El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan en una imagen de archivo.DPA vía Europa Press
Por Nazanin Armanian
Analista política y traductora persa y dari
25/01/2025
Mientras los asesores de imagen del jefe de Al Qaeda sirio, Abu Mohammad al Jawlani, se esfuerzan para que parezca cada vez más a George Clooney y ser presentable ante la opinión publica extranjera, este Jomeini Junior no es más que un simple enterrador del último Estado semilaico de Oriente Próximo (el primero fue el ayatolá Jomeini, al que siguieron sus colegas en Afganistán, Irak y Libia), y el rostro del regreso de Damasco a la era de los califas omeyas, con la venia de EEUU, Israel y Turquía. Las redes sociales se han llenado de vídeos de ciudadanos sirios linchados por esta banda y de miles de familias kurdas huyendo de los territorios de la Administración Autónoma del Norte y Este de Siria (AADNES), sembrado de cadáveres.
En esta fase semifinal del proyecto de la balcanización de Siria, Tayyeb Erdogan cumple dos de sus tres sueños: repatriar a miles de refugiados sirios, y desmantelar la AADNS gestionada por los kurdos. Para el tercero, anexionar parte de Siria e Irak a Turquía, necesita otro mandato, y la ley se lo impide al menos que ...
El macabro plan de Erdogan
“Que se levante el aislamiento del líder terrorista, y venga y hable en el Parlamento. Y que anuncie el fin del terrorismo y la disolución de su partido”, ha propuesto el presidente del Partido del Movimiento Nacionalista (MHP) Devlet Bahceli, socio del gobierno de coalición de Erdogan, refriéndose a Abdolá Ojalan (APO), líder del PKK, de 76 años encarcelado desde 1999. Que lo planteé un partido chovinista turco, vinculado a la organización fascista y antiminorías de Lobos Grises, que había pedido la pena de muerte para Apo es, cuando menos, sospechoso. Los motivos reales de este cambio radical del dúo de extremaderecha islamista e laica turca, respecto a los kurdos, son:
1) En Turquía:
- La necesidad de paz en casa ante la amenazante inestabilidad de la zona, en tensa espera de la guerra de EEUU-Israel contra Irán.
- Atraer el voto de millones de kurdos, con el fin de introducir cambios en la Constitución y posibilitar un cuarto mandato de Erdogan, ahora que la clase media y trabajadora turca le ha abandonado.
- Dividir la coalición opositora turco-kurda, y a sus votantes (que han puesto a la derecha turca en jaque), entre los partidarios de la “paz” y los que no se fían del sultán, provocando una escisión también en el PKK.
- Acabar con el mito de Ojalan primero, para después incluso acabar con su vida física. Deben recordar que en 1989, los jomeinistas de Irán propusieron al líder del Partido Democrático del Kurdistán Iraní (PDKI), el veterano Abdolrahman Ghasemlu, en el exilio, a resolver de forma pacífica la cuestión kurda iraní. Quedaron en Viena, Austria, y momentos después él y sus acompañamiento habían sido asesinados. ¿Cómo el experimentado Ghasemlu se fió de un régimen fascista como Dios manda, que pocos meses antes había masacrado al menos a 30.000 presos y presas políticos de la izquierda iraní? La magnitud de la barbarie fue tal que el sucesor de Jomeini, el ayatolá Montazeri dimitió en protesta. Tres años después, ametrallaron en un restaurante de Berlín al nuevo Secretario General del PDKI, el doctor Sharafkandi. En la propia Ankara, el presidente turco Turgut Özal, fue asesinado en su despacho (según su esposa Semra Özal que desmintió el “infarto”), el 17 de abril de 1993, por esbozar un proyecto de reconciliación nacional con los kurdos. Hoy, lo más probable es que en vez de Erdogan asesinen a Ojalan, una vez que esté fuera de la cárcel.
- Temor a que Israel e Irán utilicen a PKK para sus objetivos, y no sólo en Siria e Irak, sino también en el propio suelo turco.
- Reducir los costes económicos y humanos del ejército turco en perseguir a los kurdos, para destinarlos a las aventuras extranjeras.
- Garantizar la seguridad en la Ruta del Desarrollo, proyecto firmado con Irak (en cuyas montañas el PKK mantiene sus bases), que uniría el Golfo Pérsico y el Mediterráneo, y que debe funcionar en 2028.
Así, los kurdos, en vez de luchar por un Estado federal, ayudarían al imperialismo turco-islámico a expandir sus dominios.
2) En Siria:
- A pesar de que agita la bandera de la “integridad territorial de Siria”, para impedir una autonomía kurda (ambas cosas no son incompatibles), Turquía ya ha ocupado el norte del país.
- Desarmar a los kurdos del PKK en Siria sin tener en cuenta que Ojalan ha perdido la influencia que tenía incluso sobre los kurdos de Turquía. El PKK en Siria cuenta con otros dirigentes, y opera en una geografía distinta, con tácticas y estrategias que adopta sobre el terreno.
