Una radiografía sobre el amor sagrado

 

Una mujer reza durante la espera por el reparto de comida frente a la Parroquia Santa María Madre del Pueblo, el 19 de mayo de 2020 en Buenos Aires. EFE/ Juan Ignacio Roncoroni

El antropólogo Pablo Semán desmonta una serie de malentendidos en torno a la religión y los sectores populares en su último libro.

En qué creen los que creen se preguntó el Centro de Estudios e Investigaciones Laborales (CEIL) y para responder preguntó en 2008 y nuevamente en 2019. Hace doce años, el 76% se definió como católico, un 11,3% explicó que no adhiere a ninguna religión y el 9% se consideró evangélicoUna década después, el mapa de la fe había cambiado en la Argentina: en la de 2019, el catolicismo pasó al 62% –con una caída de 13 puntos–, aumentaron las personas sin religión al 18,9% –lo que representa a 2 de cada 10 argentinos– y los evangélicos pentecostales alcanzaban casi un 15%.

Vista interior de la Parroquia Santa María Madre del Pueblo, el 19 de mayo de 2020 en Buenos Aires (Argentina). Centenares de bolsas con comida abarrotan el suelo de la capilla. EFE/ Juan Ignacio Roncoroni

Vista interior de la Parroquia Santa María Madre del Pueblo, el 19 de mayo de 2020 en Buenos Aires (Argentina). Centenares de bolsas con comida abarrotan el suelo de la capilla. EFE/ Juan Ignacio Roncoroni

“Sobre la religiosidad de los sectores populares pesan varios malentendidos”, apunta el antropólogo Pablo Semán, investigador del Consejo Nacional de Investigaciones Cientificas y Técnicas (Conicet) y tal vez uno de los referentes argentinos en la materia. “Mirada desde afuera, bajo el supuesto de que vivimos en sociedades que ya no creen en ningún tipo de intervención del ‘más allá’ en la vida cotidiana, esa religiosidad aparece asociada a ideas de superstición o ingenuidad en sus manifestaciones de estampas y rezos de tradición familiar, garajes donde se cantan canciones evangélicas, ofrendas en los altares del Gauchito Gil​”.

Pero la matriz de la fe argentina expresa una zona de cruces e intercambios mucho más rica sobre la que Semán se detiene en Vivir la fe, entre el catolicismo y el pentecostalismo, la religiosidad de los sectores populares en la Argentina (Sigo XXI Editores), su último libro. Porque la religión se enlaza a formas de pobreza, de desempleo o de empleos de distinta naturaleza, a modos de representar estas realidades y al vínculo de las instituciones con la política. Sobre esos cruces y diálogos es que Semán ofreció detalles a Ñ en un intercambio de estos tiempos, a mitad de camino entre la mensajería celular y el correo.

–¿Por qué la investigación sobre religiosidad está centrada en el Barrio Aurora?

–En los años 90, el modo de vida de las clases populares cambió fuertemente y me interesaba indagar el papel de la religión en esa dinámica histórica. Frecuenté varios barrios al inicio, vi esa nueva situación histórica y me quedé en uno de ellos porque mis relaciones etnográficas me permitían trabajar mucho más cómodo, pero la verdad es que en el gran Buenos Aires había muchos barrios en los que yo podría haber hecho mi trabajo: en todos ellos aparecían las nuevas formas de empleo, de desempleo, de pobreza y, también, nuevos repertorios simbólicos y nuevos dispositivos de comunicación.

–¿A qué refiere el concepto de religión vivida?

