Se reedita «El combate», el genial relato de Norman Mailer sobre la pelea entre Ali y Foreman en 1974

 Literatura y periodismo se dan la mano en esta obra del escritor norteamericano, enviado al Zaire para narrar uno de los acontecimientos deportivos más importantes del siglo XX

pablo martínez pita 

Actualizado:

Es uno de esos textos que provocan afición. No tanto por el boxeo, que también, sino por el periodismo. Del bien hecho, no el de corta-pega o el de «información al instante para olvidar al momento» que tanto se lleva hoy en día. Norman Mailer (1923-2007), ganador de dos premios Pulitzer, ofrece en «El combate» un curso completo de reporterismo, literatura y deporte del ring, disciplinas de las que él mismo era un apasionado.

La editorial Contra acaba de publicar este libro del que solo existía una edición en español de 1976. En él, el escritor norteamericano cuenta su viaje al Zaire (hoy República Democrática del Congo) en 1974, para escribir un largo artículo sobre el combate entre Muhammad Ali (antes Cassius Clay) y George Foreman por el campeonato mundial de los pesos pesados.

Nos encontramos ante un desfile de pintorescas circunstancias y pintorescos personajes, entre ellos el propio Mailer, testigo privilegiado capaz de colarse en cualquier rincón donde esté la noticia y quien, como buen abanderado del nuevo periodismo, usa la primera persona para narrar, con su estilo lleno de humor y agudeza, todo lo que pasa a su alrededor. Tampoco oculta sus preferencias por el triunfo del boxeador convertido a la religión musulmana.

Incluso, yendo más allá, intenta influir en el resultado de la pelea realizando un pequeño ritual: bordear la pared de la terraza de su habitación de hotel, en un séptimo piso e incomprensiblemente sin barandilla, para entrar en la estancia vecina. De hecho, realizó esta operación varias veces seguidas a su regreso de una cena bien regada. Según él, estaba «achispado», no «borracho».

Y es que la magia que circula por la jungla también forma parte del relato. Mailer se deja impregnar por la forma en que los africanos entienden al ser humano, como un compendio de fuerzas o energías «procedentes de todas las cosas vivas y muertas».

Ali intentaba recuperar el trono tras varios años de suspensiónEn medio de este escenario se desarrolla uno de los eventos deportivos más importantes del siglo XX. Muhammed Ali aspira a recuperar el trono perdido, tras perder el título por negarse a realizar el servicio militar. Enfrente, una auténtica máquina de machacar rivales, George Foreman. La forma en que están descritos sus puñetazos al saco de arena, durante su entrenamiento, hace pensar que no hay objeto animado o inanimado que pueda sobrevivir a semejante castigo.

Mientras, Muhammed Ali se dedica a lanzar bravatas y a menospreciar a su rival. Se trata de dos filosofías enfrentadas. Uno representa el arte («vuela como una mariposa, aguijonea como una abeja»), es un bocazas y además se toma su carrera como una forma de mesianismo de la causa negra. Foreman, un tipo callado, se limita a dejarse llevar por su instinto brutal, ese mismo que le lleva a golpear al contrincante en la nuca justo antes de caer grogui al suelo; y proclama su orgullo, bandera en mano, por pertenecer a los Estados Unidos.

Ambiente eléctrico

El combate se tuvo que retrasar un mes debido a un corte en la ceja del campeón del mundo. Ello permite al autor del libro regresar con más tiempo para realizar este reportaje. Así, puede retratar con detalle a todos los que forman parte del extraño círculo que rodea a ambos púgiles, incluido el promotor, Don King, quien hizo aquí su primera incursión en el mundo pugilístico.

El encuentro entre este hombre y Mailer no tiene desperdicio. A él dedica una de sus deslumbrantes descripciones: «Era un negro cuyo peinado de estilo africano parecía como electrificado por un ascensor que descendiera perpetuamente: el cabello subía y las palabras bajaban».

Entre los personajes que aparecen en el relato está Hunter S. Thompson.

Fue Don King, precisamente, el que contactó con el sátrapa del Zaire, Mobutu Sese Seko, para que financiara el combate. Mobutu era una inquietante presencia que se sentía en cada rincón del país. Como en el estadio 20 de Mayo de Kinsasa, donde tuvo lugar el evento deportivo, y donde Mailer adivina una fortaleza ideal para torturar disidentes.

También entre los gacetilleros hay personajes peculiares, como el extravagante Hunter S. Thompson, el icono del periodismo gonzo retratado en la película «Miedo y asco en Las Vegas» y enviado por la revista «Rolling Stone» para cubrir la pelea.

Los últimos capítulos del libro se refieren al combate en sí, que se celebró el 30 de octubre de 1974. El relato resultante es una auténtica obra de arte. Lo que a ojos de un profano no parece otra cosa que dos cachalotes arreándose (gracias a internet podemos seguir las imágenes mientras leemos la narración), la escena adquiere todo un mundo de significados.

Fueron ocho asaltos legendarios, en los que la estrategia de los púgiles jugó un papel fundamental. Tanto, que Mailer reconoce que, por primera vez, un combate de boxeo le recordó una partida de ajedrez.

https://www.abc.es/cultura/libros/20130702/abci-combate-201307011233.html

Publicar un comentario

0 Comentarios