DOSSIER SOBRE LA NOSTALGIA

 Se llama nostalgia, y sirve para recordarnos que, por suerte , también somos frágiles.

Cesare Pavese

Foto de Robert Doisneau


Si es cierto que nos acostumbramos al dolor, ¿cómo es que con el paso de los años sufrimos cada vez más?
Cesare Pavese

Recogimiento

Charles Baudelaire

 

Sé sabia, Pena mía, y permanece en calma.
Reclamabas la Noche; ya desciende, hela aquí:
Envuelve a la ciudad una atmósfera oscura
A unos la paz trayendo y a los más la zozobra.

Mientras que la gran masa de los viles mortales,
Del Placer bajo el látigo, ese verdugo impávido,
Cosecha sinsabores en la fiesta servil,
Ofréceme tu mano, Pena mía, ven aquí

Lejos de ellos. Mira balancearse los años transcurridos
Con vestidos ridículos, sobre las balaustradas
Del cielo; la nostalgia burlona ya emerge de las aguas;

Descansa bajo un arco el moribundo sol
Y, tal enorme sudario rezagado, hacia Oriente,
Oye, querida, oye cómo avanza la Noche.


       Foto de Robert Doisneau






La paradoja del amor es, ser uno mismo, sin dejar de ser dos."Erich Fromm 

¡El amor! Es el ala que Dios ha dado al alma para que pueda subir hasta él.
Michel de Montaigne





Mi amor, dices que no hay amor a menos que dure para siempre. Tonterías, hay episodios mucho mejores que la obra entera.
William Butler Yeats
Ir sin amor por la vida es como ir al combate sin música, como emprender un viaje sin un libro, como ir por el mar sin estrella que nos oriente.
Stendhal



Es tan corto el amor y tan largo el olvido.
Pablo Neruda



LAS FLORES MUERTAS

Ay, quisiera tanto que recuerdes
los días felices en que éramos amigos
En aquel tiempo la vida era más linda
y el Sol más brillante que hoy
Las hojas muertas se recogen de a montones
¿Viste que no me olvidé?
Las hojas muertas se recogen de a montones
los recuerdos y las penas también
y el viento del norte se las lleva
en la noche fría del olvido
¿Viste? No me olvidé
de la canción que me cantabas

Es una canción que nos iguala
Vos, que me amabas, yo que te amaba
Y vivíamos los dos juntos
Vos, que me amabas, yo que te amaba
Pero, levemente, la vida separa
a los que se aman sin hacer ruido
y el mar borra en la arena los pasos
de los amantes separados
Las hojas muertas se recogen de a montones,
los recuerdos y las penas también
pero mi amor silencioso y fiel
sigue sonriendo y agradece a la vida
Te amaba tanto, eras tan hermosa
¿Cómo querés que te olvide?
En ese tiempo la vida era más bella
y el Sol más ardiente que hoy
Eras mi más dulce amiga
pero los lamentos no me aportan nada
y la canción que cantabas
siempre, siempre, la voy a escuchar

Jacques Prévert




¡Oh amor poderoso¡ Que a veces hace de una bestia un hombre, y otras, de un hombre una bestia.
William Shakespeare

Querida, nunca entenderás el tiempo, ¿verdad?
Siempre intentas ser lo que eras,
en lugar de la persona que eres esta noche.
 ¿Por qué guardas esos talones de entradas y programas de teatro?
 Solo te harán daño después. Tíralos, querida.

Ray Bradbury



El amor ahuyenta el miedo y, recíprocamente el miedo ahuyenta al amor. Y no sólo al amor el miedo expulsa; también a la inteligencia, la bondad, todo pensamiento de belleza y verdad, y sólo queda la desesperación muda; y al final, el miedo llega a expulsar del hombre la humanidad misma.
Aldous Huxley

Cuando nos invade la nostalgia

REPORTAJE: PSICOLOGÍA

 

