"La vida nos pasa y, al sucedernos, reclama una «atención» para la que, con demasiada frecuencia, no estábamos ni predispuestos ni, quizá, del todo preparados. Demasiadas intenciones y propósitos se cruzan en nuestro camino, hasta el punto de aceptar «tener que tenerlos» como algo inevitable, sin haber «aprendido a quererlos»; intenciones y propósitos que, lejos de volvernos más atentos, nos desconcentran. Entretanto, mientras la vida pasa, intentamos aprender algunas cosas."
Fernando Bárcena
"Los años sesenta fueron una época de crucial importancia en la Historia del mundo, que han tenido una influencia larga y profunda en su evolución. Por supuesto, como suele suceder, el período citado no coincide exactamente con la década pero, empleando una terminología de Hobsbawm, quizá se pueda hablar de unos "largos años sesenta" que durarían entre 1958 y 1974. "
La película El diario de Ana Frank (The Diary of Anne Frank)
Amsterdam, julio de 1942. Con objeto de escapar de la Gestapo, la familia Frank se esconde en la buhardilla del señor Krater. Allí convivirán con otro grupo de judíos: la familia Van Daan. Todo quedará reflejado en el diario de la pequeña hija de los Frank. Habían pasado solo 19 años de esos hechos. Todo estaba fresco en la memoria que es posible que en esa ciudad medieval de Urbino se conservara en el ambiente ese clima.
Nos impresiono ;durante muchos días estuvimos anonadados por el dolor.
Hoy en día las redes sociales acortan las distancias entre países y las barreras del idioma.La TV es la dueña de la información ; en esos años no era así. Leer un libro podría cambiar la visión del lector. Algunos de estos libros tuvieron mucha influencia en miles de personas.
Leíamos a Gramsci con avidez no solo sus libros sino todo lo que se escribiese sobre este excepcional pensador y hombre político italiano.
"La narrativa no es tan necesaria como lo era en el siglo XIX: antes, los libros te enseñaban el mundo."
Rodrigo Fresán 2014
L'uomo senza qualità, 3 voll., traduzione di Anita Rho, Introduzione di Cesare Cases, Torino: Einaudi, I ed. 1956-1963. En esos años Robert Musil era muy comentado entre algunos profesores y estudiantes aventajados de la Universidad de Urbino.
El gatopardo es una novela escrita por Giuseppe Tomasi di Lampedusa, entre finales de 1954 y 1957. Rechazada en un principio por las editoriales Einaudi y Mondadori, fue publicada póstumamente por la editorial de Giangiacomo Feltrinelli con prólogo de Giorgio Bassani. En 1959 obtuvo el Premio Strega, y en 1963 Luchino Visconti la adaptó al cine.
Desde el año 1959 hasta el 1961 sonaba mucho en todas partes esta canción
Una de las mejores y más significativas escenas de la película "El Verdugo", dirigida por Luis García Berlanga (1963).
Zorba el griego película de 1964
Final de la película
31 de Agosto Fallece en París (Francia) el pintor francés Georges Braque, que revolucionó el mundo del arte mediante la creación, con Pablo Picasso, del cubismo. En 1961 se convirtió en el primer pintor vivo que expuso su obra en el Museo del Louvre.
22 de noviembre 1963 es asesinado en Dallas John F. Kennedy
22 de noviembre 1963 fallece Aldous Huxley, uno de los pensadores más influyentes del siglo XX autor de Un mundo feliz, Las puertas de la percepción, La isla, entre otras obras.
Frases:
8 de Marzo de 1965 La que conocemos como guerra de Vietnam, fruto de la guerra de Indochina, se inicia este día cuando dos batallones de Infantería de Marina estadounidense, con un total de 3.500 hombres, desembarcan en Da Nang (Vietnam) para proteger la base aérea, por orden del presidente de los Estados Unidos, Lyndon B. Johnson.
