Jean-Paul Sartre

Publicado: 25 septiembre, 2010 en Biografias

Jean-Paul Sartre Schweitzer nace en París el 21 de junio del 1905. Nació más tarde de lo esperado y su padre hacía un mes que, muy a pesar suyo, había tenido que volver a embarcar. Jean-Batiste Sartre era, por aquel entonces, segundo oficial del torpedero La Tourmente. Era natural de Thiviers (Périgord, Aquitania), y su esposa, Anne-Marie Schweitzer, famosa familia alsaciana, de Mâcon. Jean-Batiste conoció a su hijo el 12 de noviembre, ya enfermo de gravedad, y murió el 17 de noviembre del 1906 a los 30 años de edad. “Él y yo pisamos durante algún tiempo la misma tierra”, comentará Sartre. Al día siguiente madre e hijo parten para París. “Al morir mi padre, Anne-Marie y yo nos despertamos de una pesadilla común, yo me curé […] La muerte de Jean-Batiste fue el gran acontecimiento de mi vida: hizo que mi madre volviera a sus cadenas y a mí me dio la libertad[…] Me dieron a entender que, más que el hijo de un muerto, era el hijo de un milagro. Sin duda de aquí procede mi ligereza.” Así nos describe Sartre sus primeros pasos biográficos en una de sus mejores obras, Les Mots de 1963. Durante años, hasta 1917, vive y reina en casa de los Schweitzer. Dormía en la misma habitación que su madre, “la amante incestuosa”. Es Poulou, y todo el mundo mima a ese niño inteligente. No obstante, a los siete años, su abuelo le cortó sus preciosos tirabuzones y se vio como un sapo. Pero el disgusto duró poco. Fueron años maravillosos. “Era el paraíso. Cada mañana me despertaba maravillado, sorprendido por la inmensa suerte de haber nacido en la familia más unida del mundo.” Su abuelo Karl le introdujo en el mundo fantástico de su biblioteca. Allí Sartre era feliz, su imaginación se alimentaba de fascículos de aventuras y se sumergía en cuantos libros caían en sus manos. Según comentaba siempre, nunca volvió a ser tan feliz. Llegó a aprenderse de memoria el final de Madame Bovary y convivió en un mundo fantástico que creó con los clásicos que leía: “A esos ilustres difuntos los trato como a compañeros de colegio; […] Sus genios me han pertenecido, los he tenido en mis manos, los he amado con pasión, con toda reverencia.”
Anne-Marie se vuelve a casar en 1917, consigue la tutela de su hijo y se trasladan a La Rochelle. En septiembre, Sartre ingresa en el liceo y pronto empieza a destacar por su carácter peleón, su endeblez física, sus citas y su altanería. Se rompió su mundo mágico: se lleva mal con su padrastro y le robaron a su madre. Fue el año que, esperando a unos amigos, pierde a Dios. “Así se forjó mi destino, en el número uno de la calle Le Goff, en un piso de la quinta planta, debajo de Goethe y de Schiller, encima de Moliere, de Racine, de la Fontaine, enfrente de Henri Heine, de Victor Hugo.” En 1921 vuelve a París e ingresa interno en el liceo Henri IV, donde conoce a Paul Nizan, bizco como él, con quien inmediatamente confraternizó –llegaron a llamarse Nitre y Sarzan. Los dos pasan al liceo Louis-le-Grand para preparar su ingreso en la Ècole Normale Supèrieure, curioso centro que cultivaba el ir desaliñado y sucio. Nitre y Zarzan pronto destacan en esa faceta y en la de hacer reír a sus compañeros. Sartre también es conocido por S.O. (“sátiro oficial”. En 1924 los dos, junto con Raymond Aron, ingresan en la Êcole Supèrieure. Fueron años fundamentales en su vida. Actúa en teatro y muy pronto muestra su total rechazo al orden y a los ritos burgueses. Con motivo de una sátira contra el ejercito lo ficha la policía. Alcanza su licenciatura en 1927 y suspende su primera oposición a cátedra, la cual consiguió poco después, el mismo año en que la ganó Simone de Beauvoir. Forma un curioso grupo con P. Nizan, R. Aron; Candillac, Simone de Beauvoir, M. Merleau-Ponty y Manhen. Tiene serias dificultades para publicar lo que va escribiendo y Gallimard no le publica su primera novela, Une dèfaite. En 1931 le mandan a El Havre, por la oposición ganada, y ahí se acaba su vida desenfada y despreocupada. Demasiado lejos de París. Pronto triunfa como profesor entre los alumnos, con los que compartía sus correrías por los bares, y comienza su curiosa relación con Simone a la que llama El Castor. En 1933 intercambia su puesto con R. Aron y se traslada a Berlín y durante cuatro años sólo estudia a Husserl. Junto con Simone viaja a España en el 1934 con la intención de conocer el proceso republicano. La transcendance de l’Ego, esquisse d’une description phènomenolgique, primer resultado de sus investigaciones en fenomenología, apareció en 1936; en el mismo año, y en la misma línea, aparecieron L’imagination y L’imaginaire. Gallimard rechaza la publicación de Melancolía, que se publicaría en 1938 con el título de Le Nausée y recibida con toda clase de elogios. La guerra de Hitler le obliga a ir al frente. La disciplina militar no le va y se refugia en la escritura para sobrevivir. Solía llevar, para que le dejaran en paz, un cartel que por un lado ponía “Se me puede joder” y por el otro “Prohibido joderme”. Ideas centrales de su pensamiento nacieron ahí, como nos muestra en Les Carnets de la drôle de guerre.
En 1940 cae prisionero de los alemanes y la necesidad de ayudarse unos a otros para sobrevivir le hace descubrir el “nosotros”. Entre los pocos libros que los alemanes les permiten leer esta El Ser y el Tiempo de M. Heidegger, cosa que Sartre aprovecha para leerlo y dar clases del mismo. Vuelve al Paris ocupado y publica, en 1943, Les Mouches L’Être et Le Nèant. Entable amistad con Albert Camus y forma parte del Comité National des Èscrivains, al que también pertenece, entre otros, P. Picaso. Poco antes de acabar la guerra, 1944, publicó Huis Clos y funda Les Temps Modernes.A partir de este momento la actividad de Sartre es frenética: conferencias, artículos, ensayos, todo tipo de actividades políticas y sociales comprometidas. Sin lugar a dudas la conferencia más importante, por su posterior repercusión, fue la que dio en octubre de 1945:L’ Existencialisme est un humanisme. Con la fama ha perdido uno de sus bienes más queridos, la intimidad. Sus enfrentamientos con P.C.F. son sonados, en el que ingresará poco después. La publicación, en 1950, de L´homme rèvolté de A. Camus provoca una sonora polémica, y ruptura, entre Sartre y Camus. Un viaje a la URSS y la invasión de Hungría, 1956, suponen el final de su etapa en el P.C.F. El conflicto argelino divide a los intelectuales franceses y Sartre toma partido por los argelinos, lo que le provoca ser tildado de mal francés. Preside el Tribunal Rusell contra la guerra del Vietnam y se involucra activamente en los sucesos de “mayo del 68”, el reino de la libertad. En 1964 publica Les Mots, por la que le concedieron el premio Nobel, que rechaza. Publica la primera parte de Critique de la raison dialectique, sigue publicando Situations y trabajando en L’ idiot de la famille. En 1973 pierde la visión del ojo que tenía sano y la ceguera le hace depender de los amigos más íntimos. Así y todo, en 1979 participa en una manifestación frente al Elíseo pro ayuda a Vietnam. El 15 de abril de 1980, en París, muere, a causa de un edema pulmonar.

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