CHARLES BUKOWSKI TEXTOS POESÍAS VÍDEO



Abraza la oscuridad (poesía)
Deje de mirarme las tetas, señor (relato)


"Me gustan los hombres desesperados, hombres con los dientes rotos y los destinos rotos. También me gustan las mujeres viles, las perras borrachas, con las medias caídas y arrugadas y las caras pringosas de maquillaje barato. Me gustan más los pervertidos que los santos. Me encuentro bien entre marginados porque soy un marginado. No me gustan las leyes, ni morales, religiones o reglas. No me gusta ser modelado por la sociedad".

CHARLES BUKOWSKI (1920-1994) nació en la ciudad alemana de Aldernach el 16 de agosto de 1920, pero a los dos años se trasladó con su familia a Los Ángeles, donde vivió toda su vida. Durante muchos años, y tras un breve paso por la universidad, se ganó la vida con trabajos manuales temporales, espaciados por los periodos de vacaciones que se tomaba cuando tenía suerte en las apuestas del hipódromo, afición que reflejó continuamente en su obra. Empezó a escribir cuentos muy joven pero, tras un primer relato publicado por una revista en 1944, abandonó la literatura por un espacio de diez años, en los que sentó los cimientos de su leyenda alcohólica.

Sus primeras obras se publicaron en la década de 1960 en editoriales y revistas underground; a esta época pertenecen colecciones de poemas como Crucifijo en una mano muerta (1965) o la que para muchos es su mejor obra en verso, Los días pasan como caballos salvajes sobre las colinas (1969). La poesía de Bukowski, al que le gustaba vanagloriarse de haber escrito su primer poema con 35 años, está marcada por un realismo descarnado y lírico a un tiempo, explícito, tierno en ocasiones y brutal en otras, abundante en datos autobiográficos, personalísimo y pleno de humor ácido y desencantado. Nunca abandonó su producción en verso que, con los años, se fue haciendo más directa, más sobria, como en El amor es un perro del infierno (1974) o La última noche de la tierra (1992). Bukowski escribió más de treinta poemarios, que le han acreditado como gran poeta.

Su primera novela, Cartero (1970), le permitió abandonar la oficina de correos en la que trabajaba. A ésta seguirían otras cinco, todas protagonizadas por Henry Hank Chinaski, alter ego del propio Bukowski, entre las que cabe destacar La senda del perdedor (1982). Los cuentos de Bukowski están reunidos en varios volúmenes. El más conocido, Erecciones, eyaculaciones, exhibiciones (1972), recoge relatos aparecidos en varias revistas underground. Su obra inspiró una película, Ordinaria locura, a Marco Ferreri, a la que seguiría Barfly (1989), de Barbet Schroeder y con guión del propio Bukowski. La prosa de Bukowski es, si cabe, más autobiográfica, en un 90% según el propio autor, que su poesía, y es la que le ha dado fama entre los lectores de habla hispana; todas sus obras en prosa están publicadas en español.

El alcohol, el sexo, la soledad y los aspectos más absurdos y sórdidos de la civilización ocupan un lugar de honor en la obra de Bukowski, que siempre evitó los ambientes literarios; prefería los bares y las habitaciones lúgubres. Murió en Los Angeles, California, el 9 de marzo de 1994.
Ilustración: Ricardo Ajler



Un borracho
Por Enrique Symns
Bukowski es como el Corto Maltés, o las actuaciones de Robert De Niro o Michael O'Rourke: todo lo que lees es lo mismo, huele al mismo sudor, te deja el sabor amargo de un antiguo chiste contado para distraer a la muerte, te envicia Bukowski porque las palabras tienen su aliento y puedes sentir la saliva que escupen, y sus historias de bares y pensiones son las mismas que tú vives en los mismos bares y las mismas pensiones.

Todavía me dan ganas de cortarles la cara a ésos que consideran a Bukowski un escritor menor. "Es fácil escribir así", "No agrega nada". Mierda. Prueba, cornudo, prueba.

Es casi imposible escribir tal cual, tal cual el mundo se chorrea sobre tu percepción.

Sin inventos, sin hipérbaton, sin grandes espectáculos ni resplandores gramaticales.

Nunca los hay en la vida.

Esas tremendas cosas sin importancia, ésas son tu vida.

Bukowski escribe para los que habitamos en el sótano oscuro de ese edificio abandonado que es este tiempo.

Para nosotros, que no tenemos un pedo de ganas de que nos lo cuente Joyce, con sus 2600000 detalles, para nosotros, que se nos ha roto la silla donde estábamos sentados frente a las puertas de la eternidad, esperando jugarnos el tiempo y lo perdimos, ya no nos queda tiempo para apostar en entretenimientos literarios, no queremos que nos distraigan mientras miramos y estudiamos este siglo de aburrimiento que han empezado a proyectar en las pantallas de todo el mundo, no nos distraigan con chorradas y pajerías literarias.

















Dos cartas de Charles Bukowski
A John William Corrington
Enero 17, 1961

Hola, Sr. Corrington:

