Ubú rey es considerada antecesora directa del teatro del absurdo. Con ella Jarry consigue el aplauso del gran París. Su estreno ,en 1896,fue interrumpido varias veces por los abucheos de la burguesía y los vítores de los vanguardistas.
En su momento sólo se representó dos veces. Es una comedia satírica en la que se mezclan las referencias a Macbech con los excesos de un monarca tan tirano como cobarde, y cuya trama da lugar a situaciones llevadas hasta el absurdo.
Es también una crítica corrosiva contra la autoridad que el autor realiza a través de la llegada al poder del grotesco Padre Ubú, quien junto a su mujer encarnan la corrupción y el despotismo, casi un paradigma de los dictadores del Siglo XX.
Joan Miró sentía una especial fascinación por Ubú Rey, la obra de Alfred Jarry. Miró quedó seducido por este personaje que representaba al tirano vulgar y sangriento porque, analizado en profundidad, era una denuncia del general Franco. En realidad lo que movía al artista eran las ansias de libertad. A fin de cuentas, el arte es siempre la renuncia de la opresión y la puerta a la eclosión.
La obra de Alfred Jarry (1873-1907), miembro activo de la bohemia parisina de finales del XIX, se inicia con Ubu Roi (Ubú Rey), estrenada en el Teatro de l'Oeuvre de París en 1896, luego vendrán Ubu enchaîné, Ubu sur la butte y Almanach du Père Ubu. Hablamos de los inicios del teatro del absurdo, anticipándose al movimiento Dada con una comedia en la que marionetas, con lenguaje satírico que bebe en las fuentes de Macbeth establece un retrato del tirano como cobarde. El padre Ubú y la madre Ubú encarnan la corrupción y el despotismo. Se adelantan al paradigma de los dictadores del siglo XX y de nuevo la literatura, y su gran aliado el arte, amplifican y representan estéticamente la realidad del momento.
"La novela tuvo un éxito inmediato, pero los intelectuales la rechazaron por su lenguaje soez. "No gustó a la buena sociedad pero sí al público en general". Con los años, El buen soldado Svejk, "más que una comedia, una novela grotesca, hilarante, y que habla de las personas normales y corrientes", se convirtió en un clásico. "En toda Europa central y del este, de Alemania, Austria y Hungria a Polonia y Rusia, Svejk es una novela que forma parte de la cultura general".
"Bertolt Brecht dijo en una ocasión que si tuviera que apostar por tres libros del siglo XX destinados a formar parte de la literatura universal, uno de ellos sería sin duda Las aventuras del buen soldado Švejk de Jaroslav Hašek. Esta valoración tan extrema de un texto y un autor poco conocidos fuera del ámbito cultural centroeuropeo resulta sorprendente, pero la lectura de la obra obliga a admitir el fino olfato del gran poeta y dramaturgo alemán. El relato esperpéntico de las desventuras de Švejk en el ejército Austro-Húngaro enfrascado en la Gran Guerra es uno de los más brillantes exponentes de ese humor incisivo y sabio en literatura que marca la grandeza de Rabelais o Cervantes. El propio Švejk, que al principio simplemente nos divierte con su carácter disparatado, termina incorporándose al fin con pleno derecho a una galería universal de personajes que en su comportamiento extraño esconden una crítica certera del orden y las instituciones sociales. En el caso de Švejk, el blanco de sus críticas no podía ser otro que la corrupción extrema de un imperio que desplegaba sus últimas energías en una matanza espantosa.
Jaroslav Hašek nació en Praga en 1883 en una familia humilde y aunque conoció oficios diversos en su juventud, como droguero, empleado de banca o vendedor de perros, la literatura y el anarquismo se convirtieron pronto en los resortes de su vida. Llamado a filas con el estallido de la guerra, es hecho prisionero por los rusos en 1915, incorporándose después a la legión checa que luchaba con la Entente por la independencia de Chequia. En 1917 se une a los bolcheviques, pero en 1920 regresa a su patria con la intención de dedicarse a la literatura y plasmar sus experiencias bélicas en un libro que reutilizaría el personaje de Švejk, creado por él en sus primeros relatos, para construir un retablo crítico e hilarante de la guerra. Es un trabajo que a su temprana muerte en 1923 dejaría inconcluso, con sólo tres volúmenes completos de los seis previstos para el libro.
