La atención a dependientes sigue siendo cosas de mujeres cada vez de mayor edad, mientras se unen las féminas más jóvenes con maternidades tardías y progenitores con necesidades cada vez más específicas.
María José Pintor Sánchez-Ocaña
Madrid 16/12/2025
Mujeres superados los 60 años, que cuidan de sus nietas y nietos, son las principales responsables de sus ancianos padres -tengan o no dependencia- y cuyas hijas e hijos aún dependen emocional y económicamente de sus progenitores, es una realidad de muchas baby boomer que se encuentran atrapadas en lo que se conoce como la generación sándwich. Una etapa de la vida que también afecta ya a muchas féminas más jóvenes que, tras una maternidad tardía, pasan de cuidar de sus retoños a hacerlo de sus padres. Incluso ambas cosas a la vez.
El retraso en la edad de tener hijos y la longevidad de los adultos mayores atrapa a mujeres de entre 50 y 70 años. Una realidad que cada vez es más evidente porque los cuidados siguen siendo cosa de mujeres.
Aunque en los últimos tiempos se ha centrado la generación sándwich en el grupo de personas entre los 35 y 55 años porque, en la actualidad, se encargan del cuidado de sus hijos y de sus padres y suegros, lo cierto es que hace 20 años ya se daba esta circunstancia con las baby boomer, que han llegado a cuidar a nietos y padres en la misma ecuación.
Impacto en la salud mental
El 51% de quienes atienden a un familiar mayor tienen también hijos a su cargo y obligaciones profesionales, lo que impacta en su salud física y mental.
Carmen González con 75 años cuida de sus nietos más pequeños, mientras ya con 55 tenía a su cargo a la primera nieta de su hija mayor. Según explica a Público, "llevo veinte años cuidando nietos, porque mis cuatro hijos han tenido hijos a edades muy diferentes, en medio del proceso mi madre se vino a vivir con nosotros hasta que murió hace cinco años y todavía tengo que estar muy pendiente de mis retoños. Siempre pasa algo".
Carla, con 60, tiene a su cargo aún a dos hijos, y es la principal cuidadora de sus padres, "que no están mal del todo, pero al final cada día tienes que estar pendiente y echar a correr cuando pasa la más mínima cosa", explica. Su situación se complica porque sigue trabajando en la administración.
Una situación que afecta a la mitad de las cuidadoras en España, tal y como lo refleja el I Estudio del Observatorio Cinfa de los Cuidados «Radiografía de los cuidados familiares en la sociedad española». Por si fuera poco, tres de cada cuatro (77,6%) afirman compaginar este rol con su actividad profesional.
Las 'Malasmadres'
El Club de las Malasmadres también reivindica a esta generación y pone de manifiesto que "este escenario que nos toca vivir, debido al aumento de la esperanza de vida y el hecho de tener hijos cada vez más tarde (entre otras causas) hace que las personas que cuidamos nos olvidemos de que nosotras también tenemos que cuidarnos".
"2.782 euros brutos al mes. Este sería el salario que percibirían las mujeres de la generación sándwich, es decir, las que cuidan de hijos y padres, si cobrasen por el trabajo que desempeñan" y "el 88% de las mujeres de la generación sandwich sienten que están atrapadas en el cuidado de sus hijos y mayores", según ha manifestado en numerosas intervenciones Laura Baena, fundador del Club de las Malasmadres.
“Nos sentimos atrapadas en una cadena de cuidados sin fin. Esto afecta no solo nuestra salud, sino también nuestras oportunidades laborales y nuestra vida personal", asegura Baena.
María José Pintor Sánchez-Ocaña
Directora de comunicación y eventos en 'Público' y coordinadora de la sección de 'La Buena Vida'. Tertuliana en 'La Hora de la 1' de TVE. Fue Profesora de Redacción en la UPSA, mientras trabajaba en medios de Salamanca y Castilla y León. Colaboró como investigadora en ciencias sociales, como presentadora para Canal 4 en Castilla y León y Localia TV y fue directora de 'Diario16 digital'. Tiene varios premios de periodismo.
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