Arthur Koestler Memorias

 Documento: EPUB1.1 MB

Publicado: 2020-01-09

Arthur Koestler. Memorias (r1.0)Las memorias de Arthur Koestler, una de las figuras intelectuales mas representativas y sobresalientes del siglo XX, constituyen uno de los testimonios mas lucidos y apasionantes del pasado siglo. El presente volumen reune, por primera vez, los dos titulos de su autobiografia, una obra indispensable. La primera parte, titulada Flecha en el azul, abarca un periodo comprendido entre 1905, ano de su nacimiento en Hungria, hasta 1931, fecha en que ingresa en el Partido Comunista. En un impresionante recorrido por la Europa de principios de siglo, asistimos a la infancia y la vida familiar de Koestler, sus anos juveniles en Viena, el comienzo de su carrera como periodista, su iniciacion sentimental y su vida en Berlin durante el ascenso del nazismo. Koestler lleva a cabo un profundo analisis de una epoca de convulsiones politicas en las que a las ilusiones por la revolucion rusa de 1917 se contraponia el horror del regimen de Hitler, que prosperaba ante la pasividad de la burguesia liberal alemana. La escritura invisible narra los anos que van de 1931 a 1940, caracterizados por el desengano del comunismo, a partir, sobre todo, del viaje que hizo por entonces a la Union Sovietica, donde conocio de primera mano las atrocidades de Stalin, algo que anos despues dio lugar a una inversion total de sus principios ideologicos. Koestler cuenta tambien su participacion como corresponsal en la guerra civil espanola, donde fue condenado a muerte por Franco, aunque finalmente fue canjeado. Su encarcelamiento en un campo de concentracion y su llegada a Inglaterra en 1940 cierran este monumento a la memoria del siglo XX. Arthur Koestler Memorias Flecha en el azul & La escritura invisible ePub r1.0 Titivillus 26.02.15 Titulo original: Arrow In The Blue: The First Volume Of An Autobiography, 1905-31 & The Invisible Writing: The Second Volume Of An Autobiography, 1932-40 Arthur Koestler, 1952 Traduccion: J. R. Wilcock & Alberto Luis Bixio Editor digital: Titivillus ePub base r1.2 Nota editorial Es posible que el lector de hoy se pregunte sobre la utilidad, oportunidad y conveniencia de reeditar de nuevo esta obra, casi sesenta anos despues de haber sido publicada por primera vez en Gran Bretana y de haber conocido varias ediciones en lengua castellana. El autor confiesa al comienzo de Flecha en el azul, primero de los dos volumenes que componen esta obra: «No puedo ni imaginarme si dentro de cincuenta anos habra alguien que desee leer algun libro mio, pero tengo una idea muy exacta de lo que a mi, como escritor, me impulsa. Es el deseo de trocar cien lectores contemporaneos por diez lectores dentro de diez anos, o por un lector dentro de cien anos». Estas memorias permiten al lector recorrer un tiempo rebosante de acontecimientos decisivos para la historia de la humanidad, a traves del relato apasionante de la trayectoria intelectual y humana de un personaje unico: excelente escritor, periodista, cientifico, hombre comprometido y de contradictoria trayectoria politica. Un ser, en definitiva, independiente, rebelde y critico, con una mirada abierta hacia todo lo que ocurre a su alrededor. Koestler es un testigo, alguien que ha vivido -y encarnado- los acontecimientos que han marcado el siglo XX, y cuya impronta tardara probablemente en desvanecerse en la historia. Se pueden compartir o no sus ideas politicas, tan contrapuestas a lo largo de su vida, pero lo que no se puede es obviar su capacidad de analizar las diferentes situaciones que conocio. Koestler es un testigo lucido -es decir, implacable- y bien situado. Su posicion en medio de la marea de acontecimientos historicos decisivos conforma su pensamiento y tambien sus contradicciones politicas y vitales. Koestler no historia, relata. La lectura de sus memorias, ademas de proporcionar el placer de los mejores relatos, ofrece al lector la posibilidad de atisbar la historia tras una mirada cargada de agudeza e inteligencia. Koestler es un escritor, alguien para quien la palabra no es solo un instrumento, sino una meta; un escritor de primer orden. El escritor de memorias, dice, no debe perdonarse sus faltas ni