- Título original
- Il grido
- Año
- 1957
- Duración
- 116 min.
- País
- Italia
- Dirección
- Guion
- Michelangelo Antonioni
- Música
- Giovanni Fusco
- Fotografía
- Gianni Di Venanzo (B&W)
- Reparto
- Productora
- Coproducción Italia-Estados Unidos; SpA Cinematografica, Robert Alexander Productions
- Género
- Drama | Neorrealismo
- Sinopsis
- Después de ser abandonado por Irma (Alida Valli), Aldo (Steve Cochran) deja el trabajo y emprende un largo viaje por el norte de Italia. En su peregrinación conoce mujeres que comparten con él una sensación de inquietud y marginación: Elvia, una amiga resurgida del pasado, y la joven Virginia, que atiende una gasolinera y vive con su anciano padre en una oprimente soledad; Andreína, una prostituta que alberga, ingenuamente, la esperanza de encontrar un lugar en el mundo donde empezar una nueva vida. Con cada una de ellas, Aldo intenta establecer una relación. (FILMAFFINITY)
- Michelangelo Antonioni - Il grido 1957 subtitulos en español
El grito’ (Il grido, 1957) de Michelangelo Antonioni, es una estimulante exploración sobre los desencuentros en la expresión de las emociones, de la desajustada relación con los otros, de la condición de éstos como fantasmas de las propias emociones en conflicto.
Antonioni parece que se mueve en el territorio del neorrealismo, en un ambiente de clase trabajadora, en el que, como reflejo colectivo, se aprecia el descontento por las condiciones laborales ( una manifestación por la apropiación de unos suelos para construir un aeropuerto militar acaece en paralelo al regreso final de Aldo), pero su estilo, que radicalizará en la que será calificada como trilogía de la incomunicación, ya está veteado por una construcción alegórica, en la que lo exterior y lo interior están conjugados armónicamente, y en la que se refleja la realidad como un espacio espectral, como las fantasmales entrañas del extraviado protagonista.
Del mismo modo que, sobre todo en las primeras secuencias, la niebla domina el paisaje de ‘El grito’, basado en un argumento del propio Antonioni, que convirtió en guión junto Elio Bartolini y Ennio de Cocini, la niebla de una ofuscación, de un desconcierto, dominará la mente de Aldo (Steve Cochran) desde el momento en que Irma (Alida Valli), que recibe la noticia de la muerte de su esposo, le dice que su relación de siete años (aprovechando la ausencia del marido, que se ha ido a trabajar fuera) debe terminarse. Aldo no comprende nada, ni logra asimilar esa repentina ruptura, por lo que el despecho le supera cuando sus intentos de reconciliación fracasan y la golpea en público en las calles del pueblo. A partir de entonces, el trayecto de Aldo, que abandona el pueblo con su hija, y el trabajo en la acería (como si su misma realidad se hubiera fundido), se convierte más bien en una deriva, en la cuál tendrá tres encuentros con otras tantas mujeres. Relaciones, o intentos de relaciones, en las que seguirá pesando un fantasma, el fantasma del recuerdo que no ha logrado extirpar de su mente, el de Irma, que resurgirá para quebrar cualquier opción de relación con cualquiera de esas mujeres, ya que de algún modo son ‘sustitutas’, una impostura de relación que compense ese ‘grito’, ese grito de desesperación y desconcierto.
El agua, como reflejo de ese desencuentro con las emociones, será elemento presente en las secuencias, en especial con las mujeres. Cuando Irma le expresa su decisión de romper la relación, tras Aldo se aprecian las aguas estancadas del rio. Elvia (Betsy Blair), la mujer a la que acude tras la ruptura, la mujer que rechazó por Irma, vive junto al río; en su orilla arregla el motor de una lancha motora que competirá poco después; pero el motor de arranque interior de Aldo se ha averiado; en su ofuscación, intenta competir con el abandono de Irma, buscando el refugio consolador de la correspondencia de quien sabe que sí sentía algo por él; pero Aldo pronto discernirá que es insuficiente, ya que es un mero gesto de despecho.
Los espacios en el cine de Antonioni son un personaje más, un reflejo de lo que acaece en el interior de los personajes. La estación de servicio, aislada en unos páramos, en la que trabaja para Virginia (Dorian Gray); el terreno destartalado en el que destacan unas grandes ruedas, como las que, a tamaño pequeño, se utilizan para enrollar el el hilo (a coser, por otro lado, se dedicaba Elvia): la vida de Aldo está deshilachada, descosida; de hecho en ese espacio árido es donde recordará de nuevo a Irma, tras que su hija le sorprenda haciendo el amor con Virginia. O las marismas en las que erra con su desconcierto en compañía de Edera (Gabriella Pallota), con quien tomará consciencia de que su deriva es una huida hacia ninguna parte, y que del pasado no puede escapar, cuando no acepta que ella se prostituya para poder conseguir algo de dinero para ambos; de alguna manera él está ‘prostituyendo’ un recuerdo, engañándose al establecer unas relaciones que son imposturas para contrarrestar un dolor que no le abandona. Pero tampoco se puede volver atrás, o hacer futuro de un pasado que se cortó como un nervio. De algún modo el regreso, es el retorno al vacío, al vértigo originario que le precipitó en una caída ralentizada en la fuga de su viaje. Regresar supondrá concluir, literalmente, su caída.
