una puertecita. Eso es el castillo. Más tarde le añade un pingüino más pequeño y una velita que ha robado de la casa de muñecas del Child Guidance Institud. (Quería traerme toda la casa. ! Se la pidió al sorprendido director!).
En la obra de Gilbert y Sullivan, el soldado sufre un calambre cuando trata de interpretar el papel de un poeta. Ahora sé que eso nunca me sucederá mientras esté con él.
Salgó y le envío la miniatura de un jardín japonés, con una casita y un puente.Nuestro jardín.Como un adelanto de cuando vayamos a ver El Mikado.Con una invitación de "Anita Aguilera" para que fuera a la habitación 703 del Barbizon Plaza,a las once, después de su conferencia.Envía una hermosa planta roja que esta noche extiende sus hojas mientras escucho blues en la radio.
Vino y se incorporó al espíritu teatral con su amor extraño y divino.Vino contando, como siempre,la magia realizada durante el día.

Diciembre de 1934

Se despierta a las cinco de la mañana, muy consciente;está excitado como yo lo estaba con Henry [Miller], incapaz de dormir a causa del milagro.Despierta apasionado, rebozante de ideas. Yo tengo más ganas de dormir, estoy más relajada.Como si hubiera disipado una cierta viveza. Gozo estando echada de espaldas, balanceándome, arrullada por la felicidad, tengo la sensación de que me está dando el nuevo amor, grandioso y penetrante, que yo le dí a Henry, el amor activo, el amor saltarín, inalcansable, muy despierto, en el cual yo descansaba como Henry descansaba en el mío. Sueño, duermo, recibo. Él está despierto, consciente, lleno de actividad, iniciativa e inspiración.
Harlem.Él no podía olvidarlo. Impaciente por volver.Soñaba con ello.Parecía como si nunca terminara el duro trabajo de el día.
Trabajaba en la habitación 905 [del hotel Adams], donde hay un salón y un dormitorio.Mi habitación está al lado de la suya y es como una sala de estar.
Pronto hablamos de la necesidad de que yo fuera a otro sitio.No quería otro ni siquiera fragmentarme otra vez.No.Pero no había otra solución.Volví a bromear sobre los dos cepillos de dientes. Resistí.Pero todo el tiempo pensaba que, si debía tener otra habitación, está tenía que estar en el hotel de Barbizon Plaza.Necesitaba ver el antiguo sitio con nuevos ojos, recordar a Jhon [Erskine] para asegurarme de que lo había olvidado.Rank me ayudo a tomar la decisión, en primer lugar por su carácter resuelto, pero también por la idea de que yo estuviera ocasionalmente en otro lugar que para él fuera nuevo, lejos de su despacho y del Dr.Rank. Busca escapar de ese papel tanto como yo trato de escapar de la señora de Hugh Guiler.
Fuimos juntos y elegimos la habitación más pequeña, tan ancha como la longitud de la cama, con una mesa diminuta y un escritorio, todo de color marrón rojizo, muy parecido al interior de una maleta o de un joyero.
Me trasladé parcialmente, lejos de Rank, el lunes siguiente a mi llegada.Decidimos que me ayudara en los detalles de mis juegos engañosos, porque él puede ser más preciso y más realista y porque dice que la mujer que hay en mí siempre deja una pista, necesita que la descubran, que la dominen, necesita perder.
Ahora, al atardecer, estoy sola en está habitación.Él tenía que asistir a una cena y no ha querido salir con nadie más. Necesitaba mi diario, porque, por primera vez, mi juego, el más hermoso de todos, se ha vuelto mi tragedia.Por error envíe una carta para Hugh a Henry, y otra para Henry a Hugh. (con el deseo de hacerles saber, de escapar, diría después Rank). A la misma hora que recibí el telegrama de Henry diciendo: "Anáis ten cuidado Hugh recibió primera carta con cheque en sobres cambiados olvida Bremen carta ahora Ok". Rank ha escrito entre dos análisis : "Se lo dice a todos, necesita que todos lo sepan.Secreto imposible".