ocultar sus brillos, debe esforzarse por relatar las experiencias dolorosas y humillantes, al tiempo que debe tener el coraje necesario para incluir los episodios que le hacen aparecer con una luz favorable. «En 1937 -leemos-, cuando me encontraba en la carcel con la perspectiva de hacer frente a un batallon de fusilamiento, hice un voto: si alguna vez conseguia salir vivo de alli, escribiria una autobiografia tan franca e implacable conmigo mismo que a su lado Las confesiones de Rousseau y las Memorias de Cellini parecerian mera afectacion». Quince anos despues, Koestler comenzo a escribir las primeras paginas de esta autobiografia, que no concluiria hasta anos mas tarde, y que ha llegado a miles de lectores de todo el mundo. En esta edicion se reunen los dos volumenes tal como se publico originalmente. El primero, Flecha en el azul, abarca el tiempo comprendido entre 1905, fecha de su nacimiento, y 1931. Son los anos de aprendizaje: sus lecturas de adolescente, la vida familiar, sus estudios, los primeros escarceos amorosos, el comienzo de sus trabajos cientificos y, sobre todo, sus primeros pasos en la actividad politica. Pocas veces se podra encontrar un analisis tan vivo, claro y agudo como el de Koestler sobre la responsabilidad de la burguesia liberal alemana en el triunfo del nazismo o sobre las ilusiones que desperto la Revolucion bolchevique de 1917 (lo que le llevo a afiliarse al Partido Comunista). Como telon de fondo, la Hungria de los Habsburgo, la Primera Guerra Mundial, la caida del Imperio austrohungaro, la Revolucion bolchevique, la Comuna hungara de 1919, Palestina y los paises arabes, el Paris de entreguerras y el triunfo del nazismo en Alemania. Sobre este fondo, Koestler busca siempre el infinito y la eternidad. «La sed de absoluto es un estigma que marca a los que son incapaces de encontrar satisfaccion en el mundo relativo del ahora y de aqui. Mi obsesion por la flecha (disparada hacia lo infinito del azul del cielo) era meramente la primera fase de la busqueda». Con su incorporacion al Partido Comunista comienza el segundo volumen, La escritura invisible, donde encontramos referencias a sus primeros camaradas y amigos (entre los cuales esta Wilhelm Reich), vividos episodios de la lucha contra el regimen de Hitler y la caida de la Republica de Weimar, y sobre todo el viaje de 1932 a la Union Sovietica, donde permanece durante un ano, que le permite conocer en directo la dura realidad del regimen de Stalin y la mayor hambruna que sufrio el pais bajo el regimen sovietico. Archivo en su memoria todos estos datos y no los olvido nunca. Continua militando en las filas comunistas, y en Paris trabaja como periodista y colabora en la lucha antifascista con conocidos personajes de la vida cultural francesa (Malraux, Aragon, Levy-Bruhl,,,). Marcha despues a Espana como corresponsal de guerra y, en espera de ser fusilado, sostiene su famoso «dialogo con la muerte», pasa revista a su vida, se inicia en experiencias misticas y modifica por completo su concepcion del mundo. De nuevo libre, gracias a un canje de prisioneros, Koestler tiene otra vez la oportunidad de viajar a Europa, donde ahora conoce a Thomas Mann y a Sigmund Freud y, tras ser internado en un campo de concentracion durante seis meses, logra, despues de innumerables peripecias, llegar a Inglaterra. Si en Flecha en el azul durante su juventud miraba el universo como un libro abierto, «ahora -nos dice- se me aparece como un texto de escritura invisible, y del cual, en muy raros instantes de gracia, podemos descifrar algun pequeno fragmento». Considerado por George Orwell como un escritor fiel a su estilo de vida, Koestler no solo escribio un libro importante por la clase de acontecimientos que relata: su aguda percepcion intelectual de los hechos y de las ideas y de los diversos escenarios politicos de la Europa de los anos treinta le convierten en un escritor impresionante que ha alcanzado algo mas importante que el exito: con su obra ha logrado ejercer una influencia que probablemente alcanzara a los lectores de los proximos cien anos. Hui en vano; en todas partes encontre la ley. Debo ceder; puerta, recibe al huesped. Corazon tembloroso, sometete a tu amo,,, A aquel que