El comienzo de la narración coincide con el asesinato del archiduque Fernando en Sarajevo y nos presenta a Švejk, que “una vez declarado idiota por la comisión médica militar había abandonado el servicio y vivía de la venta de perros, unos horribles monstruos híbridos para los cuales inventaba falsas genealogías” (sigo la traducción reciente de Monika Zgustova para Galaxia-Gutenberg). El toque autobiográfico es evidente en este caso. El carácter de Švejk se muestra desde las primeras páginas. Dicharachero y bobalicón, manifiesta una tendencia innata a enhebrar ante cualquier circunstancia sartas de sucesos ocurridos a conocidos suyos, que ofrece como un remedo de explicación. Con torpeza y simplicidad proverbiales, Švejk no para de meterse en líos y a ellos opone su verborrea como arsenal que ha de defenderlo contra los maleficios del mundo. El efecto es descacharrante. Švejk es detenido por una conversación en un bar, y a un oficial que le recrimina por su cara de estúpido le espeta: “No puedo hacer nada más. Me eximieron del servicio militar por estupidez y la comisión me declaró oficialmente idiota. ¡Soy un idiota oficial!”. Tras un recorrido por prefecturas y comisarias y pasar una temporada en un manicomio, Švejk vuelve a casa. Poco después es llamado a filas."(...)
"El tono rabelaisiano que refleja toda la crudeza de la vida, los paisajes autobiográficos que dan autenticidad a la narración y un humor mordaz de carcajada que estalla a cada paso hacen de la lectura de este libro un placer irrepetible que se dilata hasta el triste e imprevisto final. Y estremece pensar que Hašek dictaba las hilarantes escenas que cierran la obra desde su lecho de muerte. Pero sin duda, fiel a su destino, gozaba en esos mismos momentos de la perfección de su retrato como el propio Švejk en su verborrea. Las aventuras del buen soldado Švejk, del que hay disponibles varias ediciones en castellano, es un demoledor alegato pacifista al que sin duda es necesario volver en este tiempo de espanto en que a los muñidores de guerras les conceden el premio Nobel de la paz. Su caricatura genial ofrece a cada paso generosa sabiduría: “Hay perros que están malcriados y viciados como un arzobispo”.
http://www.rebelion.org/noticia.php?id=94104
El mismo Gombrowicz escribió de su novela que no es "una sátira sobre alguna clase social, no un ataque nihilista a la cultura... Vivimos en una era de violentos cambios, de desarrollo acelerado, en la que formas asentadas están quebrándose bajo la presión de la vida... La necesidad de encontrar una forma para lo que todavía está inmaduro, sin cristalizar y subdesarrollado, así como el gemido ante la imposibilidad de tal postulado-- este es el principal motivo de mi libro".
"Más semejante a un caldero fáustico que a una novela,Ferdydurke, de 1937, es el segundo libro del genial Witold Gombrowicz, en el que, a través de Joseph Kowalski, nos muestra unas grotescas “memorias” en las que además desarrolla una serie de reflexiones sobre el arte, la vida, las costumbres y la política de Polonia mediante una contraposición entre la juventud (lo informe) y la madurez (la forma). Y pese a la gran dificultad de sobrevolar un libro como éste, intentaré hacer un mapa general.
Ferdydurke está conformado por tres partes esenciales y un par de pequeños relatos con todo y prefacio que en apariencia nada tienen que ver con el cuerpo total de la novela, pero que sirven como puntos teóricos que enlazan las tres partes del libro: “Filifor forrado de niño”, en cuyo prefacio están las más corrosivas reflexiones que yo haya visto nunca acerca de esos “mediocres” que abundan en cualquier disciplina artística, pero en especial en la literatura; y “Filimor forrado de niño” cuyo punto neurálgico versa sobre un tópico al que Gombrowicz regresará en obras posteriores: la pesada solemnidad de las obras maestras, su ser grandes sin remedio. "
http://lecturasdelreymono.blogspot.com/2010/03/ferdydurke-de-witold-gombrowicz.html
Mi escritura se basa en los modelos tradicionales. En cierto sentido, “Ferdydurke” supone una parodia del cuento filosófico al estilo volteriano.
