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¿Irías al
cine con Maquiavelo? Sin duda deberías hacerlo si no quieres creerte esa
película tan repetida de que la política es un asunto que solo compete a «los
políticos» y que tiene que ver con que ellos se pongan de acuerdo. El consejero
florentino siempre lo tuvo claro: la política es un campo de batalla social por
el poder. Es por eso por lo que se le tiene tanto miedo, porque Maquiavelo nos
ayuda a conocer la verdad sobre el origen del poder y las formas para
alcanzarlo y mantenerlo. Él fue el primero en decir que el poder es, antes que
nada, una relación social y un conjunto de instrumentos de producción de
hegemonía ideológica de un grupo contra otro. Junto a otros malditos como el
Marqués de Sade, Hobbes, Lenin o Schmitt, Maquiavelo sigue siendo una
influencia –que algunos considerarían demasiado peligrosa– para aquellos que
quieren entender y practicar la política desde el antagonismo.
Este libro
quiere ser un homenaje a esas amistades políticas peligrosas. Por él desfila
una selección de malvados profesores cuyas enseñanzas usare-mos para analizar
varias películas. Con ellos estudiaremos cuestiones como la nación y la memoria
histórica, la violencia política, el colonialismo, la posmodernidad capitalista
en América Latina, el género y el feminismo. Aquí el cine no es solo un
entretenimiento intelectual, sino un medio para hablar de la política como la
entendía el consigliere del principe, esto es, como la ciencia del poder.
PABLO IGLESIAS TURRIÓN
Pablo Iglesias Turrión es doctor en Ciencia Política por la Universidad
Complutense, en la que impartió clases desde 2008 hasta que tomó posesión como
eurodiputado en 2014. Durante su etapa doctoral fue investigador en varias
universidades europeas y americanas. Licenciado en Derecho y Ciencia Política
(con premio extraordinario), amplió su formación obteniendo un máster en
Humanidades por la Universidad Carlos III y otro en Comunicación por el
European Graduate School, donde fue alumno de Slavoj Žižek y Giorgio Agamben
entre otros. En 2010 comenzó a dirigir y presentar el programa de debate
político La Tuerka y desde 2013 hizo lo mismo con el programa Fort Apache.
Desde abril de aquel año empezó a colaborar como analista con algunos programas
de televisión como Las Mañanas Cuatro y La Sexta Noche. En enero de 2014
contribuyó a la creación de PODEMOS, cuya candidatura a las elecciones europeas
encabezó obteniendo 1,2 millones de votos y 5 escaños en mayo del mismo año. Es
autor y coordinador de varios libros entre los que destacan Ganar o Morir.
Lecciones políticas en «Juego de Tronos» (2014), Maquiavelo frente a la gran
pantalla. Cine y política (2013) o Desobedientes. De Chiapas a Madrid (2011).
Las
amistades políticas peligrosas
El escritor
y profesor Pablo Iglesias utiliza el cine para hablar de política, de poder y
de ideología en su nueva obra, 'Maquiavelo frente a la gran pantalla. Cine y
política'
BEGOÑA PIÑA
"Todo
el cine es político", sentencia Costa Gavras de palabra y, por supuesto, con
cada una de sus películas. Director de Z, una de las producciones emblemáticas
del llamado ‘cine político', el cineasta observa, desde siempre, el mundo
ideologizado y lo interpreta. El profesor de Ciencia Política Pablo Iglesias
Turrión acude ahora a este artista, entre muchos otros, para hablar de las
singulares relaciones que se han creado entre el territorio que él mejor maneja
y el cine. Maquiavelo frente a la gran pantalla. Cine y política (Akal), su
nuevo libro, estudia estas amistades y aspira a ser, en sus propias palabras,
"una caja de herramientas que sirva para intervenir en el mundo en que
vivimos".
