Serguéi Yesenin: El canto de la perra

 

«El canto de la perra»

Al alba, en el granero del centeno,
en un montón de áureas arpilleras,
parió la perra siete cachorrillos,
siete cachorros de color canela.

Estuvo todo el día acariciándolos,
les alisaba el pelo con la lengua,
y chorreaba nieve derretida
bajo su vientre de tibieza.

Y al caer la noche, cuando las gallinas
estercolan su pértiga,
apareció con mala cara el amo
y a los siete metió en una talega.

A la carrera por los ventisqueros,
sin perderlo de vista lo seguía.
La tersa faz del agua sin helar
un estremecimiento recorría.

Y cuando se arrastraba de regreso,
lamiéndose el sudor de las costillas,
creyó ver en la luna sobre el chozo
a una de sus crías.

Al cielo azul oscuro la mirada
levantaba, llamando y aullando,
pero la luna huía, adelgazada,
y se ocultó en un cerro por los campos.

Y mudamente, como cuando alguno
por ganas de jugar le tiraba una piedra,
lágrimas en la nieve como estrellas de oro
cayeron de los ojos de la perra.

Serguéi Yesenin

Serguéi Alexándrovich Yesenin nació en Riazán, Rusia, el 21 de septiembre de 1895.
En 1921 conoció a la bailarina Isadora Duncan, se casó con ella el 2 de mayo de 1922, ambos viajaron por Europa occidental y Estados Unidos.
Regresó a su país en mayo de 1923, ya con serios problemas de alcoholismo y lleno de nostalgia por Rusia, se divorciaría de la Duncan poco después.
Contraería un nuevo matrimonio en 1924, enlace que apenas duraría unos meses con Sofía Andréyevna Tolstáya, nieta de León Tolstói.
Se suicidó ahorcándose en una habitación del Hotel Angleterre de Leningrado, el 28 de diciembre de 1925.

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