Diciembre de 1934

Dije en una carta a Rank que no quería bailar;eso era actuar para el mundo.Preferí interpretar todos los papeles para él.
Empezamos en broma con "la secretaria". La secretaria no era tan buena al principio a causa de la maldición severa de su padre y su "tu n´as pas l´esprit scientifique". Por eso temblaba, se agitaba y cometía errores provocados por el pánico. pero cuando vió que había encabezado una carta con la fecha de salida del barco, él no sólo lo encontró divertido, sino que se sintió complacido.Mi cabeza estaba evidentemente en nuestra propia historia. La secretaria estaba sorprendida, conmovida y mágicamente afectada por la risa, la tolerancia y la ternura de él.Es decir, que se convirtió en una buena secretaria. Al día siguiente se mostró fría y empleó vigorosamente su capacidad de orden y rapidez en el trabajo bajo la hábil orientación de él.
La secretaria dejó su trabajo a las seis. Una hora más tarde estábamos en el restaurante intercambiando las más asombrosas respuestas y réplicas. Es como las maravillosas charlas, que una mantiene consigo mismo lamentando luego que no resulten tan brillantes en público.
Oleadas y oleadas de humor e ironía.
El teatro.
Broadway.Bebidas cremosas.Harlem.
Sentarse bajo las luces tenues con negros liberados.
Nunca imaginé que no supiera bailar.
Nunca imaginé que el Dr.Rank hubiera llevado una vida tan seria y no hubiera bailado nunca.Pero no es el Dr.Rank. Es un hombrecito cuya sangre puede palpitar locamente.
- Baila conmigo.
Hago que olvide su miedo y su torpeza.Sólo bailo.Al principio está rígido, tropieza, está fuera de lugar, perdido.Pero al final de aquel primer baile empezó a bailar.Mágico.Y la alegría que le produce.
-Un mundo nuevo... Oh, querida, me has introducido en un mundo completamente nuevo.
Me contagia su alegría.El primer paso de su baile con todo el sentido que yo le doy al baile.Y, alrededor de nosotros, los negros, salvajes, bailando salvajemente.Y él moviéndose despacio , torpemente, como si aprendiera a andar.
No le di instrucciones. Bailé y él bailó conmigo.Le asombraba mi alegría. Yo quería bailar con los negros, libre y salvajemente, secretamente, pero esto era tan extraño, llevarlo a una libertad casi onírica de movimientos, después de que él me diera la libertad de moverme para vivir.Devolviéndole, a cambio de todo cuanto me había dado, el placer, la música y el olvido de sí mismo. Ningún pensamiento más. Ningún pensamiento más. Lo embriagué.
De vuelta a casa. Radio en el taxi. Más música.Risa en sus ojos.Gardenias en el ojal de su solapa y en mi estola de piel. Gardenias, orquídeas salvajes, violetas blancas de Georgia, papel de plata y alfileres de perlas falsas.
Una noche orgiástica."baile en la noche callada", dijo. Amar como un baile. Salvaje abandono.

01 de febrero de 1935

Notas. Visita a Dreiser. Mecedora en su habitación. Charlas sobre mis manos "como tallos de apio". Filosofía materialista. Nada de almas ni de creencias. "Quédate esta noche. Estás tan exquisitamente formada. Una individualidad que no se interpone." Luz de Broadway en el gran ventanal. "La gente viene a llevarse algo.". Cree que fui a dar, pero se equivocó en la naturaleza del regalo.

Después de la escena con George Turner sentí el temor de la persecusión. Turner, y despues Dreiser. Aburrimiento de ser mujer. Quizá sea el miedo inexplicable que surge de ser una mujer apasionante, lo cual te impide ser mujer. Aquel día me sentí acosada.