en mi es mas yo que yo mismo. PAUL CLAUDEL TOMO I Flecha en el azul 1905-1931 Nota a la edicion de Danube Los pasajes de esta obra que aparecen entre comillas sin indicacion de origen provienen de mis libros anteriores. He adoptado este metodo para no molestar al lector con constantes referencias a mi propia obra. En los casos en que se hacen tales referencias tuve un motivo especial para indicar la fecha o el contexto del pasaje citado. Quiero expresar mi sincero y profundo agradecimiento a Jack y Chris Newsom, de Point Pleasant, Pensilvania, por la revision del manuscrito, por su amistad, por su critica y por sus palabras de aliento. A. K. PRIMERA PARTE Horrar y Bapan 1905-1921 Y siguio hablando de si mismo, sin comprender que el tema no era tan interesante para los demas como para el. TOLSTOI, Los cosacos 1 El horoscopo Desde los comienzos de la civilizacion el hombre ha creido que la posicion de los cuerpos celestes en el momento de su nacimiento ejercia cierta influencia sobre su destino. Cierto dia, en 1946, se me ocurrio que tambien la disposicion de los acontecimientos terrenales en ese mismo momento podia tener algun significado y decidi trazar mi horoscopo secular. La idea no es tan rebuscada como podria parecer a primera vista. La astrologia se basa en la creencia de que el hombre depende de las circunstancias cosmicas que lo rodean; Marx sostenia que es un producto de las circunstancias sociales. Creo que ambas proposiciones son validas; de ahi surge la idea del horoscopo secular. Supongo que el motivo de que esta idea no se le haya ocurrido nunca a la gente es que, hasta la invencion relativamente reciente de la prensa diaria, no poseian metodos exactos para descubrir que sucedia en este mundo en el momento de su nacimiento; en cambio, poseian realmente los medios para saber con considerable exactitud lo que habia sucedido en los cielos. Evidentemente, esto se debe a la inmensa confianza que inspiran los cuerpos celestes, comparados con los cuerpos humanos; uno puede calcular con una exactitud de una fraccion de grado donde se encontrara Sirio dentro de un millon de anos, pero no puede predecir la posicion espacial de su cocinera dentro de cinco minutos. El procedimiento para trazar el horoscopo secular es muy simple. Lo unico que tuve que hacer fue acudir a las oficinas de The Times, en Printing House Square, Londres, y pedir que me mostraran el ejemplar del dia siguiente a mi nacimiento, ocurrido el 5 de septiembre de 1905, aproximadamente a las tres y media de la tarde. Despues de un rato, me llevaron un pesado volumen que contenia todos los numeros aparecidos en agosto y septiembre de 1905. Pusieron a mi disposicion una salita de lectura, provista de escritorio, sillon, tintero y secante; alli, en comoda reclusion, me instale y comence a pasar las paginas levemente amarillentas del voluminoso tomo. Hasta esa tranquila habitacion, por la ventana que daba al Tamesis, llegaba el debil sonido del silbido de un remolcador, que gemia su nostalgia del mar. Senti el agradable y suave deleite del minero que abre un tunel hacia el pasado, matizado por la emocion mas intensa del astrologo que calcula las orbitas del destino de un cliente importante. Para prolongar el placer empece por la periferia, por asi decirlo, del campo de fuerzas existente en el momento de mi nacimiento; es decir, por los anuncios. Sugerentemente, el primero que me llamo la atencion se referia a LA MAQUINA LITERARIA, utilizada por S. M. el Rey, y calificada de DELICIOSAMENTE COMODA; precio de venta, desde diecisiete chelines y medio. Sin embargo, la maquina resulto una decepcion, porque solo era un dispositivo «para sostener un libro en cualquier posicion sobre un sillon, una cama o un sofa». Dirigi luego la atencion a la seccion DIVERSIONES y descubri que en el Palacio de Cristal se celebraba una exposicion colonial e hindu, cuyo programa incluia «exhibiciones de guerreros nativos a las dos y media, cuatro y media y seis de la tarde»; se anunciaba un cafe chantant para las cuatro y las ocho de la tarde, y tambien una exhibicion nacional de fuegos artificiales, no con el fin de celebrar mi nacimiento, sino en honor de la visita de la flota francesa a Spithead. La