Testamento. Conversaciones con Dominique de Roux |
Ferdydurke nació de la herida que le produjo a Witold Gombrowicz la lectura de ciertas críticas a su primer libro Memorias del tiempo de la inmadurez, que lo trataban de “inmaduro”. En su primera reacción, Gombrowicz quiso escribir un panfleto contra los críticos y las “tías culturales”.
Pero su propio tema lo llevó a realizar un ajuste de cuentos general con la cultura y con el mundo. Y él mismo se convirtió en “el cantor de la Inmadurez y de la Forma, al menos en su relación con la inmadurez”.
“[…] El hombre […] depende de la imagen de sí mismo que se forma en el alma ajena, aunque esa alma sea cretina.”
En Ferdydurke se encuentran por primera vez los temas que constituirán el centro de la obra de Witold Gombrowicz como: Inmadurez, inferioridad/superioridad o Forma.
Ciertas expresiones y neologismos de Ferdydurke han pasado al lenguaje corriente en Polonia: “culito” y “facha”, “violación por las orejas”, “compota” o “tías culturales” han adquirido un significado particular y funcionan como referencias en la lengua polaca.
Ciertas expresiones y neologismos de Ferdydurke han pasado al lenguaje corriente en Polonia: “culito” y “facha”, “violación por las orejas”, “compota” o “tías culturales” han adquirido un significado particular y funcionan como referencias en la lengua polaca.
Afiche de Wiesław Walkuski para el tercer Festival Gombrowicz de Radom, Polonia, 1997.
¿Cómo hay que describir a aquella persona ferdydúrquica? Creada por la forma, es creada desde el exterior, lo cual vale decir que es inauténtica, deformada. Ser una persona equivale a no ser nunca uno mismo.
Y también, la persona es una incesante productora de la forma: segrega forma infatigablemente, como la abeja segrega miel. Prefacio de Witold Gombrowicz a la edición francesa de Pornografía, 1962. Reproducido en la edición española de 2002. |
Dibujo de Vladimiro Elvieri.
Ferdydurke, publicado por primera vez en octubre de 1937, en Varsovia, en ediciones Rój, presenta un pie de imprenta de 1938. El diseño de tapa y las ilustraciones de esta primera edición, pertenecen a Bruno Schulz, ardiente defensor del libro y conocido autor de Tiendas de canela.
La novela incluye dos “interludios” escritos y publicados más tarde: Filifor forrado de niño yFilimor forrado de niño.
Witold Gombrowicz los incluyó también, como cuentos independientes, en Bakakaï, en 1957.
Ferdydurke: extracto
“No podía echarme sobre él, por encontrarme sentado, y me encontraba sentado porque él estaba sentado. No se sabe cómo ni por qué el sentarse se destacó en primer plano y se convirtió en el mayor obstáculo.”
― ¡Espíritu! –exclamé-. ¡Yo… espíritu! ¡No un autorcito! ¡Un espíritu! ¡Yo, vivo! ¡Yo!
Afiche de Jerzy Czerniawski.
Pero él estaba sentado y estando sentado permanecía sentado de modo tan sentadesco, se arraigaba tanto en su sentarse, que el sentarse, siendo insoportablemente tonto, era al mismo tiempo dominador.
Y, sacándose los lentes de la nariz, los limpió con el pañuelo y se los puso otra vez… Y la nariz era algo indecible y a la vez invencible. Era ésta una nariz narizada, trivial y notoria, escolar y pedagógica, bastante larga, compuesta de dos caños paralelos y definitivos.
Dibujo de Andrzej Mleczko para el programa de una adaptación teatral de “Ferdydurke” por Bogdan Husakowski, Łódź, 1986.
― ¿Qué espíritu, por favor?
― ¡El mío! - exclamé.
― ¿El suyo? – preguntó él entonces. Es decir, claro está, el espíritu patriótico de la Patria…
― ¡No! ¡No el espíritu de la Patria, sino el mío!
― ¿El suyo? -dijo él bondadosamente-. ¿Así que creemos tener un espíritu propio? ¿Pero acaso conocemos por lo menos el espíritu del rey Ladislao?