- Reforzar el yihadismo salafista, para enfrentarle al yihadismo chiita de Irán y, de paso, utilizarlos en la lucha contra los kurdos. Su proyecto de recuperar los territorios del antiguo imperio otomano, reflejado en el Pacto Nacional del 1920, como Georgia, Siria, Irak, Líbano, Chipre, e islas griegas en el Egeo, no es más que una copia turca del Gran Israel del sionismo, o del imperio islámico de Al Qaeda o del jomeinismo, sueño de unos lunáticos reaccionarios para cuya realización están dispuestos a sacrificar millones de vidas (y nunca las suyas y las de sus hijos).
- Llevar a las empresas turcas a Siria, para reconstruir con el dinero del pueblo sirio lo que destruyeron con el dinero de los ciudadanos turco-kurdos de Turquía.
Ojalan, que ya había renunciado (correctamente) a la lucha armada y la creación de un imposible Kurdistán Unido (que sería el resultado de la desintegración de Turquía, Irán, Siria e Irak), para luego abandonar el marxismo (para perder el norte, sus principios ideológicos y una herramienta científica de ver el mundo), al estar aislado durante 25 años, no puede tener un análisis de la situación real, para el que necesita datos y también debate de ideas. Muy difícil su encrucijada. Ankara no tiene ninguna hoja de ruta para resolver la cuestión kurda, de otro modo debería cambiar, por ejemplo, el artículo 66 de la Constitución que afirma que todos los ciudadanos de este país son considerados "turcos".
La guerra israelí-turca por Siria
Tras la derrota del régimen de Irán en la batalla por la hegemonía regional contra Israel, Turquía y Arabia Saudí, y la contundente victoria del Estado judío, sobre un mar de sangre palestina, siria y libanesa, los otomanos son ahora la única barrera del imperialismo israelí para dominar la región más rica del planeta. El último informe del Comité Nagel, un think tank israelí, propone a Tel Aviv preparase para una guerra directa con Turquía, país más peligroso para los intereses israelíes que Irán, afirma.
Netanyahu ya ha empezado a bombardear las posiciones del Al Qaeda-Turquía en Siria, igual que EEUU. Su plan es dividir el país en cantones, “mini-Estados controlables”, y ha ofrecido su apoyo (verbal) a los kurdos. Para ello, su Tío Sam baraja sacar al PKK de la lista de grupos terroristas, lo mismo que acabar de hacer con el Al Qaeda sirio. ¿Cómo justificarlo? Que el PKK nunca ha asesinado a estadounidenses (¡lo que sí había hecho Al Qaeda!), e incluso ha colaborado con ellos en el norte de Siria. ¿Sabían que el Instituto Kurdo en Washington fue dirigido por el hijo de Morris Amitay, ex director ejecutivo de AIPAC, grupo de presión israelí? Aunque, muchos ni se acuerdan, fueron el Mossad y la CIA los que en 1999 capturaron a Ojalan en Kenia cuando iba a Sudáfrica a pedir asilo, entregándole a la dictadura turca.
Al carecer Siria de valor estratégico primordial para EEUU, Washington entregará su destino a Israel, mientras aumenta su presencia militar. En estos momentos, está ampliando la base aérea de Ain al-Asad, al noroeste de Ramadi. El Pentágono confiesa que había mentido sobre el numero de sus efectivos: no eran 900, sino 2000 (sin contar los decenas de miles de mercenarios). Aunque Trump afirme que “Siria no es nuestra guerra” son los militares quienes mandan en la política exterior de EEUU. En 2019, ignoraron sus órdenes de salir de Siria. Ahora, además, preparan la nueva fase del proyecto del Nuevo Oriente Próximo, mirando a Irán.
A Erdogan no le conviene forzar a EEUU a elegir entre Turquía y los kurdos: Obama hasta intentó matarle, en 2016. Y ahora Trump puede sacar sus trapos sucios revelando las conexiones de la familia Erdogan con la megamafia turca de oro y droga. Por otro lado, el mismo Obama se opuso al referéndum de la independencia de los kurdos iraquíes, en 2017. Carecía de sentido permitir la desintegración de lo que ya era una colonia absoluta de EEUU; hasta permitió la incursión del ejercito iraquí y las milicias de los ayatolás por las aldeas kurdas: fueron expulsadas miles de familias (algunas eran “ocupas”) de cerca del 40% de los territorios empapados del petróleo que controlaban. Mantener la tensión bélica en estos dominios le permite al Pentágono justificar su presencia militar (haciendo de bombero pirómano) y actuar con rapidez contra otros objetivos.
Si la derechización del movimiento de izquierda kurdo está echando a perder sus logros de décadas de lucha, -al igual que la islamización del movimiento laico y progresista palestino, los suyos-, y agarrarse a los Estados reaccionarios para conseguir sus propósitos, en vez de crear alianzas con los demás oprimidos de la región y crear un frente amplio por la democracia política y económica, en caso de Turquía su pakistanización (convertirse en la sede del yihadismo sunnita) puede volverse en su contra: empantanará a Erdogan en Siria mientras estallarán coches bomba en Estambul.
0 Comentarios