4 de noviembre de 1966
Firenze alluvionata, vista dal Piazzale Michelangelo
Junio 1967
La guerra de los Seis Días —conocida como guerra de junio de 1967 en la historiografía árabe— fue un conflicto bélico que enfrentó a Israel con una coalición árabe formada por la República Árabe Unida —denominación oficial de Egipto por entonces—, Jordania, Irak y Siria entre el 5 y el 10 de junio de 1967
"Los años sesenta fueron una época de crucial importancia en la Historia del mundo, que han tenido una influencia larga y profunda en su evolución. Por supuesto, como suele suceder, el período citado no coincide exactamente con la década pero, empleando una terminología de Hobsbawm, quizá se pueda hablar de unos "largos años sesenta" que durarían entre 1958 y 1974. "
"Los
recuerdos son como perros abandonados, vagabundos, nos rodean, nos miran,
jadean, aúllan alzando la vista a la luna; querrías ahuyentarlos, pero no se
marchan, te lamen ávidamente la mano, y cuando les das la espalda, te
muerden... "
Yo, otro. Crónica del cambio. Imre Kertész.
Yo, otro. Crónica del cambio. Imre Kertész.
Amsterdam, julio de 1942. Con objeto de escapar de la Gestapo, la familia Frank se esconde en la buhardilla del señor Krater. Allí convivirán con otro grupo de judíos: la familia Van Daan. Todo quedará reflejado en el diario de la pequeña hija de los Frank. Habían pasado solo 19 años de esos hechos. Todo estaba fresco en la memoria que es posible que en esa ciudad medieval de Urbino se conservara en el ambiente ese clima.
Nos impresiono ;durante muchos días estuvimos anonadados por el dolor.
Hoy en día las redes sociales acortan las distancias entre países y las barreras del idioma.La TV es la dueña de la información ; en esos años no era así. Leer un libro podría cambiar la visión del lector. Algunos de estos libros tuvieron mucha influencia en miles de personas.
Leíamos a Gramsci con avidez no solo sus libros sino todo lo que se escribiese sobre este excepcional pensador y hombre político italiano.
"La narrativa no es tan necesaria como lo era en el siglo XIX: antes, los libros te enseñaban el mundo."
Rodrigo Fresán 2014
L'uomo senza qualità, 3 voll., traduzione di Anita Rho, Introduzione di Cesare Cases, Torino: Einaudi, I ed. 1956-1963. En esos años Robert Musil era muy comentado entre algunos profesores y estudiantes aventajados de la Universidad de Urbino.
El gatopardo es una novela escrita por Giuseppe Tomasi di Lampedusa, entre finales de 1954 y 1957. Rechazada en un principio por las editoriales Einaudi y Mondadori, fue publicada póstumamente por la editorial de Giangiacomo Feltrinelli con prólogo de Giorgio Bassani. En 1959 obtuvo el Premio Strega, y en 1963 Luchino Visconti la adaptó al cine.
- Luciano Bianciardi, La vita agra, La Scala, Rizzoli, 1962.
- La década de los 60 fue convulsa, creativa, ingenua, divertida, trágica, trascendental y liberadora. Marcó el momento actual, iniciando procesos históricos y líneas creativas que aún siguen vivas. Fue
En los 60 se cierran heridas históricas como la Descolonización Africana y se abren otras: Estados Unidos y Rusia, se retan en una carrera hacia el dominio del mundo y del espacio, que se transforma en una “guerra fría” con llamadas al “teléfono rojo”.
La mujer también lo hace y proclama su liberación con la mini-falda, el bikini y el activismo de género. Algunos países legalizan el uso de la píldora anticonceptiva y el aborto
Cuba, inicia su resistencia a los EE. UU, respaldada por Rusia. Y Kennedy es asesinado
La juventud protesta ante tanta fuerza armada con el grito de paz y amor, con el movimiento Hippie. En París, los jóvenes se revelan en mayo del 68 y todo el país se pone en huelga. Una revolución que fracasará también esa primavera en Praga. La iglesia, responde con la convocatoria del Concilio Vaticano II (con el Papa Juan XXIII) para modernizar y acercar la institución al pueblo
Desde el año 1959 hasta el 1961 sonaba mucho en todas partes esta canción
Mina 1961
«Ella es la mejor cantante de raza blanca del planeta» (Louis Armstrong, aludiendo a Mina).
«Si no tuviera mi voz, querría tener la de una joven cantante italiana llamada Mina » (Sarah Vaughan)
«Mina es la más grande cantante que existe » (Liza Minnelli)
Mina 1962
1964
1965
1966
Fue una de las canciones más escuchado por los enamorados y jóvenes de la época.