Bien, a veces ayuda recibir cartas como la tuya.Ya son dos. Un joven de San Francisco escribió diciendome que algún día habrá quien escriba libros acerca de mi, si esto podra aydar en algo. Bueno, no estoy en busca de ayuda, o praise tampoco,y no estoy tratando de ser pesado. Pero yo solía jugar un juego conmigo mismo un juego llamado isla desierta, y mientras estaba tirado en la carcel, en la clase de arte o caminando hacia la ventanilla de diez dolares en las carreras, me preguntaba, Bukowsky, si tú estuvieras en una isla desierta, tú solo, y nunca ser encontrado excepto por pájarros y gusanos,tomarías una vara y rascarías palabras sobre la arena? Yo tenía que decir no, y por un rato esto resolvía un montón de cosas, y me dejaba seguir adelante y hacer un montón de cosas que yo no quería hacer,y me alejaba de la máquina de escribir y me ponía en el pabellón de caridad del hospital municipal, la sangre corriendo fuera de mis oidos, de mi boca y de mi culo, y ellos ahí esperando a que yo muriese, pero nada pasaba. Y cuado salía me preguntaba otra vez, Bukowsky, ¿si estuviertas en una isla desierta? y etc; y sabes, pienso que era que la sangre había abandonado mi cerebro, o algo, y yo decía sí, sí, yo tomaría una vara y rascaría palabras sobre la arena. Bueno, esto solucionaba un montón de cosas porque me permitía seguir adelante y hacer las cosas, todas las cosas que no quería hacer,y me dejaba tener la máquina de escribir también; y desde que ellos me dijeron que un trago más me mataría, ahora le he bajado a dos galones de cerveza al día.

Pero la escritura, por supuesto, cómo el matrimonio, la caída de la nieve o las llantas de los autos, no siempre perdura. Tú puedes ir a la cama el miercoles en la noche siendo un escritor y despertar el jueves por la mañana y ser otra cosa totalmente diferente. O puedes irte a la cama el miercoles por la noche siendo un plomero y despertar el jueves por la mañana siendo un escritor. Este es el mejor tipo de escritores... Muchos de ellos mueren. Claro. Por sus arduos intentos; o por otro lado, porque se vuelven famosos y todo lo que escriben es publicado y ya no tienen que buscar más. La muerte tiene muchas avenidas. Y si a pesar de todo tú dices que mi material te gusta, quiero que sepas que si se vuelve roto, no será porque trate demasiado duro o muy poco, será porque me quedado o sin cervezas o sin sanagre. Para lo que sirva, puedo permitirme esperar: Tengo mi vara y tengo mi arena.

Charles Bukowski

A Jon Webb
4 de Septiembre de 1962
Con respecto a la muerte de mi mujer el 22 de enero último, no hay mucho que decir, excepto que yo ya no seré el mismo. Quizá intente escribir sobre eso, pero está todavía demasiado cerca. Puede que siempre esté demasiado cerca. Pero aquella vez en el pabellón de caridad, años atrás, una chica mejicana que cambiaba las sábanas me dijo que se iba a acostar conmigo si yo mejoraba, e inmediatamente empecé a sentirme bien.

Tenía una sola visita: la mujer borracha de cara redonda y roja, una amante del pasado que a veces se bamboleaba contra la cama, y se iba sin decir nada. Seis días despues yo estaba manejando un camión, levantando paquetes de 20 kilos y preguntándome si la sangre vendría otra vez. Un par de días más tarde tomé el primer trago, ése que dijeron me mataría. Una semana más tarde conseguí una máquina de escribir y, despues de una pausa de diez años y de haberle vendido mis cosas a la revista "Story" y a otras, mis dedos se pusieron a construir un poema. O mejor dicho, una charla de bar. Esa cosa que no es lírica, que no canta. Los rechazos llegaron bastante pronto. Pero no me afectaron, porque yo sentía que en cada línea estaba diciendo algo. No para ellos, sino para mí mismo. ahora puedo leer muy poca poesía o muy poco de cualquier otra cosa. Bueno, la dama borracha que se bamboleaba contra mi cama la enterré el último 22 de enero. Y nunca vi a mi chica mejicana. Vi a otras, pero ella hubiera estado bien. Hoy estoy solo, casi afuera de todas ellas: de los glúteos, los pechos, los vestidos limpios como trapos nuevos en la cocina. No me tomes a mal, todavía tengo 1,80 y 90 kilos de posibilidad, pero yo podía mejor con la que ya no está.

Charles Bukowski
Abraza la oscuridad
Los muertos no necesitan
aspirina o
tristeza
supongo. pero quizás necesitan
lluvia.
zapatos no
pero un lugar donde
caminar.
cigarrillos no,
nos dicen,
pero un lugar donde
arder.

O nos dicen:
Espacio y un lugar para
volar,
da
igual.
los muertos no me
necesitan.
ni los
vivos.
pero quizás los muertos se necesitan
unos a
otros.
En realidad, quizás necesitan
todo lo que nosotros
necesitamos
y
necesitamos tanto
Si solo supiéramos
que
es.
probablemente
es
todo
y probablemente
todos nosotros moriremos
tratando de
conseguirlo
o moriremos
porque no
lo
conseguimos.
Espero que
cuando yo este muerto
comprendáis
que conseguí
tanto
como
pude.

[De The Roominghouse Madrigals: Early Selected Poems 1946-1966]

















Encuentro con el famoso poeta
aquel poeta había sido famoso
y después de unas décadas de
oscuridad
tuve suerte
y aquel poeta pareció
interesarse
y me pidió que fuera a su
apartamento en la playa.
el era homosexual y yo
heterosexual, y lo que es peor,
joven y lozano.
Llegué, eché una
mirada y
declamé (Como si no lo
supiera), "Hey! Dónde
cojones están las
tías?"
el simplemente sonrió y se tocó
su mostacho.
Tenía pequeñas lechugas y
delicados quesos y
otras exquisiteces
en la nevera.

"donde guardas la jodida
cerveza, tío?" Le
pregunté.
no importaba, yo había
traído mis propias
botellas y empecé
con ellas.
comenzó a parecer
alarmado: "He oído sobre
tu brutalidad, por favor desiste de
ella!"
me apalanqué en su
cama, eructé: "ah, mierda nena, no voy
a hacerte daño! ha, ha,
ha!"
"eres un excelente escritor," dijo
él, "pero como persona eres
extremadamente
despreciable"
"eso es lo que más me gusta de
mí, nena!"
continué sirviéndome
bebida
en seguida
pareció desvanecerse tras
unas puertas correderas
de madera.
"eh nena, sal de
ahí! no te voy a hacer nada
malo! podemos sentarnos y
hablar sobre esa estúpida mierda
literaria toda la
noche! no te
embruteceré,
mierda, lo
prometo!"
"no te creo!,"
dijo una
vocesita

bien, no podía hacer nada
sino
seguir bebiendo, estaba
demasiado borracho para conducir
a casa.

