‘El camino de pasión de Zensl Mühsam. Trece años prisionera de Stalin’

 

‘El camino de pasión de Zensl Mühsam. Trece años prisionera de Stalin’

Después de unos meses en los que le hemos seguido el rastro a la edición original y hemos trabajado a conciencia en su reedición, os anunciamos que El camino de pasión de Zensl Mühsam. Trece años prisionera de Stalin, de Rudolf Rocker, ya ha salido de imprenta.

Después de unos meses en los que le hemos seguido el rastro a la edición original y hemos trabajado a conciencia en su reedición, os anunciamos que El camino de pasión de Zensl Mühsam. Trece años prisionera de Stalin, de Rudolf Rocker, ya ha salido de imprenta. Dentro de unos días llegará a todos los puntos de venta de nuestra red. Igualmente, ya podéis pedirlo a través de nuestro email: piedrapapellibros@gmail.com (no hay gastos de envío; los pagos se pueden realizar por transferencia bancaria, PayPal o Bizum).

Os dejamos por aquí algunas de las características de nuestra edición:

Título: El camino de pasión de Zensl Mühsam. Trece años prisionera de Stalin
Autor: Rudolf Rocker
ISBN: 978-84-121882-9-5
Serie Transhistorias, nº 14
Cubierta: Rústica mate.
Alzado: Fresado.
Medidas: 175 mm x 113 mm
Páginas: 142
Precio: 8€
2021

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A mediados de marzo de 2020, mientras la crisis sanitaria nos obligaba a confinarnos y empezábamos a ver el lado más oscuro de la pandemia, nos topamos con el editorial del número 3 de la revista Mujeres Libres (Madrid, julio de 1936), al que llegamos a través del libro sobre Lucía Sánchez Saornil editado por LaMalatesta (Madrid, 2014). En el texto, las compañeras de Mujeres Libres se hacían eco de una «noticia inquietante» que les llegaba desde Moscú. Nos contaban que Zensl Mühsam, la viuda de Erich Müsham, había desaparecido en la Unión Soviética y se preguntaban por su paradero, advirtiendo que podría haber sido secuestrada e internada en algún gulag siberiano.

En ese momento, nuestra pequeña editorial ya tenía planificada la publicación de Señales de tormenta. Anarquistas alemanes contra Hitler, de David Bernardini, y quisimos conocer qué había detrás de esa historia completamente desconocida para nosotras que, aun de manera indirecta, tenía que ver con toda la situación política que se describe en el ensayo histórico de Bernardini. A partir de ahí, iniciamos una pequeña investigación que, entre otros documentos, nos hizo dar con una noticia titulada «El camino de pasión de Zensl Mühsam», firmada por Rudolf Rocker y fechada en agosto de 1949, en la que el anarquista alemán narraba todos los detalles del caso y hacía un llamamiento desesperado a la comunidad internacional para que Mühsam fuera liberada.

Poco después nos dimos cuenta de que esa noticia, «El camino de pasión de Zensl Mühsam», formaba parte de un texto homónimo, mucho más extenso, que se había ido publicando de forma seriada en la prensa libertaria internacional y que una editorial vinculada a SAI (Solidaridad Anarquista Internacional) había editado en forma de folleto entre 1949 y 1950. Ese texto, El camino de pasión de Zensl Mühsam. Trece años prisionera de Stalin, es el que hoy reeditamos con Piedra Papel Libros.

Kreszentia Elfinger, “Zensl”, que tomó el apellido de su compañero, nació en 1884 en una zona rural de Baviera. En busca de mejores oportunidades de empleo, pues desde muy joven había trabajado como empleada doméstica, emigró a Munich, la capital bávara, donde conoció a los emigrantes rusos llegados tras el fracaso de la revolución de 1905. Sería en esa misma ciudad donde conocería a Erich Mühsam, una de las figuras más destacadas del movimiento libertario alemán, con quien se casó en 1915.