Una de las canciones más populares en los años 60 en Italia.
1964 Charles Aznavour Com'è Triste Venezia
(I Can't Get No) Satifaction - The Rolling Stones (1965 )
"Exitosa comedia con tintes dramáticos dirigida por Jules Dassin y protagonizada por su mujer, Melina Mercouri. Narra la relación entre una prostituta griega y un escritor americano que intenta alejarla del oficio."
(1963) - MONICA VITTI ( Actriz que disfrutaba de una gran popularidad)
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El filósofo francés Jean Paul Sartre , que al tiempo que La infancia de Iván se estrenaba en Italia, vivía en Roma, envió una carta a la redacción del diario l’Unitá, haciendo un comentario a una crítica aparecido en el diario comunista sobre la película de Tarkovski, porque entendía que los críticos de la izquierda italiana no hacían justicia al, según él, admirable filme de Tarkovski. El director de este diario, Alicata, decidió hacer pública la carta de Sartre, y la publicó en l’Unitá el 9 de octubre de 1963.
Mi querido Alicata:
Le he dicho en varias ocasiones toda la estima que tengo por sus colaboradores que se ocupan de literatura, de artes plásticas o de cine. Encuentro que en ellos coexisten el rigor y la libertad, lo cual hace que puedan, en general, ir al fondo de los problemas y, al mismo tiempo, captar la obra en lo que tiene de singular y de concreto. Puedo hacer los mismos elogios a Il Paese y a Paese Sera: ningún esquematismo de izquierdas, ni nadie que sea esquemático.
Es la razón por la cual querría expresarle una queja. ¿Por qué hacen, por primera vez, que yo sepa, que la acusación de esquematismo pueda ser lanzada contra los artículos que Unitá y los otros periódicos de izquierda han consagrado a La infancia de Iván, una de las películas más bellas que he visto durante el curso de estos últimos años? El jurado del León de Oro le ha atribuido la más alta recompensa; pero esto se convierte en una extraña patente de «occidentalismo» y contribuye a hacer de Tarkovski un pequeño burgués sospechoso si, al mismo tiempo, la izquierda italiana le mira con malos ojos. En verdad, tales juicios desconfiados abandonan, sin justificación real, a nuestras clases medias, una película profundamente rusa y revolucionaria, que expresa de modo típico la sensibilidad de las jóvenes generaciones soviéticas. Por mi parte, la vi en Moscú, en proyección privada, luego en público, en medio de los jóvenes, y he comprendido lo que representaba para aquellos niños de veinte años, herederos de la revolución, que no la ponían en duda un instante, y se proponían orgullosamente el continuarla: en su aprobación, se lo aseguro, no había nada que se pudiera definir como una reacción de «pequeños burgueses». No hay que decir que un crítico es libre de hacer todas las reservas acerca de una obra que debe juzgar. ¿Pero es justo el mostrar tanta desconfianza respecto a una película que ha sido —y es siempre— objeto de apasionadas discusiones en la URSS? ¿Es justo el criticar sin tener en cuenta esas discusiones, ni su profundo significado, como si La infancia de Iván sólo fuera un ejemplo de la producción corriente en la URSS? Le conozco lo suficiente, mi querido Alicata, para saber que usted no comparte la visión simplista de sus críticos. Y como la estima que siento por ellos es realmente sincera, le pido que les haga conocer esta carta que —por lo menos— tendrá quizá la oportunidad de reanudar la discusión antes de que sea demasiado tarde.
Se ha hablado de tradicionalismo y, al mismo tiempo, de que esos criterios formalistas están superados también. Es cierto que en Fellini, en Antonioni, el simbolismo tiende a ocultarse. Pero con el solo resultado de que es todavía más manifiesto. Y el neorrealismo italiano tampoco lo evitaba. Habría que hablar aquí de la función simbólica de cualquier obra, incluso la más realista. No tenemos tiempo de ello. Por otra parte, es más bien la naturaleza de su simbolismo la que se ha querido reprochar a Tarkovski: ¡sus símbolos serían expresionistas o suprarrealistas! Esto es lo que no puedo aceptar. Primero, porque aquí se halla de nuevo la acusación que un cierto académico hace, incluso en la URSS, contra el joven director de escena. Para ciertos críticos de allí, y para los mejores críticos de aquí, parecería que Tarkovski hubiera asimilado apresuradamente los procedimientos superados en Occidente y que los aplica sin discernimiento. Se le reprochan los sueños de Iván: «¡Sueños! En Occidente nosotros hace mucho que hemos dejado de utilizar los sueños. ¡Tarkovski está atrasado!; eso era bueno entre las dos guerras!» He aquí lo que escriben las plumas autorizadas.