–La fe vivida es la interpretación de los creyentes, pero no solo su interpretación tomando a la religión como sistema de ideas sino la fe actuada como recurso vital que implica ideas, emociones, sensaciones que se actualizan en experiencias concretas que trato de describir. Enfatizo con esa idea la experiencia de los sujetos, algo que es el resultado del anudamiento que hacen esos mismos sujetos entre lo que dicen las instituciones religiosas y su trayectoria personal. Es en ese anudamiento donde puede comprobarse qué prácticas promueve la religión, qué sentido adquieren en la vida social. Es muy fácil pero poco válido deducir lo que significa la religión de un documento escrito o de un discurso desgajado de la forma en que el destinatario lo interpreta y lo encarna en su vida. Lo que a mí me interesó es el significado real, el que dialoga con sufrimientos y alegrías de los sujetos concretos y sedimenta en una configuración muy heterogénea en cada individuo y en cada barrio. La fe vivida, intento demostrarlo, es mucho más variada que la fe propuesta por las instituciones o la interpretada por un observador que lee documentos y los correlaciona con la tradición de las iglesias, con los reflejos en los medios de comunicación.

Desarme de los escenarios y limpieza calles en el Congreso luego la aprobación ley despenalización del aborto. Foto Guillermo Rodríguez Adami.

Desarme de los escenarios y limpieza calles en el Congreso luego la aprobación ley despenalización del aborto. Foto Guillermo Rodríguez Adami.

–“Para quien vive en la perspectiva cosmológica, la esperanza no es infundada: el intercambio con lo sagrado es incesante y por eso los milagros no son nunca extraordinarios y, finalmente, ocurren”, ¿Qué exhibe esta cita del libro?

–Esto es decisivo para resolver un “malentendido cultural”. Con ella quiero subrayar el hecho de que para una buena parte de la sociedad lo sagrado no es algo que está “más allá” sino que es una fuerza actuante en el aquí y ahora. Lo sagrado es una fuerza explicativa de la realidad, constitutiva de los sentimientos en el aquí y el ahora. Implica un nivel de realidad y no una fantasía fuera de ella: un nivel de realidad que hace entrar en acción algo que no son cosas, no son seres vivos de la naturaleza, no son seres humanos pero son entidades que se manifiestan perse o a través de esas otras entidades. En esa perspectiva cosmológica, esas entidades son parte de las expectativas, de las emociones y de los intercambios y los milagros son formas de esas intervenciones. Para muchos de nosotros o para la iglesia católica en su formulación oficial, el milagro es, en la práctica, algo infrecuente, excepcional e inexplicable. En la perspectiva cosmológica definida, el milagro es frecuente, rutinario y explicativo. Así la perspectiva cosmológica es una forma de entender el milagro que se opone a la comprensión que tenemos desde otros lugares culturales y es curioso que se use una misma expresión para nociones tan diferentes de milagro.

–¿Cuáles son las bases que sostienen el pentecostalismo? Decís que es una “religión desarrollada y gobernada por los vecinos”.

–Hay dos elementos clave. El primero es que el pentecostalismo y los grupos evangélicos, cuya experiencia actual está influida por la de los pentecostales, son los grupos cuya teología coincide o puede coincidir más con los supuestos de la perspectiva cosmológica que implican la actualidad del milagro. Y esto es porque en estos grupos la idea de la actualidad de los dones del espíritu santo, o sea que el espíritu santo actúa hoy, ahora, aquí, permite concretar la expectativa cosmológica. Esta es una de las razones por la que estos grupos se vienen expandiendo con notable rapidez en los últimos 60 años en la Argentina. Hay una segunda razón complementaria con esta que es que en las ideas evangélicas está la de sacerdocio universal que es una responsabilidad de todo y cualquier creyente que hace que la persona creyente deba y pueda ser promotora de la buena nueva. En ese contexto, cualquier conflicto de una persona creyente con su pastor o pastora (o el simple hecho de que una persona creyente cambie de barrio) activa el mecanismo por el cual esa persona se va de su iglesia y funda otra nueva. Esto implica una logística que les permite crecer con muchísima capilaridad, por fisión, logrando en cada una de esas fisiones una nueva versión del mensaje evangélico que se adapta a las circunstancias singulares del nuevo pastor. La logística que multiplica es la misma que permite sintonía fina con poblaciones muy diferentes en cada contexto aunque todas unificadas por lo que llamé perspectiva cosmológica. Por estas dos razones, el pentecostalismo, que es un movimiento global, también adquiere características hiperlocales. Hoy las iglesias evangélicas nacen más en los barrios que por una misión extranjera que la implanta. También hay que decir que de una manera diferente esto pasa en el catolicismo: en las parroquias, los consejos parroquiales, la administración vecinal, gobiernan las orientaciones del catolicismo más que los párrocos que pasan unos años y se van.