XAVIER GUIX 17/04/2011


Recordar nuestro pasado es sano si sirve para vernos tal y como somos hoy. Anclarnos en los recuerdos de forma obsesiva puede llegar a doler.
Entre las múltiples experiencias que nos permite nuestro mundo emocional se encuentra el sentimiento de nostalgia. Un viaje imposible, pero añorado hacia nuestro pasado.
De pronto, uno se siente invadido por imágenes, resonancias, palabras o sensaciones del ayer. Se da cuenta de que no es un mero ejercicio de la memoria, ya que, acompañando esos trazos de vida vivida, amanecen vagas emociones que parecen instalarse definitivamente en nuestro interior. Ocurre entonces que de aquellas emociones imprecisas despierta un enorme sentimiento que cubre todo nuestro ser con su presencia. Es como si de golpe todo el pasado vivido quedara resumido en esa estampa agridulce. Como si el tiempo se atorara con el único propósito de meternos en la encrucijada de ser lo que ya no podemos ser.
"Menuda encrucijada someterse al quiero y no puedo. Vaya plan perderse en el laberinto del tiempo sin poder salir de él"
"La función de la nostalgia es, sin duda, acordarnos de aquel que fuimos y poder observar al que somos ahora"
Hay sentimientos más llevaderos que otros; sin embargo, el de la nostalgia puede llegar a doler. Menuda encrucijada someterse al quiero y no puedo. Vaya plan perderse en el laberinto del tiempo sin poder salir de él sin sufrir, añorando un regreso imposible. No obstante, algunas personas descubren en tal pasión una forma adictiva de vivir, un refugio para su incomprensible vida, un exilio interior que llena los vacíos de su existencia.
https://elpais.com/diario/2011/04/17/eps/1303021613_850215.html
El regreso sufriente
"Los únicos acontecimientos importantes de una vida son las rupturas. Ellas son también lo último que se borra de nuestra memoria" (E. M. Cioran)
La palabra nostalgia se nutre, en su raíz griega, de nostos, que viene de nesthai (regreso, volver a casa), y de algos (sufrimiento). Podría definirse entonces la nostalgia como el sufrimiento causado por el deseo incumplido de regresar. Según adónde queramos regresar podremos observar, al menos, tres formas diferentes de nostalgia.
La primera es la puramente sentimental, una especie de lamento de las pérdidas de nuestra vida, como pueden ser, por ejemplo, los amores pasados. No es de extrañar que el primer amor sea aquel al que siempre regresamos, sobre todo cuando las cosas no nos van bien en las relaciones actuales, o por ausencia de ellas. Parece que encontramos refugio regresando al centro de los días en los que la única preocupación era descubrir el dulce sabor de los primeros besos. Siendo como es un bonito recuerdo, con la nostalgia se convierte en una desesperanza.
Atesoramos experiencias cuyo significado ha calado tan hondo en nuestra existencia, que su inesperado recuerdo nos traslada hasta ese mismo instante en el que logramos aquel éxito, en el que surgió el amor, en el que vivimos con intensidad, en el que descubrimos a Dios o en el que nos pareció que estábamos cambiando el mundo. Tal vez no repetiríamos los mismos acontecimientos, pero qué duda cabe que volveríamos gustosos a envolvernos de los mismos sentimientos.
Elogio del tiempo pasado
"El crepúsculo de la desaparición lo baña todo con la magia de la nostalgia" (Milan Kundera)
Una segunda manera de vivir la nostalgia es la que representan aquellas personas que viven sin desprenderse nunca de su pasado. Lo recuerdan adrede, lo revisan en fotos o vídeos, lo mantienen vivo en cada conversación (fuimos tan felices...qué bien lo pasábamos... tenemos que volver... ¿te acuerdas de...?).
Es una manera de permanecer a través del tiempo, lejos de abrir los ojos a su realidad más inmediata, tal vez más oscura que la de aquellos años que fueron tan felices. Por supuesto, es una falacia, una interesada comparación, porque ni aquellos días fueron tan increíbles, ni los de ahora son tan grises. Ocurre, eso sí, que al creer con convicción en el determinismo del pasado, todo lo bueno que exista ahora en sus vidas será difuminado para no estropear el añorado recuerdo con el que se quiere vivir.
Elogiar el tiempo pasado desde la gratitud puede entenderse como un acto de alineamiento interior. Poder mirar atrás, lo vivido, en paz y tranquilidad. No se trata de evitar una presencia nostálgica, sino integrarla como parte del inmenso don de haber podido vivir momentos de tanta plenitud.
Sin embargo, cuando todo "era mejor antes" tenemos un problema existencial. No existe armonía entre lo vivido y el ahora y el aquí. La nostalgia entonces deviene una armadura contra lo real. Una obsesión del regreso.
El mito del eterno retorno
"Nada hay tan dulce como la patria y los padres propios, aunque uno tenga en tierra extraña y lejana la mansión más opulenta" (Homero)
La última de las nostalgias que estamos observando tiene mucho que ver con la idea del regreso a casa. Es la nostalgia de los griegos convertida en mito a través de la figura de Ulises, en su larga travesía de retorno a Ítaca. Vivir puede asemejarse a un largo viaje, lleno de aventuras, de infortunios, de alegrías, tristezas, azares y desesperanzas. Sin embargo, detrás de cada envite, de cada puerto visitado, de cada amor entretenido, persiste la nostalgia de volver al hogar. Uno anda buscando siempre la manera de regresar a casa, como símbolo del encuentro con la propia paz interior.
A menudo esa paz también se encuentra en el regreso a los contextos que nos construyeron durante la infancia y la adolescencia. En ese sentido, los pueblos, sus gentes, sus calles, sus entornos, configuran una trama de paisajes, olores, fotogramas y secuencias de nuestras andaduras ancladas en nuestro sistema emocional. Mucha gente, cuando llega la hora del retiro del mundanal ruido prefiere regresar a sus lugares de origen y reencontrarse con esas viejas emociones, cerrando así el círculo de la existencia. También nuestras almas encuentran reposo en la serenidad, como nostalgia de aquel lugar eterno al que regresaremos algún día. Por eso Luc Ferry, el filósofo francés, etiqueta de cosmológica este tipo de añoranza.
El yo que ya no existe