Pero Tarkovski tiene veintiocho años (él me lo ha dicho, y no treinta como escriben ciertos periódicos), y hay que estar seguros de ello, conoce muy mal el cine occidental. Su cultura es necesaria y esencialmente soviética. No se gana nada, y se pierde todo, queriendo derivar de los procedimientos burgueses un «tratamiento» que se desprende de la misma película y de la materia tratada. Iván está loco, es un monstruo; es un pequeño héroe; en verdad es la más inocente y conmovedora victima de la guerra: ese muchacho, al que no es posible dejar de amar, ha sido forjado por la violencia, la ha interiorizado. Los nazis lo han matado cuando han matado a su padre y aniquilado a los habitantes de su pueblo. No obstante, vive. Pero, en otro lado, en ese instante irremediable donde ha visto caer a su prójimo. Yo mismo he visto a ciertos jóvenes argelinos alucinados, modelados por las matanzas. Para ellos, no había ninguna diferencia entre la pesadilla de la vigilia y las pesadillas nocturnas. Los habían matado, querían matar y hacerse matar. Su encarnizamiento heroico era, ante todo, odio y fuga ante una angustia insoportable. Si se batían, huían del horror en el combate; si la noche los desarmaba, si volvían, en el suelo, a la ternura de su edad, el horror renacía, revivía el recuerdo que querían olvidar. Así le ocurre a Iván. Y pienso que hay que celebrar a Tarkovski por haber mostrado tan bien cómo, para este niño tendido hacia el suicidio, no hay diferencia entre el día y la noche. En todo caso, no vive con nosotros. Acciones y alucinaciones están en estrecha correspondencia. Véase las relaciones que conserva con los adultos; vive en medio de las tropas: los oficiales —buenas gentes, valientes, pero «normales», que no han sufrido una infancia trágica— le acogen, se ocupan de él, le quieren, quieren a toda costa «normalizarlo», enviarlo a retaguardia, a la escuela. Aparentemente, el niño podría, como en la novela de Shólojov, hallar entre ellos un padre que reemplazase al que ha perdido. Demasiado tarde: ya no necesita padres; más profundo aún que esta privación es el horror indecible de la matanza vistaque le reduce a la soledad. Los oficiales terminan por considerar al niño con una mezcla de ternura, de estupor y ven en él ese monstruo perfecto, tan bello y casi odioso, que el enemigo ha radicalizado, que se afirma mediante impulsos asesinos (por ejemplo, el cuchillo), y que no puede cortar los lazos de la guerra y de la muerte; que tiene ahora necesidad de ese universo siniestro para vivir; que se ha liberado del miedo en mitad de la batalla y que, en la retaguardia, será vencido por la angustia. La pequeña víctima sabe lo que necesita: la guerra —que lo ha creado—, la sangre, la venganza. No obstante, los dos oficiales lo aman; en cuanto a él, todo cuanto puede decirse, es que no los odia. El amor es, para él, un camino cerrado para siempre. Sus pesadillas, sus alucinaciones, no son en nada gratuitas. No se trata de trozos de bravura, ni siquiera de sondeos en la «subjetividad» del niño; son perfectamente objetivas, se continúa viendo a Iván desde el exterior, igual que en las escenas «realistas»; la verdad es que para este niño el mundo entero es una alucinación, y que este mismo niño, monstruo y mártir, es, en este universo, una alucinación para los otros. Por esta razón, la primera secuencia nos introduce hábilmente en el mundo verdadero y falso del niño y de la guerra, describiéndonos todo a partir de la carrera real del niño a través de los bosques, hasta la falsa muerte de su madre (ha muerto realmente, pero el acontecimiento —que no conoceremos nunca, porque está enterrado demasiado profundamente— era distinto; no vuelve nunca a la superficie, sino a través de descripciones que le quitan un poco de su horrible desnudez). ¿Locura? ¿Realidad? Lo uno y lo otro: en la guerra, todos los soldados son locos; ese niño monstruo es un testimonio objetivo de su locura, porque es el más loco. No se trata, pues, ni de expresionismo ni de simbolismo, sino de un modo de narrar exigido por el mismo tema, que el joven poeta Vosnessenky llamó «suprarrealismo socialista».
