"Deberíamos escribir una verdadera historia del dolor". Controvertido Michel Serres, historiador y filósofo. ¿No es todo el transcurso de la historia humana una irrefutable historia del dolor? Pero no le falta razón si lo que pretende es enfocar la evolución cultural de nuestra especie desde el punto de vista del sufrimiento y darlo a conocer como una especialidad de Historia. "No nos damos cuenta de verdad de hasta qué punto sufrieron nuestros antepasados y no somos conscientes de todos los medicamentos que tenemos y que nos ayudan a vivir mejor y a combatir el dolor mejor. ¡Pero si el rey Luis XIV tenía los mejores médicos a su alrededor y se pasó la vida chillando de dolor porque tenía una fístula anal incurable! Hoy, eso se arregla con una pequeña intervención quirúrgica y tres días de antibióticos”. No por ser un planteamiento aparentemente optimista y dominado por la visión occidentalista y de mundo desarrollado es menos real. El dolor, no sé si en todas sus vertientes, se ha reducido o reconducido, pero no se ha eliminado. Tal vez nunca se elimine y si se anula para unas sociedades probablemente no llegarán los beneficios a aquellas a las que todo llega tarde y mal.
Serres quiere aportar una visión menos pesimista de la que hoy domina en Occidente, “Si usted busca en Internet 'causas de mortalidad en el mundo le saldrán las cifras oficiales facilitadas por la Organización Mundial de la Salud. No son datos de Michel Serres, sino de la OMS. Bueno, pues verá usted que la causa menos frecuente de muerte en la actualidad es 'guerras, violencia y terrorismo'. Muere infinitamente más gente a causa del tabaco y de accidentes de coche. Así que hay una gran contradicción entre el estado real de las cosas y la forma en que lo estamos percibiendo, porque vivimos como si estuviéramos inmersos en un estado de violencia perpetua, pero eso no es real en absoluto”. ¿Es una comparación peligrosa y equívoca o un aferrarse a los datos para que no nos equivoquemos al ser catastrofistas? Los datos sobre las innumerables causas del dolor no niegan nunca unas y otras, pero deberían ayudarnos a interpretar el mundo en que vivimos. Aunque acaso sea un progreso de Occidente, donde hasta el dolor es un elemento de lujo, digamos, frente a países de amplias regiones del planeta donde es el pan de cada día. ¿Es demasiado tajante y reduccionista Michel Serres cuando escribe que con la explosión de Hiroshima triunfa y a la vez se acaba la edad de la muerte? Para mí, sí, aunque tal vez con este tipo de frases lapidarias pretenda redirigir el fatalismo hacia una esperanza. Aunque, ¿es la manera? ¿O solo servirá para aplacar conciencias sobre la necesidad de un compromiso más consecuente con el resto del mundo?
Serres quiere aportar una visión menos pesimista de la que hoy domina en Occidente, “Si usted busca en Internet 'causas de mortalidad en el mundo le saldrán las cifras oficiales facilitadas por la Organización Mundial de la Salud. No son datos de Michel Serres, sino de la OMS. Bueno, pues verá usted que la causa menos frecuente de muerte en la actualidad es 'guerras, violencia y terrorismo'. Muere infinitamente más gente a causa del tabaco y de accidentes de coche. Así que hay una gran contradicción entre el estado real de las cosas y la forma en que lo estamos percibiendo, porque vivimos como si estuviéramos inmersos en un estado de violencia perpetua, pero eso no es real en absoluto”. ¿Es una comparación peligrosa y equívoca o un aferrarse a los datos para que no nos equivoquemos al ser catastrofistas? Los datos sobre las innumerables causas del dolor no niegan nunca unas y otras, pero deberían ayudarnos a interpretar el mundo en que vivimos. Aunque acaso sea un progreso de Occidente, donde hasta el dolor es un elemento de lujo, digamos, frente a países de amplias regiones del planeta donde es el pan de cada día. ¿Es demasiado tajante y reduccionista Michel Serres cuando escribe que con la explosión de Hiroshima triunfa y a la vez se acaba la edad de la muerte? Para mí, sí, aunque tal vez con este tipo de frases lapidarias pretenda redirigir el fatalismo hacia una esperanza. Aunque, ¿es la manera? ¿O solo servirá para aplacar conciencias sobre la necesidad de un compromiso más consecuente con el resto del mundo?
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