mayor parte de la seccion de anuncios clasificados estaba dedicada a una variedad de carruajes, tales como victorias, landos, broughams y volantes; a los frenos, las guarniciones y las monturas, y especialmente a una multitud de caballos de una gran variedad de color, edad y caracter, entre ellos un par de caballos bayos de quince palmos, de tiro liviano, ambos garantizados sanos, «valiosos para una persona timida o nerviosa», ofrecidos, con un plazo de prueba de catorce dias, al interesante precio de ciento cincuenta guineas. Los automoviles apenas estaban representados y su unica y timida aparicion en la columna «Miscelanea» no parecia muy alentadora: «UN CABALLERO, poseedor de un automovil Daimler 28-36», anunciaba que «le ENCANTARIA ALQUILAR el coche -con servicio personal- por dia, por semana o por mes, dentro del pais o en el extranjero». Evidentemente, debia de haberse cansado muy pronto de su vehiculo. Esto parecia perdonable, considerando que el mismo dia habia sido designada una comision real de automoviles, encabezada por el vizconde Selby, para investigar e informar, entre otros problemas, sobre «los danos al parecer causados a los caminos por los automoviles». El caballero del Daimler era el unico elemento perturbador en esa cabalgata de monturas, caballos y victorias de la seccion de anuncios clasificados. Hacia tantos anos que la tinta de la imprenta se habia secado, que ya no olia a su sustancia sino a su significado: a cuero fresco y al sudor de los flancos de los caballos; con una rafaga de lavanda, representada por la «senorita Smallwood, de The Leas, Great Malvern», que «deseaba ansiosamente obtener pedidos de panuelos con iniciales bordadas, ya que varias damas de su sociedad se ganan la vida mediante este tipo de labores». Pase a la columna de «Demandas de empleo», donde encontre una desconcertante cantidad de damas que recomendaban efusivamente a sus cocheros, cuyos caracteres y condiciones aparecian casi siempre calificados de excelentes. Esto me predispuso a la meditacion, pero de nuevo me devolvio a la sobria realidad el joven comerciante aleman que, poseyendo un solido conocimiento de los rudimentos del idioma ingles, buscaba empleo en una buena empresa inglesa, como empleado honorario. Tal vez era herr Von Ribbentrop, ¿quien sabe? Hasta aqui, mi horoscopo no me habia dicho gran cosa. Al volver a las paginas centrales descubri que, mientras yo nacia, el emperador y la emperatriz de Alemania asistian al desfile de otono de la brigada de guardias, en Tempelhof; que el rey Eduardo habia ofrecido una cena en el Kursaal de Marienbad, en Bohemia, a veintinueve invitados, entre ellos la princesa Murat, la duquesa Adeline de Bedford y la marquesa de Ganay; que el brote de colera en Prusia habia dejado un saldo de veinticuatro muertos durante las ultimas veinticuatro horas; que se habian producido dieciseis casos de peste en Zanzibar, y que el ingles capturado por unos bandidos en Macedonia, el senor Philip Mills, empleado de la Monastir Tobacco Regie, seguia aun vivo y todavia en manos de sus raptores. Una violenta tormenta en el lago Superior habia causado la muerte de veinte marineros; el principe Enrique de Prusia habia almorzado con el almirante Winsloe, comandante de la Division de Destructores de la Flota del Canal, en viaje por el Baltico; el Congreso de Sindicatos habia reanudado sus sesiones en Hanley, donde el presidente del mismo, el senor J. Sexton (Obreros Portuarios Nacionales, de Liverpool), habia urgido la necesidad de abolir el monopolio y los terratenientes. En el extranjero, Le Temps de Paris, comentando la insurreccion de Marruecos y las complicaciones francogermanas a que daria lugar, habia dicho, segun se citaba: «Para emplear una expresion que no puede dejar de ser bien recibida en Alemania, haremos que el magzen sienta el peso de nuestro puno de hierro, hasta que se decida a reconocer nuestros derechos,,,». «¡Fuego, fuego! -me dije-. Esto ya es significativo. Marte entra en la segunda casa». Y en efecto, los articulos siguientes tanian ciertas cuerdas cuyas vibraciones me acompanarian durante muchos anos: LUCHA ENCONADA EN EL CAUCASO Tiflis, 5 de septiembre de 1905 Las noticias de Baku empeoran