 

cuando me desperté por la
mañana, él estaba de pie inclinado sobre

sonriendo.
"uh," dije,
"hola..."
"decías en serio lo que me
dijiste la pasada noche? preguntó
él.
"ah, el
qué?"
"abrí las puertas y me estuve
ahí de pie y tú me viste
y dijiste que
parecía que yo estuviera surcando
el mar en la proa de un gran
barco... dijiste que
parecía un
escandinavo! es
cierto?"
"oh, sí, sí, lo
parecías..."
me preparó té caliente
con tostadas
y me lo
zampé.
"bien," dije, ha
sido estupendo
conocerte..."
"estoy seguro," contestó
él.


la puerta se cerró detrás
mío
y encontré el ascensor
para bajar
y
después de vagabundear un poco por
la playa,
encontré mi coche,
subí, y me fui
en lo que parecían ser
términos agradables
entre el famoso poeta y
yo
pero
no era
así:
el empezó a escribir material
increíblemente odioso
sobre

y yo
dirigí mis disparos hacia
él.
todo el asunto
fue más o menos
como
la mayoría de encuentros de otros
escritores
y
de todos modos
esa parte sobre que
le llamé
escandinavo
no era cierta en
absoluto: Le llamé
vikingo
y tampoco
es cierto
que sin su
ayuda

yo nunca hubiera
aparecido en la
Penguin Collection of
Modern Poets
junto a él
y quien
era?
ah, sí:
Lamantia

{De "You Get So Alone At Times That It Just Makes Sense"]

















Los mejores de la raza

No hay nada que
discutir
no hay nada que
recordar
no hay nada que
olvidar
es triste
y
no es
triste
parece que la
cosa más
sensata
que una persona puede
hacer
es
estar sentada
con una copa en la
mano
mientras las paredes
blanden
sonrisas de
despedida
uno pasa a través de
todo
ello
con una cierta
cantidad de


eficiencia y valentía
entonces
se va
algunos aceptan
la posibilidad de
Dios
para ayudarles
en su
paso
otros
lo aceptan
como es
y por estos
bebo
esta noche.

[De "You get so alone at times that it just makes sense", 1984]
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Abraza la oscuridad
La confusión es el dios
la locura es el dios
la paz permanente de la vida
es la paz permanente de la muerte.
La agonía puede matar
o puede sustentar la vida
pero la paz es siempre horrible
la paz es la peor cosa
caminando
hablando
sonriendo
pareciendo ser.
no olvides las aceras,
las putas,
la traición,
el gusano en la manzana,
los bares, las cárceles
los suicidios de los amantes.
aquí en Estados Unidos
hemos asesinado a un presidente y a su hermano,
otro presidente ha tenido que dejar el cargo.
La gente que cree en la política
es como la gente que cree en dios:
sorben aire con pajitas
torcidas
no hay dios
no hay política
no hay paz
no hay amor
no hay control
no hay planes
mantente alejado de dios
permanece angustiado
deslízate.

[De la antología "Peleando a la contra", Editorial Anagrama, 1995]


los locos siempre me han amado

y los subnormales
a lo largo de párvulos
primaria
secundaria
universidad
los no queridos
se prendían
de mí.
los mancos
los epilépticos
los tartamudos
los tuertos,
cobardes
misántropos
asesinos
fenómenos
y ladrones.
en el trabajo y en
el ocio
siempre atraje
a los indeseables. me encontraban
y se prendían de mí. aún lo
hacen.
ahora en este vecindario
hay uno que me ha
encontrado.
él merodea
empujando un carrito de supermercado
lleno de basura:
latas abolladas, cintas de zapatos,
bolsas vacías de papas fritas,
envases de leche, periódicos, portaplumas…
“hey, cuate, cómo estás?”
me detengo y conversamos
un rato
luego me despido
pero él
me sigue.
paso las cantinas
y los burdeles…
“manténme informado,
cuate, manténme informado,
quiero saber qué pasa.”
él es mi novedad.
nunca lo he visto
conversar
con nadie más.
el carrito traquetea
un momento
detrás de mí
entonces algo
cae.
él se detiene
para recogerlo.
entretanto yo
camino por
la puerta principal
del hotel verde de la esquina
cruzo a lo largo
del vestíbulo
y salgo por la puerta
trasera
hay un gato
enmierdándolo todo ahí dentro
absolutamente encantador,
me sonríe.
 

Bukowski lee "The Secret of My Endurance"
y la luna y las estrellas y el mundo

largas caminatas
nocturnas
son buenas
para el
alma:
viendo furtivamente a través de las ventanas
mirando extenuadas
amas de casa
intentando escabullirse
de sus frenéticamente encervezados
maridos


zapatos

cuando eres joven
un par
de zapatos
femeninos
de tacón alto
inmóviles
solitarios
en el ropero
pueden encender
tus huesos;
cuando estás viejo
son sólo
un par de zapatos
sin
nadie
en ellos
y
también.
















