LTI - El lenguaje del Tercer Reich "El lenguaje crea y piensa por nosotros"

"El lenguaje crea y piensa por nosotros"

Víctor Klemperer

ANA ALBORS, EMMA BERNABEU | San Vicente del Raspeig| 11 NOVIEMBRE 2012
Siempre hay un cronista, incluso en los tiempos de oscuridad, y el nombre de aquel que vio el auge y la caída del Tercer Reich es Victor Klemperer.

Víctor Klemperer
Noveno y último hijo de un rabino, nació en 1881 en Lansberg an der Warthe, localidad que hoy en día queda en el lado polaco de la frontera con Alemania. Estudió lingüística y se especializó como profesor de literatura francesa. Cuando en 1933, el partido nacionalsocialista llegó al poder, Víctor era un catedrático de la Universidad Técnica de Dresde; pero su condición de judío le haría sufrir la barbarie del régimen nazi.

Kemplerer fue un héroe que no se ajusta a lo que hoy entendemos por esta palabra. No luchó en el ghetto de Varsovia, ni pilotó un avión en el batallón internacional de la RAF, pero su crónica diaria, su resistencia moral a la humillación, el solo hecho de sobrevivir al nazismo y contarlo, tienen algo que le acerca mucho al heroísmo. Pero mientras todo esto ocurría, Víctor escribía en su diario, quizá como acto de resistencia, posiblemente como íntimo refugio y cada día daba testimonio de manera minuciosa y ordenada. Los papeles de su diario, recogidos y ocultados por su mujer, una "aria pura" son un testimonio único de lo que significó vivir en la antesala del infierno.

Si se libró de ser conducido a un campo de exterminio fue gracias a la casualidad: el brutal bombardeado aliado sobre Dresde le permitió huir y vagar por Europa durante meses, hasta el fin del nazismo. A partir de 1945, con la caída de Berlín, retoma sus clases en la Universidad de Dresde y fue en 1949 cuando publica LTI (Lengua Terii Imperii - Lengua del Tercer Imperio).

Lengua del Tercer Reich

LTI es el testimonio de cómo el nacionalsocialismo creó un lenguaje grupal en sus orígenes que acabó impregnándolo todo rápidamente; el testimonio de cómo acabó convirtiéndose prácticamente en el único lenguaje.  En este sentido, puede decirse que uno de los más rotundos éxitos del nazismo consistió en transformar el lenguaje de tal manera que quedase revestido de unas propiedades que se mostraron terriblemente efectivas a la hora de suscitar en la inmensa mayoría de sus usuarios un estado de ánimo que supliese la convicción racional, propicio para el cumplimiento de su programa político.

1. Recopilación de algunos ejemplos de la manipulación de la LTI

1. Nuevas expresiones integradas en la lengua alemana

Durante el régimen nazi surgen nuevas expresiones que se integran en la lengua alemana utilizadas frecuentemente sin que la gente apenas se dé cuenta, como por ejemplo
  • Campos de concentración (Konzentrationslager)
  • Ceremonia de Estado (Staatsakt)
  • Expediciones de castigo (Strafexpedition)
Otras como "derrota", "retirada", "huida" desparecieron y fueron sustituidas por la expresión "liberarse luchando".

2. Cambio en el significado de las palabras 

Dos ejemplos claros de palabras afectadas por el cambio de significado son "fanático" y "héroe":

FANÁTICO: Fanático fue durante la era del Tercer Reich un adjetivo que manifestaba reconocimiento en términos superlativos, significaba la exacerbación de conceptos tales como valiente, entregado, constante o para ser más precisos, una concentración gloriosa de todas estas virtudes, y hasta el más mínimo matiz peyorativo despareció del uso habitual de esta palabra.

Donde antes se decía "apasionado" se decía "fanático". "Fanático" se llena de un sentido nuevo, que pasa a designar una feliz mezcla de coraje y entrega apasionada. Goebbels se vio obligado al absurdo de buscar un superlativo más allá del superlativo. En el Reich del 13 de noviembre de 1944 escribía que la situación solo podía salvarse mediante . Como si la ferocidad no fuera el estado necesario del fanático, como si pudiese existir un fanatismo dócil.

HÉROE: Siempre hemos entendido por héroe el hecho de un acto honesto y auténtico sin fines lucrativos. Por el contrario, en la época de Hitler, se generó el heroísmo más puro pero en el terreno contrario, es decir, se trata de un heroísmo demasiado ruidoso, demasiado lucrativo y satisfactorio desde la perspectiva de la vanidad.


3. Siglas y entrecomillado

Los jóvenes están al servicio del Führer
Se destaca la proliferación de las siglas y la utilización del entrecomillado (siempre irónico: por ejemplo "ciencia" judía, "estrategia" rusa etc.)