Qué maravilla, el amor de Henry. " Sólo son las diez de la mañana y ya estoy locamente enamorado." June está anulada. Me da la misma clase de amor enloquecido. Salvaje, demencial y cargado de celos. Un mes de torturas en París, sin dormir ni comer. Telegrama de Hugh dirigido al Barbizon después de decir que Hugh me había obligado alojarme con su familia. Díficil de explicar. Henry dice: " te necesito más que a ningún otro ser humano en el mundo. Como a la vida misma. Dime, dime que ha sucedido." Mendigando la verdad. El mismo Henry que era con June. El amor sensato se convierte en pasión por culpa del dolor. Y siento el peligro, su perversidad. El encuentro a la llegada del barco, rodeados por la niebla. Dándome cuenta de que, sin que importe cómo ame yo a los demás, cuando llega Henry siento un anhelo y un estremecimiento en las entrañas como no lo siento con nadie más. Ha vencido miles de obstáculos para estar conmigo. Conociendo su pasividad y su desvalimiento, su esfuerzo para venir y no perderme ha sido una gran muestra de su amor. La habitación del Barbizon preparada con la radio puesta. El lujo de una nueva experiencia para Henry. Mostrando su abrigo al camarero. Sin saber cómo actuar. Qué paralizado estaba, en contraste con aquella noche, cuando fuimos a ver la " calle de las primeras penas", donde actúo como un chiquillo. Noche en Brooklyn. Nieve. Casa de ladrillos rojos. Pueblo Holandés. Casas y calles pequeñas. Su escuela. Su ventana. Sus amigos. La fábrica diminuta. Fondo de la primavera negra. Todo está en las primeras páginas escritas de Louveciennes. Una noche tan vívida, pero que no dejaba de ser un sueño. Calle que llegaba al transbordador por la que él iba "con su mano en el manguito de la madre". Al llegar a este pasaje lloré y reí histéricamente.
Aquella noche mentí a Huck para poder pasar toda la noche con Henry. Todo el tiempo relacionándola con Louveciennes, donde revivío su niñez al calor de mi ínteres, hasta convertirse en la poesía de Primavera negra.

Me traslado el 2 de febrero al 28 Este de la Calle 31, habitación 1.202. con Henry, como "señora Miller". Emil telefonéo preguntando por la señora Miller y escribió una carta dirigida a la señora Miller: "Querida señora Miller ¿es usted feliz en su nuevo hogar?. Aquí estamos dispuestos a servirle. No tiene más que descolgar el télefono y decir: "esposo". El hombre que la adora. ¡adivine quién!.
Paseo con Henry hasta la calle de Henry, en Brooklyn, al sótano donde vivió con June y Jean. Ahora es una carnicería. Atravesamos el puente Brooklyn, donde él sentó. Mórbido y terrible. Paseo por Chinatown. Tardes con los amigos de Henry. Henry se vuelve loco en cuanto un hombre se me acerca y se fija en mí. Despotrica y desvaría sin apartar de mí su mirada. Obsesionado conmigo. Larga conversación una noche, después de una escena burlesca. De cómo habia canalizado todos sus deseos en mí. Sólo me necesita a mi. Quiere saber si yo siento lo mismo. Noche emotiva que acaba en orgía. Digo que no tengo otros deseos. Pero: "Fuiste tú quien me empujó a la vida. Ahora que estoy plenamente dentro de ella, te sientes herido porque me gusta. Antes, no quería nada salvo a ti. En Clichy me sentía desgraciada si no podía estar a solas contigo." Todo al revés. Ahora necesito a la gente y no me basta con Henry. Henry, terriblemente apasionado. Erección cada noche. Me agota. También tengo poderosos orgasmos, como nunca antes, sólo comparables a las noches de Clichy, cuando creía que me volvía loca de placer.
No echo de menos en absoluto a Huck. Pero Huck sabe y me escribe que sabe que no habría ido con él incluso si Hugh no fuera a venir. Hago como si Hugh fuera a llegar el jueves. Cuando Huck venga el 21 de febrero (para mi cumpleaños), estallará en conflicto cuando vea que Hugh no ha venido.
Telefoneo el 2 Este de la calle 86 el domingo por la mañana para saber si no hay telegrama de Huck que tuviera que contestar, porque sé que no volveré a la habitación 906 antes del lunes por la mañana. La muchacha me contesta que no. Digo a Henry: "Ningún telegrama (soi-disant de asuntos de trabajo). Si hubiera habido alguno, le habría dicho que me lo leyera y así me ahorraba el viaje".
Henry: "¿Leertelo? ¡Entonces no habría ningún amor en él!. A no ser que ésta sea una de sus mentiras especialmente preparadas para hacerme creer que no había palabras de amor en el telegrama". (Exactamente.)