Habría sido necesario penetrar más profundamente en las intenciones del autor para comprender el sentido mismo del tema: la guerra mata, incluso a los que sobreviven. Y en un sentido más profundo aún: la historia, en un solo y único movimiento, reclama sus héroes, los crea y los destruye al hacerlos incapaces de vivir sin sufrir en la sociedad que han contribuido a forjar.
Se ha celebrado el Uomo da bruciare al mismo tiempo que se miraba con desconfianza La infancia de Iván. Se han hecho elogios a los autores de la primera película, por otra parte muy honorable, porque habían introducido de nuevo la complejidad en el héroe positivo. Es verdad: le han dado defectos: por ejemplo, la mitomanía. Han indicado al mismo tiempo la abnegación del personaje a la causa que defiende y su auténtico egocentrismo. Pero, por mi parte, no encuentro en esto nada nuevo. En definitiva, las mejores producciones del realismo socialista han presentado siempre, a pesar de todo, héroes complejos, matizados, han exaltado su mérito, teniendo cuidado de subrayar algunas de sus debilidades. En verdad, el problema no es dosificar los vicios y las virtudes del héroe, sino el discutir el propio heroísmo.
No para rechazarlo, sino para comprenderlo. De ese heroísmo, La infancia de Iván saca a la luz a la vez la necesidad y la ambigüedad. El niño no tiene pequeñas virtudes ni pequeñas debilidades: es radicalmente lo que la historia ha hecho de él. Proyectado a su pesar en la guerra, la guerra no lo ha hecho enteramente. Pero si asusta a los soldados que lo rodean, es porque no podrá vivir nunca en la paz. La violencia que hay en él, nacida de la angustia y del horror, le sostiene, le ayuda a vivir y le impulsa a pedir misiones peligrosas de exploración. Pero ¿qué va a ser de él después de la guerra? Si sobrevive, la lava incandescente que hay en él no se enfriará jamás. ¿No hay aquí, en el sentido más estricto del término, una importante crítica del héroe positivo? Se le muestra como es, doloroso y magnífico, se hace ver las fuentes trágicas o fúnebres de su fuerza, se revela que ese producto de la guerra, perfectamente adaptado a la sociedad guerrera, está por eso mismo condenado a convertirse en asocial en el universo de la paz. Así, la historia hace a los hombres: los elige, los cabalga y los hace morir bajo ella. En medio de los hombres de la paz, que aceptan morir por la paz y hacen la guerra por la paz, ese niño marcial y loco hace la guerra por la guerra. Precisamente por eso, vive, en medio de los soldados que lo aman, en una soledad insoportable.
De todos modos, es un niño. Esta alma desolada conserva la ternura de la infancia, pero no puede experimentarla y, menos aún, expresarla. O bien, si se abandona a ella en sus sueños, si se pone a soñar en la dulce distracción de los trabajos cotidianos, se puede estar seguro de que esos sueños se metamorfosean inevitablemente en pesadillas. Las imágenes de la dicha más elemental acaban por asustarnos: conocemos el fin. Y, sin embargo, esta ternura reprimida, rota, vive en cada instante; Tarkovski se ha cuidado de rodear de ella a Iván: es el mundo, el mundo a pesar de la guerra e incluso, a veces, a causa de la guerra (pienso en esos cielos admirables atravesados por bolas de fuego). En realidad, el lirismo de la película, su cielo surcado, sus aguas tranquilas, sus bosques innumerables, son la vida misma de Iván, el amor y las raíces que se le han negado, lo que él era, lo que es aún, sin poder jamás acordarse de ello, lo que los otros ven en él, en torno de él, lo que él no puede ver. No conozco nada tan conmovedor como esta larga secuencia: la travesía del río, larga, lenta, desgarradora; a pesar de su angustia y de su incertidumbre (¿era justo hacer correr todos estos riesgos a un niño?), los oficiales que lo acompañan están penetrados de esta dulzura desolada, terrible. Pero el niño, obseso por la muerte, no advierte nada, salta a tierra, desaparece; va hacia el enemigo. La barca vuelve hacia la otra orilla; el silencio reina en medio del río; el cañón se calla. Uno de los militares dice al otro: «Ese silencio, es la guerra...»