constantemente. La Ciudad Negra esta en llamas, y han estallado innumerables incendios en otros lugares, Las tropas luchan con el maximo vigor, pero hasta ahora no han conseguido restablecer el orden,,, La Revolucion rusa de 1905 empezaba a marcar el paso. Los sucesos de Baku, ocurridos el dia mismo de mi nacimiento, fueron el preludio de la primera huelga general de la historia moderna. La actividad revolucionaria de los terroristas socialistas era contrarrestada por la actividad contrarrevolucionaria de los terroristas patrioticos. Estos ultimos, conocidos con el nombre de los Cien Negros, en connivencia con la policia y el gobierno suscitaban pogromos antisemitas para desviar el descontento popular. DISTURBIOS EN KICHINEV Kichinev, 5 de septiembre de 1905 Una pobre mujer asesinada por los agitadores fue enterrada hoy en esta ciudad; asistieron a sus exequias obreros judios y rusos. De pronto se oyeron tiros, y un grupo de policias y dragones con las espadas desenvainadas aparecio y embistio al cortejo funebre, hiriendo a numerosos asistentes. En medio de la confusion, el ataud cayo en la calle y fue retirado por algunos simpatizantes. El coronel al mando de la gendarmeria se nego a dar ninguna explicacion del incidente. [,,,] En toda la ciudad prevalece una intensa alarma. Todavia no se puede calcular el numero total de muertos y heridos. Me parecia oir a la orquesta afinando los instrumentos momentos antes de que el director alce la batuta. Mi horoscopo comenzaba a adquirir forma. Y se definio completamente cuando empece a leer el editorial del dia. Se referia a un suceso que habia acontecido el 5 de septiembre, a las 3.47 de la tarde, la misma hora de mi nacimiento; segun el autor del editorial, representaba: ,,, un acontecimiento de suprema importancia, no solo dentro de la historia politica del mundo, sino dentro del interminable proceso moral e intelectual que toscamente denominamos civilizacion; un hecho de maxima importancia. Predecir con alguna exactitud las consecuencias de una revolucion tan grande queda fuera de las posibilidades humanas. Lo unico que podemos hacer es tomar nota de ella, e indicar una o dos de las direcciones en que tendera quiza a moldear el pensamiento y el caracter del mundo. El gran objetivo de todo este entrenamiento ha sido la subordinacion del individuo a la familia, a la tribu y al Estado. Ensena que el hombre no vive solamente para si, ni siquiera esencialmente para si. Su principal obligacion es su obligacion colectiva hacia los diferentes grupos sociales en que ha nacido. Desde la infancia, es continua y cuidadosamente adiestrado en la consecucion de esta finalidad. No solo se le ensena a dominar sus actos y sus expresiones, sino tambien sus mismos pensamientos, sentimientos e impulsos, de acuerdo con los fines preestablecidos por el deber. Mucho puede aprender Occidente de esta casi monastica disciplina del caracter, y algo tambien debe aprender a evitar,,, El acontecimiento mencionado era la firma del tratado de paz firmado en Portsmouth, New Hampshire, entre su majestad el autocrata de todas las Rusias y su majestad el emperador de Japon. Los rapsodicos elogios del editorialista de The Times se referian al entrenamiento de los victoriosos japoneses, con el que se lograba «la subordinacion del individuo a la tribu y al Estado». Esa era la leccion que, segun el, debia aprender Occidente, con su excesivo individualismo, de la «monastica disciplina» del primer estado totalitario moderno, que emergia triunfante de su oscuridad asiatica en medio del escenario politico. El reloj que habia marcado la hora de mi nacimiento tambien anunciaba el fin de la era del liberalismo y del individualismo, de esa civilizacion de dura competencia y sin embargo de facilidades, que habia logrado conciliar, gracias a un insolito contrato, amable y cruel, el eslogan de la «supervivencia de los mas aptos» con el de laissez faire, laissez aller. Si en el horoscopo secular los acontecimientos politicos corresponden a las constelaciones planetarias, los astros fijos estarian representados por aquellos hombres que, de una manera mas lenta y mas duradera, dan forma a los caracteres de su epoca. De ese modo, para completar el cuadro, deberia