para jane

225 días bajo la hierba
y ya me conoces mejor que yo mismo.
ellos se han llevado tu sangre,
eres un palo seco en una canasta.
es así como funciona?
en este cuarto
las horas de amor
aún hacen sombras
cuando te fuiste
te llevaste casi
todo
me arrodillo en las noches
ante tigres
que no me dejarán ser.
lo que fuiste
no volverá a suceder.
los tigres me han encontrado
y no me importa


conocí a un genio

conocí a un genio en el tren
hoy
como de 6 años de edad
se sentó a mi lado
y mientras el tren
avanzaba a lo largo de la costa
llegamos hasta el océano
entonces él me miró
y dijo,
no es hermoso.
fue la primera vez que me
percaté
de ello.

confesión

esperando a la muerte
como a un gato
que saltará sobre la
cama
estoy muy afligido por
mi esposa
ella verá este
tieso
blanco
cuerpo

lo sacudirá una vez, quizás
de nuevo
“Hank!”
Hank no
responderá
no es mi muerte lo que
me preocupa, es mi esposa
abandonada con este
montón
de nada.
quiero
hacerle saber
sin embargo
que todas las noches
durmiendo
a su lado
incluso los más triviales
argumentos
fueron cosas
siempre espléndidas
y las difíciles
palabras
que siempre temí
decir
pueden ser
dichas ahora:
Te
amo.


poesía

se
requiere
de mucha
desesperación
insatisfacción
y desilusión
para
escribir
unos
pocos
buenos
poemas.
no es
para
todo mundo
ya sea para
escribirlos

o siquiera para
leerlos


bien, así es la cosa…
a veces cuando todo parece ir de mal
en peor
cuando todo conspira
y corroe
y las horas, días, semanas
años
parecen desperdiciados-
tendido sobre mi cama
en la oscuridad
mirando hacia el techo
concibo lo que muchos considerarán un
detestable pensamiento:
aún es agradable ser Bukowski.


apostándole a la musa

jimmy foxx murió de alcoholismo
en un cuartucho de hotel
de mala muerte.
beau jack terminó lustrando
zapatos,
justo cuando empezaba.
hay docenas, cientos,
más, tal vez mil más.
ser un atleta envejecido
es uno de los más crueles
destinos,
ser reemplazado por otros,
no escuchar más las
aclamaciones y a los conocedores, ya no ser
reconocido,
ser solamente un hombre viejo
como cualquier otro
viejo.
casi como para no creerte
a ti mismo,
revisas el álbum de recortes
con las amarillentas
páginas. y ahí estás,
sonriente;
ahí estás,
victorioso;
ahí estás,
joven.
la multitud tiene otros
héroes.
la multitud nunca
muere,
nunca envejece
pero la multitud a menudo
olvida
ahora el teléfono
no suena,
las muchachas se han
ido,
la fiesta
terminó.

por eso escogí
ser un
escritor.
si vales una
maldita cosa
puedes seguir con
tu relajo
hasta el último minuto
del último
día.
puedes seguir
mejorando en vez
de empeorar,
puedes seguir
golpeándolos contra la
pared.
a través de la oscuridad, la guerra,
con buena o mala
suerte
puedes continuar
golpeándolos,
con el deslumbrante relámpago
de la
palabra,
derribando a la vida en la vida,
y a la muerte demasiado tarde para
ganar verdaderamente
contra
ti.


la suerte no era dama para mí

siendo medianamente joven me sentaba en los bares
poniéndome hasta las orejas
pensando en algo que pudiera
sucederme, quiero decir, intentaba con las damas:
“oye, muñeca, escucha, los vendedores ambulantes
lloran por tu belleza…”
o algo así.
ellas nunca volteaban, miraban hacia el
frente, justo hacia el frente,
aburridas.
“oye, muñeca, escucha, soy un
genio, ja, ja…”
calladas frente al espejo del bar, estas
mágicas criaturas, estas sirenas secretas,
de grandes piernas, estallando desde sus
vestidos, usando brillantes tacones como
dagas, pendientes, bocas de fresa,
sentadas ahí, sentadas ahí,
sentadas ahí.
una de ellas me dijo: “me
aburres.”
“no, muñeca, estás
atrasada…”
“oh, cállate…”
entonces entraba el galán, algún tipo
pulcro con traje, bigote de lápiz, corbata de moño;
delgado, ligero, musical, delicado
y tan sabihondo
y todas las damas comenzaban a llamarlo
por su nombre: “oh, Murray, Murray”
o algo así.
“qué tal, muchachas!”
siempre supe que podía derribar a uno de esos
jodidos pero eso difícilmente hubiese tenido relevancia
entre la suma total de cosas,
las damas simplemente se reunían alrededor de Murray
(o algo así) y continuaban ordenando
bebidas,
compartiendo la música de la sinfonola
y escuchando la risa de sus
bromas privadas
que yo difícilmente
podía
oír.
yo me preguntaba cuántas cosas maravillosas
me estaba perdiendo, el secreto de la
magia, algo que ellos conocían,
y me sentí otra vez como el idiota en el
patio de la escuela, a veces un hombre nunca sale
de ahí -queda marcado, uno se da cuenta con un
simple vistazo
y así
me excluían,
“soy el rostro perdido de
Jano,” (*) pude haber dicho en algún
momento de silencio.
para ser,
por supuesto
ignorado.
ellos enfilaban
hacia sus carros en el estacionamiento trasero
fumando
riendo
para alejarse
hacia una consumada
victoria eterna
dejándome
para seguir bebiendo
yo solo
sentado ahí
con el rostro del
cantinero cerca del
mío:
“ÚLTIMA RONDA!”
su carnoso rostro indiferente
de pacotilla bajo la luz
barata
después de mi último trago

salía hacia mi carro de diez años de edad
junto a la banqueta
subía
y manejaba siempre cuidadosamente
hacia mi cuarto
de alquiler
recordando el patio de la escuela
de nuevo,
durante el recreo,
me escogían al último

para el juego de beisbol,
el mismo sol brillando sobre mí
igual que sobre ellos,
luego oscurecía,
la mayoría de la gente del mundo
reunida;
mi cigarrillo colgante,
y yo escuchaba el sonido
del motor.