"El
cine es un lenguaje que nos permite tener un nivel de conocimiento más
real", afirma el escritor, que en su libro pasa de Costa-Gavras a Rob Reiner
y de éste a Quentin Tarantino y Helena Taberna, para seguir con Carlos Saura,
Gutiérrez Aragón, Gillo Pontecorvo o Montxo Armendáriz... Miradas de decenas de
autores que, a través de sus películas, permiten a Pablo Iglesias hablar de
política, de poder, de ideología... reflexionar sobre conceptos como la memoria
histórica, la nación o el feminismo o preguntarse por qué hay tan pocas
películas en nuestra cinematografía que "hayan tratado de construir una
representación política de lo que significó la guerra y el fascismo en
España".
Con la
declarada intención de "devolver la dignidad de Maquiavelo", la obra
del estudioso comienza con unas palabras dedicadas al maestro florentino, en
las que el autor, además de hacer el sanísimo ejercicio del agradecimiento,
advierte: "Este libro, digámoslo claramente, quiere ser un homenaje a las
amistades políticas peligrosas. Por él desfilan una selección de malvados
profesores (...) Aquí el cine no es un solo un entretenimiento intelectual,
sino un medio para hablar de la política como la entendía el ‘consigliere del
príncipe', esto es, como la ciencia del poder".
De
Apocalypse Now, pasando por El acorazado Potemkin, Tierra y Libertad o Pa
negre, Pablo Iglesias llega al encuentro intelectual con Costa-Gavras cuando analiza
realidades e ideologías haciendo referencias -más o menos extensas- a películas
como Lolita, Taxi Driver, Reservoir Dog o Entrevista con el vampiro. "A
veces hay que deformar la realidad para entenderla mejor", dice Pablo
Iglesias, que defiende el cine como vehículo de aproximación a la realidad y
que desprecia "los planteamientos snob de la gente de derechas", como
los de otro florentino, el profesor Giovanni Sartori, que "es de los que
dicen que sociedad de la imagen convierten a la gente en idiota".
Maquiavelo
frente a la gran pantalla. Cine y política se ha construido, según explica el
propio autor, sobre tres puntos fundamentales. "El cine sirve para pensar
es el primero y es la clave del libro", afirma el escritor, que subraya,
en segundo lugar, la especial relevancia del cine en la construcción de la
imagen de las identidades nacionales. "Las familias, las religiones, el
teatro, los medios de comunicación y ahora también el cine son muy importantes
a la hora de construir la imagen de las naciones".
Ahí
justamente es donde el estudioso se hace la pregunta sobre las películas en
España de la Guerra Civil y consiente en que, aunque el conflicto aparece como
marco histórico de muchos títulos y aunque hay algunos que tocan aspectos
concretos de la guerra, no los hay apenas que se ocupen de la representación
política del significado de la guerra y el fascismo. "Quizá solo tres de
ellos lo tratan de hacer: La vaquilla, de Luis García Berlanga; Tierra y
libertad, de Ken Loach, y Soldados de Salamina, de David Trueba".
Por último,
Pablo Iglesias se refiere a un tercer punto, en el que puntualiza que "la
política es también algo que tiene que ver con antagonismos y no con
consensos", de donde llega a los colonialismos y a producciones míticas de
la gran pantalla como la mencionada Apocalypse Now y La batalla de Argel. Un
capítulo dedicado a Felipe González en el cine cierra el libro, donde el autor
regresa una vez más a la obra maestra de Pontecorvo y de ella a la película
documental The Fog of War, con la que el prestigioso Errol Morris repasaba la
vida y el tiempo político del que fuera Secretario de Defensa de EE.UU. Robert
McNamara.
Gramsci,
Hobbes, Schmitt y Bertolt Brecht acompañan al lector en estas páginas, en las
que Pablo Iglesias deja al descubierto una intención provocadora, que, además,
admite de palabra: "Este libro pretende ser muy provocador, porque la
provocación es crucial en los análisis críticos", por ello, hay en la obra
"elementos pensados especialmente para escadalizar".
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