Una brújula en medio de la confusión: Comunicación y poder, de Manuel Castells


En estos momentos confusos si en algo estamos todos de acuerdo es en que las relaciones entre comunicación y poder polarizan todas las tensiones sociales. Y sobre la comunicación se dicen tantas cosas acertadas como se reproducen afirmaciones asumidas sin haber sido pasadas por la crítica. De comunicación, como de fútbol, sabemos todos, pero los que marcan los goles son gente muy determinada.
Uno de los máximos goleadores en esta liga es Manuel Castells, y a él me remito en busca de orientación, y por eso lo traigo a este blog para que lo aprovechen los lectores. Manuel Castells es el sociólogo de la comunicación más importante actualmente en todo el mundo. Su obra Comunicación y poder (Alianza Editorial) es de lectura imprescindible para todo el que quiera comprender no sólo la comunicación sino la estructura y lógica de las relaciones entre ella y el poder político y económico. Los indignados actuales y los que se indignarán deberían leerlo, pues, con detenimiento. Para abrir boca, les propongo dos platos: uno, el vídeo que encabeza este post, con una conferencia en la que Castells presenta y comenta el libro, con su característico estilo claro, directo y profundo, y otro, un resumen que he realizado de los párrafos más significativos sobre comunicación y poder. El lector de este blog tiene, pues, una introducción breve y al mismo tiempo completa de Comunicación y poder y de la personalidad intelectual de Manuel Castells.
La cifra entre paréntesis corresponde a la página o páginas del libro de las que se ha extraído la cita.
***
Comunicar es compartir significados mediante el intercambio de información. El proceso de comunicación se define por la tecnología de la comunicación, las características de los emisores y los receptores de la información, sus códigos culturales de referencia, sus protocolos de comunicación y el alcance del proceso. El significado sólo puede comprenderse en el contexto de las relaciones sociales en las que se procesa la información y la comunicación. (87).
El poder se construye conformando la toma de decisiones, por coacción o por construcción de significado, o por ambos a la vez. (257).
El poder para hacer algo es siempre el poder de hacer algo contra alguien, o contra los intereses o valores de alguien. (37).
Poder es algo más que comunicación, y comunicación es algo más que poder. Pero el poder depende del control de la comunicación, al igual que el contrapoder depende de romper dicho control. Y la comunicación de masas, la comunicación que puede llegar a toda la sociedad, se conforma y gestiona mediante relaciones de poder enraizadas en el negocio de los medios de comunicación y en la política del estado. El poder de la comunicación está en el centro de la estructura y la dinámica de la sociedad. (23).
Mi hipótesis de trabajo es que la forma esencial de poder está en la capacidad para modelar la mente. (24).
No obstante, para explicar de qué forma se construye el poder en nuestra mente a través de los procesos de comunicación, necesitamos ir más allá de cómo y quién origina los mensajes y cómo se transmiten o forman en las redes electrónicas de comunicación. También tenemos que entender cómo se procesan en las redes cerebrales. Es en las formas concretas de conexión entre las redes de comunicación y de significado en nuestro mundo y las redes de comunicación y de significado de nuestro cerebro donde se pueden identificar en última instancia los mecanismos de construcción del poder. (25).
La sociedad red es la estructura social que caracteriza la sociedad de principios del siglo XXI, una estructura social construida alrededor de (pero no determinada por) las redes digitales de comunicación. El proceso de formación y ejercicio de las relaciones de poder se transforman radicalmente en el nuevo contexto organizativo y tecnológico derivado del auge de las redes digitales de comunicación globales y se erige en el sistema de procesamiento de símbolos fundamental de nuestra época. Por tanto, para analizar las relaciones de poder es necesario comprender la especificidad de las formas y procesos de la comunicación socializada, que en la sociedad red se refiere tanto a los medios de comunicación multimodales como a las redes de comunicación horizontales creadas en torno a Internet y la comunicación inalámbrica. Efectivamente, estas redes horizontales posibilitan la aparición de lo que yo llamo “autocomunicación de masas”, que incrementa de forma decisiva la autonomía de los sujetos comunicantes respecto a las empresas de comunicación en la medida que los usuarios se convierten en emisores y receptores de mensajes. (24, 25).
Es en las formas concretas de conexión entre las redes de comunicación y de significado en nuestro mundo y las redes de comunicación y de significado de nuestro cerebro donde se pueden identificar en última instancia los mecanismos de construcción del poder. (25).