La pareja vivió de forma intensa el periodo de agitación política que experimentó Alemania tras la finalización de la I Guerra Mundial. En ese contexto, el fracaso del proyecto revolucionario del Consejo de Baviera (1919), entre cuyos impulsores más destacados estaba Erich Mühsam y donde el anarquismo −minoritario en Alemania− jugó un papel muy destacable, marcó en buena medida el destino posterior de ambos. En un primer momento, tanto Erich como Zensl fueron apresados. Sin embargo, mientras que Zensl pudo salir pronto de la cárcel, Erich recibió una condena ejemplar de quince años.

Durante los años de presidio de Erich Mühsam, su compañera desplegó una incansable actividad política y solidaria cuyo objetivo principal era conseguir la amnistía para los presos políticos alemanes, que habían llenado las cárceles tras el fracaso del ciclo revolucionario iniciado en noviembre de 1918. Sería en este periodo cuando entablaría buenas relaciones con la militancia de Rote Hilfe, una organización de solidaridad, asistencia y socorro a presos muy cercana al Partido Comunista Alemán y la III Internacional. Sería precisamente en estos círculos donde conocería a Elena Stásova, delegada en Alemania de la Komintern y presidenta del Socorro Rojo Internacional desde 1927.

Tras la concesión de una amnistía general por el gobierno republicano, Erich Mühsam salió de la cárcel en 1924. La pareja se trasladó a Berlín y durante todo ese tiempo siguieron teniendo contacto puntual con militantes de las organizaciones de socorro comunistas.

Sin embargo, todo cambiaría en 1933, tras el vertiginoso ascenso al poder del Partido Nazi. Erich Mühsam sería detenido de nuevo. Su nombre, como el de buena parte de los militantes de las organizaciones izquierdistas, figuraba en las listas que los nazis manejaban para descabezar al movimiento obrero germano. Internado en uno de los primeros campos de concentración, el de Oranienburg, Erich Mühsam fue torturado de manera sistemática por los guardias del campo, siendo asesinado por las SS el 10 de julio de 1934.

El golpe fue brutal para compañera. A pesar del miedo a ser detenida por los nazis, Zensl exigió una investigación que clarificase las circunstancias de la muerte de Erich y depurase responsabilidades. Al mismo tiempo, trasladó su residencia a Dresde, una ciudad cercana a la frontera checoslovaca y puso al resguardo de Ernst Simmerling, cuñado de Rocker, todo el archivo personal de su marido.

El 15 de julio de 1934, tras ser advertida por una periodista estadounidense, Dorothy Thompson, de su inminente detención por la Gestapo, cruzó la frontera para ponerse a salvo y, poco tiempo después, consiguió a través de unos contactos que el legado de Erich Mühsam llegase a Praga por valija diplomática. Será poco después, en 1935, cuando se publique El calvario de Erich Mühsam, obra que denuncia el régimen de terror implantado por el NSDAP en Alemania y que le acarreó la pérdida de la nacionalidad alemana. El texto fue editado por una editorial vinculada al Socorro Rojo Internacional, una organización que, como indicamos anteriormente, por entonces presidía Elena Stásova y que estaba vinculada directamente a la Internacional Comunista.

Durante su estancia en Checoslovaquia, y a través de la mediación de Stásova, las autoridades soviéticas animaron a Zensl para que se trasladara a Moscú. Allí llegó con su sobrino, Joseph Elfinger, en agosto de 1935. Poco después emprendió una gira de denuncia de las atrocidades del régimen nazi, participó en un acto de homenaje a Erich Mühsam y facilitó la entrega, en febrero de 1936, del legado personal de su marido a las autoridades soviéticas.

Sin embargo, unos meses después, en abril de 1936, Zensl Mühsam fue detenida e internada en la cárcel de Lubianka de Moscú. Se le había acusado de participar en actividades contrarrevolucionarias de carácter trotskista. Su sobrino también fue detenido y no se supo nada más de él.

La falta de noticias sobre el paradero de Zensl, motivó que el filósofo André Guide se interesara por ella durante su visita a Moscú. Solo recibió noticias vagas. Sería precisamente entonces, a mediados de 1936, cuando se organizó una campaña de denuncia de carácter internacional que logró que Zensl Mühsam saliera del presidio.

