Encontré a José Gutiérrez Solana




Encontré a José Gutiérrez Solana tanto sus escritos como sus cuadros eran envolventes; entendí que no era necesario ser un literato para decir algo. Fui atrapado por los motivos de sus cuadros; había encontrado un Van Gogh moderno. Esa era la España que veía, sentía, olía y buscaba luego de haber leído a Ganivet y Valle Inclan. Describieron las obras de Gutiérrez Solana cuándo dijeron: “la miseria de una España sórdida y grotesca, mediante el uso de una pincelada densa y de trazo grueso en la conformación de sus figuras.”
"Podría decirse que la gran virtud de la prosa de Solana es ante todo su fidelidad en la recreación de circunstancias y situaciones de la vida común."
Todos los días, sobre todo cuando no tenía dinero, salia a buscar esa España y en la noche hipócrita con todo descendiente de españoles me sentaba en el Café Gijón de Madrid a conversar con artistas y periodistas de moda. Dijo una vez un filosofo alemán que "el hombre es lo que come ", podría decir que el hombre observa el mundo de acuerdo al dinero que posee.


"La prosa de Solana es rústica, pero enormemente efectiva. Leyéndole descubrimos otra vez que realmente no es tan importante escribir bien como tener algo que decir, y que esto puede conseguirse sencillamente teniendo los ojos bien abiertos y la sensibilidad a flor de piel. Aunque su estilo no sea muy depurado, Solana pone inmediatamente ante nosotros aquello que quiere mostrarnos, y su arte es tan magistral en este sentido que nos atrapan en él los acontecimientos más triviales: "Las sábanas que cuelgan de las cuerdas de los balcones se hinchan, y parece que trabajan por desprenderse y salir volando a la calle; los papeles dan muchas vueltas alrededor de los troncos de los árboles, y suben en torbellino a lo largo de las fachadas de las casas, a la altura de sus tejados." El mundo que Solana nos muestra es ajeno a cualquier abstracción poética o romántica, a cualquier lectura idealista o patriótica, es el mundo real y simple de las gentes que viven su existencia absurda y alienada, una existencia regida fundamentalmente por la ignorancia y la crueldad. Solana recorre las calles y acude a las verbenas y los bailes populares, nos describe a mendigos, adivinadoras, curanderos y sacamuelas, rufianes y prostitutas."Jesús AllerRebelión


Tertulia del café de la calle Carretas, el Pómbo
: "Sagrada Cripta del Pombo", cuadro de José Gutiérrez Solana.







"Café Gijón de tertulias, de gente de culto, de bohemios, literarios y gente de bien."




Se celebraban los 25 años de Francisco Franco en el gobierno.



Condenado de por vida al buen gusto





















































A los 16 años me convertí en anciano,me entere décadas después; no puede impunemente un niño ver tantas cosas hermosas,sentir tanto arte como haber visto a esa edad uno de los mejores coreógrafos y bailarines del mundo Roland Petit en el Cyrano de Bergerac , La Opera de Pekin; considerada como una de las máximas expresiones de la cultura China; escuchar cantar a Paul Robenson y Ella Fitzgerald. Ver la la Oesterreichische Galerie (la Galeria austriaca) en donde está la mayor colección de obras de Klimt – entre las que se encuentra el famoso, “Der Kuss” (El Beso). Desde los puentes de Viena ver las azules aguas del río Danubio. Entrar a la Staatsoper, teatro de la Ópera de Viena, Los palacios. Jardines. Descubrir el amor. Todo eso no fue gratuito; el destino me impuso una condena de por vida a tener buen gusto. Inútilmente he tratado de recuperar mi juventud. La belleza penetro en cada uno de mis poros exhumando una terca, tiránica estética impidiéndome solazarme en lo común, en lo cotidiano que me ha circundado,sobre todo en estos últimos 40 años.



Una de las más bellas ciudades del mundo Urbino ayudaron a cristalizar esos sentimientos estéticos sembrados en Viena. Gustos elegantes que son como una camisa de fuerza.


Esa tarde,la ultima en Viena; un ataúd a cuestas


Esa tarde,la ultima, visitamos el Palacio Belveder en Viena. Sentados debajo de una de las estatuas de la entrada comenzamos a besarnos. Fueron muchos los besos,tantos. El tiempo se suspendió; recomenzó andar cuando la caída del sol desentumedecio nuestros labios. Caminamos hacia el regreso que también era la despedida. Esos pasos hacia la ciudad de Viena recordé, años después, que fueron como los que se dan cuándo se lleva un ataúd a cuestas. Me había prestado un dinero; me acompañaba a la estación de trenes que me llevaría a Génova donde me esperaba el barco para regresar a Venezuela.