Las sociedades no son comunidades que compartan valores o intereses. Son estructuras sociales contradictorias surgidas de conflictos y negociaciones entre diversos actores sociales, a menudo opuestos. (38).
Por tanto, aunque las relaciones de poder están distribuidas por la estructura social, el estado, desde una perspectiva histórica, sigue siendo un elemento estratégico para el ejercicio del poder por diferentes medios. Pero el propio estado depende de diversas fuentes de poder. Geoff Mulgan (5) ha teorizado sobre la capacidad del estado para asumir y ejercer el poder mediante la articulación de tres formas de poder: violencia, dinero y confianza.  Estas tres fuentes de poder sustentan el poder político, el poder soberano para imponer leyes, dar órdenes y mantener unidos un pueblo y un territorio… El estado concentra fuerza mediante sus ejércitos, concentra recursos mediante el tesoro público y concentra poder para modelar las mente, en los últimos tiempos mediante los sistemas de educación y comunicación que son los aglutinantes de los modernos estados-nación.  De las tres fuentes de poder, la más importante para la soberanía es el poder sobre las ideas que dan lugar a la confianza.  La violencia sólo puede usarse de forma negativa; el dinero sólo puede usarse de dos formas: dándolo o quitándolo. Pero el conocimiento y las ideas pueden transformar las cosas, mover montañas y hacer que el poder efímero parezca permanente. (40,41).
La globalización (6), cuando se lleva a su conclusión lógica, significa que las ciencias sociales deben refundarse como una ciencia basada en la realidad de lo transnacional, y ello desde el punto de vista conceptual, teórico, metodológico y organizativo.  (42).
Por tanto, en lugar de buscar límites territoriales, tenemos que identificar las redes de poder socioespaciales (locales, nacionales y globales) que, en su intersección, configuran las sociedades. (43).
En la vida social las redes son estructuras comunicativas. “Las redes de comunicación son las pautas de contacto creadas por el flujo de mensajes entre distintos comunicadores en el tiempo y el espacio” (7). (…) En las redes sociales y organizativas los actores sociales, promoviendo sus valores e intereses e interactuando con otros actores sociales, están en el origen de la creación y programación de las redes. Sin embargo, una vez establecidas y programadas, las redes siguen las instrucciones inscritas en su sistema operativo y pueden autoconfigurarse dentro de los parámetros de los objetivos y procedimientos que se le hayan asignado.(45).
Es decir, las redes son complejas estructuras de comunicación establecidas en torno a un conjunto de objetivos que garantizan, al mismo tiempo, unidad de propósitos y flexibilidad en su ejecución gracias a su capacidad para adaptarse al entorno operativo. Las redes están programadas y al mismo tiempo son autoconfigurables. En las redes sociales y organizativas, los objetivos y procedimientos operativos son programados por los actores sociales. Su estructura evoluciona de acuerdo con la capacidad de la red para autoconfigurarse en una búsqueda interminable de disposiciones de red más eficientes. (46).
Gracias a las tecnologías de la información y la comunicación disponibles, la sociedad red puede desplegarse plenamente, trascendiendo los límites históricos de las redes como formas de organización e interacción social. (50).
Una sociedad red es aquella cuya estructura social está compuesta de redes activadas por tecnologías digitales de la comunicación y la información basadas en la microelectrónica (…) Por tanto, una estructura social cuya infraestructura se basa en redes digitales tiene la posibilidad de ser global. (51).
La globalización se comprende mejor como la interacción de estas redes globales socialmente decisivas.  Por tanto, la exclusión de dichas redes, que a menudo se produce en un proceso acumulativo de exclusión, equivale a la marginación estructural en la sociedad red global. (52).
Las sociedades específicas, definidas por los límites actuales de los estados-nación o por las fronteras culturales de su identidad histórica, están profundamente fragmentadas por la doble lógica de la inclusión o exclusión en las redes globales que estructuran la producción, el consumo, la comunicación y el poder. Sostengo la hipótesis de que esta fragmentación no se debe simplemente a la demora temporal necesaria para la incorporación gradual de formas sociales anteriores a la nueva lógica dominante. Se trata, de hecho, de una característica estructural de la sociedad red.  Esto se debe a que la capacidad de reconfiguración inscrita en el proceso de extensión de las redes permite a los programas que gobiernan cada red buscar las adiciones que le resulten valiosas e incorporarlas, a la vez que soslayan y excluyen aquellos territorios, actividades y personas que poseen poco o ningún valor para la realización de las tareas asignadas a la red. (52).