(*) N. del T. Jano. Dios de dos caras que veía el pasado y el porvenir.


platónico

ella deseaba una tarde platónica y le dije, muy bien
pero qué haremos?
ella dijo, me gusta conversar.
así que la llevé al hipódromo y
conversamos.
ella llevaba una cinta india en la cabeza
y conversó sobre literatura
y yo sobre caballos
ella iba a enseñar poesía cuando regresara
al este
después de las carreras, ella mencionó
que le gustaba este lugar hispano, que la comida era muy
buena, ya dado que yo había ganado $65 en las apuestas
pensé que estaría bien.
la decoración era española
la comida mexicana y
el hombre al piano cantaba canciones norteamericanas
en inglés,
estridente.
ordenamos bebidas y cena
y ella hablaba fuerte y
agudo
para que pudiera escucharla por encima
del cantante y del piano
ella gritó: realmente deseo
enseñar! he deseado hacer algo
parecido desde que mis
hijos crecieron!
yo grité: ajá!
me comenzó a dar jaqueca
ella gritó: crees que la poesía
puede ser enseñada?
yo grité: no!
ella gritó: creo que yo sí puedo hacerlo!
yo grité: quieres otra bebida?
*
regresé a mi asiento con algo de vodka
con seven up
algún día, gritó, voy a
aislarme dentro de mí misma! voy a estar sola
y realmente voy a escribir algo!
ella continuaba gritando aunque
el hombre del piano ya se había retirado.
mientras ella hacía proclamaciones
como que giraba, una semi-danza
con repetidos movimientos de los brazos. a veces
reía frenéticamente y golpeteaba mis piernas y las pellizcaba.
los dioses no me ignorarán!
gritaba.
te llevaré hasta tu carro, le
dije, este vecindario está
lleno de violadores.
oh, te agradezco, dijo.
después de subirse al carro
y encender el motor
bajó la ventana
y me besó en la mejilla,
y se alejó.
bien, como dicen:
el sexo no lo es todo.
también está el alma.
regresé a mi lugar
y comencé a buscar la
mía.


Amor
gas, dijo el, ámame
bésame
besa mis labios
besa mi pelo
mis dedos
mis ojos, mi cerebro
hazme olvidar.
gas, dijo el, ámame
el tenia una habitación en el tercer piso
rechazado por una docena de mujeres
35 editores
y media docena de agencias de empleo
y no digo que él fuera nada
bueno
abrió todos las fogones
sin encenderlos
y se fue a la cama
algunas horas más tarde un tipo
yendo a la habitación 309
encendió un cigarrillo en el
hall


y un sofá voló por la ventana
una pared estalló como arena húmeda
una llama púrpura ardió a 20 metros en el aire
el tipo en la cama no lo supo, ni le importó
pero tengo que decir que él
estuvo bastante bien
ese día.


Sin sueños

las camareras de pelo gris
en los cafés por la noche
se rindieron,
y mientras camino por las veredas de la luz
y miro las ventanas
de las casas de las enfermeras
puedo ver que ya no es
con ellas.
veo gente sentada en los bancos de la plaza
y puedo ver por la manera
en que se sientan y miran
que se acabó.

veo gente manejando autos
y veo por la manera en que manejan sus autos
que ni aman ni son
amados
ni consideran el sexo
está todo olvidado
como una vieja película.

veo gente en las tiendas y supermercados
caminando por los pasillos
comprando cosas
y puedo ver por la manera en que
les queda la ropa y por la manera en que
caminan y por sus caras y sus ojos
que no les importa nada
y nada se preocupa
por ellos
puedo ver cien personas por día
que se rindieron
del todo

si voy al hipódromo
o a algún espectáculo deportivo
puedo ver miles
que no sienten nada por nada o
por nadie
y no reciben
ningún sentimiento.



por todas partes veo a aquellos que
no mendigan nada sino
comida, refugio y
ropa, ellos se concentran
en eso,
sin sueños.

no entiendo por qué esa gente no
desaparece
no entiendo por qué esa gente no
expira
por qué las nubes
no los asesinan
o por qué los perros
no los asesinan
o por qué las flores y los niños
no los asesinan,
no entiendo
supongo que ya están asesinados
sin embargo, no puedo acomodarme al
hecho de que existan
porque son
demasiados

cada día
cada noche
hay más de ellos
en los subtes
en los edificios
en los parques

no sienten terror
por no amar
o por no
ser amados.

tantas tantas tantas
de mis criaturas
compañeras.













Paris

fue como no haber estado allí.
Céline se había ido.
no había nadie allí.
París fue un bocado de aire azulado.
las mujeres pasaban como una inhalación como si tu nunca
fueras a ATREVERTE a irte a la cama con
ellas.
no había ningún ejército por ahí.
todos eran ricos.
no había pobres a la vista.
no había viejos a la vista.
cuando te sentabas en una mesa en un café
te caían celosas miradas
de los demás
asiduos
quienes estaban seguros de ser
más importantes que
tú.
la comida era demasiado cara para comerla.
una botella de vino te costaba
tu mano derecha.
Céline se había ido.
hombres gordos fumaban cigarros convirtiéndose en
gloriosas bocanadas de humo.
hombres delgados permanecían sentados muy estirados y charlaban
únicamente entre sí.
los camareros tenían los pies grandes y estaban seguros
de ser más importantes que
nada y
que nadie.
Céline se había ido.
y Picasso se estaba muriendo.
París fue absolutamente nada.
vi a un perro que parecía un
lobo blanco.
no recuerdo haber abandonado
París.
pero debo de haber estado
allí.
fue de alguna manera como dejarse
una revista de moda en una
estación de tren.