Algunas de las siglas empleadas fueron AEG (Alles Echte Germanen - Todos verdaderos germanos) o HJ (Hitlerjunge - Joven Hitleriano). 

Además, se solían abreviar frases utilizando la inicial de cada palabra, formando así una palabra nueva: 
    • KNIF! (Kommt nicht in Frage! - ¡imposible! / ¡no viene al caso!)
    • KAKFIF! (Kommt auf keinen Fall in Frage! - del todo imposible)


4. Otros ejemplos del lenguaje

Fomento de la autarquía
- Los carteles nazis siempre presentaban el mismo aspecto: endilgaban al transeúnte el mismo tipo de luchador brutal, rígido y obstinado, con la bandera, el rifle o la espada, con el uniforme de las S.A, de las SS o del ejército, o incluso desnudos. Siempre aparecía la misma expresión de fuerza física, de voluntad fanatizada, músculos  dureza y una indudable ausencia de todo pensamiento. Y cuando se representaba a las mujeres se trataba de heroínas nórdicas, esposas de los héroes nórdicos.

- Se cambiaba el nombre de las calles cuando tenían algún referente judío. Un claro ejemplo podría ser que la calle Josephsstrasse de Dresde pasó a denominarse Caspar-David-Friendrich Strasse.

- En los sellos de Correos, a los nombres de las ciudades se les agregaba una frase con fines claramente políticos y puramente propagandísticos como: "Múnich, ciudad del Movimiento" o "Nuremberg, ciudad de los Congresos del Partido"

Pero, más allá de la multitud de ejemplos, lo importante es la visión general de cómo "todo el mundo hablaba la misma LTI, desde el más inculto hasta los científicos". Todo estaba envenenado hasta puntos casi imperceptible.es

2. Relatos de las vivencias de Klemperer

  • Ningún judío tenía acceso a la biblioteca, por lo que se informaba a través de las conversaciones de la gente, emisiones de radios, etc...
  • Aquel judío que no tuviese un nombre inequívocamente hebreo, es decir, un nombre como "Baruch" o "Recha" de escasa difusión en la lengua alemana, debía añadir "Israel" o "Sara" a su nombre y comunicarlo en el registro civil y a su banco.
  • Si no estaba casado con una mujer aria y no tenía ningún hijo con ella, debía llevar la estrella amarilla; la palabra "judío" insertada en la estrella, cuyas letras trataban de imitar la escritura hebrea.
  • Los judíos no poseían ni vales ni tarjetas para la adquisición de vestimentas, no podían comprar nada nuevo y solo recibían ropa usada de almacenes especiales de ropa y otros productos.
  • En el lengua de los campos de concentración se decía que un grupo "es conducido a la solución final" cuando era ejecutado o enviado a las cámaras de gas.
  • Si en la casa había judíos, la estrella debía de estar pegada en la puerta encima del nombre. Si la mujer del judío era aria, ella debía poner su nombre separado de la estrella y añadir la palabra .
  • Según la disposición de la Gestapo, la estrella debía llevarse, sin ser tapada, en el lado del corazón, sobre la chaqueta o el abrigo.

Finalmente, una anécdota que cuenta Klemperer y que según él no fue tan rara; al terminar la contienda, arrasada toda Alemania y destruido hasta sus fundamentos el Tercer Reich milenario. 

“Sin embargo, no hace mucho me encontré en la calle con L., un antiguo alumno mío al que había visto por última vez en la última ocasión en que pude acceder a la biblioteca regional. Entonces me estrechó la mano en señal de simpatía; me resultó embarazoso porque el hombre todavía llevaba el brazalete con la cruz gamada. En esta ocasión se me acercó con expresión radiante:

Alumno: -¡Me alegra que se haya salvado y vuelva a ocupar su cargo!

Klemperer. -¿Y usted cómo está?

-Mal, por supuesto, trabajo como peón en la construcción, el sueldo no alcanza para mi mujer y mi hijo, y a la larga tampoco podré aguantar físicamente.

-¿Y no lo rehabilitan? A usted lo conozco..., seguro que no pesa ningún crimen sobre su conciencia. ¿Ocupaba usted algún cargo importante en el Partido, fue usted muy activo políticamente?

-En absoluto, era un insignificante Pg [camarada del Partido]
.
- ¿Y entonces por qué no lo rehabilitan?

-Porque no lo he solicitado ni puedo solicitarlo.

-No lo entiendo.

Pausa. Luego, a duras penas, bajando la vista:

-No puedo negarlo: yo creía en él.

-Pero no puede seguir creyendo, es imposible. Ya ve usted a dónde nos ha llevado, y todos los espeluznantes crímenes del régimen han salido ya a la luz.

Una pausa más larga todavía. Luego, en voz muy baja:

-Lo admito todo. Los otros lo interpretaron mal, lo traicionaron. Pero en él, en ÉL sigo creyendo.”



EBS.

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