"Una insoportable piedad por el sufrimiento de la humanidad"

 

Refugiados caminando por la carretera de Barcelona a la frontera con Francia, enero 25-27 de 1939. Guerra civil española. La pareja de fotógrafos estuvo en los principales frentes de batallas, desde Madrid hasta la retirada final en Cataluña. © Cornell Capa/Magnum / International Center of Photography

"Una insoportable piedad por el sufrimiento de la humanidad"

Despedida de las Brigadas Internacionales







Tres pasiones, simples, pero abrumadoramente intensas, han gobernado mi vida: el ansia de amor, la búsqueda del conocimiento y una insoportable piedad por el sufrimiento de la humanidad. Estas tres pasiones, como grandes vendavales, me han llevado de acá para allá, por una ruta cambiante, sobre un profundo océano de angustia, hasta el borde mismo de la desesperación. "


Los últimos días de Antonio Machado

Antonio Machado murió pasadas las tres de la tarde, un Miércoles de Ceniza, el día 22 de febrero de 1939, en la pequeña localidad costera de Colliure, al sur de Francia. Había traído consigo una pequeña cajita de madera con tierra que había recogido antes de cruzar la frontera y una tarde, hablando con la dueña de la pensión que lo acogió a él y a su familia, le dijo:

-Es tierra de España. Si muero en este pueblo, quiero que me entierren con ella.




El 27 de septiembre de 1940,  murió en Port Bou (España) uno de los grandes pensadores del siglo XX


Walter Benjamin intentaba cruzar la frontera de Francia con España en busca de ir hacia Estados Unidos, ante la presión del nazismo. Esa posibilidad se le negó a él y su grupo de amigos el 26 de septiembre. Fueron llevados al Hotel Francia donde Benjamin decide suicidarse, con una sobredosis de morfina, el 27 de septiembre de 1940

En una situación que no ofrece salida, no tengo más opción que la de ponerle fin. Es en un pequeño pueblo en los Pirineos, donde nadie me conoce, que mi vida concluirá [va s’achever]. Le pido a usted que le transmita mis pensamientos a mi amigo Adorno y le explique la situación en la que me encuentro. No queda tiempo suficiente para escribir todas las cartas que me gustaría escribir.

Más tarde esa noche tomó una enorme dosis de morfina; Arthur Koestler lo recordó más adelante dejando Marsella con suficiente morfina como «para matar a un caballo».

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