[De: Betting on the muse, Black Sparrow Press, 1996]


Feliz Cumpleaños

cuando Wagner era un
viejo
se dio una fiesta de cumpleaños
en su
honor
y se tocaron
un par de
incidentales composiciones
juveniles.
después
preguntó:
"¿quién escribió éstas?"
"tú", le dijeron.
"ah", respondió
"es como siempre había
sospechado: la muerte
entonces
tiene algo de
virtud".

[De "The last night of the earth poems", Black Sparrow Press, 1992]


Un Poema es una Ciudad

un poema es una ciudad llena de calles y cloacas,
llena de santos, héroes, pordioseros, locos,
llena de banalidad y embriaguez,
llena de lluvia y truenos y períodos
de ahogo, un poema es una ciudad en guerra,
un poema es una ciudad preguntando por qué a un reloj,
un poema es una ciudad ardiendo,
un poema es una ciudad bajo las armas
sus barberías llenas de borrachos cínicos,
un poema es una ciudad donde Dios cabalga desnudo
por las calles como Lady Godiva,
donde los perros ladran en la noche y persiguen
la bandera; un poema es una ciudad de poetas,
muchos de ellos muy similares
y envidiosos y amargados...
un poema es esta ciudad ahora,
a 50 millas de ninguna parte
a las 9:09 de la mañana,
el sabor a licor y cigarrillos,
sin policía, sin amantes, caminando en las calles,
este poema, esta ciudad, cerrando sus puertas,
fortificada, casi vacía,
enlutada sin lágrimas, envejecida sin pena,
las montañas rocosas,
el océano como una llama de lavanda,
una luna carente de grandeza,
una leve música de ventanas rotas...
un poema es una ciudad, un poema es una nación,
un poema es el mundo...
y ahora pongo esto bajo el cristal
para el loco escrutinio del editor
y la noche está en cualquier lado
y lánguidas damas grises se alinean
el perro sigue al perro al estuario
las trompetas anuncian los patíbulos
mientras los hombrecillos deliran sobre cosas
que no pueden hacer.

[De "The days run away like wild horses over the hills", Black Sparrow Press, 1969]


El Infierno es una Puerta Cerrada

hasta cuando me moría de hambre
las notas de rechazo difícilmente me molestaban:
sólo creía que los editores eran
verdaderamente estúpidos
y sólo fui y escribí más y
más.
hasta consideraba los rechazos como
acción; lo peor era el buzón vacío.
si una debilidad o un sueño tuve
fue
sólo querer ver a uno de aquellos
editores
que me rechazaron,
ver la cara de él o de ella, la forma
en que vestían, la forma en que cruzaban
una habitación, el sonido de su voz, la mirada
de sus ojos...
sólo una mirada a uno de ellos-
ves, cuando miras esto
un pedazo de papel impreso
diciéndote que
no eres muy bueno
entonces hay una tendencia
a pensar que los editores
son más parecidos a dioses que
lo que son.
el infierno es una puerta cerrada
cuando te estás muriendo de hambre por tu
maldito arte
pero algunas veces sientes al menos que
echas una mirada a través del ojo de la cerradura.
joven o viejo, bueno o malo,
no creo que nada muera tan lenta y
duramente como un
escritor.

[De "The last night night of the earth poems", Black Sparrow Press, 1992]


Atrapado
no desvistas mi amor
podrías encontrar un maniquí:
no desvistas el maniquí
podrías encontrar
mi amor.

hace mucho que ella
me ha olvidado.

se está probando un nuevo
sombrero
y parece más
coqueta
que nunca.

ella es una cría
y un maniquí
y muerte.

no puedo odiar
eso

ella no hizo
nada
fuera de lo normal.

yo sólo quería
que lo hiciera.


Tira de un hilo, un títere se mueve...
cada hombre debe darse cuenta
de que todo puede desaparecer muy
rápidamente:
el gato, la mujer, el trabajo,
la rueda delantera,
la cama, las paredes, la
habitación; todas nuestras pequeñas necesidades
incluyendo el amor,
posarse en cimientos de arena-
y cualquier causa que se dé,
sin importar su falta de relación:
la muerte de un chico en Hong Kong
o una ventisca en Omaha...
puede servir para crear tu ruina.
toda tu vajilla china estrellándose contra el
suelo de la cocina, tu chica entrará
y tú estarás de pie, borracho,
en medio de todo y ella preguntará:
¿dios mío, qué es lo que pasa?
Y tú responderás: no sé,
no sé...


Hoy los mirlos están alborotados
más que solo que un huerto seco y agotado
puesto sobre la tierra
para uso y abuso.

Abatido como un ex boxeador que vende
periódicos en la esquina

deshecho en lágrimas como
una corista que se ha hecho vieja
y recibe su último cheque.

un pañuelo vendrá bien su señoría,
vuestra merced,

hoy los mirlos está alborotados
como las uñas encarnadas
en una noche
en la celda...
vino gemido vino,
los mirlos corretean y
revolotean
repitiendo
melodías y castañuelas españolas,
y cualquier parte no está en
ninguna parte...
es un sueño peor que
las tortitas o una rueda pinchada:
por qué continuamos
con la cabeza y
los bolsillos llenos de
polvo
como un niño malo que acaban de expulsar
del colegio...
dígamelo
usted que fue un héroe en alguna
revolución
usted que enseña a los niños
usted que bebe con calma
usted que posee grandes casas
y pasea por jardines
usted que ha matado a un hombre y posee una
bella esposa
dígamelo usted
por qué ardo como un
viejo vertedero
seco

podríamos mantener una correspondencia
interesante,
tendríamos ocupado al cartero
y las mariposas y las hormigas y los puentes y
los cementerios
las estructuras de cohetes y los perros y los mecánicos de coches
continuarían
un poco más
hasta que nos quedásemos sin sellos
y/o ideas.