"Deberíamos utilizar el pasado como trampolín y no como sofá" (Harold McMillan)
¿Qué función puede tener entonces la nostalgia? Sin duda, acordarnos de aquel que fuimos y poder observar al que somos ahora. El sentimiento de añoranza no deja de ser una pérdida por un yo que existió. Forma parte de nuestra historia personal y a veces se entromete en nuestra cotidianidad para que le hagamos un espacio. No obstante, al momento siguiente regresamos de nuevo al ahora, a nuestro yo actual, que puede admirar serenamente cómo la vida es puro movimiento.
En la línea de Heidegger, el ser humano concreto se experimenta como urgido a renovar, de un modo dramático y liberador, un pasado más o menos nostálgico o privilegiado con el fin de ir asumiendo más lúcidamente su futuro, individual o colectivo.
También lo reflexiona Manuel Cruz, catedrático de la Universidad de Barcelona, cuando pregunta: ¿Qué sentido podría tener la nostalgia por un pasado que atribuiríamos a un yo diferente del actual? ¿O la melancolía por lo que pudo haber sido y no fue... de otro? ¿Tendría más sentido la ilusión por lo que pueda esperarle a alguien que tal vez ni siquiera sea yo mismo? Una vez más, andamos al encuentro de nuestro ser en el tiempo. Debemos interrogarnos sobre el sentido de la identidad, el ritmo de la vida y qué hacer con nuestro pasado. Lo cierto es que no descansamos en paz, hasta poder diluirlo en el flujo de la existencia.


1

No hay nostalgia peor que añorar lo que nunca jamás sucedió.





¿De qué se nutre la nostalgia?

"Uno evoca dulzuras
cielos atormentados
tormentas celestiales
escándalos sin ruido
paciencias estiradas
árboles en el viento
oprobios prescindibles
bellezas del mercado
cánticos y alborotos
lloviznas como pena
escopetas de sueño
perdones bien ganados
pero con esos mínimos
no se arma la nostalgia
son meros simulacros
la válida la única
nostalgia es de tu piel"
(Mario Benedetti)


A guisa de prólogo

En los espantosos años del terror yezoviano me pasé diecisiete meses aguardando en una fila, ante el umbral de la prisión de Leningrado. Cierto día, alguien me identificó en la muchedumbre. Detrás de mí se hallaba una mujer, con los labios azules de frío, que, es claro, nunca antes me había oído llamar por mi nombre. Entonces salió del entumecimiento común y me preguntó en un susurro (allí todo mundo susurraba):

—¿Puede describir esto?

Y le contesté:

—Puedo.

Una especie de sonrisa cruzó fugazmente por lo que alguna vez había sido su rostro.