 





Camine con Thalia

Bellos sitios que me eran extraños. Días con ella envolvieron mi vida por muchos años. Décadas después no recuerdo su rostro, pero, puedo reencontrar el sentir de esos días al parpadear. Ella era ella; yo era yo. No tuvimos tiempo de convertirnos en el uno para el otro.
Austria Viena Prater Noria Wiener Riesenrad

Un torbellino de impresiones los siete días de agosto. Los ojos de un niño cayeron como lagrimas en esas azulísimas aguas del Danubio.
El ballet de Roland Petit, la Opera de Pekin, la conversación con el actor Checoslovaco en una mesita del Prater de Viena; soñaba volar sin tener alas. El polaco borracho que intento suicidarse en un pequeño estanque de 10 centímetros de agua, los guardias de su delegación lo cargaron; antes de introducirlo en su carpa nos lanzo una mirada cargada de conmiseración, los besos a la muchacha de Alemania oriental en un Palacio vienes ; amanecimos caminando  abrazados a ella y a su amiga. La busque al día siguiente sin encontrarla. En un bolsillo quedo su dirección en Alemania.


( 28 Julio- 5 Agosto 1959)

Del 26 de julio  al 4 de agosto de 1959, ondearon en Viena las banderas de la paz y la amistad, la fiesta de la juventud del mundo reunía esta vez a 18 mil jóvenes procedentes de 112 países.

Con Thalia en la rueda de Viena encontré a Ana Ajmatova




Desde hace décadas años gira la rueda gigante sobre Viena y ofrece una vista única de la ciudad a orillas del Danubio. Esa noche con Thalia nos montamos ; en la cima "se fue la luz". La rueda estuvo inmovilizada un buen tiempo; era el 3 de agosto de 1959. Durante esos larguísimos minutos cada segundo estuve tentado de abrazarla al final con el frio en los huesos le tome las manos; Thalia era una de las interpretes de la Delegación italiana del VII Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes . Rumana de 23 años que hablaba varios idiomas.
Nuestra relación comenzó cuando ella reprendió a un austriaco alto y grueso reclamándome airado que lo molestaban  mis comentarios.
Era un flaco y espigado joven de 16 años recién cumplidos, venezolano, proveniente de Maiquetía en un jardín de Viena escuchando un concierto con una italiana oriunda de Rumania. Años más tarde me entere que se daba un aire a Ana Ajmatova pero fue esos días cuándo como una premonición sentí lo que años después la lectura de su poesía me dibujara;


¡Vamos a casa, criatura!

¿Pero dónde es mi casa y dónde mi cordura?



1959 “El VII Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes





Llegue a Viena un 28 de julio de 1959. Días después aparecía mi silueta con un pedazo del palo de una bandera amenazando un grupo en una foto en todos los diarios europeos acusando a los comunistas de haber agredido una manifestación de jóvenes demócratas. En realidad éramos tres adolescentes venezolanos que fuimos con unos palos amenazar a un grupo de más de 50 jóvenes que nos pitaban y gritaban asesinos. Estos nos rodearon amagando golpearnos, pero los diarios publicaron la situación al revés; los comunistas parecían los 50 agresores y nosotros tres los jóvenes demócratas agredidos. Todo fue una farsa pero en los diarios se describían una salvaje agresión. Era el VII Festival Mundial de la Juventud y los estudiantes. Recuerdo que Nuñez Tenorio jefe de la Delegación venezolana me reclamo airadamente que había caído en la provocación. Nos habían advertido que cientos de jóvenes habían sido pagados por los organismos norteamericanos para sabotear el festival que era la primera vez que se hacía en un país no comunista.