no se avergüence de
nada supongo que Dios pensó en todo
incluso
en las cerraduras
de las puertas.


cuando pienso en mi muerte
pienso en automóviles estacionados en un
estacionamiento
cuando pienso en mi muerte
pienso en sartenes
cuando pienso en mi muerte
pienso que alguien te hace el amor
cuando no estoy
cuando pienso en mi muerte
tengo problemas para respirar
cuando pienso en mi muerte
pienso en toda la gente que espera morir
cuando pienso en mi muerte
pienso que no podré tomar agua nunca más
cuando pienso en mi muerte
el aire se vuelve completamente blanco
las cucarachas en mi cocina
tiemblan
y pienso que alguien tendrá que tirar
mi ropa interior limpia y sucia
muy lejos.


melancolía
la historia de la melancolía
nos incluye a todos.
me retuerzo entre las sábanas sucias
mientras fijo mi mirada
en las paredes azules
y nada.
me he acostumbrado tanto a la melancolía
que
la saludo como a una vieja
amiga.
ahora tendré 15 minutos de aflicción
por la pelirroja que se fue,
se lo diré a los dioses.
me siento realmente mal
realmente triste
entonces me levanto
PURIFICADO
aunque no haya resuelto
nada
(...)
hay algo mal en mí
además de la
melancolía


oh sí
hay cosas peores que
estar solo
pero a menudo toma décadas
darse cuenta de ello
y más a menudo
cuando esto ocurre
es demasiado tarde
y no hay nada peor
que
un demasiado tarde


verdad

una de las mejores líneas de Lorca
es,
“agonía, siempre
agonía…”
piensa en esto cuando
mates una
cucaracha o
recojas un hoja para
afeitarte
despertando en la mañana
para
enfrentar el
sol