(Leningrado, abril 1 de 1957)

 


Dedicatoria
Un dolor semejante podría mover montañas,
e invertir el curso de las aguas,
pero no puede hacer saltar estos potentes cerrojos
que nos impiden la entrada a las celdas
atestadas de condenados a muerte…
Para algunos puede soplar el viento fresco,
para otros la luz solar se desvanece en el ocio,
pero nosotras, asociadas en nuestro espanto,
sólo escuchamos el chirriar de las llaves
y las pisadas de las recias botas de la soldadesca.
Como si nos levantáramos para misa primera,
día a día recorríamos el desierto,
andando la calle silenciosa y la plaza,
para congregarnos, más muertas que vivas.
El sol había declinado, el Neva se había opacado
y la esperanza cantaba siempre a lo lejos.
¿Que sentencia se dictó?… Ese gemido,
ese repentino fluir de lágrimas femeninas,
señala a una distinguiéndola del resto,
como si la hubieran derribado,
arrancándole el corazón del pecho.
Entonces déjenla ir, trastabillando, a solas.
¿En dónde estarán ahora mis innombrables amigas
de aquellos dos años de estadía en el infierno?
¿Qué espectros se burlan de ellas ahora, en medio
de la furia de las nieves siberianas,
o en el círculo nublado de la luna?
¡A ellas les lloro, Hola y Adiós!

Ana Ajmátova



I Vitelloni (Los jóvenes y los apasionados) . 1953. 

"Cinco jóvenes inmaduros que luchan, o mejor dicho, se niegan, a vivir como adultos. Ambientada en un imaginario pueblo costero del Adriático muy similar a Rímini, la ciudad natal del director, esta obra casi autobiográfica está impregnada de nostalgia y ternura por sus personajes. Desbordantes de pasión, pero a la deriva sin ningún propósito, estos holgazanes anhelan inspiración y evasión en una época de cambios sociales y culturales fundamentales en la Italia de posguerra. "




Integrar los recuerdos


Nostalghia (1983) - Andrei Tarkovsky - Sub (English) Sub (Español)


La película muestra a un escritor ruso ( Oleg Yankovsky ) que visita Italia para realizar una investigación sobre un compositor ruso del siglo XVIII, pero siente nostalgia . La película utiliza elementos autobiográficos extraídos de las propias experiencias de Tarkovsky en su visita a Italia y explora temas relacionados con la intraducibilidad del arte y la cultura.




Dublineses The dead 1987 DVDRipwww TodoCVCD com




Amo, luego existo

Amo, luego existo
 
   
Generos:    
 
¿Cómo amaban los grandes pensadores? Los estoicos con paciencia, los vitalistas con entusiasmo, los nihilistas con pesimismo. El amor, para un filósofo, es algo tan apasionante o doloroso como para el resto de mortales.

El erotismo de Platón, la lujuria de San Agustín, la frustración de Spinoza o la pasión de Abelardo y Eloísa han contribuido a dar forma a nuestro concepto del amor. Amor y filosofía, asimismo, de la mano de ese extraño compromiso que mantuvieron Jean Paul Sartre y Simone de Beauvoir, a partir de la relación que unió a Nietzsche y Lou Andreas-Salomé, a la luz de la extraordinaria importancia que tuvo en la reflexión filosófica de Hannah Arendt o de Michel Foucault.

Amo, luego existo nos acerca a la forma de vivir el amor de aquellos que se dedicaron intensamente a pensar en cómo amar y ser amados. El filósofo Manuel Cruz se adentra en la vida y las ideas de algunos de los pensadores más importantes de la cultura occidental.



Wong Kar-Wai.2046  pdf de www.academia.edu
El cineasta chino Wong Kar-wai ha edificado su particular obra como un estudio de los mecanismos del recuerdo, la memoria y la reconstrucción del pasado.




Este libro propone despertar esas «metáforas dormidas» de la mitología griega narrando las historias maravillosas que constituyen su origen. ... para quienes ...


La ignorancia

La ignorancia
 
   
Generos:    
 
Una mujer y un hombre se encuentran por casualidad durante su viaje de regreso al país natal del que emigraron hace veinte años. ¿Podrán reemprender una extraña historia de amor, apenas iniciada entonces en su tierra? El caso es que, tras tan larga ausencia, «sus recuerdos no se parecen». Porque «nuestra memoria, la pobre, ¿qué puede hacer? Sólo es capaz de retener del pasado una miserable pequeña parcela sin que nadie sepa por qué precisamente ésa y no otra…». Vivimos sumidos en un inmenso olvido, y no queremos saberlo. Sólo aquellos que, como Ulises, vuelven después de veinte años a su Ítaca natal pueden ver de cerca, atónitos y deslumbrados, a la diosa de la ignorancia.



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