“El VII Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes tuvo lugar durante 1959 en Viena, la capital de Austria. Organizada por la Federación Mundial de la Juventud Democrática (FMJD), la séptima edición de su festival reunió a unos 18.000 jóvenes procedentes de 112 países bajo el lema "¡Por la paz y la amistad!". El contexto internacional estuvo marcado por el triunfo, meses antes, de la Revolución Cubana.El VII Festival fue el primero realizado fuera del Bloque del Este; su realización del lado occidental de la Cortina de Hierro supuso un desafío al poder de movilización de la FMJD. Fue la actitud extremadamente hostil del gobierno estadounidense la que motivó a par austríaco a autorizar la realización del FMJE en su territorio. En Fráncfort del Meno, Alemania Federal, se estableció un comando a cargo de la OTAN con el objeto de coordinar acciones contra la realización del Festival. Siempre de acuerdo con lo expresado por la Federación Mundial de la Juventud Democrática, durante el evento se enviaron a Viena alrededor de 6.000 mercenarios políticos que, entre otras cosas, intentaron frustrar la ceremonia de apertura en el Estadio Prater.”


Cuando Cuba estremeció a Viena

A 50 años del Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes en Viena, Austria, los entonces jóvenes delegados cubanos rememoran esas intensas jornadas

JUVENTUD REBELDE
digital@juventudrebelde.cu
11 de Agosto del 2009 1:03:33 CDT
Era julio de 1959 y un grupo de jóvenes cubanos estaba decidido a asistir al Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes en Viena, Austria, pese a campañas anticomunistas en contra de la cita estival. Hacerlo significaba defender la verdad de la naciente Revolución y del pueblo cubano.
«...Cuánto he ansiado este momento, cuánto he deseado siempre este encuentro con los jóvenes de todo el mundo, y al fin ahora tendré la oportunidad de vivir esa experiencia..., los jóvenes cubanos debemos tener muy presente cuán importante es para nuestra patria, hoy por hoy, que sus hijos puedan expresar al mundo la verdad de lo que está ocurriendo en ella. Muy claros en esa responsabilidad debemos asistir a este Festival».
Así reseñó en un diario durante el vuelo a Viena José Rodríguez Calderón, más conocido por Pepe, miembro del Buró Nacional de la Juventud Socialista. Recalcó en sus apuntes: «Que las experiencias y conocimientos de este viaje sirvan para hacer a los jóvenes más útiles a la causa de nuestra Revolución, a la causa del pueblo».
A 50 años de aquellas intensas jornadas del verano de 1959, quienes vivieron la experiencia de la delegación cubana en el VII Festival, se reunieron para compartir las emociones de aquellas jornadas, un encuentro que pasaba del llanto a la alegría, sobre todo por continuar en sintonía con la obra revolucionaria.

Primera delegación cubana oficial a un festival

Giraldo Mazola recuerda la respuesta inmediata y masiva de los jóvenes estudiantes y trabajadores a la convocatoria al festival, y comentó que empezaron a adherirse al trabajo del comité Pro festival y a buscar la forma de financiar el viaje. Eran los primeros meses del año 1959, y aunque la Revolución ya estaba en el poder todavía existía en Cuba la estructura del capitalismo.
«Pese a la presión de medios e instituciones contra el Festival, incluso la salida tardía del aeropuerto, pues las empresas privadas negaron el permiso de vuelo, nunca retrocedimos en el intento de ir a Viena. Gracias a la intervención de Raúl Castro pudimos salir bajo su responsabilidad, 12 horas después en dos aviones», asevera Niurka Escalante.
Era la primera vez que el Festival se celebraba fuera de los entonces países socialistas, y la primera vez también que salía una delegación oficial de Cuba al evento. Cuando la delegación comenzó a desfilar en la inauguración, justamente el primer 26 de julio después de la victoria, el estadio repleto de jóvenes de todo el mundo, se inundó de aplausos y gritos de Viva Cuba, Viva Castro.
Los delegados cubanos no esperaban recibir tan amplia manifestación de solidaridad, todas las delegaciones apoyaron a la naciente Revolución Cubana y agradecían nuestra asistencia.
Para casi todos los que aún viven, de los más de 180 delegados que fueron a Viena, el apoyo de Raúl para la salida, y del Che al regreso no fue algo casual, simplemente era una muestra de la confianza que aun hoy tiene la Revolución en los jóvenes cubanos.
Así lo reconocieron en una carta que dirigieron a Raúl, donde expresaban que al regreso desde Madrid, con una situación económica muy crítica y sin el apoyo de la embajada de Cuba en España, coincidieron con la gira realizada por el Che a los países afroasiáticos y a Yugoslavia. Al tener conocimiento de lo ocurrido, el Che exigió al entonces embajador José Miró Cardona que todos los gastos de alojamiento, comida y el pasaje de regreso fueran sufragados por la embajada.
Además, reclamó un almuerzo de desagravio por no haber atendido a tiempo los problemas presentados por la delegación, y como recuerda Amelia Brito Rojas, delegada por el antiguo Instituto de Remedios, fue una experiencia enriquecedora el encuentro con el Che, pues les regaló muchas anécdotas graciosas e increíbles.
Para Amelia fueron muchos los recuerdos imborrables, pero nada como la decisión expresada por todos los jóvenes, cuando iban en el avión a Viena, de apoyar a la Revolución y que ella recogiera en su agenda. Tampoco olvida las muestras de cariño, solidaridad y amistad con Cuba que encontró el día de la inauguración.
«No obstante —reconoce esta villaclareña— la desinformación acerca de la Revolución, nuestro pueblo y logros ha estado presente desde el inicio, y en el Festival había personas para desvirtuar y entorpecer las actividades de la delegación cubana, así como la realidad que se vivía en la Isla; pero los jóvenes de ayer, al igual que los de hoy, supimos llevar la verdad de la Cuba revolucionaria».
Ángel Menéndez Parrondo, uno de los 14 compañeros de la delegación de plantas eléctricas, confiesa que desde Cuba las campañas anticomunistas contra el Festival fueron intensas y ya en Viena, en el intercambio con la delegación norteamericana nos dimos cuenta que habían elementos provocadores de la CIA, situados en distintos puntos, llamados centros de información, más bien desinformación, para tratar de captar a los jóvenes criollos y hacerlos desertar.
«De hecho en las conversaciones que sostuviera el Che con nuestra delegación, afirma Ángel Menéndez, el comandante expresó la importancia de nuestra presencia para desmentir las campañas contra la Revolución Cubana».