A partir de entonces, los jerarcas del régimen soviético nunca dejaron de tener controlada a Zensl. En 1937, cerró un acuerdo con el Instituto Maksim Gorki para depositar el legado de Erich Mühsam a cambio de una pensión alimenticia. Poco después, en 1938, solicitó un visado de salida para viajar a los Estados Unidos que le fue denegado.

Unos meses después, Zensl sería detenida de nuevo. En 1939 sería condenada por actividades contrarrevolucionarias y empezaría su calvario por distintos campos de trabajo. En el marco del Pacto Germano-Soviético, fue seleccionada para formar parte del contingente de alemanes residentes en la URSS que serían entregados a la Gestapo, pero Zensl nunca llegó a cruzar la frontera. En 1940 fue internada en el Campo de Trabajo III de Yavas, en Mordovia, donde permaneció hasta 1946. En noviembre de ese año fue deportada a una localidad cercana a Novosibirsk, pero en 1947 regresó de manera clandestina a Moscú, donde, tras ser reconocida y denunciada a las autoridades, solicitó el regreso a la Alemania del Este. Sin embargo, su solicitud fue denegada por las autoridades del Partido Socialista Unificado de Alemania, el partido único de la República Democrática de Alemania, y se vio obligada a salir de Moscú, trasladándose a Ivánovo, donde pudo trabajar en un orfanato.

Su suerte cambiaría de nuevo en 1949, cuando sería detenida y deportada a la región de Omsk, donde tuvo que trabajar en una granja colectiva. Sería precisamente en estos meses cuando Rudolf Rocker, que siempre había hecho lo posible por ayudar a Zensl, emprendió desde los Estados Unidos una campaña de denuncia de la situación de la viuda de Erich Mühsam, fruto de la cual es el texto que ahora reeditamos.

No obstante, la situación de Zensl no pudo cambiar sino a la muerte de Stalin, en 1953, cuando se permitió su reincorporación al orfanato de Ivánovo y pudo tramitar su petición de regreso a Alemania sin impedimentos. Solo sería a mediados de 1955 cuando Zensl se trasladó a Berlín Oriental, donde las autoridades comunistas le concedieron una pensión honorífica y se inició un periodo de recuperación y puesta en valor de la obra de Erich Mühsam que conllevó la publicación póstuma de parte de su obra, la entrega de una copia microfilmada a la Academia de las Artes de Berlín del legado de Erich Mühsam depositado en el Instituto Maksim Gorki y la concesión, coincidiendo con su 75 cumpleaños, de la Orden del Mérito Patriótico a Zensl Mühsam.

De forma paralela, Zensl Mühsam fue rehabilitada en la Unión Soviética a través de la sucesiva revisión de sus condenas; un proceso que no pudo ver culminado del todo ya que Zensl moriría en 1962 de un cáncer de pulmón. Sus cenizas fueron depositadas en una tumba de la zona dedicada a los héroes socialistas del Cementerio Principal de Friedrichsfelde. Tras la caída del muro de Berlín, justo treinta años después, en 1992, las cenizas de Zensl fueron depositadas en la tumba de Erich Mühsam, ubicada en un cementerio de la parte occidental.

La vida de Zensl Mühsam, que representa el coraje de las miles de mujeres europeas que padecieron bajo el totalitarismo nazi y estalinista, da cuenta también de la labor imprescindible que jugaron muchas mujeres en la conservación del legado documental de sus compañeros; un trabajo invisible, poco reconocido, pero fundamental para la trasmisión de la obra de autores como Erich Mühsam (Zensl Mühsam), Miguel Hernández (Josefina Manresa), Blas Infante (Angustias García Parias), Piotr Kropotkin (Sofía Anániev) o E. A. Rheinhardt (Erica de Behr), por poner solo unos cuantos ejemplos.

Este libro, en cierta forma, está dedicado a todas ellas.


https://archivo.kaosenlared.net/el-camino-de-pasion-de-zensl-muhsam-trece-anos-prisionera-de-stalin/index.html

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