Alexander Zárate
"Il grido" ( El Grito) de 1957 dirigida po Michelangelo Antonioni
“Rara vez siento el deseo de releer una escena el día antes del rodaje. A veces llego al lugar donde se va a hacer el trabajo y ni siquiera sé a qué voy a disparar” Michelangelo Antonioni para Cahiers du cinema (1960) En cine hasta el amanecer, no podía faltar esta primera gran película de Michelangelo Antonioni, “Il Grido” de 1957. El joven Antonioni, apasionado por la música, el dibujo y las Letras, se inició en el cine como ayudante de dirección de Marcel Carnè y al igual que Luchino Visconti, que trabajó con Jean Renoir, quedó muy influenciado por el cine del realismo poético francés. Ambos directores, ayudaron a cimentar las bases del neorrealismo italiano . Escribió numerosos guiones para distintos directores, entre ellos Federico Fellini y , prácticamente, el de todas sus películas. En “Il Grido” Antonioni nos muestra la realidad de la Italia de los años de la post guerra, en blanco y negro, con personas viviendo en extrema pobreza, hambrienta e inmersa en profundos cambios sociales promovidos por un proceso de industrialización imparable. En la película, advertimos de fondo un conflicto obrero, que intenta luchar contra dichos cambios, pero la auténtica historia es el drama personal que sufre Aldo ( Steve Cochran) cuando es abandonado por su amada Irma ( Allida Valli) Aldo, no comprende cómo ha perdido el amor de Irma y trata de resucitarlo mediante todos los recursos que conoce: con regalos, con la fuerza de su amor o incluso, con violencia. Finalmente, ante la firmeza de Irma, Aldo abandona el pueblo, llevándose a la hija de ambos, la pequeña Rosina ( Misna Girardi). La atmósfera es lúgubre y brumosa, un paisaje con la niebla del Norte de Italia en la región del Po, que le confiere un aspecto pobre, sucio y abandonado. En éste ambiente Aldo quiere escapar de su desamor y busca retomar una antigua relación con Elvia (Betsy Blair ). Elvia, después de siete años, cuando Aldo la abandonó, no ha conseguido retomar su vida y, espera aprovechar esta segunda oportunidad que le brinda el destino. Sin embargo, se cruza la pequeña y sensual Edera y sucumbir a la tentación, hará que Aldo se marche para siempre. En su vagabundeo Aldo conocerá a Virginia ( Dorian Gray) una mujer fuerte, que gestiona una gasolinera de carretera y cuida de su padre alcohólico. Entre ellos surgirá una atracción, que se verá enturbiada por las obligaciones en el cuidado del padre anciano y la pequeña Rosina . Sin embargo, cuando consiguen deshacerse de sus respectivas obligaciones, la soledad, la incomunicación y la falta de amor es insostenible. Aldo sigue su particular huida, y termina conociendo a Andreina ( Lynn Shaw) una joven que trabaja como temporera en los campos del Valle de Verccelli de Arroz Amargo , y el resto del año vende su cuerpo para poder comer. Ella creee que Aldo, luchará junto a ella para salir adelante, pero el vacío existencial en el alma de Aldo, hace que no sea capaz de superar la ruptura con Irma, quedando estancado en una insoportable sensación de abandono. Incapaz de empezar una nueva relación, sin trabajo, agotado por la angustia, Aldo decide regresar a su pueblo y tratar de volver junto a Irma. Aldo es presa de la fatalidad de su destino y, al igual que los protagonistas del realismo poético francés, sucumbe ante su desesperación y pesimismo. La música de piano de Giovani Fusco, es un contrapunto perfecto para el ánimo abatido de Aldo, que junto al ambiente brumosos, transmite ese sentimeinto de soledad e incomunicación que rodea a todos los personajes. Una película conmovedora que conteniene gran parte de los temas que serán recurrentes en el futuro cine de Michelangelo Antonioni. Donde habitan unos personajes individuales llevados a situaciones críticas condicionados por su entorno, casi siempre mujeres que, el director, decía conocer mejor.
Director: Michelangelo Antonioni Guión : Michelangelo Antonioni
Fotografía: Gianni Di Venanzo
Música: Giovanni Fusco Productora: Coproducción Italia-USA, SpA Cinematográfica/ Robert Alexander Productions Reparto: Steve Cochran, Alida Valli, Betsy Blair, Gabriella Pallotta, Dorian Gray, Lynn Shaw, Mirna Girardi https://cinehastaelamanecer.com/2017/03/27/il-grido-el-grito-de-1957-dirigida-po-michelangelo-antonioni/ |
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