01 de Febrero de 1935

Las cosas son sutiles con Huck, tan delicadas, tan psiquícas que es imposible escribirlas.Está dotado de una intuición extraordinaria, todo lo percibe, y me resulta muy penoso engañarlo.Hay veces en que puedo esquivar sus interpretaciones.Como no sabe la verdad, se pierde en explicaciones.Por ejemplo, ahora se dispone a viajar a California.Quiere que nos encontremos en Nueva Orleàns.Antes de que viniera Henry teníamos planeados pasar unos días de vacaciones allí.Ahora no quiero. Huck me ha comprado una preciosa maleta para el viaje a Orleáns y la ha grabado con las letras "N.O".Jugamos con ella y él mismo llena los estuches lacados con los polvos, las cremas, etc. Todo el tiempo sé que hago la maleta para irme con Henry, para estar con Henry.Pero le digo a Huck: " ¿Ves? Preparo el equipaje para Nueva Orleàns.Hago como si fuera a irme de viaje contigo".Esto le hace feliz.También le digo que hasta que venga Hugh permaneceré en la habitación 906, pero el mismo día en que se vaya me iré a vivir con Henry, a una habitación doble de cualquier sitio.De modo que las maletas están sobre la silla y Huck me compra ropa interior, ropas que sólo he de ponerme para él, pero que llevaré para Henry.
Ayer nos hicimos unas fotos.Las mías eran para Henry, porque en París todas las que me había hecho Henry se las di a Huck.Desde que llegué, el tiempo transcurrido ha sido tan enorme, tan fántastico, tan lleno de cosas, que nunca podré revivirlo.Perseguida.Como mujer, he sido perseguida como nunca antes, constantemente, por todos los hombres que veía.Al principio me gustó.Ahora me cansa.No puedo descansar en parte alguna.Los celos de Henry.Y Huck, tan posesivo, tan intenso, tan absorbente. !Demasiado, demasiado amor!. Es como un ahogo.Acudo al diario porque me siento devorada, desmembrada, por el amor.Me gusta y le temo.Ninguna intimidad, ninguna libertad.Todo y todo yo volcada hacia afuera, enredada, entregada.
Mentir, eludir la tragedia.No puedo ser yo misma sin causar una tragedia.Pero la tragedia es vivir.Huck dijo anoche: " Nunca he vivido tan intensamente, nunca".Risas, sollozos;éxtasis, delirio, paz, agotamiento,pasión, dolor, gozo, paz, iluminaciones, dolor, vida humana.A las seis de aquella mañana, después de pasar la noche con Henry, cuando Huck supo que yo estaba con Henry, escribió una nota en la cual, entre otras cosas, decía que seguir sólo los propios instintos es humano, que la fidelidad en el amor no es natural, que la moral es un artificio del hombre,que la autonegación, necesaria para ser bueno, es la negación del instinto de conservación y lo más egoísta de todo.
Fue parte del combate entablado durante toda la noche para vencer la ira y los celos.Necesitaba escapar, necesitaba perdonar, e hizo y sintió todo lo que yo hice y sentí la debilidad de Henry.
Ahora, para Huck, soy June y Henry a la vez. Actúo, hago, molesto, causo enfado,creo tragedia.Soy natural, engaño, hago trampas,soy perezosa, colmo su indulgencia.Pero me ama por lo que soy.Ahora soy los dos, June y Henry. Y Huck es lo que yo había sido en otro tiempo, cuando actuaba heroica y prudentemente, sobrenaturalmente con respecto a Henry. Hoy me siento sobre todo humana.Lloro, río, hago escenas.Lucho.Miento.Me defiendo.No trato de ser buena.Me he rendido a mi amor por Henry.Engaño a Huck.Le digo que no puedo ir a California con él porque espero la llegada de Hugh, cuando sé que Hugh no va a venir y lo que hago es prepararme para vivir con Henry hasta que Hugh veng. Le pido prestado el anillo que he regalado a Huck para que me hagan otro igual para Henry, con el pretexto que me hagan un sello-Siempre estoy a punto de que me descubran por un mensaje telefónico, por el correo que Henry recibe en Barbizon, porque me olvidé del sostén en la habitación de Henry, él que me regaló Huck y que sé que echará de menos, por los deslices involuntarios que se me escapan cuando hablo, porque cuento que Huck, al ver mi cepillo de cabello roto, me ha regalado un juego en laca negra en un bello estuche.En cada frase una mentira.Para tranquilizar a Huck cuando salgo con Henry, para tranquilizar a Henry.

26 de Enero de 1935

Huck estaba sollozando. Yo sólo podía pensar en Henry, en Henry de pie en medio del frío, esperándome.En su beso.En su boca.Huck sollozba, patético,pero yo sólo pensaba en Henry.Henry con aquel frío y atormentado.Me eché a llorar.Y hablé con Huck, tratando de apaciguarlo con cosas terribles y ciertas.