(…) el valor es, de hecho, una expresión del poder: quien ostenta el poder decide lo que es valioso. En este sentido, la sociedad global no es innovadora. Lo que sí es nuevo es su alcance global y su arquitectura en red. Esto significa, por un lado, que las relaciones de dominación entre redes son fundamentales.  (…) como la lógica de creación de valor, en tanto que expresión de dominación, es global, quienes tengan un impedimento estructural para existir globalmente están en desventaja con respecto a aquellos cuya lógica sea inherentemente global. Esto tiene una considerable importancia práctica porque está en el origen de las crisis del estado-nación de la esa industrial (no del estado como tal, porque cada estructura social genera su propia forma de estado). (55, 56).
Al capital siempre le ha gustado la idea de un mundo sin fronteras. (…) Sin embargo, el pensamiento humano es probablemente el elemento más influyente y de más rápida propagación de cualquier sistema social cuando cuenta con un sistema de comunicación interactiva local-global en tiempo real, que es exactamente lo que sucede en la actualidad, por primera vez en la historia. Por tanto, las ideas, o series concretas de ideas, podrían reafirmarse como el verdadero valor supremo (…) prioritario ante cualquier otra cosa. En resumen, la antigua pregunta de la sociedad industrial, en realidad la piedra angular de la economía política clásica, a saber, “¿qué es valor?”, no tiene una respuesta definida en la sociedad red global. Valor es lo que se procesa en cada red dominante en cada momento, en cada lugar, de acuerdo con la jerarquía programada en la red por los que actúan en ella. El capitalismo no ha desaparecido. En realida está más presente que nunca. Pero no es—contra la percepción ideológica típica—lo único que se cuece en la aldea global. (56,57).
La cultura común de la sociedad red global es una cultura de protocolos que permite la comunicación entre diferentes culturas sobre la base no necesariamente de valores compartidos, sino de compartir el valor de la comunicación. Esto quiere decir que la nueva cultura no está basada en el contenido, sino en el proceso, al igual que la cultura democrática constitucional se basa en el procedimiento, no en programas concretos. La cultura global es una cultura de la comunicación por la comunicación. Es una red abierta de significados culturales que pueden no sólo coexistir, sino también interactuar y modificarse mutuamente sobre la base de este intercambio. La cultura de la sociedad red es una cultura de protocolos de comunicación entre todas las culturas del mundo, desarrollada sobre una base de una creencia común en el poder de las redes y de la sinergia obtenida al dar y recibir de los demás. El proceso de construcción de la sociedad red está en marcha. Pero no se trata de la difusión de la mentalidad capitalista a través del poder ejercido por las élites dominantes heredadas de la sociedad industrial. Tampoco de las propuestas idealistas de los filósofos que sueñan con un mundo de ciudadanos abstractos y cosmopolitas. Es el proceso por el cual actores sociales conscientes de diferentes orígenes aportan a otros sus recursos y sus creencias, esperando recibir lo mismo a cambio y más aún: compartir un mundo diverso que acabe con el miedo ancestral a los otros. (67,68).
Los procesos de construcción de poder deben contemplarse desde dos perspectivas: por un lado, pueden aplicar la dominación existente o adquirir posiciones estructurales de dominación; por el otro, también hay procesos de resistencia al poder, en nombre de intereses, valores y proyectos excluidos o subrepresentados en los programas y composición de las redes. Analíticamente, ambos procesos configuran en último término las estructuras de poder mediante su interacción.  (…) De este modo, la acción colectiva de los movimientos sociales, en sus diferentes formas, pretende introducir nuevas instrucciones y códigos en los programas de las redes. (…) El segundo mecanismo de resistencia consiste enbloquear los puntos de conexión entre redes que permiten el control de éstas por los metaprogramas de valores compartidos que expresan la dominación estructural. (…) La resistencia al poder programado en las redes se lleva a cabo por y mediante redes. Éstas son asimismo redes de información sustentadas por tecnologías de la información y la comunicación.  (…) En la sociedad red el poder está redefinido, pero no ha desaparecido. Como tampoco han desaparecido los conflictos sociales. La dominación y la resistencia a la dominación cambian de carácter según la estructura social específica en la que se originan y que modifican con su acción. El poder gobierna, el contrapoder combate. Las redes procesan sus programas contradictorios mientas la gente intenta encontrar sentido a la fuente de sus miedos y sus esperanzas (79, 80, 81).
