Ringo Starr: "Los Beatles cumplieron sobradamene con todo lo que se esperaba de ellos"

Siempre se tuvo la idea que Ringo Starr (1940) era la parte decorativa, prescindible, de los Beatles. Se corrieron muchas versiones sobre su inclusión en el grupo. Una de las más fuertes indicaba que el baterista fue elegido a ojo por Brian Epstein (1934-1967), el mánager del grupo, y no por sus cualidades musicales. Los mismos Beatles reconocieron que no fue Ringo quien grabó una de las caras del primer disco que lanzaron al mercado el 5 de octubre de 1962. El propio director de la Parlophone, la compañía discográfica de EMI en Inglaterra, el productor George Martin (1926) comentó mucho después: "Ringo no me gustó mucho. No sabía hacer el redoble; y todavía no sabe, aquí ha mejorado bastante. Ringo estaba bien para las salas de baile. Pero para un disco era mejor utilizar a alguien con experiencia". Por eso contrató a un baterista profesional, el escocés Andy White (1930), ya que no quería correr riesgos con la primera grabación porque quien se jugaba ante la compañía era él. Por entonces, la Parlophone estaba pasando por un mal momento y estaba a punto de cerrar sus puertas definitivamente. Hasta entonces se había dedicado a distribuir música clásica, pero, gracias a los Beatles, se hizo mundialmente famosa y hoy edita a Foo Fighters, Coldplay, Blur, Radiohead, The Verve y Gorillaz, entre otros. Los otros beatles, John Lennon (1940-1980), George Harrison (1943-2001) y Paul McCartney (1942), ya conocían lo que era un estudio de grabación: ellos habían acompañado a Tony Sheridan (1940) en Hamburgo, pero para Ringo era una experiencia totalmente nueva. Cuando el grupo comenzó sus primeros escarceos de separación, Ringo comenzó a dedicarse con más profesionalidad a diversos papeles que le ofrecieron como actor cinematográfico. El hecho de ser uno de los integrantes del grupo musical más importante del mundo, tentó a los productores que vieron en él un atractivo taquillero. Cada vez más fue alejándose de los estudios de grabación a los que sólo volvía cuando sus conocidos le pedían que los acompañara. De todos modos grabó sus primeros álbumes como solista ("Sentimental journey" y "Beaucoups of blues") a instancias de la compañía Apple, que creía conveniente que lo hiciera para tenerlo en su catálogo y para que la imagen de los Beatles -juntos o separados- no se diluyera. Estos discos no tuvieron demasiado éxito, más allá de los fans que seguían consumiendo cualquier producto que tuviera el sello beatle. En marzo de 1972, al poco tiempo del lanzamiento del single "Back off boogaloo" que más tarde sería incluído en el álbum "Ringo" de 1973, y mientras trabajaba en el documental "Did somebody drop his mouse?", Margarita Martínez, corresponsal de la revista "Pelo", lo entrevistó en Londres para la edición nº 30 de su revista que apareció en Buenos Aires en octubre de 1972.

¿Recordás aún tu primer día con los Beatles?

Yo estaba muy nervioso. Cuando fui al estudio para grabar la cara B de un simple me encontré con otro tipo sentado a la batería. Fue horrible. Entonces empezaron a tocar "P.S. I love you". El otro tocaba la batería y a mí me dieron las maracas. Después decidieron grabar nuevamente "Love me do", y esta vez me dieron la pandereta. Entonces pensé: "Aquí se acabó todo, van a hacer conmigo lo mismo que hicieron cuando echaron a Pete Best". No fue así. Finalmente George Martín eligió una de las tomas que yo había grabado.

¿Por qué compusiste tan pocos temas para la banda?

Siempre he contestado que compondría temas con mucho gusto. Pero debo ser sincero: en realidad no compuse porque tenía pereza. Por lo demás creo que hay cosas mucho más importantes que escribir canciones "pop".

¿Qué hubiera sido de tu vida si los Beatles no te hubieran llamado para tocar junto a ellos?

Bueno, yo era baterista, por eso me llamaron, así que hubiera seguido tocando con otro grupo; no quiero decir que lo hubiera sido de los Rolling Stones o de Cliff Richard, pero hubiera llegado a sigo importante dentro de la música, eso lo puedes tener por seguro.
Sin embargo, en reportajes anteriores has afirmado que no eres un baterista muy talentoso.
Es probable que haya dicho eso, no lo recuerdo bien, pero seguramente me estaba refiriendo en el sentido de un Ginger Baker o un Buddy Rich. Pero no hace falta ser un técnico de esa naturaleza para llegar. Para que ir más lejos: yo soy el mejor ejemplo. ¿O no fuí el baterista de los Beatles?
¿Creés que los papeles que tuviste en el cine son producto de tu trabajo y de tu propia personalidad o una consecuencia de haber pertenecido a los Beatles?
Creo que es claro: en un principio me llamaron porque yo era un miembro de los Beatles. Eso fue en "Candy", pero ya es distinto. En "The magic christian" (El cristiano mágico) y en "Blindman" (La marca del ciego) pienso que debe haber sido por mis propios méritos. Por supuesto mis méritos corren con ventaja porque ya tenía un nombre para el cartel antes de comenzar a actuar, pero eso se va a ir superando en los productores, en el público y en mí mismo.
¿Cuál es tu posición con respecto a la disputa entre Paul y John?
Mi posición es no hablar más del asunto. Creo que es un problema de familia y no hay que andar divulgándolo ni dándolo a publicidad.
Ese no parece ser el criterio de Apple...
Apple es una compañía en la que yo tengo acciones, pero no dirijo toda su estructura. Yo hablo por mí mismo. De ese asunto no quiero hablar.
Hace unos meses se rumoreaba que los Beatles volverían a integrarse, pero sin John porque el se oponía.
Es cierto, hubo algo de eso, pero fue una especulación hecha entre abogados. Creo que, en definitiva, los que tendríamos que decidir una cosa así seríamos nosotros mismos.
En el caso de que tuvieran tanta libertad, ¿cuál sería tu posición?
Para mí, los Beatles cumplieron sobradamene con todo lo que se esperaba de ellos. No veo por qué volver al pasado.

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