Devotos de San Cayetano se acercan al Santuario Liniers  para pedir por trabajo el día del Patrono.
Foto Juano Tesone.

Devotos de San Cayetano se acercan al Santuario Liniers  para pedir por trabajo el día del Patrono. Foto Juano Tesone.

–¿Cómo se hace política a través de la religión?

–La religión ofrece varias vías para la articulación de una conducta o comportamiento político y no hay una correspondencia única absoluta y permanente entre pertenencia religiosa y orientación política. Lo que pude observar, sobre todo en ese momento y en los sectores populares, es que la permanencia del peronismo como experiencia actual y como memoria, ofrecía a los creyentes diversas posibilidades de transformar en dialecto político su propia experiencia religiosa. Hay formas que a nosotros nos resultan más fáciles de identificar como la coincidencia entre la doctrina social de la iglesia y los principios sociales del peronismo que se oponen al liberalismo en lo económico. Pero también hay afinidades electivas posibles entre el lugar que el peronismo ofrece a los “últimos” y los evangélicos que se dirigen a las transformación radical de los más desfavorecidos y golpeados o entre la noción de ayuda que parece tan obvia pero articula una intersección muy fuerte entre evangélicos y peronistas, entre perspectiva evangélica y peronista en el seno de redes de contención social en los barrios. Y también hay afinidades posibles entre la épica bíblica y la épica política y esa es otra base para potenciar trayectorias políticas que abrevan en la religión. Tampoco dejaría de tener en cuenta un camino inverso que se da mucho entre los evangélicos que es el hecho de que ciertos sentimientos de autonomía y orgullo de los subalternos que trajo el peronismo sirven para obrar en el campo religioso y decir ‘bueno, yo no pertenezco a la religión oficial’.

–Hay una frase que recorre el libro que es “Jesús es reloco, el mundo es careta”, ¿podrías ampliar sobre esto?

–Esa frase para mí no solo es reveladora de una forma de tránsito religioso especial sino del conjunto del mecanismo a través del cual operan los grupos religiosos en general. Porque, por un lado, lo que condensa esa frase y que después se vincula a la trayectoria especial de un joven, es que la cultura juvenil entendida como rebeldía, que es casi un valor instituido, puede ser releída y subvertida y que entonces nos encontramos con la subversión de la subversión, con la inversión de la disidencia con formas de desafío a la cultura oficial que tienen que ver con trayectorias “conservadoras”. Pero, por otro lado, ese mecanismo de puesta en suspenso de un símbolo que aparece como evidente y de ofrecerle una nueva connotación, implica darle al simbolismo del otro un lugar en mi propio simbolismo y transformarlo y hacerlo más contenedor. Esto es algo así como el camino del éxito de los grupos que ganan en el campo religioso y yo diría que eso es también una lección para la política contemporánea.

Pablo Semán es sociólogo y antropólogo.

Pablo Semán es sociólogo y antropólogo.

BÁSICO

Pablo Semán
Buenos Aires 1964. Sociólogo y antropólogo.

​Sus investigaciones se han centrado en las experiencias religiosas, musicales, literarias y políticas de los sectores populares. Entre sus libros, destacan Bajo continuo: exploraciones descentradas sobre cultura popular y masiva, Religiosidad popular: creencias y vida cotidiana, así como Gestionar, mezclar, habitar: claves de los emprendimientos musicales independientes (en coautoría con Guadalupe Gallo), Cumbia: nación, etnia y género en Latinoamérica (coeditado con Pablo Vila). Es investigador del Conicet y profesor del Instituto de Altos Estudios Sociales de la Universidad Nacional de San Martín (Unsam).

Vivir la fe
Pablo Semán
Siglo XXI
​272 págs.

https://www.clarin.com/revista-enie/ideas/radiografia-amor-sagrado_0_bRuFQuWBh.html

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