Llegó como un extraño a París y se convirtió en unos de los más reconocidos cantantes de Francia.
"Le Métèque" fue la canción que disparó la fama de Moustaki en 1969. Esta canción francesa expresaba lo que sentían los extranjeros en el París de los años 60 ante el rechazo de los franceses. Moustaki usa aquí el término “Meteco”, proveniente de la antigua Grecia, que significaba simplemente no griego y que no tenía el significado peyorativo que tiene hoy en Francia. Una palabra comparable a “sudaca”, empleada en España para los latinoamericanos inmigrantes o a “Kanake”, usada en Alemania por xenófobos contra algunos inmigrantes.
“Vengo a tí, mi dulce amiga, con mi facha de extranjero; de judío errante; de pastor griego y cabellos al azar”, cantó Georges Moustaki presentándose como un descendiente de la milenaria cultura multiétnica del Mediterráneo.
Giuseppe Mustacchi, su nombre real, nació en la antigua y cosmopolita ciudad egipcia de Alejandría el 3 de mayo de 1934. Sus padres, de origen griego y confesión judía, le pusieron un nombre italiano. El negocio de sus padres era lugar de reunión de intelectuales de diferentes culturas e idiomas. El pequeño Giuseppe asistió a la escuela francesa.
En 1951, una vez terminado los estudios de bachillerato, se fue a París, la ciudad que prometía cumplirle todos los sueños románticos a Moustaki, a sus 17 años de edad. París era, por ese entonces, la cuna de la canción romántica, la pasión del joven.
El francés mismo es música
Una “chanson” es pura magia y poesía, dijo alguna vez Georges Moustaki, quien resumía esa idea diciendo que “una chanson es francés cantado”.
Durante los primeros años en París Moustaki se ganaba la vida escribiendo para un diario egipcio. Pero también fue barman, vendió libros y tocó guitarra en los cafés de Montparnasse. Allí conoció al famoso chansonnier Georges Brassens que se convertiría en su amigo y mentor. Fue en su honor que Giuseppe cambió su nombre artístico por el de Georges.
Piaf, el mito y su amante
Moustaki se movía en el mundillo de los cantantes de música francesa en los cafés y cabarets de la bohemia de París. Allí comenzó a componer para sus colegas: tanto para el gran Yves Montand como para la incomparable Edith Piaf, por ejemplo. A pesar de que “la Piaf” tenía veinte años más que George Moustaki, tuvieron un turbulento romance. Durante ese tiempo Moustaki escribió “Milord”, para Edith Piaf y que fue un éxito mundial en 1959.
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