En aquel mismo instante el silencio estalla: gritos, aullidos, es la paz. Locos de alegría, los soldados soviéticos han invadido la cancillería de Berlín, suben corriendo las escaleras. Uno de los oficiales —¿el otro está muerto?— ha hallado en un cuartucho varios libritos: el Tercer Reich era burocrático; por cada ahorcado una foto, un nombre en una lista. El joven oficial ve en uno de ellos la foto de Iván. Ahorcado a los doce años. En medio de la alegría de una nación, que ha pagado duramente el derecho de proseguir la construcción del socialismo, hay —entre otros tantos— ese agujero negro, un pinchazo irremediable: la muerte de un niño en medio del odio y de la desesperación. Nada, ni siquiera el comunismo futuro, redimirá eso. Nada: aquí se nos muestra, sin intermediarios, la alegría colectiva y ese modesto desastre personal. No hay siquiera una madre para confundir en sí misma dolor y orgullo: una pérdida árida. La sociedad de los hombres progresa hacia sus fines, los vivos realizarán sus metas con sus propias fuerzas, y no obstante, ese pequeño muerto, minúscula brizna de paja barrida por la historia, queda como una pregunta sin respuesta, que no compromete nada, pero que hace ver todo a una luz nueva: la historia es trágica. Hegel lo dijo. Y Marx también, añadiendo que progresaba siempre por sus lados peores. Pero nosotros no lo decimos casi nunca, en estos últimos tiempos, insistimos sobre el progreso, olvidando las pérdidas que nada puede compensar. La infancia de Iván nos recuerda todo eso del modo más insinuante, más dulce, más explosivo. Un niño muere. Y es casi un happy end, desde el momento en que no podía sobrevivir. En un cierto sentido, pienso que el autor, ese joven, ha querido hablar de él y de su generación. No es que estén muertos, todo lo contrario, esos jóvenes pioneros orgullosos y duros, pero su infancia ha sido rota por la guerra y sus consecuencias. Casi querría decir: he aquí Los cuatrocientos golpes soviéticos, pero para destacar mejor las diferencias. Un niño destrozado por sus padres; he aquí la tragicomedia burguesa. Millares de niños destrozados, vivos, por la guerra, he ahí una de las tragedias soviéticas.
En ese sentido, la película nos parece específicamente rusa. La técnica es ciertamente rusa, aun siendo en sí original. Nosotros, en Occidente, sabemos apreciar el ritmo rápido y elíptico de Godard, la lentitud protoplásmica de Antonioni. Pero la novedad es ver estas velocidades en un director de escena que no se inspira en ninguno de esos dos autores, pero que ha querido vivir el tiempo de la guerra en su insoportable lentitud y, en la misma película, saltar de una época a la otra con la rapidez elíptica de la historia (pienso en particular en el admirable contraste entre esas dos secuencias: el río, el Reichtag), sin desarrollar la intriga, abandonando los personajes en un cierto momento de su vida, para hallarlos de nuevo en otro, o en el de su muerte. Pero no es la oposición de los ritmos la que da a la película su carácter específico desde el punto de vista social. Esos momentos de desesperación que destruyen una persona, los hemos conocido —menos numerosos— en la misma época. (Recuerdo a un niño judío de la edad de Iván que, al saber en 1945 la muerte de su padre y de su madre en la cámara de gas y su incineración, roció de gasolina su colchón, se acostó sobre él, le pegó fuego y se dejó quemar vivo.) Pero nosotros, nosotros no hemos tenido ni el mérito ni la oportunidad de poder lanzarnos a una construcción grandiosa. Con frecuencia, hemos conocido el mal. Pero nunca el mal radical en el seno del bien, en el momento en que entra en lucha con el propio bien. Eso es lo que nos sorprende aquí: naturalmente, ningún soviético puede decirse responsable de la muerte de Iván; los