Considerado uno de los mejores poetas de habla francesa de todos los tiempos, Charles Baudelaire fue además un innovador y gracias a él surgió la poesía moderna. También fue uno de los llamados poetas malditos, con una vida marcada por los excesos y la incomprensión de la sociedad, como repasamos en esta concisa biografía y mención a sus libros más destacados.
Breve biografía de Charles Baudelaire
Nacido en París el 9 de abril de 1821 cuando su padre—un funcionario medio—contaba ya con sesenta años de edad y su madre apenas treinta, queda huérfano de aquel a los seis años. Casi de inmediato, su madre contrae nueva nupcias con un militar que alcanzaría altos rangos y cargos. Baudelaire nunca estuvo de acuerdo con este matrimonio, por lo que la relación con su padrastro fue siempre muy mala.
Durante la adolescencia del poeta, reside con su familia cuatro años en Lyon y luego regresa a París; allí termina su bachillerato en el Liceo Louis-le-Grand y comienza a estudiar Derecho en la Universidad de París. En en estos años cuando da inicio a su vida bohemia y su adicción a las drogas. Además de relacionarse con el mundo cultural y entablar amistad con escritores, poetas y artistas, Baudelaire frecuenta prostíbulos y cabarés, y mantiene relaciones con prostitutas, algunas de las cuales marcarán sus recuerdos. Se presume que es durante esta época que se contagia de sífilis.
Escandalizados de su comportamiento, sus familiares deciden enviarlo a La India, pero Baudelaire regresa antes de llegar siquiera a su destino. Continúa con su mismo ritmo de vida, y escribiendo poesía, críticas de arte y traduciendo obras de autores extranjeros. Unos años después del escándalo que produjo la publicación de Las flores del mal, en el que fue condenado por indecencia, Baudelaire pasa unos años en Bélgica, con poco éxito personal y literario.
Luego de problemas de salud, fruto de la sífilis avanzada que padece, es trasladado por su madre a París, donde permanece internado en una clínica casi un año, hasta que muere, el 31 de agosto de 1867, a la edad de 46 años.
La obra de Charles Baudelaire
Baudelaire fue un intelectual en todo el sentido de la palabra. No sólo se dedicó a escribir poesía, sino que también tradujo con acierto a autores de lengua inglesa y escribió excelentes críticas de arte. Sobre lo primero, son más que destacables sus traducciones de la obra del poeta y prosista estadounidense Edgar Allan Poe, que siguen siendo referencia obligada.
Respecto a su trabajo como crítico de arte, cabe mencionar sus Salones (de 1845, 1846 y 1859), en los que analiza la obra de diferentes pintores de esa época, especialmente de Eugène Delacroix (en inglés) o su crítica sobre la obra del compositor alemán Richard Wagner, por ejemplo.
No obstante, es sin duda en la poesía donde dejará una mayor huella. Entre sus poemarios más destacados figuran Paraísos artificiales (1860) y Pequeños poemas en prosa—conocidos también como El Spleen de París (1862). Sin embargo, su obra cumbre es Las flores del mal, lectura obligada en colegios y universidades, no sólo francesas sino en el resto del mundo, de la cual hemos hecho una reseña completa.
El estilo y la técnica de Charles Baudelaire
Por un lado, Baudelaire es considerado el mejor representante francés del romanticismo, la escuela literaria de origen inglés y alemán, que otorga prioridad a los sentimientos frente a las reglas clásicas de la razón y la mitología griegas y romanas (los llamados racionalismo y neoclacisismo).
Pero, por otro, se le llama el padre del simbolismo, la corriente que busca sustituir la descripción objetiva e incluso metafórica de las cosas, por una interpretación sólo limitada por la propia imaginación del poeta. Se opone a la concepción realista del arte.
También se le identifica con el decadentismo, que encabezaba el poeta Paul Verlaine, y que buscaba romper los cánones de la moral e idiosincrasia burguesas, y escandalizar como una forma de llamar la atención hacia nuevas formas y temas artísticos.
En cuanto al estilo, si bien en sus primeros poemas Charles Baudelaire se ciño más o menos a la métrica y la rima (como en Las flores del mal, por ejemplo), fue el creador de la poesía libre o en prosa, que constituyó toda una revolución estilística y que marcaría un nuevo camino en la poesía. En este sentido, El Spleen de París es su obra más representativa de esta—en ese entonces—novedosa técnica.
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