Cuba no es solo bailarinas y rumba

Resultado de imagen para Cuba en el Vii festival mundial de la juventud
«Era mañana, tarde y noche en reuniones, dando espectáculos, esparciendo la verdad sobre Cuba, no parábamos en aquellos días», recuerda Mirta Muñiz Egea, una de las delegadas a este VII Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes.

Con la participación de un grupo de artistas, la delegación del archipiélago llevó al encuentro el arte y la cultura de un pueblo que, admiten los ya no tan jóvenes delegados, era desconocido para casi todos los países.

«Algunos no sabían ni dónde estaba Cuba. Teníamos que explicarles nuestra ubicación geográfica. Los propios norteamericanos sabían muy poco de nuestro país; para ellos éramos bailarinas y rumba, pero como país no nos conocían. Sin embargo, después de conversar con nosotros quedaban impresionados por el amor con que hablábamos de Cuba, que saltaban las diferencias y los lenguajes para comunicar la verdad de la Isla».
Y es que para Mirta Muñiz Egea, este primer Festival después del triunfo de la Revolución fue la oportunidad para que los jóvenes denunciaran a la dictadura de Batista y decir lo que era la Revolución. Agrega que el arte fue una manera para hacer sentir a Cuba.
«Entre otros fueron Nicolás Guillén, el Ballet de la Televisión, Alberto Alonso, Sonia Calero, Cristy Domínguez, Menia Martínez, el Conjunto Folclórico, el Indio Naborí, el conjunto campesino de Eduardo Saborit y la Orquesta América de Ninón Mondéjar. Era mañana, tarde y noche en reuniones, dando espectáculos, esparciendo la verdad sobre Cuba, no parábamos en aquellos días».
Rolando López del Amo, quien participó como tesorero en el Comité Preparatorio, señaló que en la delegación artística había más de 54 miembros y nunca olvidará cuando en la inauguración, al frente de la cual sonaba una conga bien sabrosa, la gente gritaba Viva Cuba, Viva Castro, y en ese momento soltaron de una jaula gigante 3 000 palomas que volaron mientras desfilábamos por el estadio.
«El Festival fue una muestra de la confianza que se comenzaba a depositar en la naciente Revolución Cubana a nivel internacional, ya que el orador por América Latina fue el compañero Baldomero Álvarez Ríos, presidente de nuestra delegación. Fue la oportunidad de llevar la voz de la Revolución Cubana, levantar el movimiento de solidaridad y apoyo, así como haber constituido el núcleo de lo que luego sería la juventud cubana unida», agrega Rolando López.
Por eso, el de ahora fue un encuentro, tras 50 años del VII Festival, con quienes, por su alegría y fidelidad, siguen siendo jóvenes.