- No eres precisamente tú el que debe llorar. he venido a ti.He luchado para estar aquí contigo. Y aquí estoy.Y Henry está afuera, esperando en medio del frío ¿ Por qué lloras?.-

Y pensaba y pensaba mientras el maquillaje de los ojos se corría con las lágrimas, ¿cómo puedo hablar con Henry, cómo puedo saber de él, qué pensará, habrá vuelto a la habitación del hotel?

- Escucha, Huck, sobre todo lo que no quiero es que Henry sepa de ti.Sólo quiero que crea que es una ruptura normal.No quiero que sufra.Si me obligas, será como cuando acudí a ti en busca de ayuda.-

A los pocos minutos había conseguido despertar su compasión, sobre todo cuando me referí al pasado, cuando fui a él cuando me sentía atrapada entre Padre y Henry, pero sobre todo cuando lo amenacé con alejarme de los dos, de él y de Henry.
Y así gané un momento de respiro y el permiso para telefonear a Henry. Me fui a mi habitación.Henry ya había vuelto.Durante la escena con Huck estuve pensando en lo que iba a decirle a Henry para explicar por qué no había funcionado lo de las luces. "Me equivoqué con las ventanas.Cuando llegué estaban encendidas todas las luces y Ethel y la madre de Hugh estaban levantadas. Tenían visita y no podía ir a su ventana sin llamar la atención".
Pero a Henry no le preocupaban las razones.Estaba muy agradecido porque había querido tranquilizarlo, por haber telefoneado, por intentar hacer la señal con las luces, agradecido y conmovido por-no-sé-que-más, por el amor que sentía.De todas maneras, después de oír su voz, me serené inmediatamente.Ninguna tragedia.No me había descubierto.Y volví para consolar a Huck.Empecé a gastarle bromas, hasta que conseguí que se riera con la historia del edificio de apartamentos.Estaba en mitad de mi habitación, con mi camisón negro de encajes, contando la historia y riendo, y Huck estaba maravillado,lleno de dudas y sonriendo.
Pero no pude soportar sus caricias.Sofoqué sus deseos.Ambos estábamos exhaustos.Totalmente exhaustos.


26 de Enero de 1935

La noche en que Henry y yo salimos, insistió en acomparme a casa, cosa que nunca hace. Le digo claramente que no deseo que me acompañe a la casa de los Guiler.Como insistió mucho, le di una dirección falsa en la calle 89 Este.Pero mientras trataba de convencerlo de que no me acompañara, me vi obligada a admitir que había mentido al decirle el número, porque temía que subiera al apartamento a hablar con los Guiler e insultarlos. "Maldita seas", dijo Henry. "Eres incurable". Y volvió a perder toda su confianza, y eso que dos horas antes habíamos estado en su cama, acariciándonos en pleno delirio.

Finalmente nos bajamos en la calle 57, donde le engatusé para que nos tomáramos una soda, pensando que me dejaría seguir sola a casa, y seguimos andando hasta la parada del autobús de la Quinta Avenida. Pero viendo el tormento y la duda en su cara, le dije: "Esta bien, vente conmigo. Quiero que vengas, eso te tranquilizará.Subimos al autobús y, mientras hablabámos, pensaba rápidamente que ahora tendría que encontrar un casa de dos entradas. Pero como nunca había estado antes en la Calle 89, no sabía lo que iba a encontrarme al doblar la esquina, quizá un club o una casa privada, una mansión Vanderbit.Sí, fue algo así,porque no había nada, salvo un enorme solar vacío a la derecha y casas a la izquierda.Caminamos por la acera cubierta de nieve en medio de la noche helada, hablando dulcemente de otras cosas, con la voz de Henry tan vulnerable, hasta que ví una casa de apartamentos en la esquina de la calle 89 con la Avenida Madison, donde bien podrían vivir los Guiler. Henry me dio el beso de las buenas noches allí mismo, un beso cálido y pegajoso que me conmovió profundmente. Y luego, añadí algo increible a las dificultades del juego. le dije: " Ya ves que te estoy diciendo la verdad, los Guiler viven en la sexta plaza.Cuando llegue, encenderé y apagaré la luz como señal de que estoy allí. Como Ethel {la hija} duerme allí, quizás no me asome a la ventana, pero la luz te avisará". Y dejé allí plantado a Henry, delante del edificio. Primero me encontré con que la puerta estaba cerrada con la llave y tuve que llamar al timbre del portero, cosa con la que no había contado. Cuando me abrió, le pregunté: ¿Hay una puerta que de a la Avenida Madison?, por decir algo, porque él me había dicho en tono desabrido: "¿Dónde va usted? ¿Qué apartamento busca?" y luego añadí: "No busco a nadie. He venido tan sólo porque hay un hombre que me sigue y me está molestando.Creí que podría entrar aquí, salir por la otra puerta y coger un taxi que me llevara a casa".

