A LA BÚSQUEDA DEL SER HUMANO Kurosawa

enero 09, 2022    Por Adolfo Bellido

Quizá la versión más conocida de una película de Kurosawa sea "Los 7 magníficos", inspirada en "Los 7 samurais".Kurosawa es, probablemente, el director japonés mas imitado por el cine occidental. Quizás se deba a que en gran parte de sus obras exista acción. O a lo mejor a que ahí se bebe un cierto estilo propio del cine norteamericano. Y muy específicamente del western. Un tono que aparece en varias obras y no exclusivamente en Los siete samurais Yojimbo. En, por ejemplo, ese cuentecito aventurero que es La fortaleza escondida se llega (desde un sentido irónico) a “acercase” incluso (desde un estilo western que serviría a Leone para su cine, y no tan sólo a Por un puñado de dólares) a los filmes que “van” sobre la búsqueda de oro. Pero en ella, como en los otros títulos, aparecen otros diversos referentes. Los dos personajes principales son un símil de los diversos pícaros (criados o no) que acompañan a los señores o intentan hacer fortuna en la literatura clásica europea. Un pequeño salto para encontrarnos con uno de los mundos queridos del director oriental, el de Shakespeare. De forma directa o indirecta gran parte de sus películas miran hacia el dramaturgo inglés. Ahí está su claro Macbeh/Trono de sangre Ran/El rey Lear. Pero Kagemusha Rashomon, entre otras, también podían entrar dentro de su débito. Y es que ambos “autores”, en diferentes épocas, países y con distintas “escrituras”, han tratado de reflejar la complejidad del “corazón” humano.

El intento de dibujar, de apoyarse en determinados antecedentes, no enturbia el cine del gran realizador japonés. Lo importante es que él sabe escribir en imágenes novedosas historias tan viejas como el mundo. El amor, el sacrificio, el odio, la venganza, el egoísmo... son los detonantes de sus personajes. Es la eterna lucha del ser humano por y para encontrarse, por y para ser. La lucha por la existencia. El conflicto entre lo mejor y lo peor que se encierra dentro de cada uno de nosotros. Está claro que el maravilloso Rashomon encierra ese terrible grito sobre la verdad de una existencia. Se habla sobre la verdad y la mentira, la luz y la oscuridad. Una puerta abierta a otras múltiples puertas. Pero una puerta tan desnuda como el dibujo escueto y terrible de tres individuos que se preguntan sobre la verdad, aunque ignoren si son capaces de hacerla suya. Unos seres humanos expectantes a las puertas de la propia existencia, presintiendo a lo lejos la ciudad cercana, se erigen en representantes de toda una sociedad. En ellos se expresan las múltiples mentiras que tratan de ocultar el lado oscuro de cualquier individuo. La necesidad de mentir como forma enorgullecerse de sus propias miserias. ¿Cuál es y dónde está la verdad? ¿Cuantos árboles o ramas habrá que cortar para llegar a comprender la veracidad que se esconde en el interior de alguien? No se trata de saber la verdad de unos hechos. Lo importante es cómo se llega a conocer realmente a un humano. O cómo, y no es lo mismo, se llegará a reconocer uno mismo.

"Rashomon", una película donde las dudas de los personajes protagonistas se trasladan al espectador.¿Verdad o falsedad? ¿Entendimiento o convencimiento? Caminos que se cruzan en un bosque que no es más que el propio reflejo en el que se debaten los personajes. Lucha del bien contra el mal. De la serenidad contra las fuerzas imperiosas de la naturaleza. Día y noche. Calma y tempestad. El templo, su puerta destruida, es el lugar ideal para señalizar la lucha, el sentido de la existencia, la multiplicidad de los seres. 

Kioto, el templo, las fuerzas de la naturaleza reflejadas en el viento, en el agua, en el bosque profundo. Los hombres a la puerta de la ciudad, abiertos a la naturaleza, solos enfrentados a si mismos tratando de comprender, de explicar y explicarse algo tan complejo como los resortes del amor y del odio. ¿Qué más nos da el filme? ¿Acaso es poco? Pues bien, habrá que hablar también de la necesidad de creer en algo y en alguien, de pensar que desde algún lugar de nuestro propio interior nace el impulso de cambiar, de ser mejores.

Rashomon fue el primer gran éxito de Kurosawa a nivel internacional. No sólo eso, ya que sirvió para que se mirase al interior de Japón y se descubriera un cine (y unos autores) de muchos quilates. Venecia, Hollywood se rindieron a la escritura dura y a la vez simple de este “hijo número tres del final de la cola” (significado de Kurosawa). El conocimiento de una gran carrera fílmica.