únicos culpables son los nazis. Pero el problema no está ahí: venga de donde venga, el mal, cuando atraviesa el bien con sus innumerables alfilerazos, revela la trágica verdad del hombre y del progreso histórico. ¿Y dónde podría decirse eso mejor que en la URSS, el único gran país donde la palabra progreso tiene un sentido? Y naturalmente no hay lugar para sacar de ello no sé qué pesimismo. Igual que un optimismo fácil. Sino sólo la voluntad de combatir sin perder jamás de vista el precio que hay que pagar. Sé que conoce mejor que yo, mi querido Alicata, el dolor, el sudor y con frecuencia la sangre que cuesta el menor cambio que quiere introducirse en la sociedad; estoy seguro de que apreciará igual que yo esa película acerca de las pérdidas áridas de la historia. Y la estima que siento por los críticos de Unitá me persuade para que le pida que les muestre esta carta. Me sentiría dichoso si estas pocas observaciones pudieran darles la ocasión de responderme y de abrir de nuevo la discusión acerca de Iván. No es el León de Oro lo que debería ser la verdadera recompensa de Tarkovski, sino el interés, aunque fuese polémico, suscitado por su película entre los que luchan juntos por la liberación del hombre y contra la guerra.
Con toda mi amistad.
J.-P. S.
Esta carta influencio a miles de marxistas de Italia. Entre los que me contaba.
Una de las mejores y más significativas escenas de la película "El Verdugo", dirigida por Luis García Berlanga (1963).
El silencio (“Tystnaden”, Ingmar Bergman, 1963)
Polémico drama -censurado en varios países- de Bergman aclamado por la crítica.
FILMAFFINITY
Zorba el griego película de 1964
Final de la película
«Il Laureato» di Mike Nichols, 1967
¿Que leían?
Un encuesta entre los jóvenes provincia de Pavia (1963)
- 20 de enero 1961: el demócrata John F. Kennedy toma posesión como Presidente de Estados Unidos.
- 13 de febrero 1961: en Congo Belga, el gobierno de Katanga comunica el asesinato de Patrice Lumumba. Cientos de miles de personas progresistas de todo el mundo se conmueven y protestan por este asesinato.
- 12 de abril 1961: Yuri Gagarin, cosmonauta soviético, se convierte en el primer ser humano en viajar al espacio.
- 14 de mayo1961 : cerca de Anniston (Alabama): el autobús de los Freedom Riders es incendiado, y los defensores de los derechos civiles son golpeados por una multitud de racistas.
2 de julio de 1961 Se suicida el famoso escritor estadounidense Ernest Hemingway a la edad de 61 años.
- 12 de agosto 1961: en Francia causa sensación la película El año pasado en Marienbad, de Alain Resnais.
- 3 de noviembre 1961: el yugoslavo Ivo Andric recibe el Premio Nobel de Literatura
Lunes 4 de Junio 1962
Venezuela. Fuerzas del gobierno con tanques y aviones, tras dos días de lucha, consiguen sofocar la rebelión de 500 infantes de Marina, en Puerto Cabello: 700 muertos.
Domingo 30 de septiembre 1962
EE UU. Tienen efecto violentas manifestaciones, sangrientas, por haberse negado el gobernador de Mississippi a autorizar la entrada de un estudiante negro en la Universidad de Oxford.
Misiles en Cuba |
22. Lunes
EE UU/Cuba/URSS. En una alocución por radio y televisión, el presidente Kennedy anuncia un bloqueo de Cuba tras haberse demostrado, sin ningún género de dudas, en unas tomas aéreas, que la URSS está construyendo bases de misiles en la isla. La tensión entre las dos grandes potencias alcanza un climax peligroso.
Octubre 1962
23. Martes
La URSS dirige una "seria adverten-cia" a EE UU, respondiendo al anuncio del bloqueo de Cuba.
24. Miércoles
EE UU/Cuba/URSS. El secretario general de la ONU, U Thant, hace un llamamiento para que se celebren conversaciones sobre la cuestión de Cuba, pidiendo a la URSS la suspensión de envíos de armas a Cuba, y a EE UU que cese en su bloqueo.