- La otra puerta está cerrada durante la noche. No puede ir hasta allí.

- Bueno, entonces me quedaré aquí un rato, hasta que se vaya el hombre.

Y me senté en un sillón tapizado de felpa roja que había en aquel vestíbulo, oscuro y alfombrado. Pensé en Henry, esperando afuera que apareciera mi señal de luz, y en Huck, esperándome desde la medianoche, esperándome con su peculiar impaciencia, porque la noche anterior no aparecí por su casa, la había pasado con Henry (telefoneé a Huck "desde New Caan" diciendo que el coche se había atascado en la nieve, cosa que él sabía que no era verdad, así que no pudo dormir en toda la noche y a la mañana siguiente me lo encontré amarillo de dolor e ira). Sentada allí, con el corazón palpitándome, martilleándome en la cabeza y pensando sin parar. Me levanté y fui hasta la puerta para mirar cautelosamente a la calle y vi que Henry seguía esperándome en mitad del frío, mirando por la ventana. Dolor y risa, solor físico por mi amor a Henry, risa por alguna razón demoniaca que desconozco.

- El hombre sigue allí-dije al portero- Escuche, tengo que salir de alguna manera. Tiene que hacer algo.

Llamó al muchacho de los ascensores. El chico me condujo hasta el sótano a través de un laberinto de pasillos grises. Otro ascensorista se unió a nosotros. Les expliqué lo del hombre que me seguía. Subimos unas escaleras y abrieron la puerta de servicio. Los cubos de basura llenaban todo aquello. Uno de los chicos fue en busca de un taxi. Les di las gracias.Dijeron que lo hacían con mucho gusto, que Nueva York, era un infierno para las señoras. Subí al taxi. Me tumbé en el asiento para que Henry no pudiera verme pasar por Avenida Madison.

26 de Enero de 1935

Vuelvo a Huck. Huck, a quien no puedo mentir porque es tan parecido a mí. Sabe todo lo que me ocurre. Él sabe que Huck terminará perdiendo porque es demasiado bueno. Lo veo, Huck es tan noble como yo lo fui cuando Henry luchaba por su amor por June. Noble, heroico, verídico-a costa de su felicidad-lleno de comprensión y perdón.
Hago trampas para ver a Henry. Pequeños engaños. Analizar a mi primera paciente, escribir cartas para Huck, visitar a Lucrezia Bori con Joaquín, ver dos veces a { Theodore}Dreiser y negarme a dormir con él, acostarme con {George}Turner porque Huck está en la habitación de al lado, trabajando y quiero traicionarlo allí, en el sofá donde nos acostamos, en la habitación que guarda para mí, destruyendo todo lo sagrado, profanando, engañando, sólo para que Huck entre y lo vea, porque es la habitación de Huck, y porque cuando Huck venga tendré que hacer la comedia otra vez, simulndo inocencia y enfado por el acoso de Turner. Para olvidarlo todo inmediatamente y correr a Dreiser, y luego, a medianoche, a Henry; llego tarde junto a Huck, que está llorando. Me invento fines de semana en el campo,porque Huck quiere sus sábados y domingos, y luego, en realidad, paso el fin de semana con los Perkins, me invento una noche en el campo para pasarla sola con Henry y vuelvo con una maleta en la que llevo el camisón de dormir que me regaló Hugh para que sólo me lo pusiera con él, pero que sólo me pongo para Henry, al igual que el vestido ruso de color rojo que Huck me regaló para los fines de semana, en el que Henry derramó su copa de oporto durante la fiesta en que conocimos a los amigos de Emil {Schnellock}. Interceptar mis últimas cartas a Henry, devueltas a París, porque en ellas le digo que Hugh iba a venir para explicarle porque no tengo las noches libres, luego decido decirle a Huck que Hugh va a venir, para que Huck se vaya a hacer su gira por California y yo pueda estar a solas con Henry durante tres semanas. Simulo que voy a encontrarme con Huck en Nueva Orleáns, para que termine de irse, cuando no tengo la menor intención de hacerlo. Simulo que Hugh está al llegar. Simulación, simulación. Henry descubre todos los días una nueva mentira y vuelven a despertarse sus sospechas, a pesar de lo cual nuestras caricias son tan completas que le digo que me maravilla que pueda dudar de mí; ¿cómo puede imaginarse que vaya a dejarlo para irme con otro después de pasar con él aquellas horas, intercambiando sangre y aliento?- que es exactamente lo que hago-Mi rostro nunca traiciona mi mentira, porque mi rostro y mis sentimientos son de amor ciego y profundo para Henry.

