Sirven de epígrafe a la novela » Fiesta» (1926) unas palabras atribuidas a Gertrude Stein (1874-1946): “Todos ustedes son una generación perdida.” Según, Ernest Hemingway, autor de esa novela, escuchó la cita en una conversación. Stein negó siempre la maternidad de esa idea. Como quiera que haya ocurrido, el término “generación perdida” echó buenas raíces y ha sido desde entonces rótulo del grupo de escritores con el aludido. Grupo, sin duda alguna, muy talentoso: baste asentar los nombres del propio Hemingway, de Francis Scott Fitzgerald (1896-1940), de John Dos Passos (1896- 1970), de Ezra Pound (1885-1972).
Selección, traducción y nota introductoria de Federico Patán
Algunos cuentos del autor de “París era una fiesta”
- Nota introductoria
- Los asesinos
- Colinas como…
- En el muelle de…
- Un lugar limpio y bien…
- All Pages
Distingue a esta generación el haber entrado en conflicto con los valores materialistas, clase media, de su país, los Estados Unidos. Buscaron en el exilio voluntario respuesta a sus inquietudes, y París fue entonces el centro de una vida bohemia, cuyo motor era librarse de la incertidumbre filosófica o existencial que los participantes en el grupo sentían. Recordemos que esto sucedió en la segunda década del XX, y una preocupación más bien estética que política movía a Ernest Hemingway y compañeros. Sin embargo, Europa terminó por negarles la respuesta buscada, y la repatriación comenzó poco a poco. Malcolm Cowley (1898- 1989) hizo la crónica de ese regreso en El retorno del exiliado (1934). Quien se interese por el periodo y la generación descritos aquí, lea Tierna es la noche (Fitzgerald, 1934) y París era una fiesta (Hemingway, 1964).
Miembro destacado de ese grupo, Ernest Hemingway nace en Oak Park (Illinois) en 1898. Amante decidido de la caza y la pesca, mostraba ya en tal inclinación su tendencia a encontrar en la acción física, y en el contacto con la naturaleza, una razón de vida. Herido de cierta gravedad en la primera Guerra Mundial —fue conductor de ambulancias en Italia—, la experiencia lo hace enfrentarse al significado de la muerte, y a partir de allí medita sobre el vacío nuclear de toda 4 vida y las posibilidades de llenarlo con algún, con cualquier medio. A lo largo de una serie de libros fue explorando los distintos ángulos del problema, y la crítica considera puntos destacados de esa narrativa novelas como la ya mencionada Fiesta, o bien Adiós a las armas (1929), Tener y no tener (1932), Por quién doblan las campanas (1940) o El viejo y el mar (1952), relato que basculó en favor de Hemingway la otorgación del Premio Nobel en 1954.
Fuente original del texto: http://www.materialdelectura.unam.mx/
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