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El VII Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes tuvo lugar durante 1959 en Viena, la capital de Austria. Organizada por la Federación Mundial de la Juventud Democrática (FMJD), la séptima edición de su festival reunió a unos 18.000 jóvenes procedentes de 112 países bajo el lema "¡Por la paz y la amistad!". El contexto internacional estuvo marcado por el triunfo, meses antes, de la Revolución Cubana.

El VII Festival fue el primero realizado fuera del Bloque del Este; su realización del lado occidental de la Cortina de Hierro supuso un desafío al poder de movilización de la FMJD. Fue la actitud extremadamente hostil del gobierno estadounidense la que motivó a par austríaco a autorizar la realización del FMJE en su territorio. En Fráncfort del MenoAlemania Federal, se estableció un comando a cargo de la OTAN con el objeto de coordinar acciones contra la realización del Festival. Siempre de acuerdo con lo expresado por la Federación Mundial de la Juventud Democrática, durante el evento se enviaron a Viena alrededor de 6.000 mercenarios políticos que, entre otras cosas, intentaron frustrar la ceremonia de apertura en el Estadio Prater.

El final de Las noches de Cabiria 1958



No deseo hacer literatura- no soy capaz-, he utilizado la forma de blog para expresar algunas cosas; miles de páginas escritas las he perdido, botado; cuando siento que la memoria se me escapa con la inflamación del colon deseo reencontrarme, escarbando intentando dibujar entre los olvidos algunos recuerdos.  No pude hablar con mi madre, murió antes, deseaba hacerlo para encontrarme. Eso fue lo que más me dolió de su muerte. La había amado con mucha fuerza en mi primera juventud, con el tiempo, ese cariño se había aquietado. ¿A qué se debía eso? No la reconocía; me había quedado estático cuándo ella era joven; esa era la madre que recordaba por la cual sentía una inmensa ternura. Era un hombre de edad recordando una jovencita. Igual mi padre el recuerdo que tengo de es el de un joven de 16-17-18 años abriendo con gran temor las hermosas cartas que me enviaba; me laceraban al no poder cumplir con esos consejos que recibía; martillazos sobre mi conciencia. Tenía otra vida, en esa vida no cabía mi padre, no había espacio para él. No separaban miles de kilómetros, idioma, clima y mucho más ese reiterado sentimiento de enamorarme de vez en cuando del amor. Escudriñado la proveniencia de ese sentimiento tan fuerte; a once años comencé a leer, nunca supe hacer una sinopsis del libro que leía, pero si puedo decir que dentro de mí habían entrado las cuitas de los personajes luego siendo difícil borrar el peso de esas experiencias; estaba disfrazado, pero, nadie se daba cuenta. No era Santos García Zapata el que caminaba por las calles de Maiquetía, a veces era un español parecido a Ganivet, en otras ocasiones un ruso extraído como un conejo de del sombrero de prestidigitador Máximo Gorkiy ,otras un francés que seguía la armada napoleónica para adquirir experiencias como Stendhal. Así llegue a Italia al cine de Fellini de las ”Noche de Cabiria”. Me encontraba en el cine tropical de Maiquetía una noche del mes de noviembre de 1958 cuándo le dije a Nicolás Torbett que no se cómo , iré a Italia a ver la Roma de las Noches de Cabiria. Había quedado atrapado por ese camino del bosque y el ambiente del final de la película de Cabiria. Nueve meses después caminaba por  ese sitio en las afueras de Roma.





"Cabiria regresa caminando por el mismo bosque. Repentinamente, aparece un grupo de jóvenes que se pone a cantar y bailar a su alrededor. La prostituta está infinitamente triste, incluso tiene una lágrima debajo de un ojo. Suena una melodía de Nino Rota, una que es capaz de aunar tristeza y alegría al mismo tiempo. Cabiria tiene una suerte de epifanía y cambia su semblante, en una aceptación (una vez más humilde) de lo que parece que ha de ser siempre su destino. Incluso mira directamente a la cámara, y asiente, como si hubiera entendido la enseñanza, sabedora de que habrá de volver a la calle, de que aparecerán más hombres de los que se enamorará como una tonta y que de una manera ineluctable la maltratarán. ¿O tal vez no? Cabiria comprende que la vida es precisamente eso, y que pese a eso ha de seguir viviendo. Esa parece ser la «enseñanza moral» de Las noches de Cabiria. ¿Es entonces un final triste?..."
http://uninstantedecaos.blogspot.com.es/2012/12/las-noches-de-cabiria-federico-fellini.html