 
 Deje de mirarme las tetas, señor
Big Bart era el tío más salvaje del Oeste. Tenía la pistola más veloz del Oeste, y se había follado mayor variedad de mujeres que cualquier otro tío en el Oeste. No era aficionado a bañarse, ni a la mierda de toro, ni a discutir, ni a ser un segundón. También era guía de una caravana de emigrantes, y no había otro hombre de su edad que hubiese matado más indios, o follado más mujeres, o matado más hombres blancos.
Big Bart era un tío grande y él lo sabía y todo el mundo lo sabía. Incluso sus pedos eran excepcionales, más sonoros que la campana de la cena; y estaba además muy bien dotado, un gran mango siempre tieso e infernal. Su deber consistía en llevar las carretas a través de la sabana sanas y salvas, fornicar con las mujeres, matar a unos cuantos hombres, y entonces volver al Este a por otra caravana. Tenía una barba negra, unos sucios orificios en la nariz, y unos radiantes dientes amarillentos.
Acababa de metérsela a la joven esposa de Billy Joe, la estaba sacando los infiernos a martillazos de polla mientras obligaba a Billy Joe a observarlos.
Obligaba a la chica a hablarle a su marido mientras lo hacían. Le obligaba a decir: -¡Ah, Billy Joe, todo este palo, este cuello de pavo me atraviesa desde el coño hasta la garganta, no puedo respirar, me ahoga! ¡Sálvame, Billy Joe! ¡No, Billy Joe, no me salves! ¡Aaah!
Luego de que Big Bart se corriera, hizo que Billy Joe le lavara las partes y entonces salieron todos juntos a disfrutar de una espléndida cena a base de tocino, judías y galletas.
Al día siguiente se encontraron con una carreta solitaria que atravesaba la pradera por sus propios medios. Un chico delgaducho, de unos dieciséis años, con un acné cosa mala, llevaba las riendas. Big Bart se acercó cabalgando.
-¡Eh, chico! -dijo.
El chico no contestó.
-Te estoy hablando, chaval...
-Chúpame el culo -dijo el chico.
-Soy Big Bart.
-Chúpame el culo.
-¿Cómo te llamas, hijo?
-Me llaman «El Niño».
-Mira, Niño, no hay manera de que un hombre atraviese estas praderas con una sola carreta.
-Yo pienso hacerlo.
-Bueno, son tus pelotas, Niño -dijo Big Bart, y se dispuso a dar la vuelta a su caballo, cuando se abrieron las cortinas de la carreta y apareció esa mujercita, con unos pechos increíbles, un culo grande y bonito, y unos ojos como el cielo después de la lluvia. Dirigió su mirada hacia Big Bart, y el cuello de pavo se puso duro y chocó contra el torno de la silla de montar.
-Por tu propio bien, Niño, vente con nosotros.
-Que te den por el culo, viejo -dijo el chico-. No hago caso de avisos de viejos follamadres con los calzoncillos sucios.
-He matado a hombres sólo porque me disgustaba su mirada.
El Niño escupió al suelo. Entonces se incorporó y se rascó los cojones.
-Mira, viejo, me aburres. Ahora desaparece de mi vista o te voy a convertir en una plasta de queso suizo.
-Niño -dijo la chica asomándose por encima de él, saliéndosele una teta y poniendo cachondo al sol-. Niño, creo que este hombre tiene razón. No tenemos posibilidades contra esos cabronazos de indios si vamos solos. No seas gilipollas. Dile a este hombre que nos uniremos a ellos.
-Nos uniremos -dijo el Niño.
-¿Cómo se llama tu chica? -preguntó Big Bart.
-Rocío de Miel -dijo el Niño.
-Y deje de mirarme las tetas, señor -dijo Rocío de Miel-o le voy a sacar la mierda a hostias.
Las cosas fueron bien por un tiempo. Hubo una escaramuza con los indios en Blueball Canyon. 37 indios muertos, uno prisionero. Sin bajas americanas. Big Bart le puso una argolla en la nariz...
Era obvio que Big Bart se ponía cachondo con Rocío de Miel. No podía apartar sus ojos de ella. Ese culo, casi todo por culpa de ese culo. Una vez mirándola se cayó de su caballo y uno de los cocineros indios se puso a reír.
Quedó un sólo cocinero indio.
Un día Big Bart mandó al Niño con una partida de caza a matar algunos búfalos.
Big Bart esperó hasta que desaparecieron de la vista y entonces se fue hacia la carreta del Niño. Subió por el sillín, apartó la cortina, y entró. Rocío de Miel estaba tumbada en el centro de la carreta masturbándose.
-Cristo, nena -dijo Big Bart-. ¡No lo malgastes!
-Lárgate de aquí -dijo Rocío de Miel sacando el dedo de su chocho y apuntando a Big Bart-. ¡Lárgate de aquí echando leches y déjame hacer mis cosas!
-¡Tu hombre no te cuida lo suficiente, Rocío de Miel!
-Claro que me cuida, gilipollas, sólo que no tengo bastante. Lo único que ocurre es que después del período me pongo cachonda.
-Escucha, nena...
-¡Que te den por el culo!
-Escucha, nena, contempla...
Entonces sacó el gran martillo. Era púrpura, descapullado, infernal, y basculaba de un lado a otro como el péndulo de un gran reloj. Gotas de semen lubricante cayeron al suelo.
Rocío de Miel no pudo apartar sus ojos de tal instrumento. Después de un rato dijo: -¡No me vas a meter esa condenada cosa dentro!
-Dilo como si de verdad lo sintieras, Rocío de Miel.
-¡NO VAS A METERME ESA CONDENADA COSA DENTRO!
-¿Pero por qué? ¿Por qué? ¡Mírala!
-¡La estoy mirando!
-¿Pero por qué no la deseas?
-Porque estoy enamorada del Niño.
-¿Amor? -dijo Big Bart riéndose-. ¿Amor? ¡Eso es un cuento para idiotas! ¡Mira esta condenada estaca! ¡Puede matar de amor a cualquier hora!
-Yo amo al Niño, Big Bart.
-Y también está mi lengua -dijo Big Bart-. ¡La mejor lengua del Oeste!
La sacó e hizo ejercicios gimnásticos con ella.
-Yo amo al Niño -dijo Rocío de Miel.
-Bueno, pues jódete -dijo Big Bart y de un salto se echó encima de ella. Era un trabajo de perros meter toda esa cosa, y cuando lo consiguió, Rocío de Miel gritó. Había dado unos siete caderazos entre los muslos de la chica, cuando se vio arrastrado rudamente hacia atrás.
ERA EL NIÑO, DE VUELTA DE LA PARTIDA DE CAZA.
-Te trajimos tus búfalos, hijoputa. Ahora, si te subes los pantalones y sales afuera, arreglaremos el resto...
-Soy la pistola más rápida del Oeste -dijo Big Bart.
-Te haré un agujero tan grande, que el ojo de tu culo parecerá sólo un poro de la piel -dijo el Niño-. Vamos, acabemos de una vez. Estoy hambriento y quiero cenar. Cazar búfalos abre el apetito...
Los hombres se sentaron alrededor del campo de tiro, observando. Había una tensa vibración en el aire. Las mujeres se quedaron en las carretas, rezando, masturbándose y bebiendo ginebra. Big Bart tenía 34 muescas en su pistola, y una fama infernal. El Niño no tenía ninguna muesca en su arma, pero tenía una confianza en sí mismo que Big Bart no había visto nunca en sus otros oponentes. Big Bart parecía el más nervioso de los dos. Se tomó un trago de whisky, bebiéndose la mitad de la botella, y entonces caminó hacia el Niño.
-Mira, Niño...
-¿Sí, hijoputa...?
-Mira, quiero decir, ¿por qué te cabreas?
-¡Te voy a volar las pelotas, viejo!
-¿Pero por qué?
-¡Estabas jodiendo con mi mujer, viejo!
-Escucha, Niño, ¿es que no lo ves? Las mujeres juegan con un hombre detrás de otro. Sólo somos víctimas del mismo juego.
-No quiero escuchar tu mierda, papá. ¡Ahora aléjate y prepárate a desenfundar!
-Niño...
-¡Aléjate y listo para disparar!
Los hombres en el campo de fuego se levantaron. Una ligera brisa vino del Oeste oliendo a mierda de caballo. Alguien tosió. Las mujeres se agazaparon en las carretas, bebiendo ginebra, rezando y masturbándose. El crepúsculo caía.
Big Bart y el Niño estaban separados 30 pasos.
-Desenfunda tú, mierda seca -dijo el Niño-, desenfunda, viejo de mierda, sucio rijoso.
Despacio, a través de las cortinas de una carreta, apareció una mujer con un rifle. Era Rocío de Miel. Se puso el rifle al hombro y lo apoyó en un barril.
-Vamos, violador cornudo -dijo el Niño-. ¡DESENFUNDA!
La mano de Big Bart bajó hacia su revolver. Sonó un disparo cortando el crepúsculo. Rocío de Miel bajó su rifle humeante y volvió a meterse en la carreta. El Niño estaba muerto en el suelo, con un agujero en la nuca. Big Bart enfundó su pistola sin usar y caminó hacia la carreta. La luna estaba ya alta.


[Reclamo y pataleo a los editores: ¿Para cuándo una traducción al español del Río de la Plata de Bukowski? ¿Por qué el garrón de tener que acordarnos que la polla no es la mujer del pollo sino la elemental pija argentina, o que el ridículo y espantoso follar no suena para nosotros tan contundente como coger o garchar?]

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