El cine de Kurosawa viene marcado por unas obras repletas de innovaciones, demostrativas del saber de un artista. Antes de que Hollywood impusiera su modelo televisivo de rodar (utilizando varias cámaras), él ya lo utilizaba como norma. Lo había comenzado con Los siete samurais. Se adelantaba a un Arthur Penn que utilizaría varias cámaras para la escena del enfrentamiento entre las dos mujeres -la maestra y la alumna- en El milagro de Ana Sullivan o a Jean Renoir que rodaría El testamento del doctor Cordelier de forma televisiva. Es una de las muchas innovaciones que aparecen en la obra del director japoneses. Como también innovadora es la utilización de forma disociante de la música y de la imagen. O de sus aparentes separaciones que al juntarse producen un determinado sentido. Algo que, por ejemplo, utilizará años después de forma cotidiana la nouvelle vague y especialmente Jean Luc Godard.

Rashomon es fundamentalmente innovadora en su estilo, en su tratamiento del punto de  vista narrativo. Algo de la que no hablaré ya que será tratado en otro artículo. Sólo deseo comentar la gran presencia tanto del que cuenta como de a quien se cuenta. Podría añadirse el “desde” dónde se cuenta la narración.

La obra de Kurosawa abarca desde 1943 en que realizó La leyenda del judo hasta 1993 con Madadayo. Entre medias unos filmes importantes que lo mismo alcanzan dosis de barroquismo (La fortaleza escondidaRan, Los siete magníficos) como se asienta en la sencillez de El cazadorVivir Barbarroja. Las últimas películas que realizó fueron, en sus serenas miradas de despedida, reflejo de su propia existencia. Los sueños de KurosawaRapsodia en otoño (dirigida en parte por Honda) y Madadayo expresan al propio Kurosawa (si antes no lo fueran ya sus obras anteriores) preguntándose sobre sí mismo, sobre sus propias contradicciones.

"Barbarroja" otra de las películas de Kurosawa que ha marcado a cineastas posteriores, sobre todo por su extremada sencillez en la puesta en escena.Madadayo es la palabra en la que centra su negativa a “marcharse”, despedirse de esta vida. Es el “aún no” con el que asevera su propia pregunta sobre la marcha inexorable. Es la historia de un maestro venerado, lleno de contradicciones, de miedos, que desea seguir perpetuándose en sus discípulos, en los escritos, en lo que ha creado. Lo importante del ser es, parece decir, lo que él mismo ha proyectado hacia fuera, hacia los demás. Lo que mana. Son piedras brutas sin pulir. Al final del filme, en su hermoso y patético término, el profesor acepta la marcha. Entra en la serenidad del sueño, en un mundo lleno de colores difíciles de descifrar en su misterio imposible. Anciano y niño. Dos maneras de ser y de volver al encuentro de una vida que no ha sido más que un soplo. Con la imagen de un sueño (dentro o fuera de otros muchos) clausuraba su cine Kurosawa. Una obra en la que el ser humano es esencia y existencia, razón y guía. No hay seres de una pieza en el cine del maestro. Lo que sí hay son seres contradictorios que luchan por poder liberarse de sus egoísmos y dar a los otros (con dificultad) lo mejor de lo que son capaces. Lucha de amores y egoísmos, de sacrificios y culpas. Un caminar hacia la dignidad. Es el caso del maravilloso, por citar uno de sus inolvidables personajes, médico representado por Barbarroja.

Sueños de Kurosawa presentados a lo largo de muchos títulos. Sueños simples o fuertes pesadillas de aceptación o de rebeldía, de amor o de odio. Historias en busca de la verdad, en las que se trata de deshacer entuertos o de luchar sin fin para reponer el orden. Sobre sus imágenes aparecen grandes figuras difíciles de olvidar como las de los protagonistas de KagemushaRanEl cazadorBarbarrojaLos siete samurais Yojimbo (por citar algunos de algunas de sus filmes)... A su manera todos ellos tratan de luchar contra los entuertos, de imponer sus determinadas leyes de honor. Sería interesante comparar Yojimbo con sus remakes occidentales como La muerte tenía un precio (Leone) o El último hombre (Hill) para comprender cuál era realmente (por encima de la pura acción mecánica) la razón última de su película. La historia de un hombre solitario, que no acepta el mandato de nadie, y que trata, en definitiva, de poner paz (desterrando la violencia) en un mundo caótico y sin aparente sentido. El mercenario-Mifune observaba desde su privilegiada situación y actuaba en beneficio del “pueblo” y no de unos determinados intereses. Al fin y al cabo la historia de un ser humano que trata de redimirse, o quizás (simplemente) de aceptarse y comprender lo que ocurre a su alrededor.

La comprensión del ser y de la existencia. El entendimiento del ser humano. La lucha entre el bien y el mal. La búsqueda de algo tan preciso y necesario como la verdad y la justicia. El camino para alcanzar la paz y el amor. Algo que Rashomon muestra por sus variados caminos. Al final del camino quizá se haya alcanzado la razón del conocimiento. Una razón de razones.

 https://www.encadenados.org/n31/kurosawa_busqueda.htm










Rashomon - Trailer



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