21/6/08

26 de Enero de 1935

Debo estar acostumbrada a los sentimientos dobles, a los amores dobles, a la vida doble, porque me encontré con Huck sin cambiar mis sentimientos, aunque sabía que mi amor por Huck era mucho menos fuerte; pero pude aceptar sus caricias, pude dormir en su cama, pude llorar un poco, compadecida por Henry, pude actuar como si no hubiera nada, salvo compasión, pude ser tierna sin que me temblara el pulso; pero estaba actuando, haciendo comedia, y ansiaba estar con Henry.
Al día siguiente encontré a Henry todavía roto, con la voz apagada, herido, feliz, agitado. Había tomado notas de su despertar, deseando desesperadamente cavar un surco en cualquier parte y hundirse en él conmigo. Dolido porque lo dejé sólo anoche.Dolido, aún sabiendo que se había salvado por su fortaleza la venir, salvándonos los dos. Echados en la cama, desvariamos hablando de mitos y leyendas, de Tristán e Isolda, de su lucha para alcanzarme, de su lucha a través de la niebla. En París había sufrido agonías.No había comido ni dormido bien desde la confusión de las cartas, se gastó todo el dinero que tenía para comer en telegramas, indiferente a todo, solitario, , desesperadamente celoso, advirtiendo de pronto todas las mentiras que yo le había dicho, mentiras gratuitas, mentiras innecesarias,como decirle que Hugh vendría en el barco conmigo aunque yo estuviera enferma, cuando yo supe siempre que viajaría sola. Pero por esto yo quería que Henry supiera lo difícil que me era dejarlo, cómo me resistía, poniéndome enferma y subiendo al barco.Analizó mi rostro, mis expresiones, mi apariencia de profunda sinceridad. Henry ha vuelto cambiado, resuelto a que yo no me sacrifiqué más por él, que deje de mendigar por él. Quiere luchar por mí. La habitación era tan pequeña y tan cálida, y se ha traído consigo el chal español y la colcha de terciopelo de color naranja, las tazas de café de color naranja, símbolos de Louveciennes y del estudio. Sus lágrimas, su sensibilidad, sus estremecimiento todavía por la violenta conmoción que le produje, su temblor todavía por el nuevo y violento nacimiento. ¿ Había dado yo por fin nacimiento a Henry Miller como hombre?.
Le había dicho que me alojaba con los Guiler para tranquilizarlo. A la mañana siguiente otra vez desesperado. Tenía en las manos cinco o seis mensajes telefónicos. El teléfono había estado sonando constantemente. Hombres. Voces de hombres. Llamando repetidamente. Henry haciendo preguntas, rebosante de odio por Rank. Su voz envolviéndome, fluyendo dentro de mí,sus ojos tan intensos, su piel tan tierna.
Sólo mi amor por él no dice mentiras, ninguna mentira, tan abierto, tan entregado, hasta el punto de perder la felicidad que Huck me dio, perder y renunciar a todo, a Huck también, a Henry, al amor ciego ....
Celos y caricias, caricias más profundas, un deseo mayor y más intenso. Oscuridad, dolor, perversidad, tragedia y más y más amor humano.
Pérdida de prudencia, de heroísmo, de sigilo. Amor humano. Soy más real a medida que soy menos y menos buena, más mujer,más anormal, más pecadora, más mujer y más amor, más deseo, más dolor y mayor gozo.

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