Las fuentes de poder social en nuestro mundo –violencia y discurso, coacción y persuasión, dominación política y enmarcado cultural—no han cambiado fundamentalmente desde nuestra experiencia histórica, como han teorizado algunos de los principales pensadores del poder. Pero el terreno en el que operan las relaciones de poder ha cambiado de dos formas principales: se ha construido primordialmente alrededor de la articulación entre lo global y lo local y está organizado principalmente en redes, no en unidades individuales. Puesto que las redes son múltiples, las relaciones de poder son específicas de cada red. Pero hay una forma fundamental de ejercer el poder que es común a todas las redes: la exclusión de la red. (82,83).
Pero, ¿cómo se ejerce el poder dentro de las redes y por las redes, para los que están incluidos en las redes centrales que estructuran la sociedad? (…) la capacidad para conectar diferentes redes y restaurar una suerte de límite dentro del cual el estado conserve su capacidad para intervenir es fundamental para reproducir la dominación institucionalizada del estado. Pero la capacidad para establecer la conexión no está necesariamente en manos del estado. El poder de comunicación lo ostentan los enlaces, actores sociales de diferentes tipos que se definen por el contexto en que redes específicas deben conectarse para alcanzar objetivos concretos. (…) La dominación estable, que proporciona la base para imponer las relaciones de poder en cada red, requiere una negociación compleja a fin de establecer asociaciones con los estados, o con el estado red, que contribuyan a mejorar los objetivos asignados a cada red por sus respectivos programas. (83).
Los discursos de poder proporcionan los objetivos sustantivos para los programas de las redes. Las redes procesan los materiales culturales que se construyen en el abigarrado terreno discursivo. (…) Para ser eficaces a la hora de programar las redes, necesitan apoyarse en un metaprograma que garantice que los receptores del discurso internalizan las categorías mediante las cuales dotan de significado a sus propias acciones de acuerdo con los programas de las redes. (…) Para que haya globalización, ésta tiene que afirmar un discurso disciplinario capaz de enmarcar las culturas específicas (83, 84).
De qué forma alcanzar lo global desde lo local, mediante la conexión en red con otros lugares, cómo arraigar el espacio de flujos, es la cuestión estratégica clave para los movimientos sociales de nuestro tiempo. (84).
En nuestro mundo, la forma típica de valor de cambio que sirve para todo es el dinero. Con esta divisa común se suele medir el poder que tienen las distintas redes. Esta unidad de medida es esencial, ya que elimina el papel decisivo del estado, pues la apropiación de valor por todas las redes depende de las transacciones financieras. Esto no significa que los capitalistas controlen todo. Tan sólo significa que cualquiera que disponga del dinero suficiente, incluidos los líderes políticos, tendrá más oportunidades de que la conexión funcione a su favor. Pero como en la economía capitalista, además de transacciones monetarias, también se puede utilizar el trueque: un intercambio de servicios entre redes (por ejemplo el poder regulador a cambio de la financiación política por parte de las empresas o el apalancamiento del acceso a los medios para tener influencia política). Es decir, el poder de conexión depende de la capacidad para generar valor de cambio, ya sea mediante dinero o por trueque. (84,85).
Hay una segunda fuente de poder: la capacidad de programación de las redes. Esta capacidad depende en última instancia de la posibilidad de generar, difundir y poner en práctica los discursos que enmarcan la acción humana. (…) Los discursos en nuestra sociedad moldean la mente a través de una tecnología concreta: las redes de comunicación que organizan la comunicación socializada. (85).
En último término, el poder de programación condiciona el poder de conexión porque los programas de las redes determinan el rango de posibles interfaces en el proceso de conexión. Los discursos enmarcan las opciones de lo que las redes pueden o no hacer. En la sociedad red, los discursos se generan, difunden, debaten, internalizan y finalmente incorporan en la acción humana, en el ámbito de la comunicación socializada construida en torno a las redes locales-globales de la comunicación digital intermodal, incluyendo los medios de comunicación e Internet. El poder en la sociedad red es el poder de la comunicación. (85).

Publicar un comentario

0 Comentarios