mencionar que en el mismo ano y mes de mi nacimiento, el examinador de patentes de la Oficina de Patentes de Berna, Suiza, publico un ensayo, Sobre la electrodinamica de los cuerpos en movimiento, firmado por Albert Einstein; que tambien en el mismo ano Sigmund Freud publico sus Tres ensayos sobre teoria sexual; Wells, Kipps y Una utopia moderna; Thomas Mann, Alteza real, y Tolstoi, Algunas palabras sobre el cuento de Chejov «Querido»; que La Grande Revue de Paris calificaba de «inefablemente ridiculas» las obras del aduanero Rousseau, de Cezanne, de Matisse, y de las demas «bestias feroces» que exponian en el Salon de Otono, y Picasso vendia sus dibujos al marchant Soulier por veinte francos cada uno. Para completar el horoscopo, tambien aparecia en el numero de The Times del dia de mi nacimiento una carta escrita por un caballero que firmaba «Vidi» -aunque «Jeremias» habria sido igualmente apropiado-, que inter alia decia: Hoy resulta desalentador ver que nadie ha aprendido la leccion de dicha ordalia [la guerra de los Boers], que casi nadie presta atencion al toque de atencion, y que todas las clases sociales de la nacion se dedican a satisfacer una pasion muy poco inglesa por el lujo y las emociones. Las ideas amplias parecen prohibidas y el huero ingenio, exaltado; las responsabilidades, ignoradas; el humor preponderante es una egoista confianza en la Providencia; y el espiritu dominante (triste homenaje a Carlyle) se deja ver hasta en las calles, donde las mujeres de cualquier clase social se visten de noche a las diez de la manana, como si la vida fuera un perpetuo garden party. Las exageraciones del deporte, tan acerbamente criticadas por el senor Kipling, son mas evidentes que nunca, y los estragos de las diversas formas del alcoholismo no disminuyen de intensidad,,, Cuando cerre el enorme y negro volumen y sali de la oficina de Printing House Square pense que mi horoscopo secular me habia proporcionado tanta informacion sobre el campo de fuerzas de mi nacimiento como podian proporcionarme las estrellas, y tambien sobre las influencias que forjarian mi caracter y mi destino. Sin embargo, a veces me parece que decir esto es una blasfemia, y que el astrologo medieval, ese payaso profetico con su sombrero negro y puntiagudo y su manto bordado de seda, vislumbraba la esencia del destino del hombre mas certeramente que los politicos y los psiquiatras de hoy. Pero, por supuesto, tambien este sentimiento puede ser una consecuencia de las influencias de mi horoscopo; una consecuencia del hecho de que yo naciera en el momento en que se ponia el sol de la era de la razon. 2 La saga de los Koestler El arbol genealogico de los Koestler se inicia con mi abuelo Leopold y termina conmigo. Leopold X huyo de Rusia durante la guerra de Crimea a traves de los Carpatos y llego a Hungria. Tengo que llamarlo «X» porque Koestler no era su verdadero apellido; nunca lo revelo a nadie, ni siquiera a sus hijos. Lo unico que se sabe de el es que llego a la excelente ciudad de Miskolcz, en Hungria, en algun momento de la decada de 1860, y que de algun modo adopto alli el nombre de Koestler, Kostler, Kestler o Kesztler, ya que bajo esas formas figura en diversos documentos. No se sabe por que huyo de Rusia. Tal vez fuera desertor del ejercito, o tal vez se viera involucrado en el movimiento social revolucionario, o quiza, despues de todo, hubiera cometido un crimen. Naturalmente, prefiero creer que era un revolucionario socialista. Murio en 1911, cuando yo tenia seis anos. Lo recuerdo como a un patriarca alto y amable, de larga barba blanca, siempre con levita; en efecto, todavia veo su ademan caracteristico de levantar y separar los faldones negros de la levita antes de sentarse en la mecedora. Fuera de esto, mi unico recuerdo de Leopold X se relaciona con un sandwich de jamon. En las mananas de sol, solia llevarme a pasear por una de las bonitas avenidas de Budapest, flanqueada por castanos, llamada Varosligeti fasor, que significa literalmente «la fila de arboles del parque de la ciudad». En una callejuela que daba a esta avenida habia una charcuteria y alli el anciano me compraba siempre un delicioso sandwich de jamon; pero nunca se compraba uno para el. Un