Y permaneció sentado…
― ¿Qué rey Ladislao?
¡Me sentía como un tren desviado de golpe y porrazo a la vía muerta del rey Ladislao! Frené y abrí la boca, dándome cuenta de que no conocía el espíritu del rey Ladislao.
―Pero ¿conoce usted el espíritu de la Historia? -preguntó él entonces-. ¿Y el espíritu de la civilización helénica? ¿Y el de la gálica, espíritu de armonía y de buen gusto? ¿Y el espíritu de un escritor bucólico del siglo XVI quien por vez primera usó en la literatura la palabra “ombligo”? ¿Y el espíritu del idioma? ¿Cómo se debe decir: “el puente” o “la puente”?
Cuculeíto, juego de piernas, batalla de gestos: el mundo colegial caricaturizado por Witold Gombrowicz. Dibujos de Michał Braniewski.
La pregunta me tomó por sorpresa, cien mil espíritus me aplastaron de golpe el espíritu; tartamudeé que lo ignoraba, y entonces me preguntó qué podía decir sobre el espíritu de Mickiewicz y cuál era la actitud del poeta frente al pueblo. Me preguntó todavía por el primer amor de Lelevel. Tosí y me miré furtivamente las manos, pero las uñas estaban limpias, no había nada escrito en ellas. Entonces miré a mi alrededor como esperando que alguien me soplara, mas no había nadie alrededor. ¿Sueño? ¡Cielos! ¡Qué pasa, Dios Mío!
Ferdydurke, capítulo 1 “El rapto”.
Ferdydurke: visto por...
Bruno Schulz: Witold Gombrowicz « gerente de la inmadurez »
Hace ya largo tiempo que estamos deshabituados de fenómenos tan perturbadores, de estallidos ideológicos de tal magnitud, como la novela de Witold Gombrowicz, “Ferdydurke”. Nos hallamos aquí ante una manifestación excepcional de talento de escritor, de una forma y de un método novelístico nuevo y revolucionario y, a fin de cuenta, de un descubrimiento fundamental: la anexión de un nuevo reino de fenómenos espirituales, dominio hasta ahora echado al abandono, del que nadie se había apropiado, y donde jugaban, en plena indecencia, el chiste irresponsable, los retruécanos y el absurdo.
Bruno Schulz, Ferdydurke |
Dibujo de Bruno Schulz para la primera edición de “Ferdydurke”, 1937.
Bruno Schulz: Witold Gombrowicz, “demonólogo de la cultura” y “encarnizado cazador de las mentiras culturales”
Gombrowicz nos muestra que no somos maduros -sino pobres tipos, lamentables, que se debaten en los bajos fondos de lo concreto para tratar de expresarnos- y que cuando nos enfrentamos con nuestra bajeza, estamos mucho más cerca de la verdad que cuando somos nobles, sublimes, maduros y definitivos […]
Todas las formas del hombre, sus gestos y sus máscaras recubren lo humano, absorben los desperdicios de una miserable pero concreta y única condición humana; y Gombrowicz los reivindica, se hace cargo de ellos, los recupera de un largo exilio, de una antigua diáspora. Bruno Schulz, Ferdydurke |
Milan Kundera:
Tengo a “Ferdydurke” por una de las tres o cuatro de las más grandes novelas escritas después de la muerte de Proust.
Milan Kundera, “Gombrowicz pese a todos” , Le Nouvel Observateur, 08.03.1990 |
Adaptación de Janusz Oprynski, Teatro Prowizorium, Lublin, 1998.
John Updike:
Maestro del grotesco verbal, conocedor del chantaje psicológico, Gombrowicz es uno de los escritores modernos más profundos, con un tacto sumamente sutil. “Ferdydurke”, entre sus encantos centrífugos, incluye algunas de las sátiras literarias más verdaderas y divertidas que se hayan publicado.
John Updike, contratapa de la edición norteamericana de Ferdydurke, Yale, 2000 |
Susan Sontag:
Extravagante, genial, perturbador, valiente, divertido, maravilloso…¡Larga vida a su burla sublime!
Susan Sontag, prefacio de la edición norteamericana de Ferdydurke, Yale, 2000 |
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