Domingo 28 Octubre 1962
EE UU/Cuba/URSS. Jruschov anuncia estar dispuesto a desmantelar las bases de misiles en Cuba, a cambio de la garantía por parte de EE UU de que no atacará a este país.
Se realizaron manifestaciones en capitales europeas y latinoamericanas a favor de Grimau |
Abril 1963 : Asesinan en España con el Garrote Vil a Julián Grimau, político español.En millones de personas ese crimen creo conmoción.
A Julian Grimau le dedicaron una calle en Francia. |
- Muere 3 de junio 1963 el papa Juan XXIII
Martin Luther King Jr. pronuncia su célebre discurso «I have a dream» (‘yo tengo un sueño’). |
9 de octubre 1963 un deslizamiento de tierra del Monte Toc se desprende y cae en el embalse creado por la Presa de Vajont, causando una ola gigantesca que destruye Longarone: mueren 2000 personas.
- 10 de octubre muere Édith Piaf
22 de noviembre 1963 fallece Aldous Huxley, uno de los pensadores más influyentes del siglo XX autor de Un mundo feliz, Las puertas de la percepción, La isla, entre otras obras.
Frases:
- «¿Cómo sabes si la Tierra no es más que el infierno de otro planeta?»
- «El secreto de la genialidad es el de conservar el espíritu del niño hasta la vejez, lo cual quiere decir nunca perder el entusiasmo.»
- «El carácter es una voluntad fuerte, dirigida por una conciencia tierna.»
- «El fin no puede justificar los medios, por la simple y obvia razón de que los medios empleados determinan la naturaleza de los fines producidos.»
- «Escribir un mal libro representa tanto trabajo como escribir uno bueno. Nace, con igual sinceridad, del alma del autor.»
- "Existe al menos un rincón del universo que con toda seguridad puedes mejorar, y eres tú mismo."
Bruno Barbey. The Italians. Roma 1964. Funeral del lider comunista Togliatti. |
- 25 de junio 1964: el papa Pablo VI condena la píldora anticonceptiva.
- 29 de septiembre 1964 : la tira cómica Mafalda, creada por Quino, ve la luz por primera vez en Argentina.
- 14 a 15 de octubre 1964 : Nikita Jruschov es derrocado como líder de la Unión Soviética. Lo reemplazan Leonid Brézhnev y Alekséi Kosiguin.
- 16 de octubre 1964 : Harold Wilson se convierte en el primer ministro británico.
9 de noviembre 1964: en el Reino Unido, la Cámara de los Comunes abole la pena de muerte
- 3 de diciembre 1964: en la Universidad de California (Berkeley), la policía arresta a más de 800 estudiantes por protestar contra la Guerra de Vietnam.
Jean-Paul Sartre, fue un filósofo, escritor, novelista, dramaturgo, activista político, biógrafo y crítico literario francés, exponente del existencialismo y del marxismo humanista. Fue el décimo escritor francés seleccionado como Premio Nobel de Literatura, en 1964, pero lo rechazó explicando en una carta a la Academia Sueca que él tenía por regla declinar todo reconocimiento o distinción y que los lazos entre el hombre y la cultura debían desarrollarse directamente, sin pasar por las instituciones, Miles de jóvenes de todo el mundo fuimos influenciados por Jean Paul Sartre. Un hombre de excepcional formación intelectual. Cuando estuve en España circulaba clandestinamente su carta rechazando el PremioNobel;era un documento subversivo en la España del cruel dictador Francisco Franco.
8 de Marzo de 1965 La que conocemos como guerra de Vietnam, fruto de la guerra de Indochina, se inicia este día cuando dos batallones de Infantería de Marina estadounidense, con un total de 3.500 hombres, desembarcan en Da Nang (Vietnam) para proteger la base aérea, por orden del presidente de los Estados Unidos, Lyndon B. Johnson.
4 de noviembre de 1966
Firenze alluvionata, vista dal Piazzale Michelangelo
Junio 1967
La guerra de los Seis Días —conocida como guerra de junio de 1967 en la historiografía árabe— fue un conflicto bélico que enfrentó a Israel con una coalición árabe formada por la República Árabe Unida —denominación oficial de Egipto por entonces—, Jordania, Irak y Siria entre el 5 y el 10 de junio de 1967
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