dia le pregunte por que y me contesto: «Quedaria mal que yo comiera jamon, pero no esta mal que lo comas tu. Yo me crie entre prejuicios». Esta declaracion perduro en mi memoria, en general a causa de su naturaleza desconcertante, y en particular porque en esa epoca desconocia la palabra «prejuicio». Mi madre me explico mas tarde su significado. Leopold X se habia criado dentro del estricto cumplimiento de la ley mosaica, que prohibe comer carne de cerdo; y aunque permitia a su hijo y a su nieto una libertad completa en cuestiones de religion, se atenia personalmente a la tradicion, refiriendose a la misma, con cortes ironia, como a un «prejuicio». Era una actitud que combinaba el respeto hacia la tradicion con la tolerancia ilustrada; despues de todo, debio de ser un revolucionario socialista. Antes de despedirnos del amable y oscuro Leopold deberia mencionar brevemente su ambiente social y su estado financiero. Una serie de hechos sugieren que la familia de X, en Rusia, pertenecia a la burguesia acomodada. Prueba de ello son, en primer lugar, ciertos paquetes con sellos de correo extranjeros que Leopold recibia muy de vez en cuando. Estos paquetes no los traia el cartero a casa; Leopold iba a buscarlos personalmente a la oficina de correos y los abria a solas en su habitacion; al parecer, contenian regalos diversos de caracter memorable, como bufandas de seda, bordados y articulos similares. En segundo lugar, esta la famosa frase de Leopold, pronunciada en la unica ocasion en que hablo con mi madre de su propia familia. Esto ocurrio mientras mi madre le mostraba un vestido nuevo de fiesta, que probablemente le suscito algun lejano recuerdo, porque dijo melancolicamente: «Querida, mi madre tenia un vestido de fiesta hecho con una seda tan pesada, y tan ricamente bordado con hilo de oro, que no necesitaba colgarlo de una percha, porque se quedaba en pie, tieso, sin perder su forma». Pero como el vestido en cuestion debia de datar de la epoca de la crinolina, la prueba no es concluyente. Pero en tercer y ultimo lugar, su manera de levantarse los faldones de la levita antes de sentarse revelaba sin lugar a dudas la influencia de un ambiente social donde habia mecedoras y otras comodidades de la vida civilizada. Fuera como fuese, mi abuelo al parecer prospero durante algun tiempo despues de establecerse en la ciudad de Miskolcz. Se caso con la hija del dueno de un aserradero, o con la hija de un juez en cierto modo relacionado con un aserradero, no lo recuerdo exactamente; de todos modos, dirigio un aserradero hasta que este se incendio y mi abuelo se arruino. La ruina, como se vera, es endemica en mi familia, y cada vez que ocurre se convierte en una inesperada bendicion. En este primer caso indujo a Leopold a emigrar con su mujer y cuatro criaturas de corta edad de la provinciana ciudad de Miskolcz a la metropolitana Budapest. En Budapest, durante la infancia de mi padre, la familia vivio exactamente en la frontera entre la clase burguesa empobrecida y la clase obrera. Leopold no volvio nunca a levantar cabeza. Solo pudo dar a sus hijos la educacion que la monarquia austrohungara ofrecia a los pobres en las decadas de 1870 y 1880. Sus dos hijas, mis tias Jenny y Betty, se casaron apresuradamente, una con un mensajero de banco, la otra con un aprendiz de imprenta. Su hijo mayor, el tio Jonas, llego a ser contable y siguio siendolo hasta el final de sus dias. Su hijo menor, Henrik, que en el momento apropiado llegaria a ser mi padre, inicio su carrera como recadero de un panero. La fortuna de los Koestler habia tocado fondo, y es probable que nunca mas hubieran salido a flote si mi padre no hubiese sido un nino prodigio; los ninos prodigios son otro rasgo endemico de mi familia. Tenia catorce anos cuando entro como recadero en la firma de Sommer y Grunwald de Budapest. Su horario de trabajo comenzaba a las siete y media de la manana, pero todos los dias se levantaba a las cuatro de la madrugada y se pasaba las tres horas siguientes estudiando aleman, ingles y frances; durante la estacion calida, iba y venia por el parque de la ciudad; durante el invierno, devoraba sus mugrientas gramaticas de segunda mano...

Publicar un comentario

0 Comentarios